Por Mauricio Castaño H
Historiador
Colombiakrítica


Nadie pone en duda que un gobierno de una nación es una extensa familia y como tal se quiere el bienestar de todos sus integrantes. El origen del Estado Nación tiene allí sus aspiraciones. Pero pocos, por no decir ningún Estado, logran tal propósito del Bienestar General, por tanto, el diagnóstico desde el nacimiento del Estado Burgués es el fracaso, la inequidad, la pobreza en la mayoría de la población. Y la riqueza sólo está en unos pocos, es la cosa más común. El problema, para resumir, ha sido impedir la distribución de la riqueza que se produce en la Nación misma. En el relato religioso se llama el ángel caído o maldito a quien no permite la circulación.


El actual gobierno colombiano con su actual presidente Gustavo Petro encarna ese sueño esquivo de una democracia real, que como ya señalamos, es un proyecto que nació muerto en manos de los burgos, de la burguesía, de los mercaderes que se abrían paso contra los señores feudales, éstos, defensores a ultranza de los valores agrarios o campesinos, aquellos, los burgos, defensores de la ciudad y sus valores de libre comercio y sobre todo de la especulación.


Estos sueños de una democracia real de la mano del Estado Nacional burgués no ha sido posible en ningún país de este planeta Tierra, y con razón, no se puede dar de lo que no se tiene, su espíritu  es la especulación que aviva la energía del libre comercio, y para nada el bienestar general según la consigna más sensata de a cada quién según sus capacidades y necesidades. Y la demagogia oculta y engaña a todos sobre ésta realidad, hace creer lo contrario y vende sueños a incautos de un futuro de bienestar general.


El actual presidente hace parte de una generación de soñadores de paz y amor tan de moda en los años sesenta. Por eso su insistencia en un gobierno social, un gobierno de y para la gente, el gobierno de uno, de uno mismo, de un individuo con conciencia ciudadana, muy a la par con el tan anhelado gobierno descentralizado, en cada calle, en cada barrio, es decir, un ejercicio de poder directo, no delegado, por eso mismo es tan insistente en salir a las calles y no seguir con esos poderes delegatarios del yo quiero ser senador o representante del Congreso, yo quiero este puesto, yo aquel ministerio, es decir más de lo mismo, eso no tiene gracia para quiénes pretenden lo diferente. 


Por eso sus esfuerzos reformistas en el marco del Estado Nación Burgués por bien lograr que la masa de trabajadores se pensionen en un sistema sostenible en el tiempo, que la salud y la educación tengan cobertura para toda la población. Pero sobre todo parar la corrupción tan propia de los Estados, que como ya dijimos, su razón de ser es no permitir la circulación de la riqueza, que se irrigue a toda la población y así lograr su Bienestar General.


Sabemos que la corrupción y el rezago de una clase feudal en sus alianzas con el ejército y paramilitarismo son el talón de aquiles de todo anhelo democrático. Se dice que los dioses tejen desgracias para que luego los hombres las cuenten en relatos que agradan a los oídos. Soñar no cuesta nada, soñar con un mundo mejor para la mayoría, para todos. Quizá algún día asistiremos al gobierno de sí, de sí mismos, sin tener que delegarlo a un tercero.

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