Cataluña el Falso Relato Independentista

“Cataluña fue construyendo un relato independentista basado en datos falsos”

SEMANA habló con la filósofa y académica española Adela Cortina sobre la crisis que se ha desatado en su país luego de que el parlamento de Cataluña declarara la independencia de esa comunidad autonómica. Sus reflexiones se ubican en la otra cara de la moneda.
Entrevista a Adela Cortina sobre la independencia de Cataluña
“Cataluña fue construyendo un relato independentista basado en datos falsos”


Adela Cortina (Valencia, 1947) ha dedicado la mayor parte de su vida académica a investigar y a reflexionar sobre la ética, un tema que no resulta menor en tiempos que han sido reseñados como los de la posverdad. Pero la posverdad, dice, es tan vieja como la humanidad misma.

Para esta profesora de la Universidad de Valencia, los independentistas en Cataluña son una minoría que han construido un relato victimista que no se compadece con la historia de España ni con la realidad actual. Pero, ¿cuáles son sus argumentos? La tesis de Cortina –esa que tiene sus contradictores- se centra en la idea de que Cataluña nunca fue más oprimida que otras regiones, ni en la época del reino de Aragón ni en la dictadura de Franco.   

Cortina estuvo en Colombia gracias a la Corporación Excelencia en la Justicia y por invitación del proyecto La paz se toma la palabra, del Banco de la República. SEMANA aprovechó su visita para hablar con ella de uno de los momentos más complejos de la vida política española, desde que se instauró la democracia en 1978. Esto fue lo que dijo.

SEMANA: Usted decía, en una reciente columna en El País, que España carece de un relato nacional propio, distinto a lo que sucede con el independentismo catalán. ¿A qué se refiere?

Adela Cortina: A mí me parece lamentable que en tiempos de globalización en vez de buscar unirnos y reforzar nuestros lazos para combatir la pobreza, el cambio climático, el hambre, estemos pensando en disgregarnos. Estamos hablando de un país, una patria que ha conseguido que distintas regiones durante algún tiempo se hayan ido uniendo. Desde 1978 se consiguió el estado de las autonomías (como la de Cataluña) en el que hay un respeto a la diversidad y a la vez una unidad.

Yo creo que las autonomías fue una buena articulación y quienes pasábamos del franquismo al mundo democrático pensamos que ya estaba el tema resuelto, pese a que aun había temas por resolver. Y ahí comenzó un poco el error. Como estos cuarenta años han sido los mejores de toda la historia de España, pues no se nos ocurrió que teníamos que hacer un relato sobre España, porque no sabíamos que iba a aparecer el relato independentista. Creíamos que con haber conseguido un país democrático, con un progreso económico, integrado a la Unión Europea, teníamos el problema solucionado.

SEMANA: ¿Cuál es entonces el relato independentista?

A.C.: Los independentistas sí que hicieron su relato, uno que decía que eran una nación víctima, reprimida, lo cual sencillamente es falso. Cualquier tipo de constatación histórica demuestra que no es así. Pero cuando ese relato se cuenta desde la escuela, desde la familia, se va metiendo en el cerebro y los niños ya van generando la idea de que hay una nación catalana sometida por una corona española que la roba. Y todo eso es falso.

SEMANA: Pero sí que se podría hablar de una opresión a Cataluña al menos en la época del franquismo…

A.C.: Vamos a ver. El franquismo era una sociedad autoritaria en la que toda España –todas las regiones- estaban sometidas a un régimen. Cataluña lo que pasa es que tenía una lengua propia, pero en Valencia también hay una lengua, y en el país Vasco. Y el franquismo sí que intentaba eliminar las diferencias lingüísticas y culturales. Pero dicho eso, hay que decir que cuando se celebró el referéndum de la Constitución de 1978 los catalanes votaron mayoritariamente –mas del 90%- a favor de la Constitución democrática.

Lo digo porque este dato es muy importante. Ellos estaban en el mismo juego de toda España. Lo que te quiero decir es que Cataluña no estaba mas oprimido que el resto de España, sino todo lo contrario. En el franquismo hubo una cantidad de industrias que fueron a Cataluña, y de verdad que los catalanes han trabajado muy bien. Pero así fue creciendo Cataluña, además con la llegada de migrantes desde Andalucía, Extremadura, entre otros. Estamos hablando de una región privilegiada desde ese punto de vista. No desde la lengua y la cultura, pero sí desde la industria que fue allá.

SEMANA: Pero en Cataluña hubo un movimiento importante en contra del franquismo…

A.C.: Jamás Cataluña ha estado contra el franquismo. Jamás. En Cataluña había gente que era franquista y gente que era anti franquista, como en toda España.

SEMANA: Pero la lengua –el catalán- estuvo prohibida durante el franquismo...

A.C.: Prohibida no, pero se usaba en la familia. En la escuela a los niños se les enseñaba el español; el catalán era una lengua relegada, pero eso es lo único. En el estado de las autonomías se han potenciado las lenguas propias totalmente. En la época franquista, represión, nada.

SEMANA: ¿Cómo se construye un relato entonces? ¿Es a través de la literatura, o a través de todas las artes, de la educación?


A.C.: Creo que muchas gentes lo hemos olvidado. Nuestro cerebro no es un procesador lógico sino un procesador de historias, y por eso todos los países y todas las religiones educan a los niños con relatos y con cuentos, todos los mitos del origen del mundo son relatos, y el relato te van formando la mente de manera que tú interpretas los hechos a través de relatos.

Claro, los independentistas, que son un grupo muy pequeño en Cataluña, se dieron cuenta de que el relato es fundamental, y el relato en su caso es un relato victimista. El victimismo es sumamente efectivo. Y es un relato que dice que somos una nación –y hay que saber lo que es una nación- que siempre ha sido oprimida, desde la época de Carlos II y Felipe V. Pues no. No fue una guerra de secesión lo que hubo sino de sucesión.

