Conferencia
Por Michel Serres
Traductora María Luisa Jaramillo
Colaboración para Colombiakritica
Antes de enseñarle algo a alguien, por lo menos hay que conocerlo. ¿Quién va hoy en día a la escuela, al colegio, al liceo o a la universidad?
I
Este nuevo estudiante de la escuela, esta joven estudiante no ha visto nunca ni un ternero, ni una vaca, ni un cerdo ni una cosecha de uva. En 1900, la mayoría de los humanos del planeta trabajaban en la labranza y en los trabajos de pastoreo; en 2011 , en Francia y así como en otros países análogos ya no contamos más que con un uno por ciento de campesinos. Sin duda aquí hay que ver una de las rupturas más fuertes de la historia desde el neolítico. Antiguamente, la cultura, que se refería a las prácticas agrícolas , cambió de repente.
Aquel o aquella que les presento ya no vive en compañía de otros seres vivos, ya no vive en la misma Tierra, ya no tiene la misma relación con el mundo. Ella o el ya no admiran sino una naturaleza idílica, la del tiempo libre o la del turismo.
- Vive en la ciudad. Sus predecesores inmediatos, más de la mitad, frecuentaban el campo. Pero, como se ha vuelto sensible con respecto al medio ambiente polucionará menos, más prudente y respetuoso que nosotros, adultos inconscientes y narcisos.
Ya no tiene la misma vida física, ni el mismo mundo ya que la población ha llegado casi a los siete mil millones de humanos ; ya vive en un mundo lleno.
- Su esperanza de vida alcanzará los ochenta años. El día de su matrimonio, sus abuelos se habían jurado fidelidad apenas por diez años. Cuando el o ella consideren la posibilidad de vivir juntos, ¿se van a jurar lo mismo por sesenta y cinco años ? Sus padres heredaron cuando tenían treinta años, ellos tendrán que esperar la vejez para recibir estos legados.
Ya no conocen ni las mismas edades, ni el mismo matrimonio, ni la misma transmisión de bienes. Cuando se iban para la guerra, con la flor en el fusil, sus padres le ofrecían a la patria una esperanza de vida breve; ¿harán ellos, de igual modo, la promesa por seis decenios?
- Desde hace sesenta años, intervalo único en nuestra historia, el o ella no conocieron la guerra, y dentro de poco no la conocerán ni sus dirigentes ni sus educadores. Como se benefician de una medicina por fin eficaz y en lo que se refiere a la farmacéutica, se han beneficiado de analgésicos y anestésicos, han sufrido menos, desde el punto de vista estadístico, que sus predecesores. ¿Han tenido hambre?
Ahora bien, religiosa o laica, toda moral se resumía en unos ejercicios destinados a soportar el dolor inevitable y cotidiano: enfermedades, hambruna, crueldad del mundo.
Ellos ya no tienen ni el mismo cuerpo ni la misma conducta; ningún adulto ha sabido inspirarles una moral a la que puedan adaptarse.
- Mientras que sus padres fueron concebidos a ciegas, su nacimiento es programado. Como para el primer hijo, la edad de la madre ha progresado de diez a quince años, los educadores ya no encuentran padres de alumnos que sean de la misma generación.
Ya no tienen los mismos padres; al cambiar de sexualidad su genitalidad se transformará.
- Mientras que sus predecesores se reunían en clases o en anfiteatros homogéneos culturalmente, ellos estudian en un colectivo donde se codean en adelante varias religiones, lenguas, procedencias y costumbres. Para ellos y sus educadores, el multiculturalismo es la regla. ¿Por cuánto tiempo podrán seguir cantando la innoble “sangre impura” de algún extranjero? (1)
Ya no tienen el mismo mundo mundial, ni tampoco el mismo mundo humano. Pero alrededor de ellos, las hijas y los hijos de los inmigrantes, que han venido de los países menos ricos, han vivido experiencias vitales inversas.
Balance temporal. ¿Cuál literatura, cuál historia comprenderán, felices, sin haber vivido lo rústico, sin haber conocido los animales domésticos, la cosecha de verano, diez conflictos, cementerios, heridos, hombres con hambre, patria, bandera ensangrentada, monumentos a los muertos, sin haber experimentado en el sufrimiento la urgencia vital de una moral?
