La MedOllín Que Mata

Por Mauricio Castaño H
Historiador
Colombia Kritica

Sí, la MedOllín que mata. La Medellín techada de hollín. La emergencia ambiental está cobrando ocho muertes diarias relacionadas con el aire que se respira en esta ciudad. La salud pública no importa. La industria automotriz, de combustible y fabril les tiene sin cuidado cuánto contaminan. Frente a las medidas de restringir el uso del carro particular, los gremios la retrocedieron, adujeron millonarias pérdidas en el comercio, más de veinte mil millones de pesos diarios. El alcalde, como regañado, salió y se disculpó por las medidas tomadas y a renglón seguido notificó la suspensión de las mismas. Los gremios se imponen, se impusieron, el alcalde demostró su obediencia, demostró a quién se debe, de quién recibe las órdenes. Y la ciudadanía en general en desconcierto, está doblegada a tragar un aire mortífero.
 

El epidemiólogo Elkin Martínez “reveló que en los últimos 30 años han fallecido unas 65.000 personas por afecciones respiratorias vinculadas a la contaminación del aire. En 2016, la cifra de víctimas mortales asociadas a esta problemática ascendió a 3.000, es decir, un promedio de ocho muertes por día; una cada tres horas.” Una cifra que supera la violencia homicida. El material particulado en la ciudad no cumple con los estándares internacionales, las escalas son las siguientes: Bueno: 0 a 12.4 microgramos por metro cúbico, Moderado: 12.5 a 35.4 microgramos por metro cúbico, Dañina a grupos sensibles: 35.5 a 55.4 microgramos por metro cúbico, Dañino: de 55 microgramos por metro cúbico en adelante. Y Medellín o mejor MedOllín ha alcanzado los 125.
 

Los gremios, pusieron el grito en el cielo, tumbaron la regulación pública para el bienestar general, y aducen que el esfuerzo debe ser particular, de cada quién, a conciencia individual: “las medidas deben ser voluntarias y no impuestas. Y todos los actores debemos asumirlas,” Fenalco. Impusieron el principio de la filosofía de mercado: el mercado hasta donde sea posible el Estado hasta donde sea necesario. La posibilidad del mercado es abierta, lo que más se pueda abarcar, mientras que el Estado es restringido a lo necesario, es cerrado, tendiente a achiquitarse. Cada vez las sociedades son vistas como un gran mercado en donde todo se vende y todo se compra, y el Estado apenas es su apéndice, por eso los gobernantes cada vez son más arrodillados a los grandes empresarios, son ellos quienes ponen las reglas, quienes ponen y quitan políticos acorde a sus intereses.

La dirigencia de esta ciudad es miope, priman sus ganancias egoístas y no cuidan el entorno, el hábitat de todos, el oikos, nuestra casa común. Desprecian a quienes cuidan de los bienes comunes, por eso el alcalde Gutiérrez desautorizó a sus funcionarios rigurosos por hacer las mediciones técnicas que activaron las alertas rojas ambientales. Los empresarios no quieren renunciar a sus ganancias sin importar las afectaciones a la salud de los ciudadanos y la destrucción del medio ambiente. Es una dirigencia inescrupulosa, nunca le ha importado un desarrollo equilibrado del territorio, de la ciudad. Su mayor preocupación es hacer el mayor dinero posible al menor costo. Por eso la ciudad cada día es un caos: la empresa privada capta el recurso público para las megas obras, para echar cemento, muchas obras millonarias inoficiosas, incentivan la industria automotriz con tecnologías nada limpias, la peor gasolina y el peor diesel se consume en esta ciudad, las fábricas pasan por alto las normas que las regulan.

Nos parece poco conveniente esta filosofía de poner el énfasis en el cada quién cuando se trata de medidas públicas regulatorias de la emergencia ambiental, de acudir a la esfera privada, a la autorregulación ciudadana cuando el problemas no es privado sino público, el mayor problema es la industria automotriz que sigue produciendo carros con combustible sucio, contaminante, el mayor problema es de los negociantes que no quieren cambiar la tecnología. No es elegante salirse por la tangente, y mucho menos elegante es poner el énfasis en las ganancias y no en las vidas humanas y su entorno, pues una actitud ética reprobable es ensuciar el territorio que no habito. Saco las ganancias y contamino en donde no vivo. Sus residencias están a las afueras de lo contaminado, en otra ciudad, en Llano Grande, lejos de los peligros ambientales, lejos de la inequidad y la inseguridad delincuencial. Nuestra moraleja:
La industria está por encima de la Política, ella le dicta su quèhacer, no importa si va contra el interès comùn, contra la salud de la población. Ciudadanos de todo el mundo, solidaridad, resistencia civil, no venir a MedOllín mientras esté el aire que mata.

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El Aire es la Vida

Por Jorge Mejía Martínez
 

El aire es vida, también mata. Citado por RT Noticias del 15 de marzo último, el epidemiólogo Elkin Martínez “reveló que en los últimos 30 años han fallecido unas 65.000 personas por afecciones respiratorias vinculadas a la contaminación del aire. En 2016, la cifra de víctimas mortales asociadas a esta problemática ascendió a 3.000, es decir, un promedio de ocho muertes por día; una cada tres horas”. La violencia homicida no se acerca a estos niveles de mortandad en la ciudad. Con razón dicen que es una epidemia. Llevamos dos alarmas rojas y varias naranjas decretadas por las autoridades locales en los meses recientes. La medida, ya levantada, de obligar a los propietarios de vehículos particulares a guardarlos tres días a la semana durante 12 horas, da cuenta de la magnitud de la calamidad. Ha habido comprensión, aunque existe la convicción de que falta el plan integral contra el enrarecimiento del aire, más allá de inmovilizar a los responsables del 6% de la contaminación, según los datos oficiales.

Hemos sido un territorio contaminado desde décadas atrás. Hace 20 años, o más, la   preocupación de los habitantes de la comuna 15 o de Guayabal era la proliferación de las enfermedades y dolencias en las vías respiratorias. Los líderes del sector asumieron la bandera de luchar contra la proliferación de empresas de chimeneas, cuyo hollín terminaba en las gargantas y pulmones, según los reportes de Metrosalud de la época, además de ensuciar las cortinas de las casas y las ropas de los pobladores. Los demás habitantes de la ciudad asumimos como existencia de una simple neblina rutinaria, lo que era el resultado de la ausencia de responsabilidad social empresarial en el campo del medioambiente por parte de las industrias, un parque automotor vuelto obsoleto y del precario control por parte de las autoridades.

Las recientes determinaciones oficiales, aunque molestas para la población, constituyen la mejor muestra de los avances públicos en este campo. Tenemos un sistema técnico de monitoreo, ejemplar en el país, cuyos resultados diariamente son comunicados a las personas por parte de los medios. De allí que la sorpresa juega poco. Además porque el problema es muy visible, basta mirar para arriba y veremos el cielo como “encapotao”. La conciencia de lo ambiental o sostenible como una variable transversal para evaluar el desarrollo de Medellín, tomó una irreversible tendencia en el territorio. De allí la sensibilidad social y cultural respecto a temas como el rio, los animales, los árboles, el aire, la movilidad sostenible.

Los responsables desde la institucionalidad del componente ambiental de las políticas, tienen en esa sensibilidad de la comunidad un baluarte para posibilitar su labor. De allí la conveniencia de estimular el control social sobre las distintas fuentes contaminadoras existentes. Las redes virtuales se atiborraron por estos días de cadenas con fotos, videos y reclamos de los ciudadanos sobre los responsables de la afectación del aire. Sorprende la poca capacidad de respuesta de los funcionarios para aclarar o tomar en serio esas denuncias, en aras de estimular la colaboración ciudadana para atacar un flagelo que es etéreo, está ahí pero poco se siente, y sobre el cual los avances no son inmediatos, difíciles, marginales. Así como las autoridades destinan recursos para incentivar la denuncia del delito mediante el pago de recompensas, podría pensarse en algo similar para ampliar el número de ojos vigilantes desde la sociedad civil.

