El Hombre Agrietado

Por Mauricio Castaño H
Hstoriador
Colombiakrítica


Todo será aplanado, la planicie gana, la montaña, lo empinado será despreciado, descartado para las concentraciones e intercambios humanos, las islas oceánicas son las preferidas a las desérticas. Es un dato de los geógrafos. Pero esto tan sólo es verdad relativa en tanto los progresos técnicos resuelven problemas antes imposibles. Por ejemplo, en tiempos modernos, las interconexiones viales, aéreas y de internet acercan lo lejano. Lo próximo está a unos cuantos pasos, al alcance de la mano, de un clip, todo un desarrollo tecno económico para la vida, en suma, la ciudad es red de redes. Aunque la queja por los tumultos impersonales y ruidosos espantan hacia la periferia en busca de una cierta calma, un sosiego para un yo convulsionado. Ni la planicie ni la altura eximen de los truenos en plena tormenta. Son éstos tan sólo fragmentos, corto pensar de otros más extensos, en fin, más explayados. Suscribimos que los aforismos son fragmentos de propulsión que provien de una unidad, de un todo constitutivo. Pero por el momento dejemos este abrebocas. 


Tan lejos tan cerca es muy relativo. Igual sucede con lo que se presenta ante nuestros ojos y lo que en apariencia no vemos, que se oculta. Lo más visto es lo más oculto, de tanto ver ya no vemos, la fórmula es bastante conocida, tantos años huyendo... y el enemigo estaba ahí, a mi lado. Sucede en nuestro tiempo con las amenazas que todos advierten, pero todo ya está acá delante ante nuestros ojos, el peligro está aquí y ahora, no allá, en el futuro, los extremismos están en nuestras narices que carcomen con la sutileza de la hormiga, las ultra derechas avanzan con las lógicas de la eficiencia, el sabio gobernante de Platón, arriba unos pocos deciden la suerte de los muchos de abajo. Nada está lejos, todo está en nuestras narices, todo está en el aquí y en ahora, el presente es la concreción de lo proyectado y vivido. Si algo hay que hacer es en este momento, en este presente que vivimos. Vale la referencia en este link en publicación de la Editorial Piedra Rosetta.


El hoy es mañana y es ayer, en el tiempo presente copulan pasado y futuro, todo se lo juega en el aquí y en el ahora, en este momento. Hacceidad, el tiempo que hace, que se hace, umwelt… En nuestros tiempos contemporáneos ronda la preocupación de los predicadores de muerte, si yo no estoy bien, entonces que todo perezca, la referencia es a los extremismos de izquierda o de derecha, cualquiera que sea él, no ofrecen más que un baño de sangre. Y una pregunta no se hace esperar ¿qué hay que hacer? Todo se juega en el aquí y en el ahora, el monstruo vestido con piel de oveja convive entre nosotros, mirar dentro de nosotros mismos para develar al fascista que hay en mí y en ti y que pasa de soslayo con la máscara del hombre más avanzado, piadoso.


La moda actual es el extremismo de derecha. Y la metáfora hermosa es la del termitero, las hormigas que se instalan y poco a poco corroen, destruyen a su hospedero. Es lo que está pasando con los actuales gobiernos de derecha que prometen todas las soluciones, en específico la referencia es al tecno poder, el gobierno de Troump y su sombra de los hombres del tecno poder que descreen de la democracia y apuestan por la tiranía del fascismo. Su credo a pie puntillas en la etnia blanca y adinerada, raza superior para ellos, abrazan el coeficiente intelectual como arma discriminatoria, los negros y los pobres son lo peor de quienes hay que cuidarse, si no existieran, pregonan, es lo mejor.


Es cierto, la planicie facilita la vida más que el fatigoso arriba de la montaña, pero tan sólo es un tema de bienes y servicios a la mano, a un paso, todo tan favorable a la vida, pero se ha de recordar que esta materialidad tan sólo es un complemento a la vida humana. No está demás recordar que ex-istencia quiere decir exterioridad, el yo que sale, que busca un afuera para materializarse, un adentro que sale pero que queda vacío, es una especie de balanceo entre el adentro y el afuera que nos constituye, en sí, es un vacío en este balanceo del adentro y del afuera, salimos pero a la vez nos replegamos. La ciudad tumulto de día, de noche bombillas de no contar, pero ninguna luz que alumbre el caminar. Busco un hombre, tan sólo uno de sensatez.


Todo el tiempo estamos buscando, creemos saltar a tierra firme pero caemos al vacío, respiramos por la herida insaciable de la vida, hay un algo que siempre falta, los temores rondan, nada está seguro, respiramos por la herida, es el hombre agrietado, indeterminado, inacabado el que nos ronda, nos constituye. Pero está bien que así sea, lo inacabado, lo inédito nos pone en perspectiva, en búsqueda, es, de nuevo y por fortuna, el ser, el hombre agrietado.


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No Mirar Atrás

Por Mauricio Castaño H
Historiador
Colombiakrítica

Las lejanías silenciosas atraen. La periferia citadina, el monte arriba, la montaña empinada desestimulan la concentración del barullo… bueno, el que se produce allí mismo en la planicie pero que sube, que se expande a lo largo y ancho, que sube, que se propaga leve hacia arriba, es la física, es la lógica de las ondas del ruido. El ruido se volvió cosa del común existir. Basta cualquier pretexto de celebración para motivar ruidos de bafles pequeños o grandes, no importa el tamaño, todos tienen la potencia suficiente para llevar sus ondas sonoras a un radio de unos cuantos metros, incluso kilómetros. No hablaremos, sólo mencionar el gran formato de conciertos en estadios, placas deportivas, parques, la ciudad como concha acústica, la cultura del bullicio que se propaga como próspera plaga, la industria del ruido que no para de sonar.


Pero acá no para lo ruidoso, algarabías, risotadas, gritos, carcajadas. Y a falta de todo eso, no ha de faltar la mascota que ladra aquí uno, allá el otro contesta, otros no paran de saludar con la caricia consentida de los amos en la plazoleta de la zona residencial o de sus alrededores, socializar llaman a esto de caninos y de soslayo del humano existir, el hombre es un perro para el hombre. No sobra recordar que Occidente ha ganado el epíteto de cultura del ruido en contraposición de Oriente que cultiva el silencio en alta estima para bordear una paz de cuerpo y espíritu, el cultivo del yo espiritual en un ethos del silencio.


