La Destrucción de un Hombre

 Por Mauricio Castaño H
Historiador
Colombiakrítica
 


Somos monos bien adiestrados, la cultura es toda una camisa de fuerza de buenos comportamientos, convenciones aceptados por la mayoría, donde fueres haz lo que vieres. Es difícil ir a contracorriente, a no ser que se sea un buen navegante. Todos estamos tan cómodos, tan acostumbrados a esta servidumbre voluntaria, pues rebelarse es cosa tan rara como incómoda. 


De allí la pertinencia de una pregunta de ¿por qué amamos las cadenas?, ¿por qué rendimos culto a nuestros verdugos?, ¿por qué cada vez nos identificamos más con quiénes nos azotan y nos mantienen al borde de la muerte? Es posible la extensión de un puente gracias a esa emergencia de ese fascista que hay dentro de nosotros, las seguridades y el aguante al sufrimiento son buenos insumos para el sumiso. Este proceder es similar al de los mitos que nos viven y nos encarnan, la pregunta válida no es ¿qué pensamos de los mitos?, sino ¿cómo ellos se piensan en nosotros?


No es para menos, si los pobres somos el 99% y los ricos el 1%, ¿cómo explicar tanto sometimiento, tanta obediencia hacia el verdugo? Estamos acostumbrados a la obediencia, a que otros, los políticos, tomen las decisiones por nosotros. La democracia fue convertida en una abstracción confusa que se asimila con un caos perjudicial, una montonera de gente discutiendo y peleando, pleno desorden que nos sume en lo difuso. Allí subyace, allí se apalanca la intermediación, si todos no pueden decidir, entonces viene la delegación, la intermediación, la representación.


Lo real se sustituye con una representación, el pueblo por sus representantes, el valor en sí de las cosas con la moneda, el operador es el intercambiador, así la moneda es un intercambiador universal y a su alrededor están sus agentes, cada vez es más difuso los límites entre el Poder Financiero y el Poder Político, el dinero absorbe y somete. Vuestra magestad: El Dinero. Emisiones de dinero exorbitantes para endeudar a las gentes que persiguen un sueño pequeño burgués, deudas impagables por préstamos para estudio, casa, carro... Toda una esclavitud. 


Se estudia para adquirir deudas que no tendrán tasa de retorno con empleos cada vez más pauperizados, mal remunerados, según la tendencia cada vez las pensiones altas se aproximan al salario mínimo. Recordar también que según el mismo gobierno a través del Dane dice que para sostener un hogar, una familia, se necesita que por lo menos tres de sus  miembros ganen o ingresen tres salarios mínimos para que la familia pueda vadear sus necesidades vitales. Cada vez los trabajadores se ven reducidos a campesinos feudales, la mayor esperanza, el mayor premio de la existencia es tener un empleo, un trabajo, alquilarse a como dé lugar a cualquier patrón. Si no trabajas, no comes.


La democracia con su representación se convirtió en simple remedo, sólo la democracia directa cuadra a cuadra, barrio a barrio lograría subsanar esta acumulación, esta protuberancia de Poder adverso al bienestar de la mayoría. Ante cualquier protuberancia de Poder, arrojarla a la papelera. La razón: obstruye, se guarda la información para beneficio particular. Todos informados, todos decidiendo lo mejor, es la democracia directa evitando al máximo los mediadores. Nada quita soñar con la solidaridad que crea hermandad entre los semejantes.


La libertad no puede ser tomada por libre mercado haciendo del mundo un gran centro comercial. Si todo se reduce al mercado y a una voraz competencia dónde mi más próximo es visto como mi peor enemigo, del que tengo al lado, mi vecino. Los hombres se propusieron ser felices y libres y no lo son, solo asistimos a la destrucción del hombre.


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Conversación con Petro

Acá una entrevista de un hombre soñador, el Poder en soledad, la amistad inquebrantable que no permite que los amigos se hundan o mucho mejor se autodestruyan, los abrazos fraternos que llenan los vacíos de esa soledad del poder, en fin, unas apuestas que son más bien devenires impredecibles de nada que ver con los dogmas de fe o de sectas que se creen tener la verdad cogida de la cola, son nuestras primeras impresiones de momento. Colombiakrítica 


21 de febrero de 2025

Gustavo Petro: “Fallé al creer que podía hacer una revolución gobernando”

El presidente de Colombia, en entrevista en exclusiva con EL PAÍS, analiza la difícil situación de su Gobierno, el pulso con Trump y asegura que ser jefe de Estado es “de una infelicidad absoluta”


El reloj marca las tres de la tarde y el presidente de Colombia, Gustavo Petro, llega al Salón de los Gobelinos de la Casa de Nariño, su residencia oficial, visiblemente cansado. Dice que tiene un “virus con todo” y se deja caer sobre la silla dorada desde la que conversará durante casi dos horas con EL PAÍS. Apenas gesticula y, en un principio, responde trazando largos circunloquios históricos. Desaparecen a medida que avanza la entrevista, para dar paso al Petro duro y guerrero de siempre, un presidente que, a sus 64 años, defiende palmo a palmo su gestión, pero en el que asoman también las amarguras y decepciones del poder.

Pregunta. ¿Qué ha aprendido en estos dos años y medio como presidente?