Lo dijimos antes, estamos a la espera de conocer la propuesta integral de mediano y largo plazo contra la amenaza de la vida de los pobladores, proveniente del aire contaminado. Entendimos las medidas recientes como puntuales, necesarias e insuficientes. La gente no va a sostener su comprensión de las decisiones oficiales en movilidad, si no observa acciones prontas frente a las chimeneas existentes, móviles y estacionarias; la revisión de la política de compensar con tibias multas a los contaminadores; ausencia de ciclorutas suficientes para dar cabida a las bicicletas como opción; la falta de senderos peatonales para caminar con cierta tranquilidad; renovar el parque automotor e insistir ante Ecopetrol por un combustible más limpio; control más riguroso de los certificados de emisión de gases; diferenciar según las particularidades de las comunas y barrios las medidas a aplicar; transformar en pulmones verdes por lo menos tres espacios del centro de la ciudad donde impera la aridez del cemento: las llamadas pirámides de la oriental (¡que adefesio!), el parque de San Antonio y la plaza de las luces en la alpujarra.


Tomado de periódico:  El Mundo.com

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Violencia Antropológica

 Por Mauricio Castaño H
Historiador
Colombia Kritica


Dura, despiadada, descarnada esa filmografía de Gaviria. El animal es más que un cavernícola, no sólo vive apenas con lo necesario sino que está hecho de violencia contra todo y en especial contra la mujer. La Mujer del Animal es un film, crudo, descarnado, no tiene ninguna consideración con el espectador, su lenguaje y sus escenas suceden sin rodeos, van directo al grano, palabras y violencias fuertes que estremecen al desprevenido cinéfilo. Sus personajes son naturales, esos que han vivido las realidades concretas que les ha tocado vivir, los que han perdido desde el momento en que nacieron, por lo general son vidas duras, en proceso de demolición, del bajo mundo, en donde las injusticias se acentúan y se aumentan ene veces a las que viven las clases medias o altas.

Allí, en ese film, encontramos un documento antropológico que devela una cierta matriz de la familia antioqueña y colombiana en general. El personaje del Animal es fiel copia de una madre matrona, imponente, violenta que odia su género y las cuales todas son unas putas, unas rameras de poca valía ante las cuales no vale ninguna consideración de aprecio o respeto, “habéis dicho mujeres, no olvidéis el látigo,” sentencia la misoginia.

Las escenas inspiradas en la vida real, suceden en los barrios marginales de Medellín, El Popular Uno, transcurre el año de 1975, allí pasan las mayores miserias de las vidas en ranchos de lata improvisados, en tugurios y con seres que tratan de arañar en cada momento de la vida una miga de pan. Son seres desplazados huyendo de la violencia política. El personaje del animal tiene una característica que lo hace único en su barriada: es muy violento y despiadado, insensible. Toda chica hermosa y virginal es objeto de sus deseos sexuales, nada lo detiene, las rapta, las abusa ante la mirada de todos. Su machete y su séquito de forajidos, de matones de barrio son sus compinches para su empresa criminal, no sólo de violador de niñas sino de despojo de terrenos y viviendas.

Esta matriz antropológica de la sociedad antioqueña y colombiana muestra cómo se confecciona, cómo se gesta el sicario en los brazos de la madre matrona, como la matrona lo arropa y lo llena de valor para que acierte con la bala asesina, cómo lo carga de los valores machistas que hace que todas las mujeres sean unas putas a las cuales se precisa látigo constante. El varón es bienvenido, y los nietos de mis hijas serán, los de mis hijos en duda estarán.

Esas realidades crudas generan reacciones de repulsión en el desprevenido espectador, y no es para menos, pues la filmografía común y corriente muestran que la vida es rosa, la familia pequeño burguesa, la pareja feliz con hijos, casa, carro. Y cuando muestran las violencias no son para cuestionar sino para hipnotizar, para divertir con el dolor. Niños, jóvenes y adultos están encarnados, lelos dirigiendo los crímenes de Robocot o Rambo. Cosa extraña esa, repudiamos la miseria antropológica que nos constituye pero acogemos el caudal de violencia que se nos propone. Esa dureza propia que nos devela la repudiamos, espejo odioso, acogemos la violencia hacia los otros que se nos propone por el gran cine comercial y baladí.

Repudiamos nuestro espejo de violencia que nos refleja. Acogemos la violencia heroica del matón que se nos propone, de ese asesino de cuyo lado estamos, de esa violencia institucional que a diario la pantalla chica nos enseña. Exitosas series a lo Robin Hood como Pablo Escobar, Sin Tetas no hay paraíso, su éxito taquillero demuestra qué tanto estamos del lado de esa violencia cruel, de esos asesinos, de esa violencia sin sentido como la de Tarantino. Mientras yo me salve, todo está bien, los demás que se vayan al carajo, la solidaridad humana fue vuelta añicos.

La crudeza de Víctor Gaviria  es proporcional a esas solidaridades que se tejen en el fondo mismo de la miseria humana. La mujer del animal termina dando las gracias al todo poderoso ante el cuerpo abaleado y abatido de su verdugo, mientras que su suegra, madre de aquel, lo llora, abrazada al cuerpo ya yerto. Ese animal es el reflejo antropológico de la violencia despiadada que nos constituye, del asesino que cada quien encarna pero que de manera hipócrita repudiamos y que por las mismas razones no permite cuestionarnos.





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La mujer del animal

Por: Alejandro Reyes Posada


La última película de Víctor Gaviria es la denuncia de una sociedad machista que abandonó a sus mujeres y niños en manos de matones de barrio, a su vez arrinconados por el desplazamiento a los tugurios donde sobreviven como ratas de alcantarilla, esquilmando a quienes traen la quincena a casa. Es una película de madurez, que reúne las pequeñas ternuras y solidaridades de las mujeres que se ayudan a soportar lo insoportable para salvar a los hijos, que contrastan con la vileza de la madre del animal, quien lo crió para despreciar y maltratar a las mujeres. La cinta tiene un ritmo vertiginoso que mantiene en alto la tensión del espectador hasta el inevitable final, que resuelve los nudos del conflicto.

Víctor Gaviria tiene el ojo implacable de quien mira sin engaños nuestra sociedad y por eso usa actores naturales, que actúan lo que viven, en un estilo que podría calificarse como realismo trágico. Por eso cada película suya es un espejo de la sociedad que retrata. Muestra una sociedad que hirió profundamente la masculinidad de sus hombres al violentarlos, desterrarlos de su parcela y arrimarlos en los tugurios, volviéndolos incapaces de generar los ingresos que justifican su papel de proveedores y jefes de familia, dignos del respeto de sus mujeres e hijos. Esa ruptura de la masculinidad tiene consecuencias trágicas, pues la nueva generación de adolescentes ha perdido el respeto a sus padres y los reemplaza como proveedores con ganancias de la delincuencia y el sicariato, para los cuales tienen mayores habilidades. Por eso el título de su primera película lo resume: No nacimos pa’semilla.

La película muestra la evolución dramática de la mujer sometida sin piedad al bandido de cuadra, que primero se encoge y subordina para que no la mate a golpes, pero que luego, cuando peligran sus hijos, es capaz de enfrentarse a él para protegerlos. En ella están representadas todas las mujeres violentadas que tienen la familia por prisión. Al tener hijos quedan de rehenes de sus hombres y soportan todo hasta que aquellos crezcan, nuevos adultos que presenciaron el desprecio hacia sus madres y el abuso bestial de sus padres, para reproducir el ciclo. Esa venerable institución social, la familia, se transforma por la miseria y la violencia en la matriz generadora de atrocidades contra sus miembros más débiles, que ocurren lejos de la mirada del Estado y sus policías y jueces.