Hay ruidos de ruidos, unos impacientan, quitan paz como los descritos. Y existen otros de motores industriales monótonos que taladran constante como mosca que no deja de zumbar en los  oídos. En contraste está un barullo conjugado que viene de lo lejos de la ciudad, es posible confundirse, emularse con los sonidos del mar que van y vienen según la leva y según la intensidad de vientos, con ellos sobreviene el arrullo que termina en el dormir. Ni uno ni otro será mejor, cualquier decisión puede conducir a saltar del sartén al fuego, acá viene a bien echar mano del caos, dejarse llevar por su balanceo, el territorio es dinámico en lo mejor y en lo peor.


La ciudad o civilización equivale a moverse, las vidas que suceden aquí y allá, todo es gasto de energía, por eso mismo la cultura tiene sus formas de expresarse. De acuerdo, la vida consiste en gastar energía y cada quién decidirá en qué la gastará, sólo, entonces, resta apelar al bien común, a los bienes comunes, a todo aquello que la vida social destina y reserva para mantenernos de pié, esto es, el ser es social, pues en la soledad morimos, razón de más para elevar la protesta mientras reservamos distancia.


Seguir la marcha,  el caminar recto, otras veces en diagonal, en zigzag. Pero lo inédito es más bien la constante, cada día trae sus propios afanes, nada está predeterminado, en cualquier parte salta la liebre. Desesperamos cuando la vida nos sorprende, cuando no tenemos control sobre lo que está en marcha. Adán y Eva nos libraron de la aburrición perpetua de un paraíso prometido. La desobediencia es virtud. Viene a bien desenmascarar al malhechor que muestra bien donde hay maldad disfrazada, es la  micro física del poder. Estar en alerta para cuando se precisa levar anclas sin necesidad de mirar atrás. Es un respiro, tan sólo tomar distancia para tomar fuerzas, para luego luchar más y mejor para preservar nuestra isla de intimidad, mientras tanto seguir la marcha sin mirar atrás!


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El Derecho a Desaparecer

Por Mauricio Castaño H
Historiador
Colombiakrítica

Ataraxia



Hiper exposición puede ser una buena expresión para dar cuenta en la actual sociedad de los excesos a los que el individuo es llevado, es sometido como ganado al matadero, bajo pretexto de estar vigente en los medios masivos de información, en las redes sociales y todo aquello que se le parezca, quien no registre en la red mediática es como si no existiera, afanan a decir los asesores del marketing empresarial; y la noche y el sueño son los enemigos, todos deberían estar despiertos día y noche pegados a una pantalla.


Ser, entonces, es siempre mostrarse, exhibirse todo el tiempo, en cada momento, que la selfie en el restaurante, en el gimnasio, en el centro comercial, en el volante del automóvil, y en una cantidad de pretextos con tal de dejar registro en la nube, en las redes sociales, el yo que no descansa de mostrarse, es decir, ocultarse, privarse de la intimidad, pues lo que más se muestra es lo que más se oculta, dime de qué presumes y te diré de qué careces, las privaciones que tanto mellan el espíritu, no ser uno mismo es una bomba de tiempo, las fisuras no se hacen esperar.


Es un afán enfermizo de estar aquí y allá en pantallas, en en el aquí y en el ahora, un afán por estar vigentes, entonces, y esto, muy a pesar, define la existencia, la pobre existencia actual, el Ser, lo mediático que todo lo ha invadido, colmado. Y valga una claridad, el exceso está refererido a un bombardeo mediático que no da lugar a procesar, digerir, pensar, en todo caso no es añoranza por tiempos ya idos o mejores, es sólo saturación que no da lugar al pensar reposado, digerido. Cómo no recordar en estos tiempos de la inmediatez, los cuatro estómagos de la vaca para el bien digerir, la vida necesita su reposo para forjar una identidad propia.

 

Pero tanta exposición cansa, todo cansa, todo tiene su límite, al menos en ciertas existencias de reposo y de un vivir favorable en pro de forjar una cierta identidad del yo, de defender una isla de intimidad que hace bien al espíritu. Bien vale la pena un alto en el camino, un plantarse, poner freno para hacer valer la antítesis del Derecho a Desaparecer, a perderse en medio de la nada, cada vez recogerse en sí mismo y despojarse de esos excesos de información banal que nos quiere copar, manipular, no dejan ser uno mismo a cambio de un nosotros idiotizados, un yo colectivo con una identidad no propia y huidiza.


Los Infamados


Los antídotos se hacen necesarios. Evadir todo aquello que nos seduce bajo pretexto de mejorar, de mostrarse, bien vale aplaudir a aquellos infamados, que nos les importa la fama, que no se han dejado alcanzar por el torbellino mediático del mostrarse, del estar rodando todo el tiempo, sin descanso. Ataraxia. Ya poco o nada me empieza a importar lo que sucede a mis alrededores, ya empieza a no afectarme mucho de lo que en otras circunstancias y épocas creía trascendente. Si las redes amenazan con atraparnos, entonces viene a bien desenredarse, evitar vínculos excesivos, incluso innecesarios, el reposo es necesario para habitar la paz de nuestro espíritu. Alcanzar un estado en el que importe muy poco o nada lo que pasa alrededor, no dejarse involucrar donde no haya necesidad de nudos, de ataduras.


Desvincularse, desintoxicarse en la mayor medida de todas estas redes que nos quieren atrapar, desear un estado de ataraxia, una vida que se cuida de no dejarse perturbar, y reducir los vínculos sociales a lo mínimo, a su más mínima expresión, llegar a un estado en que seleccionamos muy bien las luchas que queremos dar, las que son inevitables por razones de nuestra propia existencia. Se anhela un antídoto que ponga barreras a este remolino mediático. El mutismo hace bien, apagarse como las flores del guayacán de manera silenciosa sobre el asfalto, es la belleza que se muestra discreta sin ruido. Uno tiene derecho a emprender la huida hacia caminos poco transitados hasta habitar nuestro alejamiento, ser clandestinos de un viaje inmóvil, irnos yendo poco a poco, habitar el derecho a desaparecer. 


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Política y Mercado

Por Mauricio Castaño H
Historiador
Colombiakrítica

Mercado versus Estado


Votos y Sancochos


Más mercado y menos Estado, es, en sí, lo que resume nuestra sociedad actual. Impera hacer dinero sin importar los medios, solo vale el fin. Los empresarios al frente del timón del barco. En ese terreno se desenvuelve la política que pesca en río revuelto en esta sociedad en esencia mercantil. Y los emisarios políticos sólo buscan votos a como dé lugar para hacerse al Poder. Y en una sociedad que no promueve el pensar, tanto los medios de comunicación y la escuela, sólo se atienen a movilizar, a reproducir entretenimiento acrítico en los mass media, sólo banalidades, idioteces, en todo caso, cualquier cosa, menos promover pensamiento crítico. 


