Iván Castrillón A
Historiador
Preámbulo
Pese al C19, a la pandemia global, no hay razón, no Hay por qué renunciar a nuestros libertades y derechos democráticos. ¿Por qué la apropiación de la cultura digital evitaría tales contrasentidos? Es lo que nos proponemos señalar.
Pese al C19, a la pandemia global, no hay razón, no Hay por qué renunciar a nuestros libertades y derechos democráticos. ¿Por qué la apropiación de la cultura digital evitaría tales contrasentidos? Es lo que nos proponemos señalar.
Uno de los aspectos más preocupantes de la actual coyuntura en torno al Covid 19 es la crisis del orden democrático como lo señala muy bien Thierry Meyssan con dos post donde señala la irrupción del autoritarismo basado en una biopolítica sin un fundamento científico y la propaganda orientada a manipular y no a informar y empoderar. En fin el Covid 19 ha sido un pretexto para despojar e inmovilizar la participación ciudadana.
De ahí que proyectamos la necesidad e importancia de crear y gestionar redes amplias de empoderamiento no solo utilizando plataformas y redes sociales, sino también redes de laboratorios ciudadanos que obligaría a los respectivos gobiernos de turno no solo a escuchar sino a empoderar a la ciudadanía para enfrentar este tipo de crisis y no sometiendo al encierro a domicilio sin distinción de personas o cercos sanitarios, que desde la perspectiva de los epidemiólogos no combaten los virus pero sí señala a la población como si fuera ingobernable o potencial enemigo del Estado.
De ahí el interés de resaltar la importancia de apropiar las TIC de tal manera que se empodere a la ciudadanía, se le haga participar y se le permita innovar. Otra manera de decirlo: ir configurando esa nueva cultura de los smartcitizen que deben actuar y decidir en alianza con las comunidades científicas que promueven el conocimiento abierto. De ahí la importancia de fomentar la ciudadanía 2.0 anclada en los Lab Ciudadanos.
Las Smart City
Las ciudades cada vez más sobrecargadas por la concentración de los números demográficos y la demanda de recursos para su gestión incorpora de forma masiva la tecnología digital de ahí la denominación de las Smart City. Las cuales el contexto del desarrollo de la Economía Creativa y en particular las industrias 4.0, manifiesta entre varias tendencias la de hazlo tu mismo y colabora con tu comunidad.
Por eso en la actualidad tenemos lugares con metodologías de trabajo compartido y de generación de ideas y proyectos como los coworking, así como espacios abiertos que integran estrategias de vending y costudyng obviamente con la imprescindible conectividad para la formación e-learning, el teletrabajo y el emprendimiento. En este sentido también se han diseñado espacios como los makerspace, los Hackspace, los Fab lab, los Medialab, los Living lab, incluso los denominados Citilab cuya matriz común son los lab ciudadanos dirigidos a la personalización y apropiación de lo digital para diseñar y desarrollar productos.
En resumen, todas estas nuevas denominaciones simplemente indican los nuevos ambientes de cocreación con la participación de la ciudadanía con base en la apropiación de las TIC. Al respecto merece mostrarse la propuesta de laboratorios de ciudad del BID enfocados al desarrollo urbano.
Medellín Smart City
Hagamos un rápido recorrido para identificar esta oferta en la Ciudad de Medellín. Por lo pronto se tiene el MakerSpace U.N. sede Medellín adscrito a la Biblioteca y asociado a la Facultad de Arquitectura existe el Fablab que incorpora servicio más complejos que el makerspace, también está Göra Makerspace. En el ámbito de los medialab se cuenta con el Medialab de Eafit, el Vivelab en Ruta N y el LAB3 del MANN ‒creado para proyectos relacionados con las artes electrónicas con énfasis en el sonido‒. En el campo científico y tecnológico se encuentra el Exploratorio del Museo Interactivo Explora orientado al desarrollo de proyectos de innovación ciudadana y el Living lab de la Universidad de Antioquia dirigido a los temas de telesalud. A excepción de Göra son todos proyectos vinculados a Instituciones de ES y algunos museos donde las comunidades no científicas y profesionales, están generalmente excluidas. De ahí la oportunidad de transformar y potenciar los Telecentros Comunitarios de Medellín como espacios para el empoderamiento, cocreación e innovación ciudadana en los territorios.
Acceso a la Cultura Digital
Ahora bien para desarrollar esta economía creativa hay que garantizarle a las comunidades el acceso a la cultura digital que implica: dispositivos, conectividad y formación en competencias digitales. Si bien los operadores de la telefonía móvil han contribuido significativamente a cerrar la brecha digital no es suficiente, pues es importante incorporar tabletas y portátiles. De ahí la importancia de políticas públicas con adecuados presupuestos y alianzas público-privadas-comunidad para facilitar dicho acceso de manera integral e inclusiva.
Para lo enunciado hay diversas estrategias como son los denominados telecentros de 2a generación o modelo de biblioteca que ya probaron sus bondades en el año 2015, donde se prestó los dispositivos a los usuarios para que los lleven consigo, a la vez que se les articuló a los corredores para la conectividad pública facilitando así conectividad de calidad. Y por último ofrecer gratuitamente o a muy bajo costo formación en competencias y técnicas digitales para que adquieran las tecnologías de aprendizaje, conocimiento y colaboración (TACC), así como las tecnologías de empoderamiento, participación e innovación (TEPI) que permiten desarrollar los Telecentros de 3a generación que son ni más ni menos que los Lab arriba enunciados.
Medellín, 14 de abril de 2020
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