Por eso no sorprende la crisis terminal de esa forma de organización de la vida en compañía y la diáspora de opciones de relaciones entre hombres y mujeres, en busca de mínimos de cariño y respeto. Mientras la gente trata de inventar nuevas formas de convivencia que no impliquen propiedad ni dominación, se levanta impetuosa la defensa de la familia tradicional, regida por el padre que obliga a parir a la mujer para darle hijos y violenta a los hijos porque cree tener derecho a corregirlos a golpes e insultos. Esa reacción conservadora contra la disolución de la familia es también la defensa del monopolio de poder de los hombres sobre las mujeres y de los adultos sobre los niños. Mucho les convendría a Alejandro Ordóñez y a Viviane Morales ver la formidable película de Víctor Gaviria.


Tomado de elespectador
25 Mar 2017

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Gobiernistas y Partidistas

Por Mauricio Castaño H
Historiador
Colombia Kritica



Ser gobiernista es asimilable a las políticas públicas, se perdura pese al cambio de los gobiernos, para muchos es el verdadero poder, no estar sujeto a un partido sino tener control del Aparato de Gobierno en Sí. Está claridad la hizo hace más de una década uno de los representantes del poder de las comunicaciones en Colombia, un Santos, Enrique, creo, aclaraba en una entrevista que su casa periodística El Tiempo no era partidista sino gobiernista, no importa el partido sino quien está en el gobierno, sea con quien sea que llegue a la posición de poder, con el gobierno de turno seguirán los contratos de pautas para la buena prensa que desea todo hombre de poder. Y no es descabellado que los mayores interesados estén vigilantes de sus negocios.

Razón de ser tiene la consideración de que las comunicaciones es el Cuarto Poder. ¿Acaso éste no somete o los mantiene bajo amenaza de promover una buena o mala reputación ante la opinión pública? Aquellos poderes deben agradar a los medios y mejor aún obedecer las líneas editoriales trazadas por los jerarcas. ¿Y quiénes son los jerarcas? Los grandes ricos, los dueños de los grandes medios de comunicación. Ellos suben al pedestal a quienes quieren promover o bajar al infierno a quienes no son ya útiles. Chomsky, entre otros, referencia a los medios de comunicación como fabricantes de candidatos o gobernantes igual como se fabrica una pasta dental. Pero los medios de comunicación modelan también los gustos de la población al punto de idiotizarla, de anularle cualquier juicio crítico y tan solo querer alienarse como el turista lo hace con imágenes banales.

Un ejemplo viene a bien. En Colombia la política es rastrera, a más de un año de terminar el gobierno del presidente Santos y ya sus antiguos adulares están aplicando la lógica del barco a punto de hundirse en donde las ratas salen despavoridas. El barco lo quieren hundir quienes quieren ganar la presidencia desmarcándose del presente gobierno. Sucede con quien fuera vicepresidente, el de apellido patricio Lleras, el tal Germán Vargas Lleras y quien ahora aspira a ser el candidato agraciado de lo más retrógrado de Colombia, esos mismos que no quieren ceder poder para mejorar las condiciones de vida de los más pobres, de quienes consideran que el bienestar social es una amenaza, quienes consideran que las reivindicaciones sociales son la cuota inicial de las revueltas sociales, quienes todo sospechan de algún bienestar para la población general, por eso buscan pataer, hacer conejo, hacer fracasar al proceso de paz. Quieren oponerse a los desarrollos, a los logros que la humanidad ha hecho alcanzando mayor bienestar y comodidad, alcanzando mayor calidad de vida.

Ha de notarse que los países denominados del primer mundo son los que han logrado abarcar al mayor número de sus pobladores con el cubrimiento de las primeras necesidades de la vida humana: alimentación, vivienda, salud, educación… Estas cosas, estas simples cosas reflejan el espíritu de una persona, nuestra casa es un micro universo, por ejemplo, nos devela nuestro interior, ello estudió bien Bachelard y Francois Dagognet. En lo mejor y en lo peor nos develamos… En la miseria, espíritus infelices, rostros tristes, angustiados por carecer de lo necesario para poder vivir.

Y qué decir del otro indicador del bienestar de un pueblo es si su país tiene o no buena infraestructura, hoy muchos prefieren el termino smart city, haciendo el énfasis en la conectividad no solo de infraestructura vial sino de la conectividad de las comunicaciones, la internet libre en su buen uso para ampliar la democracia. Desarrollo de los espacios públicos como los lugares para el aprendizaje ciudadano, en la ciudad todo debe enseñar, todo enseña. Estas imágenes que miden el desarrollo de una población no son tan locas. Pasar la mirada de continente a continente, de país en país, y encontrarás desarrollos desiguales. En los países llamados del tercer mundo se nota a leguas sus miserias de sus derechos básicos y mayor aún de las otras infraestructuras del gran colectivo de la sociedad, obras mal hechas tragadas por la corrupción… Incluso las dinámicas del territorio reflejan unas estéticas que dicen del desarrollo de un pueblo. Barrios mal planeados sin vías, sin acometidas para los servicios sanitarios.

Estas miserias son las que quieren sostener la dirigencia que no quieren compartir los progresos, los desarrollos alcanzados por la humanidad. Por eso nos parece mezquino que en Colombia las élites y sus áulicos estén unidos en un solo coro para hacer fracasar el proceso de paz, el derecho a terminar un conflicto que lleva más de ochocientos mil muertos. Razón por la cual los hombres de dinero, de la gran empresa se llaman gobiernistas, su reino de nunca ternimar, por eso patean lo que les estorba, lo han hecho con los intentos de nuevos partidos alternativos, ahora quieren hacerlo con la tímida paz.


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Jugando con candela

Por: Alfredo Molano Bravo



El Estado colombiano no se ha caracterizado propiamente por cumplir lo que promete. O, como dicen por ahí: mucho tilín tilín y pocas paletas. Ninguna de sus ramas tiene buen crédito en la opinión pública. El Congreso sale a deber; los padres de la patria tienen que hacer todo tipo de artimañas para convencer a la ciudadanía, y nada; el 60 % de abstención histórica lo dice con claridad. Las campañas políticas son cada día más costosas porque la gente no cree y esos costos son uno de los resortes de la corrupción. Quien tiene votos, tiene puestos y quien tiene puestos, contratos, que sirven, ante todo, para pagar las cuentas del trajín electoral: publicidad, transporte de clientelas, camisetas, banderitas, festones, tamales, voceadores. El poder judicial tampoco cumple: la impunidad es rampante; las cárceles están llenas de presos sin condena, los jueces se alzan de hombros. ¿Y el Ejecutivo? Todos sabemos que aquí la ley es la del embudo: lo ancho para ellos, lo angosto para uno. Y ese uno —¡esos millones!— sumados terminan por no creer. El Estado se desacredita, o mejor, se deslegitima con el incumplimiento sistemático. En gran parte del país no hay Estado y la gente se las arregla para sustituirlo. Reconozco que la máquina es lenta, torpe, paquidérmica, que un paso supone mil pasos antes de poder darse; que un contrato pasa por mil firmas y enredos antes de ser una realidad. La herencia santanderista es una fábrica de parágrafos, incisos y otrosíes que paralizan el Estado. Pero hoy se está jugando con candela.