Respuesta. Esto es de una infelicidad absoluta. Es un sacrificio. Lo primero que trataron de destruir fue a mi familia. Quisieron destruir los lazos sentimentales porque un hombre sin lazos sentimentales se vuelve duro, malo, y yerra. Me aislé. Este Palacio, una mala imitación francesa, no me gusta ni cinco. Debe estar lleno de fantasmas. Tengo ganas de traer a un experto en estas materias. De todos modos, cuando la gente me abraza, me siento recargado.

P. ¿Y en qué cree que ha fallado durante este tiempo?

R. En creer mucho en la gente que me rodea. En creer que puedo hacer una revolución gobernando, cuando eso lo hace el pueblo.

P. ¿Es más escéptico que cuando entró?

R. No, hay que hacer una revolución en Colombia.

P. Lo deja para los que vengan…

R. Los pueblos deciden cuándo.

P. En campaña, un contrabandista trató de meter dinero en su campaña política. Ese dinero lo recibió el político catalán Xavier Vendrell, que participaba en su campaña. Eso podría haber destruido su presidencia.

R. Un extranjero recién venido no sabe cómo es esto. Hay que vivir Colombia para lo bueno y lo malo. Vendrell tuvo la honestidad de contarnos. Ese contrabandista lleva 38 años infiltrando campañas. Pedí devolver el dinero y se hizo. No sé si alguien se quedó con algo por el camino. Pedí grabar un video devolviendo el dinero y ese video existe. Lo he visto. En su día, advertí en Twitter de que el narcotráfico trataba de infiltrar mi campaña y de que nadie que no fuera el gerente de la campaña podía recibir un peso. Tratan de destruirme, como a mi hijo.

P. Su hijo está encausado por lavado de activos y enriquecimiento ilícito por quedarse dinero de la campaña.

R. Es fruto de un problema familiar profundo. Él cometió un error, indudable. Pero lo han castigado más allá de lo que él cometió para ver si se viene contra su padre. Dije que nunca en mi Gobierno hablaría de mi hijo, pero ya casi está pasando el Gobierno, y sí hablaré.

P. Usted es jefe de Estado y es padre. Hay ahí un conflicto.

R. Lula me dijo que, cuando fuese presidente, lo primero que tenía que hacer es reunir a la familia. Ese fue un buen consejo al que no presté mucha atención. Y es lo primero que intentan. Mi hijo fue débil y por ahí lo destruyeron. Yo no me puedo meter. Porque haría lo mismo que otros presidentes que sí han delinquido, y con pruebas. Tiene que actuar el derecho y no hiperdimensionar el delito. Lo hacen para que se enfrente a su padre por puro instinto de conservación. En eso es cómplice Vicky (Dávila, exdirectora de la revista Semana y ahora precandidata presidencial). Ella tenía un acuerdo con la Fiscalía para sacar todo esto, porque pensaban que me iba a destruir.

P. Ya que habla de Vicky Dávila, ¿cree que ella está en disposición de ganar las elecciones en 2026?

R. Vicky quiere ser Milei [presidente de Argentina]. No me puedo meter en cómo el peronismo manejó la política económica y social, pero la sociedad argentina se cansó de ellos y votó lo peor que podría existir. Cuando se repite la historia se construye una comedia. Vicky quiere ser Milei, pero para eso necesita que mi Gobierno sea un desastre. Y yo no lo veo. Lo que no quisiera es un Milei en Colombia. A diferencia de Argentina, un Milei colombiano traería muchísima sangre encima.

P. ¿Y confía en encontrar un candidato progresista para 2026?

R. No un candidato, sino un frente. No hay ninguna fuerza que tenga mayoría. Se necesita un frente amplio. Tengo nombres en mente, pero dejo correr el tiempo.

P. Hablemos del famoso Consejo de Ministros televisado

R. Salió bueno.

P. Hay a quien le pareció caótico. Usted dio una reprimenda a sus ministros; ellos discutieron entre sí, uno le declaró su amor…

R. La idea de retransmitirlo fue mía. La tomé una hora antes. Creía que el pueblo colombiano merecía saber cómo es eso. Lo hice para que se viera, pero no pensé que iba a tener tanta audiencia; barrimos a los canales y un partido de fútbol. Se demostró que hay un déficit de información. Y lo que ocurrió allí toca con lo psicológico. Entendí que hay gente que se quiere ir a la campaña [presidencial de 2026] y esa gente no va a trabajar a fondo en lo que yo quiero. No necesito gente con agendas dobles.

P. Durante el Consejo dijo que usted era revolucionario, pero no su Gobierno. ¿Se puede ser revolucionario siendo jefe de Estado? ¿Fue elegido como candidato revolucionario?

R. No estoy seguro de que mi papel sea administrar el capitalismo de los capitalistas. Porque eso ya fracasó. Ese sistema está moribundo y se lleva consigo la humanidad, que es el problema mayor. Desde el Gobierno hay que hacer transformaciones que democraticen las instituciones. Si un funcionario no lo tiene en la cabeza, no lo va a hacer. Ahí es donde viene la diferencia. Son personas que no vivieron mi vida, ni tienen por qué haberla vivido, pero el objetivo tiene que ser transformar Colombia. Venimos de un marasmo de sangre. Si no lo logramos, haremos de Colombia un territorio de cementerios.