II
EN LO QUE SE REFIERE AL CUERPO Y AL CONOCIMIENTO
- Sus ancestros fundamentaron su cultura en un horizonte temporal de varios miles de años, adornados por la Antigüedad grecolatina, la Biblia judía, algunas tabletas cuneiformes, una prehistoria corta. En adelante ella es de millones de años, su horizonte temporal se remonta a la barrera de Planck, pasa por la acreción del planeta, la evolución de las especies, una paleo-antropología de millones de años. Ya que no viven el mismo tiempo, hacen parte de otra historia .
- Están formateados por los media, difundidos por los adultos que han destruido meticulosamente su facultad de atención, reduciendo la duración de las imágenes a siete segundos y el tiempo de las respuestas a las preguntas a quince segundos según cifras oficiales; la palabra que más se repite es “muerte” y la imagen que más se representa es la de cadáveres. Desde la edad de doce años, esos adultos los forzarán a ver más de veinte mil asesinatos.
- Están formateados por la publicidad; ¿cómo enseñarles que la palabra relais (2) en francés se escribe “ - ais” mientras que ella está escrita “ - ay” en todas las estaciones de trenes? ¿Cómo enseñarles el sistema métrico cuando, de la manera más tonta del mundo, la SNCF (3) les pone “- s´miles” ?
Nosotros, los adultos hemos reforzado nuestra sociedad del espectáculo en detrimento de una sociedad pedagógica cuya competencia aplastante, vanidosamente inculta, eclipsa la escuela y la universidad. Teniendo en cuenta el tiempo de escucha y de la visión , los media ya se apoderaron desde hace tiempo de la función de la enseñanza.
Los educadores son los institutores menos escuchados. Son criticados, vilipendiados, ya que son mal remunerados.
Estos jóvenes viven pues lo virtual. Las ciencias cognitivas muestran que el uso de la red, la lectura o la escritura con los pulgares de los mensajes, la consulta de Wikipedia o de Facebook, no excitan las mismas neuronas ni las mismas zonas corticales que funcionan con el uso del libro, de la arcilla o del cuaderno. Pueden manipular varias informaciones a la vez.
No conocen, ni integran, ni sintetizan como lo hacemos nosotros, sus ascendientes.
Ya no tienen la misma cabeza.
- Por el teléfono celular acceden a todas las personas; con el GPS, a todos los lugares; por la red, a todo el saber; frecuentan pues un espacio topológico de vecindades, mientras que nosotros vivíamos en un espacio métrico, con referencia a las distancias.
Ya no viven el mismo espacio.
Sin que nos diéramos cuenta de ello, un nuevo humano ha nacido, durante un breve intervalo, el que nos separa de la Primera Guerra Mundial.
El o ella ya no tienen el mismo cuerpo, la misma esperanza de vida, ya no se comunica de la misma manera, ya no percibe el mismo mundo exterior, ya no vive en la misma naturaleza. Habiendo nacido con la peridural y con nacimiento programado, ya no teme, bajo los cuidados paliativos, la misma muerte. Como ya no tiene la misma cabeza que tuvieron sus padres, el o ella conoce de otra manera.
- El o ella escribe de otra manera. Al observarlo, con admiración, enviar - más rápidamente de lo que yo no sería capaz de hacer con mis dedos entumecidos- SMS con los dos pulgares, los bauticé, con la mayor ternura que pueda expresar un abuelo, Pulgarcita y Pulgarcito. Este es su nombre, más bello que la vieja palabra, seudo-sabia, mecanógrafo.
- Ya no hablan la misma lengua. Desde Richelieu, la Academia francesa publicó, más o menos cada cuarenta años, para referencia, el diccionario de la nuestra. En los siglos precedentes, la diferencia entre dos publicaciones se establecía alrededor de cuatro a cinco mil palabras, cifras más o menos constantes; entre la precedente y la próxima, ella será más o menos de treinta mil.
A este ritmo, podemos adivinar que dentro de poco, nuestros sucesores podrían encontrarse, mañana, tan separados de nuestra lengua como lo que estamos, hoy en día, del antiguo francés utilizado por Chrétien de Troyes o Joinville. Este gradiente da una indicación casi fotográfica de los cambios que describo.
Esta inmensa diferencia que afecta a todas lenguas tiene que ver, en parte, con la ruptura entre las profesiones de los años cincuenta y las de hoy. Pulgarcita y su hermano no se dedicarán a los mismos trabajos.
La lengua cambió, el trabajo mutó.
