Por Mauricio Castaño H
Historiador
colombiakritica.blogspot.com
Jacques Le Goff, medievalista, riguroso historiador, escribe un libro a los estudiantes de la secundaria para explicarles lo bonito y lo feo, como dice él, de la Edad Media. Éste término de edad media, como su mismo término lo indica medio, refiere una posición, una ubicación, estar en medio, en un balanceo entre dos grandes épocas, la Antigüedad y la Modernidad, al menos es lo que se creyó por los ilustrados que así la denominaron. Grande la Antigüedad por su producción filosófica griega, por ejemplo; grande la modernidad por su gran renacer en las artes y mayor aún por las revoluciones científicas y sobre todo por lo Industrial que representó grandes transformaciones para la vida cotidiana y en general, con la máquina se aceleran los procesos para producir más y a veces mucho mejor por sus grados de precisión, lo maquínico repetitivo exceptúa de lo errático y de las distracciones que tiene el distraído humano, en otras palabras, esas transformaciones propiciadas por la revolución industrial generaron cambios para mejorar la vida humana.
Si bien el término medio es asemejado a un lugar de paso, a una ubicación que se puede mirar para atrás con añoranza y hacia adelante, hacia lo que viene con exhalación, pues aquella época fue calificada de oscura en tanto opacó muchas expresiones posibles a la libertad humana, en especial la que tiene que ver con el culto religioso La Edad Media se asocia con la Santa Inquisición, con los humanos llevados a la hoguera, los acusados de brujas; asociada con la quema de libros. Y ello fue la consecuencia del monopolio de la fe, se pasó del paganismo, de tener muchos dioses a tan sólo tener uno, el Dios cristiano, con poder en la tierra a través de sus representantes y fuera de ella con el absoluto divino. Para mayor precisión de origen judío aunque negrito o moreno él y carirredondo, occidente en sus representaciones lo blanqueó, tes blanca, rostro alargado, ojos claros o azules y de mechones o pelo largo. Y con ello todo lo demás de las esferas de la vida fueron pasadas por ese filtro religioso católico, se apagó la diversidad de credos y se encendió el monoteísmo, por eso lo de oscuro, se apaga una diversidad de colores mitológicos y formas de percepción de la vida, quedan en la sombra bajo esa sola luz de la doxa cristiana, así, ha de imaginarse la vida medievalista regulada por la fe, de la iglesia a la casa, al trabajo, a la casa y nuevamente a la iglesia, al templo, a la oración, aunque ha de recordarse también que las vidas están es para evitar el pecado, vivir esquivando al demonio que se encuentra en todas partes, en cualquier recodo, por ello se imponía el rezo constante, vivir para Dios, esquivar los pecados de la carne, enrutarse por la purificación para lograr una vida eterna de gozo al lado del divino: “Precisamente a propósito de las culpas o los pecados me gustaría destacar que, a partir del siglo XIII , un sacramento adquirió una importancia especial: la confesión personal de las propias culpas se iba al confesionario a contar los pecados al cura representante en la tierra de Dios.” Le Goff
Aunque valga una salvedad en la afirmación de encierro como lo señala el autor, el encierro es parcial, porque la religión enseñaba el Viator, el viajar, Cristo fue un viajero, caminar, viajero era su característica, nunca estacionario, incluso rechazó a su familia por su deambular, mi patria no es de este mundo, no tiene familia más que la humanidad…. de allí también el mercadear de un lado para el otro.
Pero eso feo de oscurantismo religioso además de guerras, hambrunas, no sólo caracterizó la edad media, también están las cosas bonitas como lo expresa nuestro autor referenciado. De esta época vienen los castillos, los monasterios, las monumentales catedrales con las que hoy muchos niños fantasean, en ellas un abrojo de derroche por el arte, los vitrales góticos con sus coloridos y figuras relucientes, etc. De la edad media también vienen los pianos y la música, los cantos gregorianos. Recordemos la curiosidad de los monjes, monasterios, monjas, todas esas palabras del término latín mono, que quiere decir uno o solo, soledad. Ellos, los servidores de Dios, requerían de estar solos consigo mismos para permitirse la contemplación y a través de ella acercarse a su altísimo supremo.
Y qué decir de curiosidades como que de esta Edad viene la práctica de esos hombres que iban y venían, los viater, y el término banco, de banqueros, prestamistas, denominado así porque hacían sus tratos encima de sus bancos, sus negocios los refrendan sobre un banco, una banca, un asiento, hoy ha evolucionado y llamamos bancos a los lugares en donde embodegan y hacían transacciones. Claro que hay que mencionar a los prestamistas, en esa época los señores feudos, dueños de parcelas que arrendaban a los siervos. O de caput, cabeceras de poblados, que dio origen a ciudades capitales.
La Dama y El Unicornio, expuesto en Museo de la Edad Media, París |
Finalmente la palabra caritas significa amor, caridad. Fue uno de sus mayores exponentes San Francisco de Asís, hizo de la caridad un valor admirado, tanto que ser mendigo era prestigioso en el medioevo, pues cómo no imitar el mendigo que fue Jesús en una de sus apariciones, se mezclo con ellos… en fin eso dio fundamento, dio fuerza a la práctica de la caridad cristiana.
Sean estas palabras dichas una motivación para leer este corto libro de La Edad Media explicada a los jóvenes de Jacques Le Goff, lo pueden bajar gratis de ePubLibre. Buena lectura.
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