P. Parece insatisfecho con muchos miembros de su Gabinete.

R. No hemos conquistado el poder, hemos conquistado un gobierno administrador acorralado por los otros poderes y por intereses económicos, entre ellos los de la prensa. La única manera de liberarse es con un pueblo movilizado. Si llega a ganar la derecha, que en Colombia es extrema derecha, sabe qué hacer: matar. Y no mata a uno, mata a decenas de miles de personas. No tienen barrera moral.

P. Sus ministros critican que tenga a su lado como jefe de Despacho a Armando Benedetti, que ha estado implicado en escándalos (un caso de violencia de género que su esposa ahora niega) y tiene investigaciones judiciales pendientes. ¿Por qué lo defiende? ¿Qué cualidades ve en él?

R. Eso es lawfare. Benedetti viene de la política tradicional y hay cuestionamientos en su política tradicional, acusaciones desde el lado feminista. Su esposa lo defiende. Ya sé que puede haber subordinación, pero un presidente no puede tomar decisiones por un “puede”, sino por hechos. Su hijo estuvo a punto de suicidarse con aquella andanada de la prensa. Su propia esposa me pide que no lo destruya. Una mujer conoce a un hombre; ¿puede una mujer destruirlo? Claro que puede. También un hombre puede destruir a una mujer. Pero no destruir a las personas es dar una segunda oportunidad. El único proceso judicial en firme en su contra es por tráfico de influencias. Si me pongo a ver todo lo que me rodea, todos hacen tráfico de influencias. Todos intentan influenciarme.

P. En ese mismo consejo, la vicepresidenta, Francia Márquez, fue crítica también con Benedetti y con Laura Sarabia.

R. La verdadera pelea no es Benedetti, esa es la excusa para no hablar de otras cosas. Puse sobre la mesa el nivel de lo cumplido y todo terminó en Benedetti. ¿Por qué?

P. ¿Cuál es su relación con Francia Márquez?

R. Hemos estado hablando y fue bien, digamos. Ya veremos cómo marcha la relación. Ella es vicepresidenta por voto popular. Y a mí me parece que ella, fortaleciéndose en la vicepresidencia, puede volver a recobrar liderazgos que necesitamos.

P. Las reformas de salud y laboral tienen que pasar por el Congreso. ¿Está tratando de encontrar nuevas mayorías parlamentarias con Benedetti?

R. Lo intentaremos, pero esta vez no sobre el engaño. Me he sentido engañado.

P. ¿Por quién?

R. Se hace un acuerdo con un partido político, y después ese partido vota en contra. Eso me ha pasado con Claudia López [exalcaldesa de Bogotá, exdirectiva del Partido Verde y posible candidata presidencial]. Me ha engañado como siete veces. Soy un hombre engañado.

P. Ha tenido en este tiempo como número dos a Laura Sarabia, y ahora la ha nombrado canciller, ¿qué nota le pone a su trabajo?

R. Es una buena organizadora y una mujer joven. Cuando se es joven hay que madurar y hay que saber por cuál mal camino no se madura. Ahora en la Cancillería tiene que saber cuál es la voz de Colombia en el mundo.

P. Hay quien en su entorno le insiste mucho en que se controle en la red X [antes Twitter].

R. Por eso soy presidente. ¿Usted se cree que en tiempos de RCN o El Tiempo lo habría sido? ¿Pero quién dice eso?

P. Sus hijas, por ejemplo.

R. Se asustan porque a veces escribo algunas frases asustadoras, pero nunca he dicho nada que no sienta.

P. Por Twitter mantuvo un pulso con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. A finales de enero desautorizó usted el aterrizaje de aviones con deportados colombianos porque consideraba que eran transportados en condiciones humillantes. Esa decisión abrió una grave crisis con Trump, que ordenó imponer aranceles del 25% a Colombia. Usted hizo lo mismo, pero en menos de 24 horas su Gobierno dio marcha atrás y Estados Unidos difundió un comunicado en el que se daba por ganador y que usted retuiteó. ¿Perdió ese pulso?

R. Yo nunca me eché para atrás. O sea, esa palabra que usted acaba de decir no existe.

P. Pero el Gobierno retiró...

R. El presidente del Gobierno soy yo. Y nunca admití ni admitiré que entren colombianos esposados. Ahora los traemos en aviones nuestros y ya casi llegamos a los mil colombianos migrantes que han sido devueltos. Estados Unidos no nos ha dado ni un peso para la gasolina. Son muy tacaños. Pero ahora llegan sin esposas, sin cadenas. Usted saque la conclusión. Aquí no me traen un solo colombiano esposado, si es una persona inocente.

P. En el avión van esposados, ¿no?

R. No. Desde el día en que se devolvieron los aviones, excepto uno que no supe, desde ese día, todos los aviones llegan con hombres, mujeres y niños libres, a menos que tengan algún asunto judicial.

P. ¿Entonces cree usted que ganó el pulso?

R. No me gustan ese tipo de batallas. Eso es de soberbios. No me importan. El migrante no es un criminal. Y este Gobierno trabaja para que todos los migrantes que están sacando de Estados Unidos o de Europa, de Panamá o de Chile, si son colombianos y colombianas, lleguen aquí sin esposas. Si quieren que los recibamos, será sin esposas, sin cadenas y con dignidad.

P. Si regresásemos a ese día, ¿volvería a hacer lo mismo? ¿No piensa usted que la comunicación por Twitter fue precipitada?

R. No necesito reflexionar mucho sobre mis principios. Y mi principio fundamental, y eso un español debería saberlo, es la libertad.