La agenda acordada con las Farc para la dejación de armas tiene en una situación difícil al Gobierno. Los papeleos para la construcción de los campamentos son dispendiosos. Los contratistas, acostumbrados al incumplimiento de los gobiernos, se dan su tiempo. Los presos de las Farc no salen de las cárceles porque a los jueces se les aumentó el trabajo y piden se les reconozcan los extras. Fondopaz no hace llegar a tiempo los “kits” de aseo, ni los servicios de salud, para no decir todo lo demás. Es cierto que en la entrega de los menores las cosas no marchan como debieran y por eso hay una comisión del Senado que va de concentración en concentración mirando a ver si se ha cumplido con lo de los jóvenes, pero también con todo lo pactado. Mientras tanto, ante gran parte de la opinión pública y de la comunidad internacional —que tampoco cumple: los contenedores para depositar las armas no han llegado—, las Farc han quedado bien al concentrarse y al comenzar a dejar los fierros. Para la muestra, un botón: los resultados de la encuesta de Gallup publicada esta semana, donde se ve que la imagen desfavorable de la mayoría de los personajes públicos —el presidente Santos, el vicepresidente Vargas Lleras, el expresidente Uribe, el excandidato Zuluaga— ha aumentado, “tanto que si hubiese que declarar un ganador, las Farc fueron las únicas que redujeron considerablemente su imagen negativa respecto de la inmediata medición, de diciembre del año anterior”, según dice Semana.com.

Pero la guerrillerada —como la llamaba Jacobo Arenas— está

inquieta. Antes les llegaban cada semana los equipos de aseo; cada tres meses los uniformes y las botas; los hospitales de sangre estaban abiertos 24 horas. Hoy están —digámoslo finamente— perplejos. “Vivíamos mejor en el monte”, dicen. Siguen ahí, es cierto, en condiciones legales y viviendo lo que vivimos todos sus compatriotas: la morosidad institucional. Lo grave es que ese incumplimiento puede fomentar las disidencias y hacer más difícil la negociación con el Eln, para no decir, como podrían llegar a decir las Farc: “Señores, la agenda debe ser renegociada. Para bailar se necesitan dos y para pelear, también”.

Creo en la buena fe del Gobierno, pero a veces me entra una duda: ¿no será que hay sectores infiltrados que quieren hacer del vicio, virtud? Porque, sin ser apocalípticos, se podría llegar a pensar que hay un cálculo estratégico —como se dice para todo ahora— y que el incumplimiento no es gratuito. Ahora, pensarían, cuando las Farc dejaron su arma más poderosa, la movilidad, se les puede incumplir impunemente. ¡Que así no sea! Pero miedos hay. El Gobierno lo sabe, la opinión pública lo siente y los guerrilleros lo temen. Quien se relame de gusto es, naturalmente, el Centro Democrático.


Elespectador.com
4 Mar 2017

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Prostitución en Medellín

Por:  DEICY JOHANA PAREJA M
Foto: Aleksandr Mavrin

'Mi mamá vendió mi virginidad para acabar de pagar una deuda'
Una trabajadora sexual se atrevió a contar su dura historia. Hoy es modelo de cámara web.


A los 13 años, Karen* no entendía por qué su mamá no la dejaba salir sola, la encerraba con llave y no le permitía tener novio. Ni siquiera amigos. Es verdad que su barrio era peligroso, pero un tiempo después descubrió la verdadera razón detrás de tanto celo: su virginidad tenía precio.

Un día cualquiera, su madre la entregó a otra mujer, que le tomó fotos, le examinó la vagina y le advirtió hasta el cansancio que hiciera lo que le pidieran sin chistar. De lo contrario, no volvería a su casa.

“De repente me vi en una habitación con un viejo gordo y agresivo que me hablaba en inglés. No le entendía nada. Me desnudó y me violó”, recuerda sobre la forma como perdió su virginidad. A cambio le dieron un teléfono Nokia. Su madre hizo mercado por primera vez en mucho tiempo y saldó una vieja deuda.



“No conocí a mi papá y éramos pobres: pasábamos con un golpe (comida) al día. Entonces mi mamá se enredó con una gente mala, perdió mucha plata y se endeudó. Dos hombres la perseguían, la amenazaban y la cascaban cada vez que se vencía el plazo para pagar, pero ella no tenía cómo responder. Y esa rabia la descargaba en mí”, cuenta. Karen cree que si su mamá no hubiese pagado la deuda, una de las dos estaría muerta. Por eso no la odia.



Los combos las reservan

Pero la pobreza no es la única motivación detrás de ‘la feria de las virginidades’, como se conoce este fenómeno en el bajo mundo. En sus recorridos por las laderas de esta capital, un investigador del Sistema de Información para la Seguridad y Convivencia (Sisc), de la Alcaldía, recogió testimonios de familias que aseguran que los llamados combos las obligan a cuidar la castidad de sus hijas desde los 11 años. “Grupos armados eligen niñas y les advierten a las mamás que sus hijas deben llegar vírgenes a los 13 o 14 años, para subastarlas a extranjeros o llevárselas al comandante del combo”, detalla el funcionario del Sisc, adscrito a la Secretaría de Seguridad.

Él encontró casos en las comunas periféricas Villa Hermosa y Popular, donde hay altos índices de desempleo y pobreza.

Amantina Rengifo, presidenta de la Asociación de Juntas de Acción Comunal de Villa Hermosa, reconoce que algunas mujeres de la zona cambian por mercados el cuerpo de sus hijas, incluso desde los 7 años. “Esa práctica se detectó en los barrios Villatina, Altos de la Torre y Pacífico, donde madres explotan a sus pequeñas en sus propias casas o las llevan al centro o a El Poblado”, afirma.

La violación de Karen ocurrió en el 2011, dos años antes de que Luis Guillermo Pardo, director del Centro Consultoría de Conflicto Urbano, denunciara por primera vez las subastas de vírgenes en Medellín. La ONG estableció que las subastas comienzan en 600.000 pesos y pueden cerrarse hasta en 5 millones, ofertas que generalmente provienen de extranjeros.

Entre los testimonios que Pardo reunió está el de una joven a quien una amiga la sedujo con regalos y luego la secuestró para venderla al mejor postor.

La fiscal María Victoria Beltrán lleva ocho años investigando historias de violencia y explotación sexual infantil en Medellín. A su despacho, la Fiscalía 99 del Centro de Atención a Víctimas de Abuso Sexual (Caivas), llegan casos de pornografía, proxenetismo, constreñimiento y trata de personas. De acuerdo con su experiencia, es muy difícil que las víctimas denuncien, y más si sus mamás están implicadas.

La historia que la fiscal más recuerda es la de cinco hermanas alquiladas por su propia madre a mecánicos de un taller. La señora también le exigía a su hijo de 13 años que ofreciera su cuerpo para ayudar a pagar los gastos de la casa.

Beltrán dice que en su testimonio inicial, las jovencitas –con el apoyo de su abuela– contaron que su mamá las obligaba a tener sexo con hombres, les pegaba con alambres de púas y las encerraba. El ente investigador capturó a la mujer y le pidió a un juez que le dictara medida de aseguramiento. Sin embargo, las víctimas se retractaron cuando supieron que su mamá podía ir a la cárcel durante al menos 14 años, sin rebaja de penas.

“En muchos casos, la única referencia afectiva que tienen las menores que sufren abuso son sus mamás. Por eso las defienden, por muy malas que sean”, comenta la fiscal. Las cinco hermanas se acogieron al artículo 33 de la Constitución, que dice: “Nadie podrá ser obligado a declarar contra parientes cercanos”.

Y aunque las denuncias por estos delitos no se pueden retirar, sin víctimas no hay juicio. “Encontramos historias horribles y hacemos lo posible para que haya justicia, pero los afectados no colaboran”, agrega Beltrán.

En otros casos, los vecinos denuncian, pero no se prestan para declarar en un juicio. Y cuando los detectives buscan en las direcciones reportadas, nadie sabe nada.

(Además: Radiografía de la explotación sexual infantil en Medellín)

La nueva vida de Karen

Meses después de perder la virginidad de manera violenta, Karen se fue de su casa, en Villa Liliam. Pero no lo hizo para evitar los abusos sino porque vio en la prostitución una forma de hacer dinero.

