Por Mauricio Castaño H
Historiador
http://colombiakritica.blogspot.com/
Transgresor es el arte. Rompe con la fea costumbre de ocultar lo bello. Cuando el artista con su instalación impregna su lienzo sobre el edificio, lo rescata de la cotidianidad que borra lo hermoso, a fuerza de ver todos los días se pierde la capacidad de asombro. Lo velado y lo desvelado. Renacer. Volver la mirada sobre lo que amenaza olvido no es otra cosa que conmemorar contra el olvido. El arte lucha contra la ausencia, contra el olvido, contra el tiempo que todo lo borra. Ver lo invisible dentro de lo visible. Hacer lo visible lo abandonado. Concentrar y conservar. La Picturalidad ayuda al recuerdo y a festejar las pobres cosas olvidadas. El arte restituye, se apropia y celebra el objeto. He allí su función. El artista Christo nos lleva por una nueva aventura. Con sus obras cubre y desvela. Rescata lo que a fuerza de ver no se ve, la cotidianidad que hace invisible lo que se presenta a nuestra vista. Es un proceso de inversión, se resucita lo que antes estaba muerto, lo que estaba trivializado, olvidado. El objeto es valorizado, rescatado.
Esta definición del arte próxima a lo terrenal, a los objetos mismos, riñe con la concepción elitista que hace de este un artículo de lujo que tan sólo puede disfrutar los muy adinerados llevándose sus cuadros o esculturas a sus casas, en donde solo ellos pueden disfrutarlo. Por el contrario, el arte que se concibe toca a todas las sensibilidades humanas, de todas las clases, sin distingo alguno, el artista cada vez más sale a las calles a experimentar con lo que se le presenta ante sus ojos, incluso con la sucio y lo nauseabundo, con la chatarra, con las pobres cosas olvidadas, se valora lo más desgraciado.
Es bueno recordar que la innovación es amiga del arte, en sus distintos momentos se ha tenido que ir a contracorriente: mientras que el positivismo oculta, el abstraccionismo está libre de todo compromiso; mientras lo que se pretende expresionismo no hay nada mejor que el impresionismo. “La nueva escuela de pintura lleva el nombre de cubismo; le fue dado en son de burla en el otoño de 1908 por Henry Matisse que acababa de ver un cuadro que repreentaba casas cuya apariencia cúbica lo golpeó profundamente… al representar la realidad – concebida o la realidad – creada, el pintor puede dar la pariencia de las tres dimensiones, puede de alguna forma cubicar. No lo podría hacer ofreciendo simplementa la realidad – vista.” Guillaume Apollinaire citado por Francois Dagognet en Por el Arte de Hoy.
Esto es un tributo a lo que somos. Somos lo que hacemos. La mano hacedora nos revelan, nos proyecta la existencia. Por sus obras los
conoceréis indica que los objetos hechos nos delatan mejor que nuestra propia existencia. La palabra Arte y próxima a Artesano, son de la misma familia. “Las civilizaciones se manifiestan menos a través de sus pensamientos (vagos y por ello desconocidos) que por sus utensilios, sus instrumentos diversos, el bazar de su cotidianiadad… una cultura se reconoce en sus ritos, en sus creencias, pero más aún en los medios materiales que emplea, sus muebles, sus equipos de cocina, su material audiovisual, et.” Seguimos a Dagognet: Por el Arte de Hoy. Cosa rara y fea para los puristas del arte, que lo conciben en una pureza celestial y elitista.
“Los antiguos relatan que una joven, desconsolada por la partida del hombre que ella amaba – quien se fue a la guerra – imaginó trazar con una tiza en el muro los contornos de su sombra proyectada. Reprodujo así las líneas de su fisonomía con el fin de conservar su apariencia… desde entonces – después de un comienzo bastante prosaico – la escenografía – no conocerá más límites: se dedicará a recordarnos las escenas religiosas esenciales (la Anunciación, la ultima Cena, La Visita al Templo …) luego, ulteriormente, las reales (lo sacro), las militares (una batalla naval, la toma de una fortaleza). Más tarde aún vendrá el retrato, el del hombre que reina (una dinastía)” Dagognet.
Ver lo que no vemos, es una virtud del arte, a fuerza de tanto ver la cotidianidad borra lo bello existente que se nos da a nuestros ojos, convirtiéndolo en una cosa más del paisajismo que todos ignoran. Con el arte nos liberamos de la monotonía, la vida se nos presenta en todas sus riquezas y encantos. Por ello cada vez más el arte es de las calles, de lo cotiano, de las experiencias humanas libres de las odiosas clasificaciones clasistes en donde sólo unos pocos adinerados pueden disfruter llevando su fetiche para colgar en su pared.
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