P. Desde el punto de vista internacional, la impresión es que quien salió fortalecido de ese pulso fue Trump.

R. Pero yo no sé si salió o no, eso no me interesa. Él dijo unas cosas...

P. Hizo público un comunicado en el que dijo...

R. ... que iba a poner aranceles. Y no ha puesto ninguno. Si los pone, yo pongo aranceles aquí. Creo que nos ayudaría mucho económicamente a Colombia. Él impuso visados; y yo le dije a mi pueblo, Estados Unidos es muy aburrido. Eso no nos asusta. Y si algunos se asustaron frente a los funcionarios gringos, pues lo primero que les dije es: olvídense, la orden del presidente es, antes que nada las personas, no las mercancías.

P. ¿Y sus ministros gestionaron bien la crisis?

R. Pues hoy no está entrando ningún colombiano con cadenas, ni cepos ni nada que se le parezca.

P. Usted ha tomado una actitud de enfrentamiento...

R. No, yo creo que ellos lo están entendiendo. Y América Latina debería entenderlo. Veo una América Latina más preocupada por los tratados comerciales que por su propia gente. Y lo primero que hay que establecer en un acuerdo es cómo se trata a la gente. Nosotros no podemos decirle a Estados Unidos que los dejen allá, esa es su decisión. Pero si va a tratar con nosotros, conmigo, es de tú a tú. No hay razas superiores por más armas que tengan.

P. A diferencia de usted, la mayoría de los líderes latinoamericanos opta por el silencio, la espera. ¿Están haciendo bien otros dirigentes como el presidente de Brasil o la de México evitando el cara a cara?

R. Llegará tarde o temprano, a menos que Trump entienda que América empieza en Alaska y termina en la Patagonia.

P. ¿Qué piensa de Trump?

R. No lo conozco. Nunca lo he visto. Hablan unas cosas, hablan otras. Creo que es impulsivo, más que yo. Yo me guío por principios. Él es impulsivo y los latinoamericanos le importamos un bledo; no están en su órbita mental. Mire, está haciendo un gran esfuerzo por lograr la paz entre Ucrania y Rusia, pero no la busca entre Palestina e Israel. ¿Por qué? Porque rusos y ucranianos son blancos, caucásicos. Y los palestinos e israelíes, no. Nosotros tampoco somos caucásicos. Y Trump cree que somos razas inferiores. No existen las razas en el mundo.

P. ¿Y qué le parece lo que está haciendo en Ucrania?

R. Europa ha sido traicionada. La Europa eslava que salió de la subordinación al poder soviético ha sido traicionada. Y Zelenski [presidente de Ucrania] ha sido traicionado y el pueblo ucraniano ha sido traicionado. Y me duele por la juventud ucraniana y la rusa. Son hermanos. Tienen la misma historia y se han matado por miles.

P. ¿Cómo cree que está yendo la negociación entre Estados Unidos y Venezuela?

R. No puedo intervenir en los asuntos de Venezuela. Los venezolanos deberían sacar a colombianos, europeos y estadounidenses de la solución que buscan, y convocar ellos mismos el diálogo, uno que llevará necesariamente a unas nuevas elecciones, que deben ser absolutamente libres. Eso implica que nadie bloquee, porque así no hay elecciones libres. Es un chantaje. Y las elecciones pasadas fueron un chantaje sobre el pueblo venezolano.

P. Hubo fraude en las elecciones.

R. Debe haber nuevas elecciones, porque las que hubo no fueron libres. Tú puedes poner la palabra fraude, puedes poner la palabra bloqueo. Ambas tienen el mismo efecto. Ni el fraude ni el bloqueo permiten elecciones libres. Las diferentes fuerzas de Venezuela deben llegar a un acuerdo. Ojalá hubieran muchas fuerzas nuevas que miren su país con ojos de futuro. Porque estamos muy pegados a un pasado que ya se fue.

P. ¿Eso supone quitar de la ecuación a Nicolás Maduro y a la líder opositora María Corina Machado?

R. Es por simple ciclo vital, pero no hablaría de personas o de nombres de fuerzas políticas, sino en términos de proyecto. Por ejemplo, si el mundo va hacia un mundo sin petróleo después de la era Trump.

P. ¿Considera a Maduro presidente de igual a igual, un homólogo?

R. Vamos a ser realistas: lo que tengo al otro lado de la frontera es a Maduro y su ejército. Y yo tengo que hablar con esa realidad. Que los venezolanos resuelvan su problema. Indudablemente. Y si somos importantes o valiosos para ayudar en ese esfuerzo, pues estamos disponibles.

PY volviendo a Colombia, ¿da por terminada la paz total?

R. No, está avanzando bien...

P. Pero el nombramiento del general Pedro Sánchez, ¿no supone un cambio en la estrategia militar?

R. La paz total no significa bajar los fusiles.

PPero tiene que ver con la seguridad.

R. Esa estrategia la anuncié desde el primer día, y tiene que ver con mi vida personal. El Movimiento 19 de Abril [guerrilla a la que Petro perteneció] fue una organización político-militar. Nunca dejó la línea política, porque si no viene la degradación.