Ella tiene 19 años, piel canela y estatura mediana, pero sus tacones la hacen ver alta. Su cabello es rubio tinturado y usa lentes de contacto azules. Su escote deja ver sus senos operados, y sus shorts, el inicio de sus caderas. Por plata, se ha acostado con más de 150 hombres. Fue bailarina y hoy es modelo de cámara web en un estudio del centro de Medellín. Casi a diario (descansando solo dos domingos al mes) le dedica 5 horas a su trabajo. Desde las 5 hasta las 10 de la noche está frente a un computador complaciendo a extranjeros que compran paquetes de sexo por internet.

Tras un año en el mundo del sexo digital, asegura que ese trabajo le cambió la vida porque ahora sí puede pensar en un futuro para ella y su mamá. Además, ya nadie la manosea.

La joven afirma que mostrando hasta lo más íntimo de su cuerpo gana seis millones de pesos al mes, dinero que derrochaba en lujos pero que ahora guarda para estudiar. Todavía no decide si economía o diseño de modas, pero el sueño es uno solo: comprarle una casa a su mamá.

* La fuente pidió no revelar su nombre

La Fiscalía no tiene ni una sola denuncia

La Fiscalía de Medellín no tiene denuncias sobre subasta o venta de vírgenes, pero sí investigaciones contra padres de niños que fueron cambiados por mercados o dinero. También hay casos de sujetos que buscaban vírgenes, como el del canadiense Brent Ron William Harracksing, de 35 años.

En el 2015 fue acusado por tener sexo con menores. Este hombre, condenado a 15 años de prisión, contactaba por Facebook a jovencitas de Medellín y les ofrecía plata a cambio de su virginidad. Además, les pagaba comisiones de hasta $ 300.000 por que le llevaran a otras colegialas.

La Fiscalía 99, la única de Medellín especializada en explotación sexual de menores, ha recibido 270 denuncias en los últimos dos años. Derivadas de ellas hay seis condenas y seis juicios en curso.


Escrito 2

Radiografía de la explotación sexual infantil en Medellín
En la ciudad hay 6 formas distintas de vender los cuerpos de los niños. Autoridades van tras redes.

Por:  Deicy Johana Pareja M


Las niñas que son explotadas tienen miedo de denunciar o no lo hacen porque no se consideran víctimas.


Las niñas que son explotadas tienen miedo de denunciar o no lo hacen porque no se consideran víctimas.

Muchas niñas dejan de jugar con muñecas para ser el juguete sexual de los hombres. A corta edad son forzadas a estar en el mundo de la prostitución.

Eso le pasó a Diana*, quien a los 12 años dejó de vestir muñecas para convertirse en una. Su propio novio la vendía, contra su voluntad, a señores que buscaban diversión con su pequeño cuerpo.

Ese delincuente primero le hizo creer que era su pareja y su protector, pero le robó su virginidad y la utilizó durante cinco años para ganar dinero, que ella nunca veía.

Cada que Diana se negaba a tener sexo con sus clientes, él la golpeaba brutalmente hasta dejarla inconsciente. Así la sometió durante cinco años, hasta que ella sacó valor y lo denunció ante la Policía, finalmente, lo capturaron en Moravia, el pasado 18 de julio.

Como ella hay muchas menores de edad víctimas de este delito en la capital antioqueña. De hecho, el Sistema para la Información y Convivencia (Sisc), de la Alcaldía de Medellín, identificó seis formas distintas de explotación sexual en la ciudad.

En la lista están: pornografía, prostitución, trata de personas, turismo sexual, explotación por parte de grupos armados ilegales y matrimonio servil.

Las investigaciones revelan que las redes de pornografía infantil seducen a las jovencitas por medio de Facebook, a través de engaños y sobornos. Primero les hacen creer que hablan con chicos de la misma edad, intercambian fotos eróticas y luego las amenazan con publicarlas si no siguen el juego.

Igualmente, los investigadores descubrieron que estos delincuentes usan casas en barrios periféricos. En cada habitación tienen una niña al frente de un computador, complaciendo a clientes, generalmente a extranjeros, que compran paquetes de sexo en vivo por internet.

En cuanto a la trata de personas para explotación sexual, el Sisc identificó que los fines de semana, las niñas son trasladadas desde Medellín hasta el occidente del departamento y a la zona minera del nordeste, donde delinquen grupos armados. En estos casos hay un agravante, las menores son sometidas a torturas.

En el turismo sexual, los principales clientes son extranjeros, a quienes las redes les venden un paquete completo que incluye hospedaje en un apartamento amoblado, droga y sexo. La Policía, incluso,  encontró  niñas de 10 años, víctimas de estos casos.

La coronel Martha Ligia Herrera, comandante de la Seccional de Protección y Servicios Especiales del Área Metropolitana, explicó que las niñas también distribuyen drogas. Esta modalidad es común en El Poblado, donde el pasado 7 de julio las autoridades capturaron a un estadounidense, conocido como ‘Jake’, que ofrecía paquetes turísticos con menores de edad.

Para las autoridades es muy complejo detectar estas redes de explotación porque usan páginas de internet con IPS internacionales (software que ejerce el control de acceso en una red informática), desde las que no se puede acceder en Colombia, entonces, el rastreo es más díficil.

Pero además, camuflan la explotación en un catálogo que solo tiene mujeres mayores de 18 años, que pasan desapercibidas porque no se trataría de un delito.

Otra de las dificultades es que en ese negocio hay muchas personas involucradas que reciben comisión económica por guardar silencio, recomendar y facilitar el ‘trabajo’ como los taxistas, botones de hoteles, administradores y empleados de bares y restaurantes.

En los casos de matrimonio servil, las autoridades no tienen denuncias formales pero saben que este fenómeno, aunque es silencioso, se da en la ciudad.

Para Iván Felipe Muñoz, experto de la Universidad de Antioquia y coordinador de la Mesa contra la Explotación Sexual, las investigaciones se concentran en la prostitución infantil, pero hay muy poca información de las otras modalidades de explotación.

A lo que se le suma, dijo, que los análisis son en el Centro y en El Poblado, pero no en los corregimientos ni en barrios populares, donde también hay explotación, pero hay pocas denuncias porque las niñas tienen miedo de hablar o  no se consideran víctimas.

El experto explicó que los hombres menores también explotados, pero por el mismo machismo de la ciudad, hace que sea mucho más invisible.

Crimen organizado

Los combos se vinculan al negocio de la explotación sexual de tres formas. La primera tiene que ver con la extorsión. El Sistema de Información identificó que grupos como las ‘Convivir’ les cobran a las jovencitas por brindarles seguridad, sobretodo, a las que trabajan debajo de las estaciones y las líneas del metro.

Estos grupos también actúan como intermediarios, hay un proxenetismo más directo y ellos mismos reclutan niñas para explotarlas. Por último, ganan con la prostitución y comercialización de drogas. La niña además de prestar sus servicios sexuales vende alucinógenos.

Según el Sistema de Información para la Seguridad y Convivencia, los grupos reclutan a las niñas, principalmente, en las comunas Popular, Manrique y Aranjuez, en el nororiente de Medellín, zonas con condiciones económicas bajas y pocas oportunidades.

En este momento, la Policía le sigue el rastro a varias bandas de la ciudad que se dedican a utilizar a las pequeñas, asimismo, tiene bajo la mira a una red de extranjeros.

No en todos los casos actúan las redes, también los padres están involucrados. Investigaciones revelan que en algunas familias, tanto la abuela como la madre y las hijas han estado inmersas en el mundo de la prostitución, desde los 12 años de edad.

La coronel Herrera dijo que en este momento, la Policía tiene 135 investigaciones de explotación sexual, que pueden llevar a capturas, entre estas, 12 por trata de personas.

Sin embargo, el Centro de Atención a Víctimas de Abuso Sexual (Caivas) de la Fiscalía solo recibió 18 denuncias de explotación sexual entre enero y julio. De las cuales, 13 fueron de mujeres y cinco hombres. En todo el año pasado, la entidad recibió 68 declaraciones de este tipo.

