La crisis del conocimiento

Por: Juan Pablo Durán Ortiz *


Nos encontramos ante una trágica paradoja: en el momento de mayor expansión de los avances de la electrónica y las formas de comunicación a través de internet y todas sus posibilidades, existe la mayor contracción de las formas de conocimiento, a tal punto que la forma de entender el mundo se ha vuelto casi unidireccional. Cuando se salde esta contradicción y los avances tecnológicos se conjuguen con una expansión multidireccional del conocimiento, la humanidad habrá dado su salto histórico más importante y más prolongado.

Esta crisis del conocimiento no es una coincidencia desafortunada sino más bien una consecuencia de la forma como se ha venido desarrollando la historia en los últimos siglos. La primera forma de unidireccionalidad en la ciencia es consecuencia de la preponderancia de la razón como forma de llegar a la “verdad”, partiendo de los métodos griegos que posteriormente adoptó y expandió por el mundo la civilización europea en su historia de colonización a escala global, particularmente a partir del siglo XV. Siguiendo esta tradición colonialista el mundo ha tenido una tendencia cada vez más marcada a la unidireccionalidad, unificando formas de poder político, normas globales de flujo de capitales y bienes, y modelos económicos.

Las diferencias de las formas de poder y regímenes políticos en los diferentes países del mundo fueron convergiendo hasta conformarse organismos multilaterales de escala global que propenden por la democracia como única forma aceptable de poder, a tal punto que la adopción de este régimen se ha convertido en sinónimo de libertad y derechos para los habitantes de todos los países. A partir de la conformación del Banco de Pagos Internacionales (BIS por sus siglas en inglés) en 1930 y las reuniones de Basilea se empezaron a establecer normas globales para que todos los inversionistas pudieran gozar de normas similares en el mundo que facilitaran el transitar de capitales entre los países a partir de. Posteriormente, con la terminación de la guerra fría se instauró en el mundo la idea de que el único modelo económico posible era “capitalista”.

Desde el punto de vista económico el paradigma neoclásico disfrazado de científico con sus fórmulas matemáticas se impuso en la ciencia económica y con él las políticas neoliberales del llamado Consenso de Washington a finales de los años ochentas. Tres organismos multilaterales: El Banco Mundial, el FMI y la OMC fueron las encargadas de imponer, primero en el mundo subdesarrollado, sus políticas de apertura, desregulación y liberalización de los mercados, quebrando la producción nacional de varios países subdesarrollados y permitiendo que las empresas dedicadas a la especulación financiera se convirtieran en el nuevo poder predominante. A partir de los noventas el neoliberalismo se expandiría incluso en los países desarrollados de occidente con los mismos resultados: predominancia de la producción asiática sobre la americana y europea, y establecimiento de la especulación como nuevo dictador del orden económico mundial con sus respectivas crisis económicas sucesivas: las crisis de las .com en 1997, la crisis de Enron en 2001, y la crisis actual de las subprime desde 2007. De este modo, la globalización no ha sido utilizada como una herramienta para expandir y enriquecer entre sí las diferentes formas de ver el mundo, al contrario ha sido un instrumento de imposición de una sola visión global.

Paralelamente la ciencia ha tenido la misma tendencia. Las diferentes escuelas, visiones, teorías, y corrientes del pensamiento económico fueron desapareciendo de las universidades, a tal punto que en las universidades de países subdesarrollados la llamada “corriente principal” neoclásica se convirtió en la única corriente. Las visiones estructuralistas, keynesianas, e institucionalistas, e incluso las de la escuela clásica propiamente dicha apenas se esbozan en materias de relleno. 

Este unilateralismo no es único de la economía. Desafortunadamente se ha expandido a todas las disciplinas y las ciencias. En general, de los dos métodos donde prevalece la razón, el deductivo y el inductivo, la ciencia se ha contraído aún más obedeciendo únicamente a las conclusiones inductivas, donde a partir de leyes “naturales” generales se establecen conclusiones particulares aplicables a todos los individuos (o agentes). Aquellos métodos deductivos que partían de la observación y el estudio de los organismos u objetos de estudio para luego concluir algunas leyes generales están quedando en el olvido. 