P. Parece evidente que con el ELN no va a haber acuerdo.

R. La nuestra es una estrategia político-militar que el Ejército me está copiando lentamente, y el gobierno civil no tanto. ¿Qué significa esto en el Catatumbo [una región fronteriza con Venezuela en la que la guerrilla lleva a cabo un exterminio contra sus rivales y líderes de la población civil]? El ELN de hoy es una organización de traquetos [narcotraficantes]. Sus mandos viejos, que los hay, obedecen a mandos traquetos, personas que se criaron en violencia, herederos de venganzas, como bien dijera Gabriel García Márquez, y que las continúan de generación en generación. La masacre ha sido un instrumento de terror en Colombia. Antaño se mataba a quien se consideraba amigo de la insurgencia, ahora matan a los que consideran que apoyan al otro grupo narcotraficante. Y lo hacen para consolidar su control social sobre las rutas del narcotráfico. Pero sigue siendo el mismo método. Y eso es lo que ha ocurrido en el Catatumbo.

P. ¿Y no teme una intervención de Estados Unidos en Venezuela?

R. Espero que Trump no dé ese paso.

P. ¿Qué medidas tomaría?

R. Mientras yo sea presidente, mi ejército no se va a usar para acciones aventureras y criminales en otros países.

P. Pero sería neutral.

R. No en la guerra. Sería un error gravísimo en todo el Caribe. Haití, Cuba, Venezuela... deben respirar realmente democracia, y la democracia es la de sus pueblos, no la de los extranjeros. El ELN cree que contará con el apoyo venezolano y considera que si viene una invasión, ellos serán la vanguardia revolucionaria de América Latina y que ese será su momento. Pero tienen una gran falla y es que su financiación es pura cocaína y nadie hace una revolución con la cocaína. Se convierten en paramilitares. Hace unos días mataron a 63 campesinos, acusándoles de ayudar a otro grupo...

P. Entonces, la paz total...

R. La base esencial de la paz total es un acuerdo con la población. Fácil de decir, pero difícil de hacer. Que el campesinado cultivador de hoja de coca deje de hacerlo y nosotros paguemos por eso. Pero al mismo tiempo tiene que haber cultivos rentables. Y a la vez, hay que vender esos cultivos... Para lograrlo es necesario que ese territorio que durante 200 años ha sido excluido se vuelva el centro de la inversión pública. La solución es un tema de voluntad política, pero no existe porque la mitad de la población aún sigue creyendo en la vieja clase política. Nuestras reformas se entrampan, no avanzan. Son reformas sociales como llevarle salud al Catatumbo, darle una pensión al viejo campesino... Si la cocaína se legaliza en el mundo, no hay un muerto más en Colombia por ese mercado.


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Culto al Dinero

Por Mauricio Castaño H
Historiador 
Colombiakrítica 


 El trabajo es la realización del hombre, en el hacer nos exteriorizamos, en la obra realizada entregamos nuestro interior, lo más íntimo que hay en mí, dime qué haces y te diré quién eres, razón ontológica. Hoy, en nuestros días, se presume todo lo contrario, en el mundo presente el valor del dinero se toma como fin en lugar de medio de intercambio, una gran mayoría de personas quieren ser ricas, famosas y excéntricas, todo lo quieren resolver con plata, cuánto tienes, cuánto vales es el principio prima. Por ejemplo, en las casas de famosos, sus vecinos se quejan del ruido de la música a alto volumen durante toda la noche hasta el amanecer, ante el llamado al orden de la policía y las autoridades competentes, contestan que bien pueden multar cuantas veces quieran que luego ellos madrugan a pagarlas. 


El dinero está por encima de todo. Para muestra un botón, para ejemplificar, sólo mencionar los famosos o llamados influencer que facturan miles de millones al mes, mil millones, por ejemplo, gana un joven de éstos en Colombia, según consulta en la red. Otro tanto y a mayor escala, sucede con los ricos, la Plutocracia de Estados Unidos: «La joya de la corona de lo que la revista globalista británica The Economist denominó presidencia imperialista (sic), es un mandatario multimillonario (se estima que Trump pesa 6 mil 800 millones de dólares), financiado y respaldado política e ideológicamente por las personas más ricas del mundo: Elon Musk, adepto al saludo nazi y propietario de la automotriz Tesla, la empresa espacial Space X y la red social X (Twitter), con un patrimonio neto reportado de 433 mil millones de dólares; Jeff Bezos, de Amazon y Blue Origin (239 mil millones); Mark Zuckerberg, de Meta (211 mil millones); Larry Ellison, de Oracle (206 mil millones); la israelí-estadunidense Miriam Adelson, heredera del imperio de casinos Las Vegas Sands y megadonante republicana (32 mil millones); el magnate de los medios Rupert Murdoch (22 mil millones); Brian Armstrong, de Coinbase (12 mil millones); Peter Thiel y Alex Karp, ambos de Palantir (10 mil millones y 4 mil millones, respectivamente); Tim Cook, de Apple, y Sam Altman, de Open AI (ambos con 2 mil millones), y Sundar Pichai, de Alphabet, matriz de Google (mil 100 millones)».


Ante tanto flujo de dinero se entra en la duda si es producto de lavado del narcotráfico, de las rentas ilícitas. La noción de riqueza tan diferente a la de hace algunas décadas en cabeza de industriales o finqueros con sumas de dineros no exorbitantes y que bien podían decir que todo era producto del trabajo duro, todo era ganado con el sudor de su frente, como suele decirse. Hoy los nuevos ricos, por ejemplo, los hombres de las redes de la internet pueden volverse personas forradas en dinero de la noche a la mañana con tan sólo decir una estupidez que cause gracia a las ingenuas masas de internautas.


