Cuerpo Sin Órganos

 Hacceidad, Devenir, Relaciones
Por Mauricio Castaño H
Historiador
Colombiakrítica


Un cuerpo vale las relaciones que construye, así como se dice que más vale una cabeza bien puesta a otra bien llena, así mismo se dice de lo que puede un cuerpo, él es más que una bolsa llena de órganos. Uno se va haciendo según las relaciones que logre tejer, trenzar. El concepto
hacceidad define bien el devenir de un cuerpo que se hace a medida que transcurre el tiempo en el espacio. El tiempo y el territorio son condiciones para la emergencia de la vida. 


 En nuestro propio cuerpo el tiempo y la vida nos transcurren mediante flujos de sensaciones y de afectos que van más allá de las simples funciones orgánicas, superan el utilitarismo orgánico para devenires inesperados, inéditos. De allí que se hable de cuerpo sin órganos para expresar esos flujos de sensaciones, ese mar de relaciones más allá de las simples funciones de parentesco o filiales, esto es hacer rizoma, es agenciamiento a decir de Gilles de Deleuze: «Un agenciamiento es precisamente ese aumento de dimensiones en una multiplicidad que cambia necesariamente de naturaleza a medida que aumenta sus conexiones». Un ejemplo de rizoma es la mala hierba que crece por desbordamiento, crece por los bordes, crece en el vacío en donde se dejó de cultivar. En sí, son las relaciones hechas con el afuera más allá de las filiaciones hereditarias.


Un cuerpo sin órganos está vacío de éstos, corazón, hígado, riñones, pulmones, etcétera, y en su lugar se privilegian las relaciones, es algo así como el todo por la parte. Uno no es una bolsa de órganos sino el conjunto de relaciones devenidas. Son más bien las percepciones que devienen insospechadamente, son inéditas, sorpresivas, contingentes, son haccedidades para decirlo con una bella palabra, lo que se hace en el momento, cada día trae su propio afán acostumbramos decir. «Deshacer el organismo nunca ha sido matarse, sino abrir el cuerpo a conexiones que suponen todo un agenciamiento, circuitos, conjunciones, niveles y umbrales, pasos y distribuciones de intensidad, territorios y desterritorializaciones medidas a la manera de un agrimensor.» (Deleuze capítulo que inspira el presente escrito: Cuerpo sin órganos en Mil Mesetas)


Los afectos, las sensaciones, las micro percepciones son incorpóreos, son flujos que devienen en algo inédito, en lo contingente, en lo inesperado. Devenir se define por hacceidad y está lejos de las preformas, de las grandes clasificaciones que todo lo reducen a máquinas binarias, del significante y significado, de lo masculino o femenino, bueno o malo, alto o bajo, etcétera. 


Las relaciones y sus flujos definen la vida: «Geoffroy Saint-Hilaire. Geoffroy había sabido construir, en el siglo XIX, una concepción grandiosa de la estratificación. Geoffroy decía que la materia, en el sentido de su máxima divisibilidad, consistía en partículas decrecientes, en flujos o fluidos elásticos que se desplegaban de forma irradiante en el espacio. La combustión era el proceso de esa fuga o de esa división infinita en el plan de consistencia.» citado por Deleuze.


La vida son las relaciones tejidas mientras transcurre el tiempo en el espacio. La literatura como en Virginia Wolf, los ritmos y las velocidades de los aforismos en Nietzsche van más allá de sólo fragmentos al azar. El haiku, el poema también es la captura de las velocidades y los momentos que pasan, de esa multiplicidad de mircro percepciones.


Amar


Viene a bien el ejemplo de amar definido por Deleuze en esos flujos, en esas relaciones devenidas en el cuerpo: «¿Qué quiere decir amar a alguien? Captarlo siempre en una masa, extraerlo de un grupo, aunque sea restringido, del que forma parte, aunque sólo sea por su familia o por otra cosa; y después buscar sus propias manadas, las multiplicidades que encierra en sí mismo, y que quizá son de una naturaleza totalmente distinta. Juntarlas con las mías, hacer que penetren en las mías, y penetrar las suyas. Bodas celestes, multiplicidades de multiplicidades. Todo amor es un ejercicio de despersonalización en un cuerpo sin órganos a crear; y en el punto álgido de esa despersonalización es donde alguien puede ser nombrado, recibe su nombre o su apellido, adquiere la más intensa discernibilidad en la aprehensión instantánea de los múltiples que le pertenecen y a los que pertenece.»


La vida y sus relaciones que devienen todo el tiempo, los afectos y las micro percepciones, somos flujos de sensaciones. El cuerpo sin órganos es esa geografía de relaciones, de hacceidades que nos interceptan.

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