En realidad la ciencia necesita de ambos métodos. Por supuesto algunos fenómenos tienen leyes naturales que son susceptibles de medición y parametrización exacta, como por ejemplo en los fenómenos de la física de las que subyacen disciplinas como la ingeniería. Pero es absurdo que en el comportamiento biológico y social, como es el caso de las ciencias naturales y sociales como la economía, la biología, la veterinaria, la salud, la educación, la antropología, y la sociología, entre otras; se quiera encuadrar el comportamiento de los seres vivos a una ecuación matemática, llegando al exabrupto de afirmar que si la realidad no concuerda con el modelo matemático lo que está mal no es el modelo, sino que hay que modificar la realidad para que concuerde más con las ecuaciones. 

Afortunadamente universidades y centros de pensamiento de primera línea en el mundo han mantenido cierta proporcionalidad y apertura con respecto a la ciencia y las fuentes del conocimiento. Se hace necesario crear centros educativos en todo el mundo (incluyendo países con menores niveles de independencia) con la perspectiva de aprovechar la globalización no para reducir, sino para amplificar, para retroalimentar, y para crear sinergias entre los diferentes tipos, fuentes, escuelas y métodos del conocimiento. Cuando la humanidad logre conjugar los avances tecnológicos con una expansión multidireccional del conocimiento, las posibilidades serán ilimitadas.

* Economista y Máster (MS) en Finanzas. Actualmente director del IBSER y estudiante de la Maestría (SM) en estudios urbanos y planeación del MIT. Correo electrónico: jpduran@mit.edu. www.ibser.org


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Retornar

Por Mauricio Castaño H
Historiador
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Esta Colombia politiquera retorna cada cuatro años. El Estado hasta donde sea necesario, el mercado hasta donde sea posible, dice el presidente Santos. Con ello quiere decir, en el lenguaje popular, ni tanto que queme al santo, ni tan poco que no lo alumbre. La sentencia está dirigida al sistema capitalista que rinde culto al solo capital, a la sólo producción y su especulación, y nada que ver con la repartición de ganancias. Es cierto, al capitalismo agradecemos la libertad de la esclavitud del mundo feudal, del trabajo bestial al que eran sometidos los hombres, se redujo la jornada laboral a ocho horas, otras tantas para el esparcimiento y el descanso. Pero el pecado no paró, la maquinización y robotización dejan miles y miles de ganancias al patrón, y al otro lado miles y miles de desempleados que se sumergen en la miseria, en el hambre. La ganancia en el capitalismo incorporada a la producción no es asunto de conquista social, sólo el patrón se beneficia.

Pero no se puede prenderle una vela a dios y otra al diablo, los puntos medios aquí no aplican, como no lo fue en el paso del mundo feudal al capitalismo, son lógicas diferentes, no conciliables de señores feudos a los burgos, a los burgueses. Ahora el remedio que nos ofrecen es la tercera vía, un medio en la contradicción del sistema capitalista que parece llegar al tope de su desarrollo, incluso del absurdo, producir y producir desde la sinrazón, para  luego meternos por los cuatro ojos cachivaches que nos asfixian, peligramos con que nos aplaste tanta basura producida, incluida la electrónica, nos sumen en esa lógica perversa de la obsolescencia programada.   

Existen puntos de no retorno, con las tecnologías modernas de cómputo es difícil volver al antepasado de las máquinas de escribir que ante cualquier yerro tenías que repetir la escritura completa de una determinada página. Igual suele suceder con las conquistas sociales, es difícil encontrar sociedades completas que toleran un amo de los tiempos de la esclavitud. Si el capitalismo fue llevado por la propia sociedad con sus innovaciones a la producción maquínica y robótica y así liberó a los hombres de esas tediosas rutinas, la existencia ganará otros tiempos para una altísima existencia, esto es, una vida más libre y edificante.

Uno puede comprender los apegos de ciertos señores tacaños que su vida la cifran en el atesoramiento de fortunas para morir muy adinerados, y que eso los hace engañosamente felices, pero la libertad se puede ganar para otras tareas superiores a de embodegar riquezas. Es difícil transitar otros mundos de los desapegos, y más aún cuando todo está envenenado con el negocio de las armas, de las drogas ilicititas, en suma, de la Rentas Criminales que tanto y tan rápido multiplican las fortunas, eso sí, con mucho reguero de sangre. Recordemos esa palabra venida desde el mundo de los griegos que designaban esos deseos ilimitados por el tener, sin freno: la pleonexia.