Ante ésta riqueza piramidal, cada vez los ricos son menos y los pobres más, recuerdo a Susan Georges en su informe Lugano y ante la crisis de la bolsa de New York, decía que los ricos empobrecidos de la noche a la mañana, tenían que conformarse con el sueño de los pobres: tener un empleo. Una vez más la riqueza está por encima del trabajo mismo ridiculizado una y otra vez.


En suma, Vuestra Majestad: El Dinero. La riqueza hoy es distinta a la de hace algunas décadas, por ejemplo, en nuestros tiempos se habla no del metal precioso del oro como representante o generador de fortuna, se habla más bien de la información que fluye por las redes sociales, por la nube informática, el oro digital. Los grandes ricos no son los grandes ganaderos, finqueros, los hacedores de grandes fortunas son quienes están detrás de una cámara y un micrófono produciendo contenidos para entretener a la gran audiencia, al gran público. Cada click dado en un dispositivo es dinero para los dueños de esas grandes plataformas y para quienes producen los llamados contenidos.


El gran problema es que el dinero para el gran público se ha convertido en un fin en sí mismo y no en un medio, en un símbolo que posibilita el intercambio de productos, por lo demás, sin éstos no hay riqueza, en sí, es el trabajo en sí mismo la mayor riqueza, sin éste no hay producción. Recuerdo la fábula de La Fontaine: Un padre en su lecho de muerte mandó a llamar a todos sus hijos para dar instrucciones sobre su herencia, ante todos reunidos a su alrededor le dice que ha dejado un gran tesoro enterrado en la tierra de su propiedad, para encontrarlo tendrán que buscar bien profundo aquí y allá. Muere el padre y los hijos escarban la tierra todo el año y no encuentran ningún tesoro nada más que los buenos frutos de la cosecha. Luego se ha de entender que el tesoro es la misma tierra, que si se remueve dará buenos frutos. He allí el tesoro: el trabajo mismo.


No sucede así en nuestra época. El trabajo mismo es menospreciado y se ve en la riqueza misma, en el gran cúmulo de dinero el gran objetivo, la gran meta de la vida. Vale también recordar a Diógenes Laercio Diógenes Laercio quien cuenta la historia de Diógenes de Sinope, el cínico, en Vida (opiniones y sentencias de los filósofos ilustres, Aguilar, p. 339), que renunció a sus comodidades en protesta de una sociedad sin rumbo, éste filósofo, cuenta la leyenda, que se le veía a plena luz del día con una linterna gritando ante las multitudes: Busco un hombre, busco un hombre. Pero ¿a qué se refería si estaba rodeado de multitudes? La referencia está hecha a un nuevo hombre, a una nueva sociedad con polo a tierra, con principio de realidad fuera de los mundos del mero deseo irreal. El culto al dinero es similar a los tiempos antiguos con la adoración al becerro de oro.


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EU: plutocracia Sin Máscaras

Por Carlos Fazio


Vigorizada por la llamada Pay­Pal Mafia del Silicon Valley de California, impulsora del tecnocapitalismo de plataformas, la plutocracia monopólica y financiera de Wall Street asumió el poder político en Washington por la vía electoral. Ellas financiaron la campaña de Donald Trump a la Casa Blanca, y ahora, esa oligarquía aristocrática −como la llamó Oxfam− ha decidido desatar una nueva fase de la guerra de clases (Warren Buffet dixit) en todo el orbe, en un intento desesperado por preservar la hegemonía imperial en un mundo que transita de manera larvada hacia un multipolarismo. El 1º de febrero Trump inició una guerra de balanza de pagos contra sus tres principales socios comerciales: China, Canadá y México −y amenazó a la Unión Europea y al BRICS−, lo que tendencialmente podría derivar en un crac financiero que, a la postre, terminaría por erosionar aún más al imperio del caos, como definió a Estados Unidos, en 2002, Alain Joxe.

La joya de la corona de lo que la revista globalista británica The Economist denominó presidencia imperialista (sic), es un mandatario multimillonario (se estima que Trump pesa 6 mil 800 millones de dólares), financiado y respaldado política e ideológicamente por las personas más ricas del mundo: Elon Musk, adepto al saludo nazi y propietario de la automotriz Tesla, la empresa espacial Space X y la red social X (Twitter), con un patrimonio neto reportado de 433 mil millones de dólares; Jeff Bezos, de Amazon y Blue Origin (239 mil millones); Mark Zuckerberg, de Meta (211 mil millones); Larry Ellison, de Oracle (206 mil millones); la israelí-estadunidense Miriam Adelson, heredera del imperio de casinos Las Vegas Sands y megadonante republicana (32 mil millones); el magnate de los medios Rupert Murdoch (22 mil millones); Brian Armstrong, de Coinbase (12 mil millones); Peter Thiel y Alex Karp, ambos de Palantir (10 mil millones y 4 mil millones, respectivamente); Tim Cook, de Apple, y Sam Altman, de Open AI (ambos con 2 mil millones), y Sundar Pichai, de Alphabet, matriz de Google (mil 100 millones).