III
EL INDIVIDUO
Aún más, se han convertido en individuos. Inventado por San Pablo, a comienzos de nuestra era, el individuo acaba de nacer en estos días. ¿ Nos damos cuenta que antiguamente y hasta no hace mucho, vivíamos de pertenencias? Éramos franceses, católicos, judíos, protestantes, ateos, gascones o picardos, mujeres u hombres, indigentes o afortunados… pertenecíamos a regiones, a religiones, a culturas, rurales o urbanas, a grupos singulares, a un sexo, a un patois, a la Patria. Debido a los viajes, a las imágenes, a la Red y a las guerras abominables, estos colectivos han , más o menos, explotado. Los que todavía quedan, siguen explotando.
El individuo ya no sabe vivir en pareja, se divorcia; ya no sabe comportarse en clase, se mueve y charla; ya no reza en la parroquia; el verano pasado, nuestros futbolistas no supieron formar un equipo; nuestros políticos ¿saben todavía construir un partido plausible o un gobierno estable? Por todas partes se dice que las ideologías están muertas; son las pertenencias que ellas reclutaban las que están desapareciendo.
Este individuo recién nacido es más bien una buena noticia. Al sopesar los inconvenientes del egoísmo y de los crímenes de guerra cometidos por y para la libido de pertenencia – centenares de millares de muertos - , amo de amor a estos jóvenes.
Esto quiere decir que hay que inventar nuevas relaciones. Testimonio de ello Facebook que iguala casi a la población mundial.
Como un átomo sin valencia, Pulgarcita está desnuda. Nosotros, los adultos, no hemos inventado ninguna relación social nueva. El ataque generalizado de la sospecha y de la crítica contribuye más bien a destruirlas.
Muy raras en la historia, estas transformaciones, que llamo hominescentes, crean, en medio de nuestro tiempo y de nuestros grupos, una grieta tan grande y tan evidente que muy pocos la han comparado con las que eran visibles en el neolítico, en la aurora de la ciencia griega, a comienzos de la era cristiana, al final de la Edad Media y en el Renacimiento.
En la pared de esta grieta, están los jóvenes a quienes pretendemos impartirles la enseñanza, en unos ámbitos que datan de una época que ya no reconocen: edificios, patios de recreación, salas de clase, anfiteatros, campus, bibliotecas, laboratorios, incluso saberes… unos ámbitos que datan – digo yo – de una época diferente y que están adaptados a una era donde los hombres y el mundo ya no son lo que eran.
Tres preguntas, por ejemplo: ¿Qué transmitir? ¿A quién se le transmite? ¿Cómo transmitirlo?
IV
¿QUÉ TRANSMITIR? ¡ EL SABER ¡
Antiguamente y hasta no hace mucho, el saber tenía como soporte el cuerpo del sabio, del aedo o el del griot . Una biblioteca viva… este es el cuerpo del pedagogo que enseña.
Poco a poco, el saber se objetivó : primero en los rollos, en las vitelas y los pergaminos, soportes de la escritura; luego, desde el Renacimiento, en los libros de papel, soportes de la imprenta: por último, hoy en día, en la red, soporte de mensajes y de información.
La evolución histórica de la pareja soporte-mensaje es una buena variable de la función de la enseñanza. Debido a esto, la pedagogía cambió por lo menos tres veces: con la escritura, los griegos inventaron la Paideia; después de la imprenta, los tratados de pedagogía pulularon. ¿Hoy?
Repito. ¡Qué transmitir? ¿El saber? Está en todas partes en la Red, disponible, objetivado. ¿Transmitirlo a todos? En adelante, todo el saber es accesible a todos. ¿Cómo transmitirlo?. Helo aquí, ya está hecho.
El acceso a las personas por teléfono celular, con acceso a todos los lugares, por el GPS, el acceso al saber está en adelante abierto. De cierta manera, está transmitido siempre y en todas partes .
Objetividad, ciertamente, pero, además, distribuida. No concentrada. Nosotros vivíamos en un espacio métrico – digo yo – que se refería a centros, a concentraciones. Una escuela, un campus, un anfiteatro, en concentraciones de personas, estudiantes y profesores, libros en bibliotecas, de instrumentos en laboratorios… este saber, estas referencias, estos textos, estos diccionarios… están distribuidos en todas partes y, en particular, en vuestras casas –¡ incluso los observatorios¡, aún más, en todos los lugares a donde ustedes se desplazan; debido a esto, ustedes pueden tocar a sus colegas, a sus alumnos por donde quiera que pasen; ellos les responden fácilmente.