Sin estar dispuestos a aceptar los cambios con todo lo amargo que ellos pueden ser, cualquier solución no es más que una hipocresía. Los problemas se suman o cambian de nombre. En este país la violencia ha tenido varios capítulos, uno de ellos es el paramilitarismo, en el cual la sociedad aún no sabe las verdades de sus horrores, de sus arquitectos dirigentes, y mucho menos se han sanado heridas. Por eso este retornar de cada período electoral parece una refrendación cada tanto de la estupidez y barbarie humanas, sin ninguna posibilidad de cuestionamiento en esta masa colectiva que no busca razones sino chivos expiatorios pasados una y otra vez por los mass media, buscan un culpable a quien atribuir todos nuestros males, y así sanar nuestras heridas. Mientras tanto los negocios siguen en las manos de los políticos y sus socios negociantes.
  


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Loco Carvalho

Por Mauricio Castaño H
Historiador
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Sus años suman sesenta y siete. Lo apodan Loco Carvalho, un vulgar hombre de campo. Tiene fama de pendenciero en su vecindario. El ocho de marzo del año 2014, al insulto de hijueputas le siguió un disparo de revólver que se incrustó en el rostro de Robinson Álvarez Quemba de 39 años de edad, un funcionario que cumplía labores de gobierno en restitución de tierras. Los dos insuficientes policías no lograron detener lo que cuatros días después fue asesinato. De su captura se dice que justificó su accionar porque temía lo iban a matar. El arma homicida sin salvo conducto, que todo guerrerista sabe llevar, fue aquel revólver marca Smith & Wesson, calibre 38L, con seis cartuchos en el tambor, 14 más calibre 38L y tres calibre 16. También se sabe de su escopeta que cualquier hombre de campo guarda para defenderse de alguna fiera animal que ronda sus campos. (Estas descripciones cobran importancia en los próximos párrafos).

La versión policial se inclina a lo de loco, intolerante y agresivo con sus vecinos. "Es un hecho infortunado, pero en las investigaciones preliminares se ha determinado que este hecho no tuvo nada que ver con la profesión o con la actividad de restitución de tierras… ", asevera el coronel Chavarro. Sabido es que el homicida, atacó desde un matorral a su víctima que hacía labores de topógrafo. En el sigilo y en el revólver con sus varios cartuchos, se devela una premeditación de un ser que calcula sus acciones, propias de hombres duros esculpidos por esa cultura del hacha y del machete, que llevan en su alma para abrir monte y cercarlo con agresivos alambres de púas para diferenciar bien lo mío de lo tuyo. Recordemos que en la historia se le llamaba loco a aquel otro racional que iba en contravía de las lógicas establecidas. Pero en nuestro personaje referido, el apelativo enmascara una sociedad que quiere suavizar un ejercicio de violencia criminal. 

Un hombre no es sólo un hombre, el profesa la sociedad que le ha tocado vivir y el territorio que confecciona. La escena del crimen es la vereda Guacas en el Municipio de San Roque, en el Departamento de Antioquia.  Allí se asienta la gran empresa Gramalote, filial de AngloGold, y éstas a su vez hacen parte de Black Rock, la compañía de inversiones más grande del mundo, es el gran poder del dinero, y la solidaridad y el amor, le son ajenos. Colombia, como en otros territorios del planeta, donde estas empresas operan, reciben la maldición de la muerte, ejecutada por escuadrones que protegen sus intereses. (Este párrafo iba ser el comienzo de este escrito) 

Somos la suma de todos los hombres, tejemos la cultura en la que vivimos, y la nuestra está trenzada con los hilos de la muerte del gran capital y del marketing televisivo que manipulan gustos. Un asesinato es una manera de evacuar un malestar. Robinson prosigue en la vida de otros. Con la muerte también se da vida. Persistimos en la familia extendida que somos. Es el milagro de la donación de órganos.


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Zurdo Contrariado

Por Mauricio Castaño H
Historiador
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Del abajo infernal, al arriba celeste; de los pies que viven en la inmunda tierra, a la cabeza pensante que se eleva hacia los cielos. Así enseña la mítica, la preferencia por un arriba y el desprecio por un abajo. La ideología  continuó esa tradición, conocida es la variante de la toma de partido por la derecha en menoscabo de la izquierda. Los escolares zurdos eran obligados con la violencia decidida del docente a volverse diestros, a volverse normales derechosos. La justicia yerra según su imagen publicitaria de balanza equilibrada mientras la palabra misma derecho la hace inclinarse hacia una sola mano. Aún la terca ignorancia discrimina la obvia unidad: lo expresivo es función del lado izquierdo cerebral, la motricidad del derecho, y más que defecto es una disposición funcional complementaria, los diestros son complementados por la izquierda. Y los zurdos son diestros del otro lado. Pero también son diestros. No llevan una mano cadavérica, como los diestros.