A la zaga de los llamados barones ladrones John P. Morgan (Banca Morgan), Cornelius Vanderbilt (industria ferroviaria y marítima), Andrew Carnegie (US Steel) y John D. Rockefeller (Standard Oil), y más recientemente magnates como Warren Buffett (Berkshire Hathaway), George Soros (Grupos Carlyle y Bilderberg), Bill Gates (Microsoft), Michael Bloomberg (Bloomberg LP, comunicación) y Larry Fink (fondo buitre Black­rock) −que históricamente han jugado un papel determinante en las decisiones políticas y económicas de EU, pero, en general, tras bastidores− la recién inaugurada era de los oligarcas, precedida por la insurgencia plutocrática, exhibe la llegada al poder político de quienes integran lo que Yanis Varoufakis ha denominado tecnofeudalismo, una suerte de imperialismo digitalizado como fase superior del capitalismo, que ejerce de facto el control oligopólico de la tecnología y la ­(des)información.

Entre los nuevos señores feudales de la big tech con influencia política-ideológica sobre Donald Trump (y con control político sobre él, según el senador Bernie Sanders), destacan Elon Musk, Peter Thiel y David Sacks, arquitectos de la conexión antiwoke entre Silicon Valley y Washington. Junto con Reid Hoffman (LinkedIn) y Keith Rabois (Founders Fund), los tres magnates conformaron un círculo de élite conocido a finales de los años 90 como el PayPal Mafia, en referencia a la empresa de pagos por Internet PayPal en la que participaron. Pese a sus volátiles diferencias ideológicas, Musk, Thiel y Sacks (quien en 2021 lanzó la plataforma de podcasts Callin), han desplegado un gran activismo político diseminando las ideas anarcocapitalistas libertarias transhumanistas en boga en el seno del movimiento conservador mundial, y han convertido el proyecto del gulag digital (de Davos) en un campo de batalla político, económico, ideológico y cultural, pero también geopolítico (imperialismo digital), vía la militarización de sus infraestructuras tecnológicas mediante el uso de la inteligencia artificial (IA), incluida la integración de datos de vigilancia y reconocimiento para proporcionar información sobre contraterrorismo e inteligencia en el campo de batalla, siempre al servicio del Pentágono, la CIA, la NSA y la FBI −con las que han amasado millonarios contratos−, y del complejo militar industrial israelí, del que son cómplices −en particular los halcones tecnomilitaristas de Palantir, Amazon, Google y Microsoft, junto con la pasada administración Biden− en la guerra de exterminio, genocidio y castigo colectivo en Gaza, contribuyendo de paso a la normalización de la guerra como estado permanente.

Además de una eficaz estrategia cognitiva, la nueva presidencia imperial en la Casa Blanca cuenta con un plan bien estructurado elaborado por la Fundación Heritage, influyente think tank asociado al neoconservadurismo de la era Reagan: el Proyecto 2025, basado en una combinación de aislacionismo selectivo, pragmatismo económico y un enfoque militarista, signado por una agenda ultranacionalista-imperial recargada y conservadora, que abarca, entre otros objetivos, la desregulación ambiental y energética; el apoyo al desarrollo de los combustibles fósiles; el impulso de la IA; una reforma fiscal y la reducción de impuestos a banqueros e industriales, y la renegociación del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), y que utiliza como herramientas coercitivas de su orwelliano eslogan la paz a través de la fuerza, la guerra proteccionista/arancelaria y las sanciones, así como la deportación vejatoria y militarizada de inmigrantes indocumentados (el sadismo político como espectáculo), incluido el anuncio del envío al campo de concentración y torturas experimentales de EU en Guantánamo, Cuba, de los migrantes expulsados que no sean recibidos en sus países de origen.

No obstante, la guerra de clases lanzada por la plutocracia de EU contra el resto del mundo podría fracasar. En la coyuntura, la irrupción de DeepSeek, el nuevo modelo de IA chino gratis y de bajo costo, significó un duro golpe al millonario proyecto emblemático de Trump: Stargate, donde se encuentran nucleadas OpenIA (ChatGPT), Oracle, SoftBank y MGX, sacudiendo de paso a Meta (Facebook, Instagram y Whatsapp), Google, Nvidia y Anthropic. Y lo que parecía asomarse como una competencia tecnológica de punta está comenzando a moldearse en un panorama claramente a favor de China.

Artículo tomado del Portal Desde Abajo

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Elogio del Amor

Por Mauricio Castaño H
Historiador
Colombiakrítica

En el amor está la intensidad, flujos de deseo hacia una otredad, hacia un otro que nos atrae y sentimos que le amamos más allá de un goce narcisista. El caos, lo contingente, lo inédito junto a los diferente es lo propio de la experiencia amorosa. Leo a Alain Badiou en el libro Elogio del Amor y nos define este sentimiento amoroso como el acto entre dos que se da en la diferencia. El más común, el más mencionado es el amor en pareja,  es la unidad mínima, porque ha de recordarse que somos seres sociales, donde se celebra un acto entre dos, se construye la diferencia. El amor se reinventa en el riesgo y la inseguridad. Así el amor es una reinvención permanente. 


El amor es una confianza hecha en el azar. La materia prima del amor es la reinvención, todo está por hacerse porque en el tedio morimos. Lo recíproco también es lo propio del amor. Eres la roca firme sobre la cual construyo mis sueños. El amor es hacerse a una experiencia en el mundo teniendo a un otro de compañía. El amor es una potencia, todo está camino a realizarse, el amor es un encuentro de dos diferencias. Dos vidas que aceptan construirse, hacerse en un flujo de intensidades, en lo contingente.