El antiguo espacio de las concentraciones - este en el que les hablo y en el que ustedes me oyen , ¿qué estamos haciendo aquí? – se diluye, se expande; vivimos, acabo de decirlo, en un espacio de vecindades inmediatas, pero, además, distributivo. Podría estarles hablando desde mi casa o desde otra parte, y ustedes me oirían desde otra parte o desde sus casas ¿entonces qué estamos haciendo aquí?
Sobre todo no diga que al alumno le hacen falta funciones cognitivas que le permitan asimilar el saber que está distribuido de esta manera, puesto que, justamente, estas funciones se transforman con el soporte y por él. Con la escritura y la imprenta, la memoria, por ejemplo, mutó hasta tal punto que Montaigne prefirió una cabeza bien formada a una cabeza llena. Esta cabeza acaba de mutar una vez más.
Así como la pedagogía fue inventada (paideia) , cuando se inventó y se propagó la escritura; así como cuando ella se transformó cuando surgió la imprenta en el Renacimiento; de la misma manera, la pedagogía cambia totalmente con las nuevas tecnologías.
Y, lo repito, ellas no son sino una variable dentro de las diez o veinte que he citado o que podría enumerar.
Tenemos una necesidad urgente de un cambio decisivo de la enseñanza – cambio que repercute en todo el espacio de la sociedad mundial y en el conjunto de sus instituciones desuetas, cambio que no afecta solamente la enseñanza, sino también el trabajo, las empresas, la salud, el derecho y la política, en pocas palabras, el conjunto de las instituciones - pero todavía estamos lejos de él, probablemente, porque los que van a la zaga, en la transición entre los últimos estadios, todavía no se han jubilado, mientras son ellos los que hacen las reformas, según modelos que se han borrado desde hace mucho tiempo.
Habiendo enseñando durante cuarenta años o más en todas las latitudes del mundo, donde esta grieta se abre tanto como en mi propio país, he padecido, he sufrido estas reformas como si fueran emplastos en piernas de madera, como si fueran remiendos; ahora bien, los emplastos dañan la tibia, incluso si es artificial: los remiendos rasgan aún más el tejido que tratan de consolidar.
Si, desde hace algunos decenios veo que estamos viviendo un período comparable a la aurora de la Paideia, después de que los griegos aprendieron a escribir y a demostrar; semejante al Renacimiento que vio nacer la imprenta y que vio aparecer el reino del libro; período incomparable, sin embargo, porque al mismo tiempo que estas técnicas mutan , el cuerpo se metamorfosea, cambian el nacimiento y la muerte, el sufrimiento y la curación, las profesiones, el espacio, el habitat, el-estar-en-el-mundo.
V
DEDICATORIA
Frente a esta mutaciones, es sin duda conveniente inventar inimaginables novedades por fuera de los marcos desuetos que todavía formatean nuestras conductas, nuestros media, nuestros proyectos adaptados a la sociedad del espectáculo. Veo a nuestras instituciones brillar con un resplandor semejante al de las constelaciones, aquellas que como nos lo enseñaron los astrónomos ya estaban muertas desde hacía mucho tiempo.
¿Por qué estas novedades no han ocurrido? Temo acusar de ello a los filósofos, y yo soy uno de ellos, personas que tienen por oficio anticipar el saber y las prácticas que vendrán, y que , me parece, fracasaron en su tarea. Comprometidos en la política día a día, no oyeron venir lo contemporáneo. Si yo hubiera tenido que bosquejar el retrato de los adultos, de los cuales hago parte, este perfil hubiera sido menos halagador.
Quisiera tener dieciocho años, la edad de Pulgarcita y Pulgarcito, ya que todo está para volverlo a hacer. Deseo que mi vida me deje el tiempo suficiente para trabajar en esto, en compañía de estos Pequeños, a los que he dedicado mi vida, porque los he amado con mucho respeto.
Notas
1° de Marzo de 2011
Este es el discurso pronunciado por Michel Serres el 1° de marzo 2011 en el Instituto de Francia.
El tema de este año fue el de los Retos la educación en el siglo XXI.
(1) Nota de la traductora. Es un verso de la Marsellesa.
(2) Nota de la traductora . Relais significa Albergue.
(3) Nota de la traductora. SNCF significa Sociedad Nacional de Ferrocarriles.
Tomado de Le Monde. fr del 5 de marzo de 2011 y cotejado con la versión publicada por la página web del Instituto de Francia. En esta nueva revisión sólo toma en cuenta el texto de dicha institución.
