El Demócrata y El Fascista de Cafetín
Historiador
Colombiakríticaa
Fluidez del Poder
El agua entre las manos se escapa por más que se le quiera retener, ella percola, fluye por los intersticios entre dedo y dedo. Así mismo sucede con el Poder, por más que se le quiera tener todo el tiempo se está escapando, son muchos flujos difíciles de controlar. Nadie se baña en las mismas aguas de un río. Sala de crisis suelen llamar los hombres de poder. Los mitos que se derrumban.
El día de mañana no está bajo nuestro control, bajo nuestra gobernabilidad, cada día trae sus propios afanes, tiempos y hechos por venir, inéditos. Todo es probable, eslogan de las compañías aseguradoras. Lo contingente, la hacceidad fluye, es constante. Gilles Deleuze bien define el Poder desde líneas de fuga, flujos constantes venidos de acá y de allá, de todos lados, todo tan en movimiento, todo tan cambiante, para nada inmóvil, para nada absoluto. Y mucho menos binario: bueno malo, blanco negro; más bien múltiple, multiplicidades.
Micropolítica y Segmentaridad
Definir el Poder no desde un dualismo de bueno o malo, falso verdadero sino por unas multiplicidades relativas, quizá fugaces, momentáneas, provisionales. Acudimos a la lectura de Mil Mesetas en dos de ellas: Micropolítica y Segmentaridad, y Tres Novelas cortas o ¿Qué ha pasado?. Se llaman mesetas en vez de capítulos porque la tierra así está conformada, son capas, una sobre otra, mesetas, es toda una evocación a la tierra misma, a la geología en donde nos desplegamos, replegamos, allí nos vivimos, allí dejamos nuestras huellas, nuestros rastros que nos retrotraen, nos llaman, las raíces están ahí para hacer vínculos de flujos, dejar pasar a uno y otro lado, incluso retener, los mojones son una especie de afianzamiento. Por lo demás la vida misma es un proceso de demolición, derrumbe, hecha de fragmentos, de tiempos que fluyen y fluyen. Mis asuntos, tus asuntos, el atardecer que nos asombra, un nuevo día que promete lo peor.
Líneas duras, Flexibles y Abstractas
Por ejemplo, en un espacio coexisten tres tipos de líneas totalmente entramadas: tribus, imperios y máquinas de guerra como en las sociedades nómadas sin Estado, no así carentes de organización social, sino cómo explicar sus acampadas, sus tiendas de almacenamiento, sus jerarquías para decidir, para tomar ésta o aquella decisión de ponerse en marcha o permanecer por algún tiempo en determinado territorio. Van y vienen acorde a sus variables nómadas. Las dos primeras, tribus e imperios, son familiares a diferencia de las máquinas de guerra que refieren a sólo fuerzas incluso sin Estado, como en las sociedades nómadas.
El Tiempo que Pasa
Así como el agua que fluye y se escapa, así mismo, otro tanto sucede con el tiempo, las cosas que pasan, que suceden en cada momento, el poder está hecho también de fragmentos de tiempos, de flujos. El tiempo que fluye, el tiempo que pasa, todo el tiempo está pasando, deja huellas pero sigue. Viene a bien la distinción entre cuento y novela corta para definir dos tiempos, el tiempo que pasa y el tiempo de suspenso de algo que pasará. En el cuento se mantiene el suspenso todo el tiempo de que algo va a pasar y sólo se conocerá hasta el final. Mientras que en la novela corta todo el tiempo algo está pasando, mis asuntos, tus asuntos, la vida como proceso tal vez de demolición a decir de Fizgerald.
Flujos de Deseos y Creencias
En la línea de fuga siempre huye algo. Son tres líneas, tres segmentos: duro, blando y abstracto. Flujos de deseos y creencias son la base de toda sociedad. Los grandes hombres de poder son los que se conectan con flujos… el verdadero hombre de Poder es el que se conecta con flujos y deseos de las gentes, si Hitler conquistó el Estado, o mucho mejor El Estado Mayor, fue porque se conectó con los flujos de deseos y costumbres del pueblo, de las gentes.
El maquinista de la Alemania nazi que todos los días se alentaba, se impregnaba de ternura y amor de esposa e hijos para pilotear los vagones gaseados de muerte judía. Es el micro fascismo que uno mismo encarna, con el que se conecta el gran fascista que hace del Estado un traje a su medida, nada es gratuito, nada es ingenuo. Diferente es el burócrata de Estado, el hombre de Estado tipo estalista, es todo un entramado de maquinaria estatal, la toma de una decisión pasa por varios burócratas como lo describió Kafka en el Proceso.