Evacuar Odios, Miedos


Así las cosas, en política sólo basta repartir dinero y sancochos a los posibles votantes, quien más y mejor da, ese asegurará votos. ¿Y lo programático? ¿Las ideas? ¿El pensar? Nada de eso vale, poco o nada importa. Quien piense pierde. Se votará al político que mejor marketing contrate, a quien más capacidad de dinero tenga para sobornar, lo mafioso no falla, lo demás es milagro. Más que un político es un títere que mueven a su antojo. Gana quien mejor se sumerja en los flujos de banalidades y sentimientos populares, quién mejor se conecte con las masas idiotizadas, quien las lleve a evacuar odios, rabias, miedos, venganzas.


Todo se reduce a compra de votos y cuantos sancochos se reparten. Lo programático fue hecho trizas. Otrora los políticos apenas si podían mostrar cierto esmero por construir un relato, un pequeño universo de ideas. Hoy los mass media construyen el personaje a la medida, lo alzan y lo bajan según las conveniencias, quién más y mejor pague encuestas, ese subirá, colmará las pantallas, copará las emisoras, llenará las pancartas aquí y allá en todo rincón de ciudad, de país. Y quien exponga ideas, programa, pensamiento, sera visto como personaje rígido sin audiencia, alguien aburrido que duerme ninfómanas.


Las plataformas políticas son sustituidas por la manipulación de los medios hablados, escritos, por las redes sociales que se meten en los cerebritos de las personas para decidir por ellos, para que repitan, hablen esto o aquello, nada de pensar crítico, todo está hecho para idiotizar, para coger atajos en pro de la clase, de los medios económicos dominantes.


Neoliberalismo y Constitución


En nuestro país Colombia, la Constitución de 1991 fue confeccionada con traje a medida del neoliberalismo, el entonces presidente de Colombia César Gaviria engatusó, bien venidos al futuro, fue su eslogan de anuncio de abrir las compuertas del país al gran mercado internacional que devoró a lo poco que había de industria nacional. El cambio solo favoreció a las grandes y pocas élites, y empobreció a la gran mayoría de nacionales. 


Mafia y Política


Si el mayor valor es el dinero y no las ideas, entonces, el dinero es rey. El narcotráfico desplazó las organizaciones de partidos. La mafia adinerada, el narcotráfico fue el otro renglón ganador, las mafias devoraron los partidos políticos, los absorbieron, los infiltraron, se convirtieron en los grandes patrones de los varones electorales. Antes de la Constitución del 91 habían más de 120 partidos, con la reforma política se redujeron en ese entonces a no más de doce, se hacía esfuerzos por construir, programas, partidos programáticos reconocidos por confeccionar ideas, idearios, por eso de vez en vez se veía a políticos en tribunas agitar ideas, programas... 


Hoy eso fue sustituido por las fake news y redes sociales, por falsedades, mentiras, calumnias, insultos, pues en el marketing político se dieron cuenta que la mentira, el miedo y la ignorancia proporciona réditos, es más rentable para manipular a la gran masa hambrienta y urgida de evacuar sus miserias. Por eso hoy los agentes políticos tienden a ser influencer, gente ignorante, no cultivada que promueva las grandes ideas de las artes, la filosofía y las ciencias. Hoy son más bien idiotas, influencer que se conectan con esas masas en busca de soluciones, no importa si es con el mismo diablo con el que pactan.


El ser es social, necesita de una Familia, una Nación, un Estado, esto es una organización administrativa, pública que garantice el bienestar común, el bienestar general. El zoo polittikon es quien busca mantener y avivar el ser social. Pero hoy está esquivo. Pero también de vez en cuándo surge un líder que nade a contra corriente. Esperemos surja algún milagro. Por lo pronto la coyuntura está tensa, el norte rico y el sur pobre, el debate Trump - Petro y el comunicado de la derecha criolla a través de sus partidos apoyando el sometimiento al imperialismo en clave del actual inquilino de la Casa Blanca. Amanecerá y veremos.


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Parque del Silencio

Por Mauricio Castaño H
Historiador
Colombiakrítica


La vida es un juego de luces y de sombras, somos el actor y el teatro, noche y amanecer. Somos clandestinos de un viaje inmóvil. El alimento del alma es luz y es espacio, del cuerpo los alimentos. Ponernos en movimiento, caminar hacia algún destino, hacia alguna búsqueda. Vamos de aquí para allá a toda hora, todo el tiempo, la quietud es tan rara, tan escasa, y sólo es provisional, la absoluta es del morir, de la muerte. Un alto en el camino para tomar respiro, para un reposo, descansar del caos, del barullo. Entrar en campos de calma, en templos propicios al silencio, en esa cosa alada y rara que es la imaginación, otros dirán la loca de la casa, en todo caso esto afín del sentir, de flujos del vivir, del existir, del solaz, del caos.


Entonces imaginar un escenario, un lugar de verdor variado, coloreado, un parque silencioso cruzado por mariposas vagarosas y pájaros fugaces, veloces. Entrar en campos alejados del gran barullo, del goteo de imágenes, sonidos que filtran todo el cuerpo. Viene a bien ser parque, ser árbol, escuchar a todos los que allí van, angustias, miserias humanas, lógicas de derrumbe que tropiezan, chocan con las ventiscas, las corrientes de aire que van hacia un horizonte opuesto. 


Se piensa estar en tierra firme, pero todo tiembla, todo es inestable, todo se hunde bajo nuestros pies. Es un retiro existencial, espiritual, en todo caso es un alejamiento de todo aquello que noche y día nos martilla por todos los poros, haz esto, haz aquello, piensa así, adhiere a satán, a dios, al diablo, al gran salvador, a tu gran hermano. El ser copado, invadido, embutido de información, no te dejan respirar ni un minuto, todo está cubierto, que las redes sociales, la televisión. Mucha miseria junta. Todo va y viene, es el caos que nos envuelve y nos suelta, para lo mejor y para lo peor.


Viene a bien rebelarse, salirse del gran rebaño, intentar algo nuevo, renovar alma y cuerpo para el solaz del espíritu. La estupidez se anida en lo repetitivo, lo diverso innovador rompe con la idiotez. El alma necesita aire y espacio. Incluso revolcarse en la miseria para abrir nuevos caminos hasta ver la luz al final del túnel. El planeta tierra es la patria del humus, del hombre, de la vida. Todos estamos en el mismo barco, y si se desfonda, todos nos hundimos. El mundo convertido en una tumba, todos vamos luchando por ganar una muerte decente. Salirse del redil es respirar peligro y catástrofe. La ciudad y sus calles son demencia, por eso ir a buscar nuevos aires, retrotraerse para que emerja lo diferente. Estoy tan solo amor, que a mi cuerpo sólo llegan recuerdos vagos de tiempos ya idos, pero un pensamiento intempestivo lleva hacia un horizonte despejado.


