Por Mauricio Castaño H
Historiador
colombiakritica.blogspot.com
Borges leído en la brevedad de su Poesía Completa. De la experiencia estética afirma que es personal. Entre la obra y el expectante se trenza una relación que bien puede generar una sensación estética o un rechazo, por ello se descree de la estética como arte y mucho menos como ciencia. Le era más afín hablar del gusto construido entre quien lo experimenta y la cosa misma experimentada. Por eso se define más como un lector: “Que otros se jacten de las páginas que han escrito; a mí me enorgullecen las que he leído… Descreo de las escuelas literarias, que juzgo simulacros didácticos para simplificar lo que enseñan.”
Y en cuanto a su construcción literaria declara de su propia experiencia: “No soy poseedor de una estética. El tiempo me ha enseñado algunas astucias: eludir los sinónimos, que tienen la desventaja de sugerir diferencias imaginarias; eludir hispanismos, argentinismos, arcaísmos y neologismos; preferir las palabras habituales a las palabras asombrosas; intercalar en un relato rasgos circunstanciales, exigidos ahora por el lector, simular pequeñas incertidumbres, ya que si la realidad es precisa la memoria no lo es; narrar los hechos (esto lo aprendí en Kipling y en las sagas de Islandia) como si no los entendiera del todo; recordar que las normas anteriores no son obligaciones y que el tiempo se encargará de abolirlas. Tales astucias o hábitos no configuran ciertamente una estética. Por lo demás, descreo de las estéticas. En general no pasan de ser abstracciones inútiles; varían para cada escritor y aun para cada texto y no pueden ser otra cosa que estímulos o instrumentos ocasionales.”
La vida y la muerte van juntas, al unísono, desde que se nace se empieza a morir, vivir es estar muriendo… A todos los gastó el tiempo, a todos los tapa el barro… En sus palabras la muerte es vida vivida, y la vida es muerte que viene, la muerte va desgastando la vida. La muerte y no el muerto. “el muerto no es un muerto: es la muerte… el muerto ubicuamente ajeno no es sino la perdición y ausencia del mundo.” En otras frases deja ver esa concepción del morir que es moneda corriente... Y sin embargo me duele decirle adiós a la vida, esa cosa tan de siempre, tan dulce y tan conocida... pero a la vez de cierta manera fatal: “el horrendo dictamen de que todo es del gusano. O esa costumbre de que no hay muerto malo: No hay cosa como la muerte para mejorar la gente.” Estas líneas en las cuales acepta la muerte con resignación: soy el que envidia a los que ya se han muerto. “Ya no seré feliz. Tal vez no importa. Hay tantas otras cosas en el mundo; un instante cualquiera es más profundo y diverso que el mar. La vida es corta y aunque las horas son tan largas, una oscura maravilla nos acecha, la muerte, ese otro mar, esa otra flecha que nos libra del sol y de la luna y del amor. La dicha que me diste y me quitaste debe ser borrada; lo que era todo tiene que ser nada. Sólo me queda el goce de estar triste.”
El tiempo también es uno solo, un extendido presente dirían los estoicos, sólo existe el presente, pues toda acción se vuelve pasado y determina un futuro, en las decisiones que se toman se dejan tanto una huella como se traza un devenir, se recogen los frutos cosechados dice la sabiduría popular, el accionar de un individuo determina tanto su tiempo por venir como sus huellas dejadas, su pasado y futuro son construcciones en alta medida individuales en el aquí y en el ahora del presente, esto sin negar el peso de lo contextual del mundo que a cada quien le ha tocado vivir, los filósofos o historiadores dirán que son estructuras sociales en las cuales los individuos tienen poca o nada libertad para maniobrar y más bien obedecen a éstas, por eso se habla de que fueron hombres de su tiempo cuando se trata de explicar la vida de un mortal. En la siguiente expresión, a nuestra manera de ver, compacta futuro y pasado en el presente que es como decir contemporáneo: “ser moderno es ser contemporáneo, ser actual: todos fatalmente lo somos. Nadie —fuera de cierto aventurero que soñó Wells— ha descubierto el arte de vivir en el futuro o en el pasado.”
Del sexo y el amor. Del primero sólo resalto el ocurrido en un pasaje de Ulrica: “Comprendí que una cosa inesperada no me estaba prohibida y le besé la boca y los ojos. Me apartó con suave firmeza y luego declaró: - Seré tuya en la posada de Thorgate. Te pido mientras tanto, que no me toques. Es mejor que así sea. Para un hombre célibe entrado en años, el ofrecido amor es un don que ya no se espera. El milagro tiene derecho a imponer condiciones. Pensé en mis mocedades de Popayán y en una muchacha de Tezas, clara y esbelta como Ulrica que me había negado su amor. No incurrí en el error de preguntarle si me quería. Comprendí que no era el primero y que no sería el último. Esa aventura, acaso la postrera para mí, sería una de tantas para esa resplandeciente y resuelta discípula de Ibsen.” En la poesía completa tiene las siguientes frases: “El amor… Es el amor. Tendré que ocultarme o que huir… Me duele una mujer en todo el cuerpo…. Ese disperso amor es nuestro desanimado secreto… Nuestro cariño se acobarda en desganos.”
Finalmente el Borges que desarrolló un horror hacia los espejos, que redundan nuestra imagen: “El hombre viejo está postrado y blanco en su decente habitación de pobre. Ociosamente mira su cara en el cansado espejo. Piensa, ya sin asombro, que esa cara es él. La distraída mano toca la turbia barba y la saqueada boca. No está lejos el fin.” El Borges de patria planetaria: “El jardincito es como un día de fiesta en la pobreza de la tierra…” “No he recobrado tu cercanía, mi patria, pero ya tengo tus estrellas… Yo, que tantos hombres he sido, no he sido nunca aquel en cuyo amor desfallecía Matilde Urbach.” Y otro tema infaltable el olvido que seremos: “El olvido anula el pasado: su condición humana: el olvido, que anula o modifica el pasado… No odies a tu enemigo, porque si lo haces, eres de algún modo su esclavo. Tu odio nunca será mejor que tu paz…. Yo no hablo de venganzas ni de perdones; el olvido es la única venganza y el único perdón." Para la razón de nuestro título, hacemos propias las palabras de Linneo: "La brevedad es la belleza del arte, pues entre más simples son las cosas más valen; y es insensato poner mucho donde poco basta." Es el Borges que hemos querido en la brevedad.
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