Historiador
Colombiakrítica
Pienso, luego no existo. Mientras más se piensa menos se es, nos sustraemos de lo real concreto. No somos tan sólo cerebro, pensamos y sentimos con todo el cuerpo. Somos seres de sentires: oler, oír, ver, tocar, gustar. Se existe con todo el cuerpo, con cada poro, somos de pies a cabeza. Todos y cada uno de los sentidos nos proporcionan información, captamos el mundo, nuestro alrededor según las percepciones, según nuestras sensibilidades. Nuestro cuerpo con sus poros, con cada milímetro de la piel es esponja, membrana que capta lo que nos rodea. No hay saber sin encarnación.
El viento, el aire va y viene, micro partículas, pliegues, flujos que atraviesan las existencias, constituyen la vida, el espíritu y el cuerpo, corporales e incorporales. Polvo eres y en polvo te convertirás. Todo ir y venir, flujos de información, distribución, interferencias, intercepciones, transmisiones, mensajeros. Todo un mundo de comunicaciones, la sociedad pedagógica, formación constante, continuada que acompaña nuestras vidas productivas todo el tiempo. Primero humanidad agraria, después el hombre económico, industrial, luego avanza la era del conocimiento. "Comeremos saber y relaciones, más y mejor de lo que vivimos de la transformación del suelo y de las cosas, que continuará automáticamente.” (Michel Seres).
Todo el tiempo estamos en guardia, reaccionamos con las interacciones en el contacto con el mundo exterior. Por ejemplo, el miedo que paraliza; uno sabe con quién se casa pero desconoce de quien se divorcia; la ira de intenso dolor que mata y come del muerto, morir matando, no era yo, no supe qué me pasó, salirse de sí, de su propio ropaje normativo que preserva las normas sociales, de las buenas conductas comportamentales. Salirse de los cabales, el cuerpo gobernado por pasiones de amor o de odio y no por la razón.
Pasiones sentidas por todo el cuerpo, cada poro nos trae y lleva información. Hoy con los medios de comunicación somos una sociedad antropófaga, comemos muertos y bebemos sangre todos los días, a cada hora en los noticieros, ángeles falsos, caídos. Todos nuestros crímenes vienen del deseo de poder y de gloria. Vivimos anestesiados. Es el infierno sobre la tierra, fábrica de odio. El eterno retorno de lo mismo. Por fortuna el sufrimiento nos advierte hasta salvar la vida.
Las pasiones
"¿Conoces la pasión de caminar suavemente, con suelas silenciosas como sobre el viento, el arte de pasar desapercibido, de partir como si nadie hubiese venido, dejando las cosas inmutables, para de repente, volverse transparente, más blanco que la blusa, vacío y puro como el aire del universo luminoso? La pasión forzada de dejarse atravesar por el viento, la quemadura o el espacio frío… aquella de callarse durante mucho tiempo, anónimo, de no tener lugar posible… donde se hilvanan los diálogos de los otros… La pasión de la partida, de lo lejano, de la carencia…. El placer refinado de borrar el cuerpo, la palabra y la sombra, de no contar para nada, de ocultarse, de aligerarse tanto cuanto se vuela. (Micel Serres., La Leyenda de los Ángeles, cap. Medianoche).
Compasión, Pasión humildad
Pasión más que razón, más que entendimiento definen a la especie humana. Humano, hombre, humanidad, humildad comparten la raíz común de humus que quiere decir tierra. Polvo eres y en polvo te convertirás, concibe la religiosidad cristiana. La tierra que se encuentra debajo de nuestros pies, el polvo que se esparce por todos lados nos constituye. No existe justicia sin misericordia. En nuestros días y en nuestra cultura no tenemos texto sagrado o literario para cantar nuestras desgracias como en otrora con los textos de la biblia, la Ilíada, la Odisea, por ejemplo.
Todas las enfermedades vienen de odiar el amor. El amor nos transforma a nosotros mismos y todo lo que alrededor existe, es la empiria de las sensaciones y no del imperio de la razón. Humus es tierra y también humanidad y humildad. La humildad produce simetría, hermandad, solidaridad.
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