El zurdo contrariado es complementado, su mano derecha es solidaria de la izquierda, fina motricidad, como en la escritura descentrada con los modernos teclados que posibilitan escribir a dos manos y a diez dedos, y mejor aún en el piano, manos y dedos danzan, se entrelazan, intercambian, se mezclan como si hicieran el amor: abandono de la civilización derecha de la estilográfica. “Los llamados Zurdos contrariados viven en un mundo del cual la mayor parte de los otros no exploran más que la mitad…. El zurdo contrariado – completado se desliza constantemente sobre la conexión, práctica cien veces al día el intercambiador por donde el sudor industrioso va hacia las singularidades del arte, por donde el trabajo tonto y testarudo se despliega en obra, por donde las fermentaciones que pudren la tierra terminan en lo universal de la forma pura.” Evidencia Michel Serres en el Tercer Instruido.

En expresión y movimiento se manifiesta la vida. No en vano Universal quiere decir lo único que se vierte en todos los sentidos, unidad de partes. Partir es clave en la enseñanza, quien no se mueve, el anclaje lo amenaza con parálisis. El viajero siempre será bienvenido, con sus experiencias de sus distintas paradas que contar. Se aprende en la errancia de rutas nada fáciles, sentido de la pedagogía. Exposición, exponerse a otros, a extrañezas con sus siempre peligros a flor de piel. Toda partida es un nuevo comienzo, un desgarramiento, sin dogmática que inmoviliza, hemipléjicos, nos vuelve torpes. Cuatro exposiciones mayores de la pedagogía: estallido del cuerpo en partes, la expulsión hacia el exterior, la escogencia necesaria de un camino transverso y paradójico

El zurdo contrariado se parece a una quimera que llevara su alma a la derecha puesto que escribe por el lado de las obras de la cultura y su cuerpo a la izquierda puesto que con ella mantiene sus herramientas para el trabajo que gana la vida…mano para labrar la tierra o seleccionar el grano. Mano para la caricia, lado para el signo y el saludo… izquierda para el balón, derecha para la pluma… mezcla.. donde el rigor se afina en belleza… Serres. En el zurdo contrariado– complementado, confluye la esencia pedagógica: fina motricidad que traza la belleza de la cultura, de una bella estética de la existencia. Y para caminar por esos senderos, por esas travesías, se exige antes que reír, ejercer el pensamiento, en ese sentido de pesar, tasar. Aventura del viajero, se expone a lugares nuevos con los riesgos que ello implica. De todas maneras muy distinto al demagogo que sólo dice alabanzas, palabras engañosas para pobre deleite de sus escuchas. 


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Por qué Michel Foucault está por todas partes

Eric Aeschimann

Economía, política, género, historia, espiritualidad… 30 años luego de la muerte del filósofo, nuestro siglo neoliberal lleva su nombre.  Explicaciones.

En 1979, en el marco de su curso semanal en el Collège de France, Michel Foucault consagra tres sesiones a la teoría neoliberal.  Analiza autores poco conocidos en Francia: los economistas alemanes de la post-guerra, el austríaco Friedrich Hayek, o también al ultraliberal estadounidense Gary Becker, futuro premio Nobel de economía.

Con un sentido estupendo de la anticipación, devela el verdadero proyecto de esa corriente de pensamiento: oficialmente, el neoliberalismo pretende “liberar” a los individuos y les permite actuar a su antojo; en realidad, explica el filósofo, se trata de imponer una manera de vivir enteramente guiada por el interés y el cálculo económico.  El mercado no es un mecanismo natural, sino un dispositivo, una “disciplina”, una “técnica de gobierno”, como la prisión o el hospital psiquiátrico.  El neoliberalismo fabrica Homo economicus de la misma manera que la clínica fabrica al loco.