Salirnos del mundo que nunca fue el nuestro. Voy veloz por dentro de un túnel, un placer enorme invade mi cuerpo entero, siento, vivo una eternidad de alegría, placidez, escucho voces confusas a lo lejos, poco a poco deletreo mi nombre, luego vienen otras palabras, otras frases que murmuran bienestares, despertar interrumpido. Volver a la realidad, cuerpo desvencijado, brotan gotas de sudor, viene la calma. Un viaje al más allá del éxtasis. Una placidez de un dormir despierto, la pequeña muerte. Un sueño sin yo, me diluyo en el paisaje, en el canto del pájaro, en el atardecer, aire fresco en el rayo de luz. Ya no sentir los órganos, se deviene flujos, cuerpo sin órganos… un vacío. Se puede esperar toda una vida por un momento así.


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Hojas Marchitas

Por Mauricio Castaño H
Historiador
Colombiakrítica

Una Voz en el Desierto



Este día arrastra consigo el día anterior. Flujos de vida define bien la existencia. Nada es estático, todo cambia. Por ejemplo, se dice del territorio es tan dinámico, la economía, los renglones económicos le inyectan, le imprimen su mayor dinamismo, lo que antes era una casa se convierte en un edificio, todo va a la par con el flujo de caja. Sí, las cajas registradoras no paran de sonar, allí se asentarán emprendimientos, bienes y servicios llaman a todo esto económico en cascada que se va generando, desprendiendo. Si llegan foráneos, turistas, entonces necesitan estos y aquellos servicios, comida, dormida, esparcimiento, diversión, por supuesto sexo y droga, todo fluye inclemente para bien o para mal, pasando por encima de los rezagos, justifican que lo viejo abre paso a lo nuevo. No es llorar sobre leche derramada.


Poco a poco ese dinamismo favorece esto o aquello. Tengo para decir, por lo visto en esta ciudad de Medellín y en este Valle de Aburrá, que este dinamismo territorial ha significado cambio de lo residencial hacia lo mayoritario comercial. La manecilla del tiempo que no se detiene, que todo lo hecha hacia adelante, nada hacia atrás. Para resumir y decirlo en una frase, el pulso de este dinamismo territorial lo gana lo comercial a lo residencial, en especial cuando la estética no prima sobre lo primario. Lo ordinario, lo funcional y especulativo primero; lo estético, sublime, hermoso para después, si existe, o si por lo menos es considerado por alguna mente abierta y sensible. Recordar el reparo de siempre, una ciudad, una dirigencia que no tiene en alta estima la Planeación, sólo el negocio de altos dividendos, direcciona las cuatro esquinas, las cuatro calles de la villa hacia la banca, hacia el aumento de la riqueza, del dinero, de la moneda contante y sonante.  


Se ha visto el desplome de casas, de barrios enteros abrir paso a este edificio, a estos expendios de licores, a estos bares, tiendas y demás que hacen sonar sin cesar las cajas registradoras. Se ha visto, decimos, el desplazamiento de lo mero residencial para abrir paso a lo comercial imponente. Esta velocidad comercial sin compasión arrasa con todo lo demás que esté por fuera de esa lógica: familias empobrecidas, gentes humildes con sólo cuatro débiles paredes que no pueden detener su derrumbe para abrir paso a la construcción moderna. Vale sólo lo especulativo, ese vagón exclusivo de unos pocos que pueden comprar extravagancias de mansiones, parcelaciones, ilusiones que vienen a bien para la gran mayoría que sueñan con algún día emular estos patrones de una moral de la fortuna, de la riqueza. Por supuesto, desde luego que no existe moneda sin su revés, la pobreza, la miseria fluye en las calles, los sin nada, los nadie, los anónimos que divagan en busca de una miga de pan pululan en todas las direcciones. Todo aquello que peligra, mantiene amenazada a la vida. La vida es un intestino para quien está amenazado de morirse de hambre. La libertad es tan huidiza como esquiva, pero cuando se respira, todos los poros se oxigenan.


Este dinamismo territorial, este desarrollo tecno económico lleva implícito, arrastra consigo, consume hombres aquí y allá. Las gentes van y vienen a las carreras, todo tan de prisa marcha no sobre dos pies, sino sobre ruedas. La vida son estas movenciones, ya no del caminar sino del rodar, todo es veloz, quien respire pierde, la lentitud es sinónimo de atraso, lo viejo estorboso debe apurarse para dar paso a lo joven. Lo añejo para las exquisitez, sólo nos viene un leve recuerdo reverencial a lo experiencial, a los años vividos como allá en el Japón o en Oriente que valora el tiempo acumulado, el viejo es sagrado.


Lo veloz también viene con los amigos. Amigos: Sólo uno. Y ya son demasiados. Naderías, hablar sin parar como una máquina sin freno, como un robot que no tiene de dónde pausarse, arrastran una perorata de nunca acabar, nada propio, vomitan toda la basura que los atraganta. Angustias, miedos acumulados sin procesar, sin pasar la página, un tiempo incesante sin rumiar. Toda una vida a cuestas que pesa, que aplasta, que se va para dar paso a lo joven, a lo nuevo.


Una Voz en el Desierto


Todo este dinamismo que pesa sobre las vidas hasta que se derrumban, por más que se quiere manipular emerge esa sensibilidad estética, las vidas que se derrumban por no doblegarse a todo aquello de la mera producción comercial. Doy mi vida por una experiencia, voces que gritan en desespero, que no doblegan su lomo ante el mero peso comercial. Todos se revuelcan en el mismo estiércol, sólo escapan a escuchar lucideces en bocas ajenas, chupar pensamientos ajenos, mamar tetas culturales. Todos quieren voces inéditas, escuchar en exclusividad e intimidad algo esencial que llenen sus vidas, algo de afuera, no de construcción propia. Es la lógica del parásito que todo lo quiere pero nada produce, el mundo actual del capitalismo que sólo manipula para el consumo y poco o nada para la creación, para la creatividad, para la invención. Todo esto revuelve el estómago. Pero no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista.