En lo corrido de2016, la Policía ha capturado en Medellín a 117 explotadores sexuales y adelanta la extinción de dominio de 21 hoteles, usados para comercialización de droga y prostitución infantil.

Entre las capturas está la del victimario de Diana. Ella tuvo suerte de salir de ese mundo, pero en otros casos, la explotación no termina con la captura de miembros de la red o del combo.

Redes dan drogas a víctimas

En El Poblado hay explotación sexual hace muchos años, pero hoy es más visible porque muchas niñas se desplazaron del Centro hasta la zona rosa.

Investigaciones del Sistema para la Seguridad y Convivencia (Sisc) muestran que en El Poblado, los extranjeros pagan por servicios sexuales con menores de edad entre 50 y 700 dólares, mientras que en el Centro, entre 5 y 20 dólares.

Sin embargo, en ambos sitios las niñas son obligadas a vender drogas a sus clientes porque el negocio es más rentable y el delito menos visible. “La niña se le acerca al cliente y le ofrece el servicio sexual y un pase”, contó un investigador del Sisc.

A los proxenetas les interese que las niñas sean adictas a las drogas, consideran que generar la adicción es parte fundamental para que la chica esté más dócil y sea más fácil tenerla en el negocio. "Por medio de los alucinógenos están más dispuestas a estar con los clientes no preguntar ni quejarse. En el caso del paruqe Lleras(El Poblado), las chicas consuman marihuana, cocaína y drogas sintéticas.

No obstante, con las drogas se complica la ruta de restablecimiento de derechos para una menor explotada sexualmente porque no se reconoce como víctimay en muchos casos, las niñas terminan en el Sistema de Responsabilidad Social para Adolescenets por delitos como porte y tráfico de estupefacientes.


La prostitución, trabajo legal que sigue sin reglas


Corte le ordenó al Gobierno regular el trabajo sexual para evitar abusos de las autoridades




“Estábamos sentadas en una banca de la plaza de la Mariposa, como hacemos todos los días, vestidas igual que siempre. Los policías llegaron, nos acorralaron, nos subieron a un camión y nos llevaron detenidas. Ir presa significa no poder trabajar, y si no trabajo, no tengo con qué pagar la pieza para dormir. Lo que yo hago no es ilegal, pero ese día los policías me dijeron que estaba estorbando en la vía pública, que mi trabajo era obsceno, que me llevaban detenida por ser una prostituta”.

Con esas palabras, Julia* cuenta lo que pasó el 20 de enero en un operativo al que la Policía denominó como “de recuperación de la vía pública”; varios agentes trasladaron a 14 mujeres desde el parque de la Mariposa, en Bogotá, hasta la Unidad Permanente de Justicia (UPJ). Algunas fueron golpeadas, según cuentan, y a la mayoría las dejaron retenidas varias horas, diciéndoles que estaban en alto grado de exaltación.

Por abusos como este, que según la Corte Constitucional se han vuelto sistemáticos, el alto tribunal le acaba de ordenar al Ministerio del Trabajo que regule el trabajo sexual en el país. A la Alcaldía de Bogotá y a la Policía les ordenó abstenerse de “utilizar la política de recuperación del espacio público para limitar el derecho a la libre circulación” de esta población.

El fallo es clave porque, como en todo trabajo informal, no hay cifras sobre cuántas personas viven de la prostitución voluntaria, que es lícita.

“En lugar de unas reglas informales impuestas por quienes administran los negocios, o por la Policía, se necesita una regulación estatal que garantice el derecho al trabajo, a la salud y a la seguridad”, asegura César Rodríguez, director de Dejusticia, centro de estudios jurídicos y sociales.
Los estudios sobre el tema son pocos. En Bogotá se han registrado 3.000 trabajadores sexuales, pero, según María Cristina Vélez, secretaria de la Mujer, el subregistro es tan grande que podrían llegar a ser unos 30.000. Esto porque buena parte de esta población no trabaja en la calle ni en casas de lenocinio, sino a través de redes sociales, hoteles, u otros espacios.

Una encuesta que la Secretaría de la Mujer hizo el año pasado con 2.000 personas dedicadas a este trabajo cuenta que el 94 por ciento son mujeres, el 43 por ciento sufrieron violencia en su actividad, el 89 por ciento están afiliadas al sistema de salud y el 55 por ciento consumen drogas. A nivel nacional no hay ninguna cifra certera. Sintrasexco, el primer sindicato de prostitutas en el país, dice que podrían ser más de 4 millones.

Vélez cuenta que aunque en el Congreso se han radicado proyectos para regular la prostitución, ninguno ha pasado del segundo debate. “Han polarizado la discusión hasta el punto de decir que cualquier reforma es imposible. Un grupo de congresistas dice que cada quien puede hacer con su cuerpo lo que quiere, y otro piensa que todo ejercicio de prostitución es una vulneración de derechos y hay que penalizar la demanda”, asegura.

La segunda razón por la que se necesita una regulación, dice la Corte, es que la “discriminación legal” en la que están las prostitutas ha permitido que su trabajo sea visto como indeseable, indigno, y que se cometan abusos. De hecho, la Fundación Parces, que representó a las mujeres de la plaza de la Mariposa en la tutela que interpusieron por lo sucedido, cuenta que en los casos que han registrado el 89 por ciento asegura haber sufrido algún tipo de violencia policial. En su observatorio de trabajo sexual, Parces encontró que, en Bogotá, de 150 prostitutas, 111 dijeron ser agredidas verbalmente por un policía, a 76 les pidieron dinero para no llevarlas a la UPJ y a 51 les pidieron favores sexuales para no detenerlas.

Las pautas de la Corte

La Corte ha fijado desde el 2010 pautas sobre la prostitución. El fallo dice que “el vacío legal hace que se las equipare a vendedoras ambulantes cosificando su cuerpo y presumiendo que el estar en un lugar específico implica que lo están vendiendo, cuando el trabajo sexual consentido vende un servicio”, dice el fallo.
Tampoco pueden ser retiradas bajo el argumento de que “su dedicación laboral va en contra de la tranquilidad pública y es un peligro para la sociedad”, o porque su manera de vestir sea calificada de obscena.

La Corte asegura que la Policía no puede conducir a una trabajadora sexual por estar en la vía pública, pues el trabajo sexual es legal, independientemente de si lo hacen en el día o en la noche. Esto no implica que no se deba perseguir los delitos de trata de personas, explotación sexual de menores o la inducción a la prostitución.
¿Zonas de tolerancia?

En los planes de ordenamiento territorial las autoridades regionales tienen la competencia para designar las llamadas ‘zonas de tolerancia’ donde se puede ejercer la prostitución, sitios que deben alejarse de colegios, hospitales e iglesias. Según Sebastián Lanz, director de Parces, el concepto de zonas de tolerancia debería replantearse. “Las mujeres que más sufren violencia policial son las que cruzan esas fronteras. Hemos creado un concepto en el que la gente cree que lo que se sale de esa zona no debe ser tolerado, sino sancionado”.
La Secretaría de la Mujer está de acuerdo con que debe haber una reforma.

*Nombre cambiado

Escritos tomados de: Periódico El Tiempo 

4 de Marzo de 2017

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Los Diez Mandamientos del Chat

Mauricio Castaño H.
Historiador
Colombiakritica

Protocolo para buen uso en las comunicaciones virtuales en especial el Whatsapp tan preferido por las gentes. Las palabras tienen poder, la lengua, el lenguaje sirve para lo mejor y para lo peor, la buena mensajería vivifica a las comunidades, lo contrario las divide, las acaba.

Los chats se han convertido en una herramienta virtual muy útil para agilizar agendas, solucionar problemáticas y optimizar tiempo, espacio y recursos. Su buen uso permite que el grupo conformado se mantenga sólido en el objetivo que los Une. Su dispersión, de no corregirse a tiempo, puede arruinar lo que antes era una buena causa.

He aquí, unas normas a fé de buen uso, un protocolo que denominamos los Diez Mandamientos del Chat.