SEMANA: ¿Qué no es cierto de ese relato inpendentista?

A.C.: Van contando un relato que aparece desde la noche de los tiempos, en el que parece que los catalanes desde el principio fueron una nación, una especie de reino. Y no es verdad, sencillamente fueron un condado dentro de la corona de Aragón. Van contando la historia como que efectivamente hubo una confederación catalana aragonesa. ¡Pero eso no ha existido jamás! Y la corona de Aragón estaba compuesta por el reino de Aragón, el reino de Valencia, el reino de Mallorca y el condado de Cataluña…

SEMANA: ¿Usted dice que Cataluña no estaba dominada por el reino de Aragón?

A.C.: En absoluto. Todas las comunidades tiene un relato: cuando uno va a una etnia, a un país, encuentras un relato, todas las patrias tienen una historia y en el himno se refuerza esa historia. Cataluña fue construyendo un relato independentista basado en datos falsos. Y esto es importante ahora que hablan de una época de posverdad y la posverdad es sencillamente mentiras.

SEMANA: En ese sentido la posverdad es viejísima…


A.C.: La mentira es vieja como la humanidad. Porque mentir es lo contrario de lo que se piensa con el objetivo de engañar. Así de sencillo. Se va contando ese relato y el niño lo oye en la casa, lo oye en la escuela y lo va incorporando. Y se va sembrando la idea de que los españoles son algo contrario, distinto que siempre ha estado en contra. Y se va generando un ánimo antiespañol.

SEMANA: Pero la intención de independizarse no es nueva. La primera vez que se intentó declarar a Cataluña como república fue en el año 1923


A.C.: Ha habido intentos parciales, pero las ha habido en toda España, como en toda Francia. En Francia ha habido cantidad de intentos, pero es que en Francia lo tienen clarísimo. Y en Italia, en Alemania. En todos los países hay regiones mejor situadas, económicamente más fuertes, que en algún momento intentan separarse; Cataluña ha intentado separarse en un par de ocasiones pero sin ningún éxito. Es importante situarse en el tiempo de la república española, la república era absolutamente a favor de España. Justamente la independencia fue impedida en el tiempo de la república porque había una idea de que España era un país. Que es lo que es.

SEMANA: ¿Qué es lo que quiere la mayoría de catalanes según su lectura?

A.C.: Hay un grupito pequeño de gente que es independentista, porque la mayoría de los catalanes no quiere la independencia como se ha demostrado. Y además una muy buena parte de los catalanes se sienten a la vez españoles y catalanes, con lo cual el problema es cómo vas a generar un estado distinto desde un grupo social en el que hay un 50% que quiere una cosa y el 50% otra. Y la independencia casi nadie.

SEMANA: Usted también decía que apostar por la independencia de Cataluña no es decir necesariamente no a Rajoy y a un Madrid inventado…


A.C.: A mí me parece que el matiz mas importante es que el relato de España no es el relato franquista. Me parece muy útil tomar un poema precioso de Miguel Hernández, que era un republicano que murió en la cárcel franquista.  Y su relato es el de todos los pueblos de España que formaban el conjunto de esa nación. A mí me parece que esa es la realidad de España. Y lo que ocurre entonces es que los independentistas y en Madrid han caído en la trampa de pensar que la batalla está solo entre dos entidades o dos seres que en realidad no existen. Por una parte Cataluña. Allá la inmensa mayoría de la población no quiere la independencia. Gran parte de la población se siente tan catalana como española.

No se puede decir que Cataluña quiere la independencia, eso es un error admitirlo si quiera. Pero por otra parte está Madrid. ¿Qué es Madrid? ¿Madrid es el estado? ¿Madrid es el Partido Popular?  ¿Madrid es Rajoy? Y al final es Rajoy contra Puigdemont y Junqueras. Dos entidades que no existen porque la realidad es la de los distintos pueblos de España que están unidos con un vínculo común, y muy vinculados con Iberoamérica. Y en el contexto de la Unión Europea. Ese problema hay que enfocarlo desde esa particularidad y no caer en la trampa de que oponerse a Rajoy es ser independentista.  No, en absoluto. Ser independentistas es algo completamente distinto.

SEMANA: ¿Qué tiene que hacer España en este momento?


A.C.: En este momento se esta haciendo lo único que se puede hacer que es constituir la legalidad, todas las actuaciones de Puigdemont, de Junqueras y el Parlamento catalán en los últimos tiempos son ilegales: la ley del referéndum, todo esto es absolutamente ilegal. Había que reconstruir la ley y eso es lo que ha tenido que hacer el gobierno.

SEMANA: Pero, ¿qué hacer con las personas que consideran que Cataluña debe ser independiente? Habría que escucharlas, ¿no?

A.C.: Vamos a ver, en Cataluña ha aparecido un grupito de un valle catalán –el valle de Arán- que han dicho que ellos tienen derecho a decidir. Y que han pedido que quieren ser independientes de Cataluña. En Cartagena (Murcia) también se organizaron intentando crear un cantón aparte. Hay muchos grupos que pueden querer la independencia, y otros que tienen otros deseos. Pero este es un estado de derecho. Uno donde se intenta articular lo mejor posible los intereses de todos. Y en el que no se satisface plenamente a ninguno, todos se tienen que conformar con un poco menos, pero esa es la única manera de organizar la convivencia. Hay cantidad de gente que no quiere pagar la declaración de la renta, por ejemplo. ¿Hay que satisfacer ese deseo también? Justamente un estado nacional es lo mejor que se ha inventado hasta ahora. 


Tomado de la Revista Semana Colombia, 02/11/2017

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