Se ve la gente pasar, todas las gentes plasmadas en un masaico de fotografía que se ven, que son unas hojas resecas de un árbol marchito, aridez de estos bosques pausados entre edificios. Todo pasará, todo quedará atrás. Será como un sueño cuando uno vaya a la cama.


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Rayo Perpetuo de Luz

Por Mauricio Castaño H
Historiador
Colombiakrítica
Imagen pintura Vincent Van Gogh



A todos aquellos de paso lento o ligero, en todo caso del moverse aquí o allá, es decir, del vivir, del pasar, del paisaje.


«Ya no miro a los ojos de la mujer que tengo en mis brazos, los atravieso a nado, cabeza, brazos y piernas en su integridad, y veo que tras las órbitas de esos ojos se extiende buen mundo inexplorado, mundo de las cosas futuras, y que ese mundo carece de toda lógica… He roto la pared …. mis ojos ya no sirven para nada, pues sólo me remiten a la imagen de lo conocido. La totalidad de mi cuerpo debe devenir rayo perpetuo de luz, moviéndose a una velocidad cada vez mayor, sin respiro, sin retorno, sin debilidad… sello, pues, mis oídos, mis ojos, mis labios.» Henry Miller, trópico de cáncer.


La mirada huidiza en el horizonte, nada fijo en el mirar, sólo destellos fugaces, sólo pensamientos que van y vienen, un tiempo, una línea fugaz de un vacío provisional que la rutina hace notar de un otro yo, que reafirma, complementa. Una espera, una línea de tiempo que se tensa con la ausencia del otro próximo en la distancia. Una rutina de esto, de aquello, de lo nimio, unas velocidades que nos traen, nos llevan, nos copan, nos vacían. Todos los días, minuto a minuto luchamos por nuestra existencia, es razón biológica que la vida son las funciones, las fuerzas que contrarrestan a la hermana muerte. También luchar, en defensa o en ataque para la depredación. Vivir es luchar, y si hay lucha hay resistencia. Porque si no, todo sería obediencia. Esto nos gusta repetirlo una y otra vez.


La Vida y el Territorio


El ser y el territorio constituyen un paisaje, el uno sin el otro son difíciles de concebir. El ser se despliega sobre la tierra, no es casual que ex-istencia significa hacia afuera, exteriorizarse. Si aceptamos estos postulados, es posible comprender el dinamismo del territorio en el cual se refleja la vida. Por allí mismo puede decirse que naturaleza y cultura están imbricadas. Cultura evoca cultivar, arar la tierra para sacar provecho para la vida, para los vivientes. Cómo no recordar en el pasar de unas horas, del tiempo que fluye que la quietud del campo aburre hasta el tedio. Salir en el afuera regocija, tomar otros aires para seguir la marcha hacia un a dónde, un cuándo, un por qué, ignorados, devenires inéditos


Y toda naturaleza está atravesada por la manos y los pies que la caminan, que la andan, entonces tenemos no una naturaleza virgen sino un paisaje, un pasar, unos pasos del hombre sobre la tierra que dejan sus huellas, la adaptan, la acomodan a sus necesidades, un adentro (la casa) que preserva de las inclemencias y procura un descanso, pues una vida en peligro, es una vida amenazada, vivir huyendo desgasta, quita energías, nos debilita hasta hacernos presas fáciles de lo adverso e incluso fútil. 


Y en el afuera nos desplegamos, aramos, cultivamos, cazamos. Es el interior que se complementa, que se extiende en el afuera. Y en las ciudades o metrópolis igual se da un adentro y un afuera, sólo diferenciado por el maquinismo industrial que aligera y resume la producción, pero igual tenemos los espacios comunes de parques, calles, cafetines, todo un mundo de despliegue de la vida social, del esparcimiento.


Territorio Dinámico


En el territorio se refleja lo cambiante de la vida. La transformación, los ritmos de la vida van a la par con la materialidad que la soporta. Pienso en las viviendas y en sí en lo que son las zonas residenciales, configuradas, diseñadas en función de un ritmo existencial, económico, espiritual, estético. En sí, en general, es un todo que responde a unas necesidades de la sociedad. En específico pienso en ese ser que trabaja, descansa, disfruta, quema energías para ganar el pan, para la recreación, para que su existencia tenga un cierto equilibrio y no se convierta en algo tedioso y reprochable. A esto que se llama vida, existencia, entrar y salir, el adentro y el afuera, quemar energías, gastar la vida. La vida es un proceso en demolición, todo tiene que ser nada, la muerte que acecha, siempre allí, siempre presente, la vida es muerte que viene, la muerte es vida vivida.


Velocidad, Aldea Global


Desde luego que estamos pensando en este presente que tiene por fecha el año de 2025 y lo decimos para resaltar la velocidad de las comunicaciones que resume esto de la aldea global, las comunicaciones viales, aéreas, informáticas, redes sociales que todo lo vuelven cuerpo presente, todo lo vuelven en el aquí y en el ahora, todo tan inmediato. Y desde luego, lo banalización por la inmediatez, todo es de ya, cuándo el pensar es digerir con los cuatro estómagos del rumiar de la vaca. Lo tecnológico para lo imbécil, el nuevo feudalismo tecnológico, un Señor y un ancho espectro de ojos y dedos que obedecen para replicar esto o aquello. Esquivo el pensar inexistente.


Cercanías


En esta aldea global, estar aquí y en pocas horas estar en otro país, incluso en otro continente, ha motivado el viajar, el turismo, la posibilidad de la cercanía por el transporte aéreo, mayor tiempo para el ocio o el disfrute e incluso el favorecimiento del cambio de moneda, atraen flujos considerables de turistas del llamado primer mundo hacia el tercero. El renglón del turismo se impone sobre otros, las empresas constructoras no paran de edificar grandes y rentables hoteles en donde antes había una casa o un pequeño edificio residencial. El turismo y sus desechos. El movimiento sí, pero no a cualquier precio. Que el intercambio no sea desigual ni para lo peor.


Es comprensible el flujo de turismo buscando hacer rendir unos cuántos dólares, venir con una pensión de dos mil quinientos o tres mil dólares para hacerse a una vida holgada que no pueden darse en su propio país. A esto también puede llamarse expulsión y más aún con un gobierno de Estados Unidos que cada vez más gira a la ultraderecha. Para muestra un botón. Hace poco leí una indigesta entrevista con el horripilante ultraderechista Curtís Yarvin,  quien no tiene recato en decir que los negros, los pobres son de lo peor y son peligro a extinguir, a lo nazi. Defiende las monarquías o dictaduras como los mejores gobiernos posibles según él, se declara enemigo de las democracias. Se apuntala en el famoso cociente intelectual para decir que los blancos ricos del norte son la gente más inteligente sobre la tierra, los pobres, negros, indios, trans son más brutos sin remedio, nacieron para servir, ser esclavos. Lo diverso, lo negro y lo indígena son el blanco de guerra. La academia media y universitaria fueron alineadas, sometidas, doblegadas gracias al chantaje del presupuesto público. Sólo Harvard resiste, resistió.