1. Los chats de grupos deben limitarse a su interés u objetivo definido para lograr una comunicación eficaz. Un Chat no resiste discusiones interminables, ni conversaciones personales, ni comunidades del mutuo elogio ni cadenas de oración o avisos extemporáneos vueltos virales. Para esos fines están los foros y los grupos de facebook.

2. Los mensajes en el Chat deben ser breves, claros y concisos. Recuerde el sabio consejo: Breve y bueno: Dos veces bueno. 

4. Pensar antes de publicar un mensaje.Tener presente las condiciones de modo, tiempo y lugar, esto es: el asunto, la dirección y la hora del tema de interés. Controlar las emociones antes de caer en la tentación de un capricho particular de publicar un tema que no es del interés general. Evitemos pasar por tontos.

5. Tener presente que nos dirigimos a un grupo de Interés, no abusar con otros temas que son de conversaciones PRIVADAS O AMISTOSAS. Cuando haya diferencias tratarlas con lenguaje respetuoso, nunca con palabras soeces o insultantes. Lo cortés no quita lo valiente, las formas son muy importantes, siempre un  mal acuerdo es mejor que un buen pleito.

6. No todos los mensajes requieren de una respuesta. Evite respuestas innecesarias, evite hablar por hablar. Esto incluye emoticones. 

7. Los temas personales trátalos con tus amigos en privado o por el Chat interno. No enviar mensajes trillados de cadenas de oración ni de motivación personal o coaching. Esto es respetar credos y gustos diversos que no son de importancia para el Chat.

8. No generar falsas alarmas con fuentes sin confirmar o con situaciones del punto anterior. Recordar que el grupo existe alrededor de un objetivo que les es común y lo mismo motiva su cohesión. Su no cumplimiento hace que la gente seria y comprometida se retire. En otras palabras se pone en peligro la existencia del grupo.

9. Respetar el sueño de las personas. No generar mensajes en horas inapropiadas y que pueden dar espera.

10. No abuse de las imágenes y los vídeos, hacerlo genera rechazo. Recuerde que el espacio es limitados en los smartphone. Evite fastidiar. Cuide el planeta, no genere basura electrónica.

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Cómo sobrevivir a la era Trump

Por: Joseph E. Stiglitz *

En apenas un mes largo, y a un ritmo vertiginoso, el presidente de EE. UU., Donald Trump, ha logrado propagar caos e incertidumbre. No es de extrañar que tanto ciudadanos como líderes empresariales, así como la sociedad civil y el gobierno, realicen esfuerzos por responder apropiada y eficazmente.

Ningún punto de vista sobre el camino a seguir es necesariamente provisional, ya que Trump aún no ha propuesto legislación detallada, y el Congreso y los tribunales no han respondido plenamente a su chorrera de decretos. Sin embargo, el reconocimiento de la incertidumbre no es justificación para la negación.

Por el contrario, ahora está claro que lo que dice Trump y los tuits que escribe deben ser tomados en serio. Tras las elecciones del mes de noviembre, existía una esperanza casi universal de que abandonaría el extremismo que caracterizó a su campaña electoral. Se pensaba que este maestro de la irrealidad adoptaría una forma de ser distinta a momento de asumir la maravillosa responsabilidad de lo que a menudo se llama el cargo más poderoso en el mundo.

Algo similar ocurre con cada nuevo presidente de Estados Unidos: independientemente de si votamos a favor del nuevo titular del cargo, proyectamos en él la imagen que tenemos en mente de lo que queremos que dicha persona sea. Pero, si bien la mayoría de los funcionarios electos aceptan ser todo lo que las personas quieren que sea, Trump no ha dejado entrever ninguna duda sobre que tiene la intención de hacer lo que dijo que haría: una prohibición de la inmigración musulmana, un muro en la frontera con México, una renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, la derogación de las reformas financieras Dodd-Frank del año 2010, y mucho más; incluso hará lo que sus propios partidarios pensaron que no llegaría a hacer.

En algunas oportunidades he criticado aspectos y políticas específicas del orden económico y de seguridad que fue creado tras la Segunda Guerra Mundial sobre la base de las Naciones Unidas, la OTAN, la Unión Europea y una red de otras instituciones y relaciones. Sin embargo, existe una enorme diferencia entre los intentos por reformar estas instituciones y sus relaciones para que puedan servir mejor al mundo y una agenda que busca destruirlas de manera categórica.

Trump ve el mundo en términos de un juego de suma cero. En realidad, la globalización, si es bien administrada, es una fuerza de suma positiva: Estados Unidos gana si sus amigos y aliados –ya sea Australia, la Unión Europea o México– son más fuertes. Pero el enfoque de Trump amenaza con convertir la globalización en un juego de suma negativa: EE. UU. también perderá.

Ese enfoque quedó claro desde su discurso inaugural, en el cual su repetido conjuro “Primero, Estados Unidos”, con sus connotaciones históricamente fascistas, confirmó el compromiso que Trump tiene con sus estrategias más feas. Las administraciones anteriores siempre han tomado en serio su responsabilidad de promover los intereses de Estados Unidos. Pero las políticas que perseguían, por lo general, se enmarcaban en términos de una comprensión ilustrada de lo que significa el interés nacional. Los estadounidenses, según ellos, se benefician de una economía mundial más próspera y una red de alianzas entre países comprometidos con la democracia, los derechos humanos y el Estado de derecho.

Si hay una luz de esperanza en el nubarrón Trump es un nuevo sentido de solidaridad con respecto a los valores fundamentales, tales como la tolerancia y la igualdad, que ahora se sustentan por la toma de conciencia del fanatismo y misoginia –ya sean manifiestos o encubiertos– que encarnan Trump y su equipo. Dicha solidaridad se ha tornado mundial, y Trump y sus aliados enfrentan protestas y rechazo a lo largo y ancho del mundo democrático.

En Estados Unidos, La Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU), que había previsto que Trump rápidamente pisotearía los derechos individuales de las personas, ha demostrado que está tan preparada como siempre para defender los principios constitucionales fundamentales, tales como el debido proceso, la igualdad de protección y la neutralidad oficial con respecto a la religión. Y, durante el mes pasado, los estadounidenses han apoyado a la ACLU con millones de dólares en donaciones.

Del mismo modo, a lo largo y ancho de EE. UU., los empleados y clientes de las empresas han expresado su preocupación respecto al apoyo que algunos directores ejecutivos y miembros de las juntas directivas brindan a Trump. De hecho, como grupo, los líderes e inversionistas corporativos estadounidenses se han convertido en sus facilitadores. En la Reunión Anual del Foro Económico Mundial de este año, en Davos, muchos ya empezaron a salivar al sólo pensar en las promesas de recortes de impuestos y desregulación, mientras afanadamente ignoraban el fanatismo de Trump –sin mencionarlo siquiera en una sola de las reuniones a las que asistí –e ignorando también su proteccionismo.

La falta de coraje fue aún más preocupante: estaba claro que muchos de los que estaban preocupados por Trump tenían miedo de elevar sus voces, ya que podría ocurrir que ellos (y el precio de las acciones de sus empresas) se convirtieran en blanco de un tuit. El miedo omnipresente es un sello característico de los regímenes autoritarios, y ahora lo estamos viendo en Estados Unidos por primera vez en mi vida adulta.

Como resultado, la importancia del Estado de derecho, que otrora fue un concepto abstracto para muchos estadounidenses, se ha convertido en algo muy concreto. Bajo el Estado de derecho, si el gobierno quiere evitar que las empresas contraten a terceros y subcontraten internacionalmente, tiene que promulgar leyes y adoptar regulaciones para crear los incentivos adecuados y desalentar el comportamiento que le es indeseable. El gobierno no intimida ni amenaza a empresas en particular; tampoco retrata a los traumatizados refugiados como una amenaza a la seguridad.