En la época la cuestión no interesa.  Thatcher no estaba aún en el poder, y nadie se imaginaba el rompimiento de la ola neoliberal que iba a caer sobre el planeta.  Foucault pasa a otro tema y, cuando muere, en 1984, ese aspecto de su trabajo cae en el olvido.  En 2004, el curso de 1979 se vuelve un libro con el título Nacimiento de la biopolítica, lo que no facilita su difusión en medio de los economistas.

Habrá que esperar al 2009 y a la obra de dos filósofos, Pierre Dardot y Christian Laval, para que se imponga la idea de que Foucault también fue un genial analista de la economía liberal.  En la Nueva Razón del mundo, los dos autores aplican su intuición a la crisis financiera: lo que nos es presentado como un caos incontrolado procede en realidad de una racionalidad deliberada, de un “sistema disciplinario mundial”.  Y hay un detalle significativo: entre los intelectuales marcados por la lectura de Dardot-Laval se encuentra Aquilino Morelle, el consejero político del Eliseo, y redactor del famoso discurso del candidato Holland, en Bourget, sobre las finanzas…
"Je relis Foucault chaque fois que j'écris un livre"

Se conmemora en 2014 el trigésimo aniversario de la muerte de Michel Foucault.  Se han previsto coloquios un poco por todas partes en el mundo, y el que se realizará en París en el mes de junio reunirá a las más grandes figuras del pensamiento contemporáneo.  Pero a decir verdad, el triunfo está ya asegurado.  De los grandes teóricos de los años 1970, Foucault es de acá en adelante el más influyente, lejos por delante de Lacan, Derrida, Deleuze o Bordieu.

Y su irradiación supera el campo de la filosofía.  «Biopolítica», «control», «dispositivo», «normas» o «cuidado de sí», «gubernamentalidad» son conceptos foucaultianos utilizados corrientemente en historia, en sociología, en economía, en geografía…  «El siglo será deleuziano», había escrito gentilmente Foucault a propósito de su amigo (y rival); parece que el siglo sea sobre todo foucaultiano.

La producción literaria de este año ofrece tres ejemplos esplendentes de esta empresa.  El historiador Patrick Boucheron, figura de la nueva historia global y autor de un ensayo sobre el fresco del “Buen Gobierno” de Lorenzetti, confiesa: “Releo a Foucault cada vez que comienzo a escribir un nuevo libro”.
Achille Mbembe, sociólogo camerunense que enseña en los EE. UU. y en Suráfrica, se apoya en Foucault en su Crítica de la razón negra para mostrar que el Estado moderno es indisociable de la fabricación de razas.  En cuanto a Judith Butler, la papisa de los gender Studies, su crítica de las normas sexuales se inspira muy ampliamente en la Historia de la sexualidad.  Igualmente se podría citar a Pierre Zaoui y su reciente elogio de la discreción, impregnado de moral foucaultiana; o también a Didier Fassin y su trabajo sobre la moral de Estado, un tema de estudio típico del autor de Vigilar y castigar.

¿Por qué domina Foucault hasta este punto, treinta años después de su desaparición?  Una primera explicación: desde un punto de vista editorial, Foucault es un autor… viviente.  Casi todos los años, gracias a la publicación de los cursos del Collège de France, nuevos textos son puestos a disposición del público.  Y nada de refritos, sino verdaderos inéditos donde el filósofo aborda temas enteramente nuevos y frecuentemente inesperados, como el problema de la mano de obra en el siglo XVIII, el destino de la palabra “economía”, el pensamiento cínico o la definición de la “vida filosófica”.

Preciso, nunca con jerigonza, animado por un increíble entusiasmo intelectual, el Foucault del Colegio de Francia es claramente ese samurai de cuello tortuga que ha pintado su amigo el historiador Paul Veyne: cortés, escéptico, pero enérgico, aventurero, intrépido, siempre partiendo a explorar nuevos dominios.  Y los lectores siguen tanto en Francia (alrededor de 15.000 ejemplares cada curso, y 1’300.000 en total para los ensayos) como en el extranjero (los cursos se traducen a 30 lenguas, con una considerable demanda en los EE. UU., en Suramérica y en China).

Las grandes cuestiones políticas de nuestra época

Una segunda explicación: a través de esos cursos, Foucault ofrece herramientas únicas para abordar las grandes cuestiones políticas de nuestra época: ¿qué es el poder?  ¿de qué es capaz?  ¿qué puedo hacer frente a él?  La base de su pensamiento es el concepto de biopolítica.  Con este neologismo, el filósofo designa el hecho de que, desde el siglo XVII, el principal poder del Estado soberano sobre sus sujetos ya no es matarlos (como en la época feudal) sino hacerlos vivir.