Estado Fascista versus Estado Totalitario
«Daniel Guérin tiene razón cuando dice que si Hitler conquistó el poder, más bien el Estado Mayor alemán, fue porque disponía previamente de micro organizaciones que le proporcionaban ‹un medio incomparable, irreemplazable, para penetrar en todas las células de la sociedad,› segmentaridad flexible y molecular, flujos capaces de impregnar cada tipo de células. Y a la inversa, si el capitalismo acababa de considerar la experiencia fascista como catastrófica, si ha preferido aliarse con el totalitarismo estalinista, mucho más sabio y tratable a su gusto, es porque este tenía una segmentaridad y una centralidad más clásicas y menos fluentes.
El Fascismo es movimiento de Masa
Si el fascismo es peligroso se debe a su potencia micro política o molecular, puesto que es un movimiento de masa: un cuerpo canceroso, más bien que un organismo totalitario. El cine americano ha mostrado a menudo esos dos núcleos moleculares, fascismo de banda, de gang, de secta, de familia, de pueblo, de barrio, de automóvil, y del que no se libra de nadie. Nada mejor que el micro fascismo para dar respuesta a la pregunta global: ¿Por qué el deseo desea su propia represión? Por supuesto, las masas no sufren pasivamente el poder; tampoco ‹quieren› ser reprimidas en una especie de histeria masoquista; ni tampoco son engañadas por un señuelo ideológico.
El Deseo de Ser Fascista de Ti y de Mí
Pero el deseo siempre es inseparable de agenciamientos complejos que pasan por niveles moleculares, micro formaciones que ya moldean las posturas, las actitudes, las percepciones, las anticipaciones, las semióticas, etc. El deseo nunca es una energía pulsional indiferenciada, sino que es el resultado de un montaje elaborado, de un engineering de altas interacciones: toda una segmentaridad flexible relacionada con energías moleculares y que eventualmente determina al deseo de ser ya fascista. Las organizaciones de izquierda no son las últimas en segregar sus micro fascismos. Es muy fácil ser antifascista al nivel molar, sin ver el fascista que uno mismo es, que uno mismo cultiva y alimenta, mima, con moléculas personales y colectivas.» (219)
Cuatro Peligros a Evitar
Si la vida se la juega en cada momento, en cada instante porque todo es devenir, líneas de fuga, Segmentaridades, flujos de costumbres y deseos, viene a bien la advertencia de cuatro peligros a evitar. La referencia es a Gilles Deleuze en Mil Mesetas en la página 231 de la edición Pre-textos. Los cuatro peligros a evitar son: el Miedo, la Claridad, el Poder y el Hastío, todos ellos arrastran el deseo de destrucción de uno mismo pero acabando con todos los otros, es la realización de la fórmula del quiero morir matando. Pero es el Hastío en donde se realiza el deseo de la destrucción, la pasión de abolición fascista, si voy a morir entonces que todos mueran conmigo, son los ríos de sangre, los baños de sangre, es el estúpido canto de viva la muerte de Hitler, del fascismo.
El Miedo
Constantemente tememos perder nuestra seguridad, todo es tan frágil, estamos tan bien, pero todo se puede venir abajo, caer en donde toda la vida esquivamos, luchamos a diario para no caer, para no ir al precipicio, no tocar fondo.
La Claridad
Son las micro percepciones sonoras y visuales que revelan espacios y vacíos, franjas imprecisas, es algo así como la claridad del microscopio que nos devela lo que no alcanzamos a ver con nuestros propios ojos, es quizá, visitar los socavones del horror a los que tanto tememos caer. Emerge el fascista en nosotros de juez con la misión de justiciero, de un policía, de un gánster, en los miedos nos refugiamos en nuestros agujeros negros.
El Poder
Del olor a muerte está infestado el hombre que se cree salvador y en la derrota quiere arrastrar a todo un pueblo a la tumba. Corresponde al demagogo de cafetín pero también al alto funcionario fascista. El Estado totalitario controla todo a diferencia del Estado Fascista que su poder es de barrio, esquina, el ama de casa, el obrero, todos ellos son fragmentos que suman, se conectan con su gran líder salvador.
El Hastío
El Hastío es el más peligroso de todos. Es la pasión de abolición. Si vamos a morir, que la nación perezca. Es el deseo de matar y morir, pasión de abolición, morir matando, matar y comer del muerto. El Poder: Es el demagogo de cafetín pero también el alto funcionario fascista que quiere arrastrar consigo a todos al matadero.
Es la pasión de abolición, de destrucción, es esa pasión del nihilismo realizada en el fascismo. Es el éxtasis de muerte… Se quiere la propia muerte pero que lleva implícita la de los demás, morir matando. Es el führer que arrastra a las tinieblas y a la nada, visitación de las tinieblas, del abismo y de la nada, se anhelan ríos de sangre por todos los caminos, es el suicidio no como castigo sino como coronamiento de la muerte de los demás. Allí se encuentra el grito estúpido y repugnante de ‹viva la muerte› de un Estado Suicida. (p. 34)
Todo fluye, todo deviene, nada se queda estático
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