Por Michel Serres
Traductora María Luisa Jaramillo
Colaboración para Colombiakritica
Imagen bajada de Internet |
Antes de enseñarle algo a alguien, por lo menos hay que conocerlo. ¿Quién va hoy en día a la escuela, al colegio, al liceo o a la universidad?
I
Este nuevo estudiante de la escuela, esta joven estudiante no ha visto nunca ni un ternero, ni una vaca, ni un cerdo ni una cosecha de uva. En 1900, la mayoría de los humanos del planeta trabajaban en la labranza y en los trabajos de pastoreo; en 2011 , en Francia y así como en otros países análogos ya no contamos más que con un uno por ciento de campesinos. Sin duda aquí hay que ver una de las rupturas más fuertes de la historia desde el neolítico. Antiguamente, la cultura, que se refería a las prácticas agrícolas , cambió de repente.
Aquel o aquella que les presento ya no vive en compañía de otros seres vivos, ya no vive en la misma Tierra, ya no tiene la misma relación con el mundo. Ella o el ya no admiran sino una naturaleza idílica, la del tiempo libre o la del turismo.
- Vive en la ciudad. Sus predecesores inmediatos, más de la mitad, frecuentaban el campo. Pero, como se ha vuelto sensible con respecto al medio ambiente polucionará menos, más prudente y respetuoso que nosotros, adultos inconscientes y narcisos.
Ya no tiene la misma vida física, ni el mismo mundo ya que la población ha llegado casi a los siete mil millones de humanos ; ya vive en un mundo lleno.
- Su esperanza de vida alcanzará los ochenta años. El día de su matrimonio, sus abuelos se habían jurado fidelidad apenas por diez años. Cuando el o ella consideren la posibilidad de vivir juntos, ¿se van a jurar lo mismo por sesenta y cinco años ? Sus padres heredaron cuando tenían treinta años, ellos tendrán que esperar la vejez para recibir estos legados.
Ya no conocen ni las mismas edades, ni el mismo matrimonio, ni la misma transmisión de bienes. Cuando se iban para la guerra, con la flor en el fusil, sus padres le ofrecían a la patria una esperanza de vida breve; ¿harán ellos, de igual modo, la promesa por seis decenios?
- Desde hace sesenta años, intervalo único en nuestra historia, el o ella no conocieron la guerra, y dentro de poco no la conocerán ni sus dirigentes ni sus educadores. Como se benefician de una medicina por fin eficaz y en lo que se refiere a la farmacéutica, se han beneficiado de analgésicos y anestésicos, han sufrido menos, desde el punto de vista estadístico, que sus predecesores. ¿Han tenido hambre?
Ahora bien, religiosa o laica, toda moral se resumía en unos ejercicios destinados a soportar el dolor inevitable y cotidiano: enfermedades, hambruna, crueldad del mundo.
Ellos ya no tienen ni el mismo cuerpo ni la misma conducta; ningún adulto ha sabido inspirarles una moral a la que puedan adaptarse.
- Mientras que sus padres fueron concebidos a ciegas, su nacimiento es programado. Como para el primer hijo, la edad de la madre ha progresado de diez a quince años, los educadores ya no encuentran padres de alumnos que sean de la misma generación.
Ya no tienen los mismos padres; al cambiar de sexualidad su genitalidad se transformará.
- Mientras que sus predecesores se reunían en clases o en anfiteatros homogéneos culturalmente, ellos estudian en un colectivo donde se codean en adelante varias religiones, lenguas, procedencias y costumbres. Para ellos y sus educadores, el multiculturalismo es la regla. ¿Por cuánto tiempo podrán seguir cantando la innoble “sangre impura” de algún extranjero? (1)
Ya no tienen el mismo mundo mundial, ni tampoco el mismo mundo humano. Pero alrededor de ellos, las hijas y los hijos de los inmigrantes, que han venido de los países menos ricos, han vivido experiencias vitales inversas.
Balance temporal. ¿Cuál literatura, cuál historia comprenderán, felices, sin haber vivido lo rústico, sin haber conocido los animales domésticos, la cosecha de verano, diez conflictos, cementerios, heridos, hombres con hambre, patria, bandera ensangrentada, monumentos a los muertos, sin haber experimentado en el sufrimiento la urgencia vital de una moral?