El estado higienista representa el poder biopolítico por excelencia que actúa sobre las vidas y los cuerpos; fija normas sanitarias, desarrolla los cuidados, anima los nacimientos, hace el elogio de la familia, establece estadísticas.  “La biopolítica permite aclarar el vínculo tan confuso hoy existente entre el individuo y el colectivo, anota Mathieu Potte-Bonneville, uno de los representantes de la joven vanguardia foucaultiana.  El poder biopolítico se ejerce sobre las vidas, pero las vidas pueden a su vez actuar sobre él; así ocurre cuando protestamos, cuando manifestamos”.

El tema de la biopolítica se exporta bien.  Está en el fundamento de las dos grandes corrientes de pensamiento que dominan en los EE. UU., los gender studies y los estudios postcoloniales.  En cuanto a la teoría del care, también ella del otro lado del Atlántico, le hace eco a la noción de “cuidado” que Foucault recupera de los estoicos (ver por ejemplo los trabajos de Guillaume Le Blanc sobre la vulnerabilidad).
De Chakrabarty a... Michel Onfray

Profesor en Chicago, y responsable de la publicación de los cursos en los EE. UU., Arnold Davidson puede testimoniar el interés que suscita el pensador francés entre sus pares.  Su colega Dipesh Chakrabarty, el gran filósofo bengalí, le telefonea regularmente para aclarar tal o cual punto del pensamiento de Foucault.  Los departamentos de teología o de antropología le solicitan conferencias.  Y en el transcurso de un coloquio reciente, otro colega, el economista Gary Becker, el mismo que fue ampliamente analizado en el curso de 1979, como buen jugador exclamó: “¡Foucault comprendió perfectamente lo que yo quería decir!”.

Pues se puede apreciar a Foucault sin ser hostil al liberalismo.  Tal es el caso de su antiguo asistente, François Ewald, y del sociólogo Geoffroy de Lagasnerie, quien ve en el Nacimiento de la biopolítica una especie de elogio del pensamiento neoliberal.  Por lo demás, esta es la tercera explicación: Foucault critica, pero nunca cae en la simple indignación.  No diaboliza al poder, no lo reduce a la sola dominación.

Para él, gobernar es una relación a dos; y si nuestras maneras de vivir, nuestras conductas son fijadas por el poder, sin embargo ellas son necesarias pues hacen de nosotros sujetos activos.  Por ejemplo, el Estado me controla con la cédula de ciudadanía, pero también con ella me permite viajar.  Desde entonces, la contestación pasa sobre todo por “micro-resistencias”, que no buscan echar por tierra las normas, sino hacerlas más vivibles.

Por esto el amplio espectro de sensibilidades que se inspiran en el pensador en el campo de la filosofía política, desde los “reformistas” de la revista Esprit (Myriam Revault d'Allonnes, Frédéric Gros, Jean-Claude Monod, Michaël Foessel) a los pensadores de la nueva radicalidad política (Toni Negri, Giorgio Agamben, e incluso Julien Coupat, el activista de Tarnac).

Más fascinante aún: Foucault anota que ese poder sobre los individuos (lo que se llama “el gobierno de los otros”) también se puede aplicar a sí mismo (es el “gobierno de sí”).  Entonces devela una filosofía más personal, como lo recuerda Judith Revel, otra especialista en Foucault; su obra se nutrió desde el comienzo “de sus experiencias íntimas, como su doble tentativa de suicidio en los años 1950, inseparable de su interés por la locura”.

Al final de su vida, Foucault explora nuevos temas (el “cuidado de sí”, la “verdadera vida”, el “coraje de la verdad”), se apasiona por Tertuliano, Casiano, san Juan Crisóstomo, el cristianismo primitivo, las técnicas de la confesión (confession/aveu), los ejercicios espirituales salidos del concilio de Trento…

Y se acerca al filósofo Pierre Hadot, el gran inspirador de la renovación de la filosofía como manera de vivir.  Él populariza su obra y lo hace elegir en el Collège de France.  Cuando se sabe que Pierre Hadot tuvo por discípulos a Luc Ferry y a Michel Onfray, se ve que el impacto de Foucault en el campo intelectual francés puede alcanzar dimensiones insospechadas.