El feudalismo digital no sólo es monopolio de la información sino que también es canal para idiotizar y someter a la gran población, a todos aquellos considerados débiles, inferiores pero en especial la emprenden contra los negros, el indigenismo y la diversidad. A razón de la velocidad, de lo simple, sustituyen el rigor de ciencia por un pragmatismo tonto, por ejemplo, basta asomarse al balcón para dar por sentado del cambio climático y así creen sustituir a los hombres de ciencia, desprecian la investigación.


El Poder no se define por dos extremos, ni blanco ni negro, es más bien una variedad de matices que se tornan en este o aquel. Gilles Deleuze define el Poder por líneas de fuga, por flujos. El Poder como se tiene se escapa como el agua en las manos que fluye por entre los dedos por más que se le quiera retener


El movimiento perpetuo define bien al poder, nada permanece en la quietud, no importa que el parásito se instale para comer de gorra y nada dar. Es también parásito quien se instala en una zona sensible y no permite que circule la información, los recursos, la riqueza, la apropiación es su lógica.


La vida, la lucha cambia, se desplaza, se reconstruyen nuevos desafíos, afronta nuevos obstáculos, inventa nuevos aspectos, modifica los adversarios. No son las contradicciones, son las fugas, todo es un problema de masa, según sus velocidades y ritmos distintos.


Pendiente y Cima


Toda subida tiene su pendiente. Después de escalar la cima mas alta, sólo queda descender. Para algunos es una triste realidad de que toda subida tenga bajada, todos quisieran escalar y permanecer en una especie de triunfo, de gloria eterna, pero si algo define la vida es el cambio, el movimiento, porque la quietud mata, por lo demás, todo tiene que ser nada, y la muerte, es el destino final.


Las pasiones colectivas tienen su tiempo, necesitan oxigenación, renovación, lo que ayer fue, hoy ya no es. El desgaste de una pasión se percibe bien en el acontecer político, allí todo se renueva, quizá, lo más probable, porque los relatos son anexos al humano existir, desde los tiempos remotos, desde que el hombre es hombre, los relatos le han acompañado para explicar el mundo y sus complejidades que rondan a su alrededor.


Pasión de abolición, de destrucción. Pienso en los seres que en la soledad se pierden, en extremo un autismo destructivo, un caos cosmos los abre a un callejón sin salida. Esquivo es el amor y la compasión. Por el momento un instante fugaz del mirar que se escapa por la ventana, el árbol y los pájaros que distraen. Amigos… Sólo uno y ya son demasiados. Habitar la soledad sólo en compañía de nuestras manadas de fantasmas. Somos viajeros inmóviles de un viaje clandestino. Devenir hasta no ser nadie, ya no ser nadie, imperceptible, líneas fugaces. Al pensar le es anexo esa isla de intimidad para no enloquecer, para no tener exceso de imaginación.


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El Demócrata y El Fascista de Cafetín

Por Mauricio Castaño H
Historiador
Colombiakríticaa

Fluidez del Poder



El agua entre las manos se escapa por más que se le quiera retener, ella percola, fluye por los intersticios entre dedo y dedo. Así mismo sucede con el Poder, por más que se le quiera tener todo el tiempo se está escapando, son muchos flujos difíciles de controlar. Nadie se baña en las mismas aguas de un río. Sala de crisis suelen llamar los hombres de poder. Los mitos que se derrumban.


El día de mañana no está bajo nuestro control, bajo nuestra gobernabilidad, cada día trae sus propios afanes, tiempos y hechos por venir, inéditos. Todo es probable, eslogan de las compañías aseguradoras. Lo contingente, la hacceidad fluye, es constante. Gilles Deleuze bien define el Poder desde líneas de fuga, flujos constantes venidos de acá y de allá, de todos lados, todo tan en movimiento, todo tan cambiante, para nada inmóvil, para nada absoluto. Y mucho menos binario: bueno malo, blanco negro; más bien múltiple, multiplicidades.


Micropolítica y Segmentaridad


Definir el Poder no desde un dualismo de bueno o malo, falso verdadero sino por unas multiplicidades relativas, quizá fugaces, momentáneas, provisionales. Acudimos a la lectura de Mil Mesetas en dos de ellas: Micropolítica y Segmentaridad, y Tres Novelas cortas o ¿Qué ha pasado?. Se llaman mesetas en vez de capítulos porque la tierra así está conformada, son capas, una sobre otra, mesetas, es toda una evocación a la tierra misma, a la geología en donde nos desplegamos, replegamos, allí nos vivimos, allí dejamos nuestras huellas, nuestros rastros que nos retrotraen, nos llaman, las raíces están ahí para hacer vínculos de flujos, dejar pasar a uno y otro lado, incluso retener, los mojones son una especie de afianzamiento. Por lo demás la vida misma es un proceso de demolición, derrumbe, hecha de fragmentos, de tiempos que fluyen y fluyen. Mis asuntos, tus asuntos, el atardecer que nos asombra, un nuevo día que promete lo peor.


Líneas duras, Flexibles y Abstractas


Por ejemplo, en un espacio coexisten tres tipos de líneas totalmente entramadas: tribus, imperios y máquinas de guerra como en las sociedades nómadas sin Estado, no así carentes de organización social, sino cómo explicar sus acampadas, sus tiendas de almacenamiento, sus jerarquías para decidir, para tomar ésta o aquella decisión de ponerse en marcha o permanecer por algún tiempo en determinado territorio. Van y vienen acorde a sus variables nómadas. Las dos primeras, tribus e imperios, son familiares a diferencia de las máquinas de guerra que refieren a sólo fuerzas incluso sin Estado, como en las sociedades nómadas.


El Tiempo que Pasa


Así como el agua que fluye y se escapa, así mismo, otro tanto sucede con el tiempo, las cosas que pasan, que suceden en cada momento, el poder está hecho también de fragmentos de tiempos, de flujos. El tiempo que fluye, el tiempo que pasa, todo el tiempo está pasando, deja huellas pero sigue. Viene a bien  la distinción entre cuento y novela corta para definir dos tiempos, el tiempo que pasa y el tiempo de suspenso de algo que pasará. En el cuento se mantiene el suspenso todo el tiempo de que algo va a pasar y sólo se conocerá hasta el final. Mientras que en la novela corta todo el tiempo algo está pasando, mis asuntos, tus asuntos, la vida como proceso tal vez de demolición a decir de Fizgerald.