II
EN LO QUE SE REFIERE AL CUERPO Y AL CONOCIMIENTO
- Sus ancestros fundamentaron su cultura en un horizonte temporal de varios miles de años, adornados por la Antigüedad grecolatina, la Biblia judía, algunas tabletas cuneiformes, una prehistoria corta. En adelante ella es de millones de años, su horizonte temporal se remonta a la barrera de Planck, pasa por la acreción del planeta, la evolución de las especies, una paleo-antropología de millones de años. Ya que no viven el mismo tiempo, hacen parte de otra historia .
- Están formateados por los media, difundidos por los adultos que han destruido meticulosamente su facultad de atención, reduciendo la duración de las imágenes a siete segundos y el tiempo de las respuestas a las preguntas a quince segundos según cifras oficiales; la palabra que más se repite es “muerte” y la imagen que más se representa es la de cadáveres. Desde la edad de doce años, esos adultos los forzarán a ver más de veinte mil asesinatos.
- Están formateados por la publicidad; ¿cómo enseñarles que la palabra relais (2) en francés se escribe “ - ais” mientras que ella está escrita “ - ay” en todas las estaciones de trenes? ¿Cómo enseñarles el sistema métrico cuando, de la manera más tonta del mundo, la SNCF (3) les pone “- s´miles” ?
Nosotros, los adultos hemos reforzado nuestra sociedad del espectáculo en detrimento de una sociedad pedagógica cuya competencia aplastante, vanidosamente inculta, eclipsa la escuela y la universidad. Teniendo en cuenta el tiempo de escucha y de la visión , los media ya se apoderaron desde hace tiempo de la función de la enseñanza.
Los educadores son los institutores menos escuchados. Son criticados, vilipendiados, ya que son mal remunerados.
Estos jóvenes viven pues lo virtual. Las ciencias cognitivas muestran que el uso de la red, la lectura o la escritura con los pulgares de los mensajes, la consulta de Wikipedia o de Facebook, no excitan las mismas neuronas ni las mismas zonas corticales que funcionan con el uso del libro, de la arcilla o del cuaderno. Pueden manipular varias informaciones a la vez.
No conocen, ni integran, ni sintetizan como lo hacemos nosotros, sus ascendientes.
Ya no tienen la misma cabeza.
- Por el teléfono celular acceden a todas las personas; con el GPS, a todos los lugares; por la red, a todo el saber; frecuentan pues un espacio topológico de vecindades, mientras que nosotros vivíamos en un espacio métrico, con referencia a las distancias.
Ya no viven el mismo espacio.
Sin que nos diéramos cuenta de ello, un nuevo humano ha nacido, durante un breve intervalo, el que nos separa de la Primera Guerra Mundial.
El o ella ya no tienen el mismo cuerpo, la misma esperanza de vida, ya no se comunica de la misma manera, ya no percibe el mismo mundo exterior, ya no vive en la misma naturaleza. Habiendo nacido con la peridural y con nacimiento programado, ya no teme, bajo los cuidados paliativos, la misma muerte. Como ya no tiene la misma cabeza que tuvieron sus padres, el o ella conoce de otra manera.
- El o ella escribe de otra manera. Al observarlo, con admiración, enviar - más rápidamente de lo que yo no sería capaz de hacer con mis dedos entumecidos- SMS con los dos pulgares, los bauticé, con la mayor ternura que pueda expresar un abuelo, Pulgarcita y Pulgarcito. Este es su nombre, más bello que la vieja palabra, seudo-sabia, mecanógrafo.
- Ya no hablan la misma lengua. Desde Richelieu, la Academia francesa publicó, más o menos cada cuarenta años, para referencia, el diccionario de la nuestra. En los siglos precedentes, la diferencia entre dos publicaciones se establecía alrededor de cuatro a cinco mil palabras, cifras más o menos constantes; entre la precedente y la próxima, ella será más o menos de treinta mil.
A este ritmo, podemos adivinar que dentro de poco, nuestros sucesores podrían encontrarse, mañana, tan separados de nuestra lengua como lo que estamos, hoy en día, del antiguo francés utilizado por Chrétien de Troyes o Joinville. Este gradiente da una indicación casi fotográfica de los cambios que describo.
Esta inmensa diferencia que afecta a todas lenguas tiene que ver, en parte, con la ruptura entre las profesiones de los años cincuenta y las de hoy. Pulgarcita y su hermano no se dedicarán a los mismos trabajos.
La lengua cambió, el trabajo mutó.