Eric Aeschimann

Fuente: http://bibliobs.nouvelobs.com/essais/20131220.OBS0394/pourquoi-michel-foucault-est-partout.html


La Société punitive. Cours au Collège de France 1972-1973, 
par Michel Foucault, Seuil-Gallimard, "Hautes Etudes", 350 pp., 26 euros.

Théorie du genre : Judith Butler répond à ses détracteurs
Daniel Defert : "Les archives de Foucault ont une histoire politique"
Revenir à la Une de BibliObs
Source : "le Nouvel Observateur" du 12 décembre 2013.

Sur le web: Paul Veyne à propos de Michel Foucault
Tr. Luis Alfonso Paláu, Medellín, abril 2 de 2014.


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Black Rock

Por Mauricio Castaño H
Historiador
colombiakritica.blogspot.com

Black Rock, roca negra. Es un consorcio financiero con sede en los Estados Unidos. Le bastan ciento cuarenta tentáculos empresariales para  apresar el globo terráqueo. Este imperio financiero salió de la crisis del wall Street. La televisión alemana deutsche welle la ha definido como el poder del dinero. La captación de recursos proviene de fondos estales (empleados,  pensiones, vivienda), de los sectores energéticos, minerales, etc., y sus derivados conflictos vueltos negocios. Seleccionado un jugoso territorio, proceden a desalojar a las comunidades, y después asientan sus empresas. La AlgloGold en Colombia, entre otros países, es una de ellas. Y así muchos negocios: Hidroeléctricas, complejos petrolíferos, cultivos lucrativos que aceitan el carrusel financiero emitiendo bonos basura.

La roca negra expande sus tentáculos por todos los países, su gran poder radica en la disposición de información sigilosa y privilegiada, con su gran software Aladino, hacen cálculos financieros en milésimas de segundos. Información destinada al mejor postor o para doblegar o chantajear a quien les plazca, a quien les convenga. Predicen crisis y provocan quiebras empresariales que luego compran barato. Así observan toda la banca y el negocio internacional. Gran panóptica. 

El negocio no rinde culto más que al dinero. Dos ejemplos desalmados. El consorcio es dueño de un conjunto residencial en Alemania que amenaza ruina constante, a sus inquilinos no les ha servido ningún reclamo, a sus accionistas sólo les interesa recibir el canon mensual asegurados por contratos leoninos. Sólo interesa la ganancia producida, la infraestructura habitacional poco importa, ya ha sido librada. Cada vez esta lógica de ganancia se impone en el mercado mundial, la mayoría de familias es golpeada por financistas ambiciosos y despiadados. El otro ejemplo corresponde a una empresa que no paga las horas extras a sus empleados, argumenta que el solo tener empleo es suficiente para estar agradecido con la vida. Pues en la frontera consiguen la misma mano de obra a mitad de precio. Negocio es negocio, sin rostro ni alma humana.

Este colosal mercado desbordó, superó al Estado, lo achicó. Los imperios financieros no tienen patria, se advierte la inoficiosa lucha anti imperialista, anti globalización, o las adversidades de derecha o de izquierda. El mercado impone sus reglas a todos por parejo sin distingo alguno, con sus cachivaches nos asfixian, nos crean mundos ficticios de felicidad o angustia. Se constata que hay más mercado que Estado. Los poderes parecen no tener otra opción a la de sucumbir: Estado hasta donde sea necesario, mercado hasta donde sea posible, concibe la dogmática de la tercera vía. Gobernar con la mejor justicia para alcanzar grados de equidad.

¿Qué nos queda de los gobiernos ante esta batalla perdida? Las rocas negras amenazan con aplastar. La roca negra es fiera. Es arrogante y desafiante, se atreve a destejer el arco iris. El siempre Borges escribió una variante posible: — ¿Qué sucedió con los gobiernos? —Según la tradición fueron cayendo gradualmente en desuso. Llamaban a elecciones, declaraban guerras, imponían tarifas, confiscaban fortunas, ordenaban arrestos y pretendían imponer la censura y nadie en el planeta los acataba. La prensa dejó de publicar sus colaboraciones y sus efigies. Los políticos tuvieron que buscar oficios honestos; algunos fueron buenos cómicos o buenos curanderos. La realidad sin duda habrá sido más compleja que este resumen.


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