Los principales medios de comunicación de Estados Unidos, como The New York Times y The Washington Post, se han negado, hasta ahora, a ver como normal el sacrificio de los valores estadounidenses que lleva a cabo Trump. No es normal que Estados Unidos tenga un presidente que rechace la independencia judicial; no es normal sustituir a los oficiales militares y de inteligencia del más alto rango e importancia, quienes se encuentran en el núcleo de la formulación de políticas de seguridad nacional, con un fanático acérrimo de los medios de comunicación que es de extrema derecha; y no es normal que Trump, cuando se encuentra frente a la más reciente prueba de misiles balísticos de Corea del Norte, se dedique a promocionar los negocios de su hija.

Sin embargo, cuando nos vemos constantemente bombardeados por acontecimientos y decisiones completamente inaceptables y que se pasan de la raya, es fácil empezar a adormecerse y comenzar a mirar más allá de los grandes abusos ya ocurridos, fijando la mirada en las aún más grandes parodias que vendrán. Uno de los principales desafíos durante esta nueva época será permanecer vigilantes y,
siempre y cuando sea necesario, resistir.

* Premio Nobel de Economía, 2001

(c) Project Syndicate 1995–2017
Tomado de: El Espectador.com
4 Mar 2017

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Micropolítica y Activismo Social

Mauricio Castaño H
Historiador
http://colombiakritica.blogspot.com.co/

Se nos ha enseñado desde chicos que los pobres y los ricos han existido desde siempre, que es natural que los haya y que tales diferencias sean así per saecula saeculorum. Desde los más antiguos pensadores hasta los de hoy justifican esa horrorosa división injusta entre los pocos que todo lo tienen y los muchos que nada tienen. En la Política de Aristóteles se lee: “Si los Atenienses fueran una democracia de hombres libres, los pobres se juntarían y quitarían la propiedad a los ricos.” Esta dogmática aún se mantiene y es tejida con alta filigrana, su entramado es complejo y difícil de desenmarañar. Dos autores en particular han tratado de develar la estrategia macabra. Chomsky por ejemplo, en una magistral exposición Requiem por el Sueño Americano, analiza cómo el mundo del capitalismo ha desmontado paulatinamente la Democracia, el Estado Social de Derecho. En el mundo fabril hemos presenciado el desmonte de garantías y derechos sindicales o laborales conquistados desde principios del siglo XX. Su desmonte fue dado mediante la fuerza, aplastando luchas sindicales y reivindicaciones sociales, las fechas de las masacres las conmemoran: el 8 de marzo, el 1 de mayo día del trabajador… 

Pero no sólo a través de la fuerza, también se ha implementado desde la ideología sutil que suaviza la opresión hacia los desposeídos,  movilizada por medio de discursos como el de la independencia laboral. No estar atado a ningún patrón, estar libre como el viento. Otro autor Richard Sennet presenta conceptos de la propaganda del gran capital que los hacen pasar como valores virtuosos: estar a la Deriva, ser Flexibles a los cambios, a estar de aquí para allá, saltando de un empleo a otro. La Corrosión del Carácter es el título del libro y es lo que le sucede al individuo cuando se ve expuesto a la incertidumbre laboral, su yo, su psiquis, su entorno, las relaciones con el mundo quedan deshechas, se vuelve un ser inseguro, inestable. Discursos como los del único responsable de lo que le pueda pasar en tu vida: Eres Tú. Nadie más. Buscad best seller sobre el tema y encontrareis mares de tinta con ese tufillo evangelizador. Valores como el de solidaridad, cooperación quedan despedazados, normal en esa propaganda del principio inculcado es sálvese quien pueda, cada quién es responsable de lo que le pueda pasar a su propia vida. Igual sucede con los valores de la esperanza y la compasión, fueron arrancados, destrozados, tirando al individuo en un hoyo negro de pavimento, se promueve la ley de la selva: sálvese quien pueda, cada quien rendirá culto a su propio demonio, allá cada quien será digno del infierno o del cielo. El reino del Individualismo, del mundo del capitalismo.


Nótese que la Esperanza es uno de los pocos valores que tiene cada persona incluso en los momentos más difíciles en los que el verdugo amenaza con arrebatar la vida, aún así, se echa mano de la esperanza, la fe en que es posible encontrar una salida al atolladero en el que se encuentre. Y cuando ésta se le arrebata, la consecuencia puede ser fatal, quizá sobreviene el suicidio o simplemente se vive como un ente. Cuando es la esperanza misma que se nos quita, nuestra personalidad queda despedazada. Chomsky recuerda que en los años treinta los americanos tenían esperanzas, pues los trabajadores mal que bien estaban protegidos por la seguridad social, podían planear una jubilación, dar estudio a sus hijos, comprar un automotor... A diferencia de nuestros días en los que los trabajadores viven a destajo, los contratos laborales son finitos, hoy tienes trabajo, el mañana es incierto. Ello repercute en la estructura de la personalidad, se corroe el carácter como lo define Richard Sennet, son personas inseguras porque su entorno les muestra que no hay nada de qué fiarse, todo está a la deriva, en riesgo, sin protección, la miseria amenaza. Un hombre inseguro es fácil de controlar, es dócil para el sistema.

Pero volvamos a la confección del mundo hecho al revés. Sumado a la reducción de la democracia. “Uno de los principales científicos políticos, cita Chomsky, Martin Gilens, presentó un estudio sobre la relación entre las opiniones de la población y las políticas públicas, donde muestra que alrededor del 70% de la población no tiene ninguna influencia sobre las políticas. Y lo mismo puede estar pasando en cualquier otro país. La gente lo sabe y como resultado está enojada, frustrada y odia a las instituciones. No está actuando constructivamente para cambiar esto. Existe movilización popular y activismo, pero van en direcciones muy auto-destructivas. Está tomando la forma de una rabia descontrolada sin objetivos claros, atacándose unos sobre otros y sobre grupos vulnerables. Esto es lo que pasa en casos como este. Eso corroe las relaciones sociales, pero ese es el objetivo, hacer que las personas  se odien y se teman unas a otras. Que se preocupen solo por ellas mismas y no hagan nada por los demás.”


Los gobiernos al estar en función de la riqueza de las naciones, los gobernantes cada vez vienen más de las filas de los ricos, cada vez son políticos hechos a sus necesidades, los candidatos son productos fabricados para gustar a las masas que los votan incluso en contra de sus intereses propios. Se fabrica un candidato igual a como se hace una pasta de enjuague vocal. "La política será la sombra de los negocios sobre la sociedad… hemos estado vendiendo y promoviendo candidatos como pasta de dientes desde la época de Reagan y este es el logro más grande que tenemos” John Dewey. El resultado es un Estado hecho para los intereses de los ricos, cada vez las grandes empresas están exentas de impuestos mientras que a las clases pobres y medias se les incrementan. Cada vez los sistemas financieros se vuelven más sólidos. Si antaño se criticaban a los señores feudos de parásitos por no poner a producir sus tierras, hoy es lo propio con la banca, hacen riqueza captado dinero de sus ahorradores y que luego venden o invierten obteniendo grandes rentabilidades en el más cómodo parasitismo.


Si bien el panorama no es fácil, no quiere decir que no haya salida. Las micropolíticas, las pequeñas acciones que líderes sociales hacen a diario, las manifestaciones callejeras, las pequeñas revueltas, esos aleteos de mariposa que se pueden sentir de continente a continente hacen volver la esperanza. No todo está perdido.  “lo que importa son las innumerables pequeñas acciones que hacen personas anónimas, que sientan las bases de los eventos significativos que pasan a la historia". Ellas son las que lograron las grandes cosas en el pasado y ellas son los que tendrán que lograrlo en el futuro.” Howard Zinn. Esas pequeñas acciones, esos actos soberanos que cada quien puede darse, esas pequeñas micropolíticas liberadoras que a diario nos propone el activista social. No todo está perdido.

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