III
EL INDIVIDUO
Aún más, se han convertido en individuos. Inventado por San Pablo, a comienzos de nuestra era, el individuo acaba de nacer en estos días. ¿ Nos damos cuenta que antiguamente y hasta no hace mucho, vivíamos de pertenencias? Éramos franceses, católicos, judíos, protestantes, ateos, gascones o picardos, mujeres u hombres, indigentes o afortunados… pertenecíamos a regiones, a religiones, a culturas, rurales o urbanas, a grupos singulares, a un sexo, a un patois, a la Patria. Debido a los viajes, a las imágenes, a la Red y a las guerras abominables, estos colectivos han , más o menos, explotado. Los que todavía quedan, siguen explotando.
El individuo ya no sabe vivir en pareja, se divorcia; ya no sabe comportarse en clase, se mueve y charla; ya no reza en la parroquia; el verano pasado, nuestros futbolistas no supieron formar un equipo; nuestros políticos ¿saben todavía construir un partido plausible o un gobierno estable? Por todas partes se dice que las ideologías están muertas; son las pertenencias que ellas reclutaban las que están desapareciendo.
Este individuo recién nacido es más bien una buena noticia. Al sopesar los inconvenientes del egoísmo y de los crímenes de guerra cometidos por y para la libido de pertenencia – centenares de millares de muertos - , amo de amor a estos jóvenes.
Esto quiere decir que hay que inventar nuevas relaciones. Testimonio de ello Facebook que iguala casi a la población mundial.
Como un átomo sin valencia, Pulgarcita está desnuda. Nosotros, los adultos, no hemos inventado ninguna relación social nueva. El ataque generalizado de la sospecha y de la crítica contribuye más bien a destruirlas.
Muy raras en la historia, estas transformaciones, que llamo hominescentes, crean, en medio de nuestro tiempo y de nuestros grupos, una grieta tan grande y tan evidente que muy pocos la han comparado con las que eran visibles en el neolítico, en la aurora de la ciencia griega, a comienzos de la era cristiana, al final de la Edad Media y en el Renacimiento.
En la pared de esta grieta, están los jóvenes a quienes pretendemos impartirles la enseñanza, en unos ámbitos que datan de una época que ya no reconocen: edificios, patios de recreación, salas de clase, anfiteatros, campus, bibliotecas, laboratorios, incluso saberes… unos ámbitos que datan – digo yo – de una época diferente y que están adaptados a una era donde los hombres y el mundo ya no son lo que eran.
Tres preguntas, por ejemplo: ¿Qué transmitir? ¿A quién se le transmite? ¿Cómo transmitirlo?
IV
¿QUÉ TRANSMITIR? ¡ EL SABER ¡
Antiguamente y hasta no hace mucho, el saber tenía como soporte el cuerpo del sabio, del aedo o el del griot . Una biblioteca viva… este es el cuerpo del pedagogo que enseña.
Poco a poco, el saber se objetivó : primero en los rollos, en las vitelas y los pergaminos, soportes de la escritura; luego, desde el Renacimiento, en los libros de papel, soportes de la imprenta: por último, hoy en día, en la red, soporte de mensajes y de información.
La evolución histórica de la pareja soporte-mensaje es una buena variable de la función de la enseñanza. Debido a esto, la pedagogía cambió por lo menos tres veces: con la escritura, los griegos inventaron la Paideia; después de la imprenta, los tratados de pedagogía pulularon. ¿Hoy?
Repito. ¡Qué transmitir? ¿El saber? Está en todas partes en la Red, disponible, objetivado. ¿Transmitirlo a todos? En adelante, todo el saber es accesible a todos. ¿Cómo transmitirlo?. Helo aquí, ya está hecho.
El acceso a las personas por teléfono celular, con acceso a todos los lugares, por el GPS, el acceso al saber está en adelante abierto. De cierta manera, está transmitido siempre y en todas partes .
Objetividad, ciertamente, pero, además, distribuida. No concentrada. Nosotros vivíamos en un espacio métrico – digo yo – que se refería a centros, a concentraciones. Una escuela, un campus, un anfiteatro, en concentraciones de personas, estudiantes y profesores, libros en bibliotecas, de instrumentos en laboratorios… este saber, estas referencias, estos textos, estos diccionarios… están distribuidos en todas partes y, en particular, en vuestras casas –¡ incluso los observatorios¡, aún más, en todos los lugares a donde ustedes se desplazan; debido a esto, ustedes pueden tocar a sus colegas, a sus alumnos por donde quiera que pasen; ellos les responden fácilmente.