Flujos de Deseos y Creencias


En la línea de fuga siempre huye algo. Son tres líneas, tres segmentos: duro, blando y abstracto. Flujos de deseos y creencias son la base de toda sociedad. Los grandes hombres de poder son los que se conectan con flujos… el verdadero hombre de Poder es el que se conecta con flujos y deseos de las gentes, si Hitler conquistó el Estado, o mucho mejor El Estado Mayor, fue porque se conectó con los flujos de deseos y costumbres del pueblo, de las gentes. 


El maquinista de la Alemania nazi que todos los días se alentaba, se impregnaba de ternura y amor de esposa e hijos para pilotear los vagones gaseados de muerte judía. Es el micro fascismo que uno mismo encarna, con el que se conecta el gran fascista que hace del Estado un traje a su medida, nada es gratuito, nada es ingenuo. Diferente es el burócrata de Estado, el hombre de Estado tipo estalista, es todo un entramado de maquinaria estatal, la toma de una decisión pasa por varios burócratas como lo describió Kafka en el Proceso.


Estado Fascista versus Estado Totalitario


«Daniel Guérin tiene razón cuando dice que si Hitler conquistó el poder, más bien el Estado Mayor alemán, fue porque disponía previamente de micro organizaciones  que le proporcionaban ‹un medio incomparable, irreemplazable, para penetrar en todas las células de la sociedad,› segmentaridad flexible y molecular, flujos capaces de impregnar cada tipo de células. Y a la inversa, si el capitalismo acababa de considerar la experiencia fascista como catastrófica, si ha preferido aliarse con el totalitarismo estalinista, mucho más sabio y tratable a su gusto, es porque este tenía una segmentaridad y una centralidad más clásicas y menos fluentes. 


El Fascismo es movimiento de Masa


Si el fascismo es peligroso  se debe a su potencia micro política o molecular, puesto que es un movimiento de masa: un cuerpo canceroso, más bien que un organismo totalitario. El cine americano ha mostrado a menudo esos dos núcleos moleculares, fascismo de banda, de gang, de secta, de familia, de pueblo, de barrio, de automóvil, y del que no se libra de nadie. Nada mejor que el micro fascismo para dar respuesta a la pregunta global: ¿Por qué el deseo desea su propia represión? Por supuesto, las masas no sufren pasivamente el poder; tampoco ‹quieren› ser reprimidas en una especie de histeria masoquista; ni tampoco son engañadas por un señuelo ideológico. 


El Deseo de Ser Fascista de Ti y de Mí


Pero el deseo siempre es inseparable de agenciamientos complejos que pasan por niveles moleculares, micro formaciones que ya moldean las posturas, las actitudes, las percepciones, las anticipaciones, las semióticas, etc. El deseo nunca es una energía pulsional indiferenciada, sino que es el resultado de un montaje elaborado, de un engineering de altas interacciones: toda una segmentaridad flexible relacionada con energías moleculares y que eventualmente determina al deseo de ser ya fascista. Las organizaciones de izquierda no son las últimas en segregar sus micro fascismos. Es muy fácil ser antifascista al nivel molar, sin ver el fascista que uno mismo es, que uno mismo cultiva y alimenta, mima, con moléculas personales y colectivas.» (219)


Cuatro Peligros a Evitar


Si la vida se la juega en cada momento, en cada instante porque todo es devenir, líneas de fuga, Segmentaridades, flujos de costumbres y deseos, viene a bien la advertencia de cuatro peligros a evitar. La referencia es a Gilles Deleuze en Mil Mesetas en la página 231 de la edición Pre-textos. Los cuatro peligros a evitar son: el Miedo, la Claridad, el Poder y el Hastío, todos ellos arrastran el deseo de destrucción de uno mismo pero acabando con todos los otros, es la realización de la fórmula del quiero morir matando. Pero es el Hastío en donde se realiza el deseo de la destrucción, la pasión de abolición fascista, si voy a morir entonces que todos mueran conmigo, son los ríos de sangre, los baños de sangre, es el estúpido canto de viva la muerte de Hitler, del fascismo.


El Miedo


Constantemente tememos perder nuestra seguridad, todo es tan frágil, estamos tan bien, pero todo se puede venir abajo, caer en donde toda la vida esquivamos, luchamos a diario para no caer, para no ir al precipicio, no tocar fondo. 


La Claridad


Son las micro percepciones sonoras y visuales que revelan espacios y vacíos, franjas imprecisas, es algo así como la claridad del microscopio que nos devela lo que no alcanzamos a ver con nuestros propios ojos, es quizá, visitar los socavones del horror a los que tanto tememos caer. Emerge el fascista en nosotros de juez con la misión de justiciero, de un policía, de un gánster, en los miedos nos refugiamos en nuestros agujeros negros.


El Poder


Del olor a muerte está infestado el hombre que se cree salvador y en la derrota quiere arrastrar a todo un pueblo a la tumba. Corresponde al demagogo de cafetín pero también al alto funcionario fascista. El Estado totalitario controla todo a diferencia del Estado Fascista que su poder es de barrio, esquina, el ama de casa, el obrero, todos ellos son fragmentos que suman, se conectan con su gran líder salvador.


El Hastío


El Hastío es el más peligroso de todos. Es la pasión de abolición. Si vamos a morir, que la nación perezca. Es el deseo de matar y morir, pasión de abolición, morir matando, matar y comer del muerto. El Poder: Es el demagogo de cafetín pero también el alto funcionario fascista que quiere arrastrar consigo a todos al matadero.


Es la pasión de abolición, de destrucción, es esa pasión del nihilismo realizada en el fascismo. Es el éxtasis de muerte… Se quiere la propia muerte pero que lleva implícita la de los demás, morir matando. Es el führer que arrastra a las tinieblas y a la nada, visitación de las tinieblas, del abismo y de la nada, se anhelan ríos de sangre por todos los caminos, es el suicidio no como castigo sino como coronamiento de la muerte de los demás. Allí se encuentra el grito estúpido y repugnante de ‹viva la muerte› de un Estado Suicida. (p. 34)


Todo fluye, todo deviene, nada se queda estático.