El antiguo espacio de las concentraciones - este en el que les hablo y en el que ustedes me oyen , ¿qué estamos haciendo aquí? – se diluye, se expande; vivimos, acabo de decirlo, en un espacio de vecindades inmediatas, pero, además, distributivo. Podría estarles hablando desde mi casa o desde otra parte, y ustedes me oirían desde otra parte o desde sus casas ¿entonces qué estamos haciendo aquí?
Sobre todo no diga que al alumno le hacen falta funciones cognitivas que le permitan asimilar el saber que está distribuido de esta manera, puesto que, justamente, estas funciones se transforman con el soporte y por él. Con la escritura y la imprenta, la memoria, por ejemplo, mutó hasta tal punto que Montaigne prefirió una cabeza bien formada a una cabeza llena. Esta cabeza acaba de mutar una vez más.
Así como la pedagogía fue inventada (paideia) , cuando se inventó y se propagó la escritura; así como cuando ella se transformó cuando surgió la imprenta en el Renacimiento; de la misma manera, la pedagogía cambia totalmente con las nuevas tecnologías.
Y, lo repito, ellas no son sino una variable dentro de las diez o veinte que he citado o que podría enumerar.
Tenemos una necesidad urgente de un cambio decisivo de la enseñanza – cambio que repercute en todo el espacio de la sociedad mundial y en el conjunto de sus instituciones desuetas, cambio que no afecta solamente la enseñanza, sino también el trabajo, las empresas, la salud, el derecho y la política, en pocas palabras, el conjunto de las instituciones - pero todavía estamos lejos de él, probablemente, porque los que van a la zaga, en la transición entre los últimos estadios, todavía no se han jubilado, mientras son ellos los que hacen las reformas, según modelos que se han borrado desde hace mucho tiempo.
Habiendo enseñando durante cuarenta años o más en todas las latitudes del mundo, donde esta grieta se abre tanto como en mi propio país, he padecido, he sufrido estas reformas como si fueran emplastos en piernas de madera, como si fueran remiendos; ahora bien, los emplastos dañan la tibia, incluso si es artificial: los remiendos rasgan aún más el tejido que tratan de consolidar.
Si, desde hace algunos decenios veo que estamos viviendo un período comparable a la aurora de la Paideia, después de que los griegos aprendieron a escribir y a demostrar; semejante al Renacimiento que vio nacer la imprenta y que vio aparecer el reino del libro; período incomparable, sin embargo, porque al mismo tiempo que estas técnicas mutan , el cuerpo se metamorfosea, cambian el nacimiento y la muerte, el sufrimiento y la curación, las profesiones, el espacio, el habitat, el-estar-en-el-mundo.
V
DEDICATORIA
Frente a esta mutaciones, es sin duda conveniente inventar inimaginables novedades por fuera de los marcos desuetos que todavía formatean nuestras conductas, nuestros media, nuestros proyectos adaptados a la sociedad del espectáculo. Veo a nuestras instituciones brillar con un resplandor semejante al de las constelaciones, aquellas que como nos lo enseñaron los astrónomos ya estaban muertas desde hacía mucho tiempo.
¿Por qué estas novedades no han ocurrido? Temo acusar de ello a los filósofos, y yo soy uno de ellos, personas que tienen por oficio anticipar el saber y las prácticas que vendrán, y que , me parece, fracasaron en su tarea. Comprometidos en la política día a día, no oyeron venir lo contemporáneo. Si yo hubiera tenido que bosquejar el retrato de los adultos, de los cuales hago parte, este perfil hubiera sido menos halagador.
Quisiera tener dieciocho años, la edad de Pulgarcita y Pulgarcito, ya que todo está para volverlo a hacer. Deseo que mi vida me deje el tiempo suficiente para trabajar en esto, en compañía de estos Pequeños, a los que he dedicado mi vida, porque los he amado con mucho respeto.
Notas
1° de Marzo de 2011
Este es el discurso pronunciado por Michel Serres el 1° de marzo 2011 en el Instituto de Francia.
El tema de este año fue el de los Retos la educación en el siglo XXI.
(1) Nota de la traductora. Es un verso de la Marsellesa.
(2) Nota de la traductora . Relais significa Albergue.
(3) Nota de la traductora. SNCF significa Sociedad Nacional de Ferrocarriles.
Tomado de Le Monde. fr del 5 de marzo de 2011 y cotejado con la versión publicada por la página web del Instituto de Francia. En esta nueva revisión sólo toma en cuenta el texto de dicha institución.
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