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Constelación del Yo

 Por Mauricio Castaño H
Historiador
Colombiakrítica
Imagen: Caminos de Cipreses Vincent Van gogh

Vida y Territorio

Configuración Socio Material del Yo


Toda existencia se desarrolla sobre un espacio, allí nos desplegamos, nos replegamos, allí quedan nuestros rastros, nuestras huellas, suele a bien llamarse a todo esto la configuración socio material del yo, allí se devela ante la mirada atenta, todo un entramado de socio dinamismo que constituye al ser, porque somos vínculos, interdependencias entre nosotros mismos y todo lo demás que nos rodea, seres, cosas y todo lo que constituye la vida. Por ejemplo, el hombre que trabaja, se divierte, reza, habla con amigos, todo esto en espacios diferenciados forma un tejido, un flujo físico, socio material. El afuera desarrolla los dramas del adentro, el cuerpo sirve para ocultar aquello que no queremos mostrar.


 El Ser y sus Vínculos

Socio Dinamismo


El yo depende de un desarrollo socio material, caminar, habitar, todo tiene que ver con todo, es un socio dinamismo, el ser siempre en movimiento, el yo, salvo una patología, no se encierra sobre sí mismo, está en constante interacción, el afuera nos constituye más de lo que creemos. Somos seres sociales que nos desarrollamos sobre el espacio, es la configuración social y espiritual sobre el territorio, toda una cartografía que nos devela en lo que somos. Y la casa más que el paisaje, encierra la sociedad entera.


El Yo y su Constelación Socio Espacial


El yo interioriza una constelación socio espacial, toda una cartografía si se quiere subterránea. Todo está y se desarrolla sobre el territorio, todo está allí, a flor de piel, no es necesario visitar profundidades, todo está, todo se desarrolla sobre la superficie. El adentro sale, se exterioriza en el afuera, sobre el territorio se vierten las costumbres, valores, patologías y todo el viviente se nos presenta a los ojos atentos que le saben mirar, escudriñar, leer. Es todo un tema de física espacial. Son parámetros socio dinámicos los que definen al ser.


El Otro en el que me Transfiero


Sólo se Odia lo Querido 


Nos exteriorizamos, nos transferimos en un otro o en el afuera. Amamos a quien nos reafirma. Y lo inverso también, el amor invertido en odio, sólo se odia lo que ha sido más amado, yo tengo al otro pero de manera negativa. Se ama lo que se absorbe.


La máscara da un juego ambivalente, me muestro pero a la vez me escondo, por ejemplo, el neurótico se instala, se esconde en un juego, en un goce autístico, allí se instala en la enfermedad para resolver sus problemas y transgredir sus prohibiciones. Incluso negarse así mismo en una auto acusación despiadada, es el goce autístico, una melancolía realizada, trabajada. Luego viene liberarse, disolver lo que se ha introyectado y liberarse de la ultra posesión (el duelo). (p.31).*


Depresión, Melancolía, Duelo


Dagognet cita a Freud. «Frued acercó la ‹depresión a la conducta de duelo: la misma angustia, el mismo desgano de vivir, incluso el mismo negativismo, es decir, pérdida del sueño, del apetito, de las iniciativas. No obstante, uno de los dos invierte al otro y lo muestra en espejo: en lugar de evocar al muerto, en mantenerlo así presente alucinatoriamente (exterioridad positiva), aquí, en la melancolía, uno se lamenta de sí y de su oscuridad, se desgranan las razones de despreciarse corporalmente (interioridad negativa). Amo lo que ya no tengo pero de manera negativa, a manera de un envenenamiento… Sólo se detesta lo que se ama, lo que se ha amado, lo que se ama demasiado. Por ello hay que licuar, disolver, liquidar, destruir lo que está, lo que se ha apoderado de mí. Lo destructivo, lo agresivo se volverá entonces posesivo.»


Desplazar la Violencia hacia un otro


Se mata para integrar mejor a un yo que amenaza deshilacharse. Lo que no es una reabsorción ultra posesiva. De allí que uno nunca se suicida, uno mata al intruso que hay dentro de mí, que se ha apoderado de mí de manera abusiva. Incluso también en el asesinato está esa violencia indirecta, desviada, mato a un otro sobre el cual desplazo una venganza que viene de un tercero, la víctima, es decir, quien está en reemplazo de otro, recordar que víctima quiere decir inocente, vice, el que sigue, el segundo, quien está en lugar de otro para saciar una sed de venganza. Es el homicidio, el asesinato, toda una cantera por descubrir. Por lo demás, el cuerpo, nuestro cuerpo sólo sirve para ocultar, para enterrar. Mientras más quiero ocultar, más me muestro, mientras callo, hablo con la punta de los dedos. todo deja rastro, huellas, un grano de arena, un fragmento de roca nos entrega el universo entero a la mirada atenta que le sabe leer. Así, el  Mundo entero se convierte en un texto sin autor.

Depresión


Las Conductas de Duelo


Se está claramente en presencia de dos conductas tenebrosas, funerarias, quejumbrosas, pero esta es una diferencia decisiva, el deprimido no llora a un desaparecido: se lamenta de sus deterioros inferiores, de su afeamiento corporal, de sus incapacidades notorias, de una culpabilidad moral que está en el origen de un tal desastre personal. Se ha insistido quizás en la atmósfera psicológica irrespirable (la indignidad, los escrúpulos y las confesiones humillantes) pero nunca faltan al menos las premisas de un delirio visceral: órganos envenenados, taponados, deteriorados, gastados.


Socio Dinamismo, el Ser y sus Vínculos


La ciudad, a diferencia de los pueblos chicos, ya no se regulan por el campanario parroquiano de curas y monaguillos, es otro dinamismo el que la mueve como el del mundo mercantil. Por lo menos es lo que que más jalona a nuestra sociedad actual, el homo ludens festivo, ruidoso, alucigenado.


Somos Seres de Vínculos que nos Constituyen


El hombre no puede concebirse por fuera de un dinamismo socio dinámico, el va de aquí para allá tejiendo una trama, ocupa este territorio, luego aquel otro, lo motivan unas distancias con respecto a otros, ora se siente atraído, motivado por una cierta intensidad de los pasajes, es todo un juego de desplazamientos posibles, una pura topografía psicológica, es toda una lógica del diagrama y del mapa. 


El yo depende de una configuración socio material, es toda una tecno economía que si no determina, por lo menos es solidaria de un adentro pero también de un afuera, de un yo socio dinámico.


A nuestro manera, sea éste un homenaje a Francois Dagognet, estos flujos, éstas lineas que dibujan una cartografía del yo sobre su geografía, referimos el libro *Una Epistemología del Espacio Concreto, Neogeografía. Universidad Nacional de Colombia, Medellín, 2002.


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