Más allá del primer éxtasis de los primeros momentos, está la construcción permanente y duradera del te amo por siempre, el siempre equivale a una eternidad personal, a esa eternidad del pliegue de tiempo de dos que decidieron caminar juntos sin desfallecer ante los primeros obstáculos. Todo por una experiencia... acostumbra decirse, las nuevas experiencias que renuevan, transforman, lo distinto, lo inédito, lo contingente, es el caos en sí que vivifica una relación, muy contrario al estribillo que dice: se casaron, comieron perdices y fueron felices


En el amor se inventa un nuevo tiempo de duración, es una temporalidad nueva, te amo por siempre es el equivalente de toda una eternidad en la contingencia de ese acto de dos, de ese amor a dúo, es el deseo de durar en lo desconocido, en lo inédito. En la promesa de felicidad se alberga esa eternidad. El enemigo del amor no es un otro, soy yo mismo, mi narcisismo que sumerge el cuerpo en la resonancia del goce. Por eso el amor trasciende ese placer, ese mero goce, esa pequeña muerte del éxtasis, caer en el caos del vacío.


Los amantes están solos en el mundo, son los únicos depositarios de una diferencia a través de la cual  ellos experimentan el mundo. El amor puede triunfar, no su duración. Por eso la contingencia, la haecceidad, los flujos de intensidades que atraviesan los cuerpos, es el devenir de las parejas que en cada momento piden cuidados, refrendan la diferencia y la repetición, es una lucha contra la separación: “Dime otra vez que me amas”, y también muy a menudo: “dímelo mejor”. Y el deseo siempre recomienza. Bajo la caricia se puede escuchar, si está encantada por el amor, “¡Más! ¡Una vez más!.” Se ama la diferencia, la que nunca verá dos veces. “Vas a cumplir ochenta años. Has empequeñecido seis centímetros, sólo pesas cuarenta y cinco kilos y siempre eres bella, graciosa y deseable. Hace cincuenta y nueve años que vivimos juntos y te amo más que nunca. De nuevo llevo en el hueco de mi pecho un vacío devorador que sólo calma el calor de tu cuerpo contra el mío.” André Gorz.


Todo es fluir, es flujo, es caos y el amor se construye y se reinventa momento a momento en la diferencia que enriquece la vida más que disminuirla.


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Petro y la Democracia Directa

Por Mauricio Castaño H
Historiador
Colombiakrítica
 


El actual presidente de Colombia decidió este martes 4 de febrero del 2025, por primera vez en Colombia, la transmisión, sin maquillajes, del Consejo de Ministros en vivo y en directo por televisión y por redes sociales. Su decisión obedece a su convicción que tiene por la democracia directa, que la ciudadanía y el pueblo en general sepan de primera mano y sin intermediarios, la manera como el alto gobierno ejecuta las decisiones, cómo materializa las promesas de campaña. Es toda una labor pedagógica. Bien se ha dicho que los ojos, oídos, boca, manos y pies de un gobernante, de un poderoso es la gente de a pie, la gente del común, en el momento que la gente les retire todos esos órganos y sentidos, en ese mismo momento cae el gobernante, cae en su propia desgracia, y adviene esa cosa horrorosa de la soledad del Poder pero en todo caso se abre paso un devenir pueblo.


También esta decisión obedece a la tergiversación y a la desinformación de los grandes medios de comunicación que operan como armas corporativas de los hombres más ricos del país para someter a los gobernantes y ponerlos al servicio de sus intereses. Esto ha tenido los efectos muy conocidos de la corrupción en la cual los recursos públicos van a parar a los bolsillos de los privados dejando los principales servicios estatales en desfalco: sectores como la Salud, Educación, Pensiones, Obras de Infraestructura, entre otros, se han visto en graves problemas de recursos por la corrupción. 


El primer mandatario refiere a un gobierno de una bandera multicolores, incluso cita al entonces guerrillero Jaime Bateman cuando asimilaba la democracia a un sancocho costeño por su variedad múltiple de ingredientes que dan buen sabor, gusto y por supuesto, abren a la alegría en el despertar de los cinco sentidos. Esto es difícil de comprender para los dogmas y sectarismos que encarnan los partidos políticos que cada cual pregonan una verdad absoluta, la de ellos, pero que desconocen aquello múltiple y multicolor de la vida. Esto vale para la llamada izquierda y sus sectarismos que terminan haciendo fuego amigo.


Todo este contexto da a entender que este es un gobierno a contracorriente de los grandes feudos del país. El presidente Petro es un líder soñador de las grandes causas humanistas y libre de sectas partidistas que terminan en baños de sangre como el estalinismo o el sandinismo que mató a propios y extraños por el simple hecho de pensar diferente. Por eso el mismo Petro insiste en agitar siempre la bandera multicolores en donde caben todas las ideologías, conviven las diferencias germinadoras de vida.


Se ve un presidente audaz con el Estado en la cabeza sin dejarse presionar o chantajear de sus coequiperos o adversarios que reclaman purismos al mejor estilo de las sectas partidistas o religiosas. El camino por recorrer sigue siendo adverso, son las secuelas de una nación insuficiente, un Estado fallido dominado por la mafia y el crimen, somos un país en donde se han matado varios candidatos presidenciales y exterminado todo un partido político como la Unión Patriótica.


Es meritorio el ejercicio pedagógico del presidente de tratar de hacerse comprender por los liderazgos diversos y la ciudadanía del país. No es fácil pero vale la pena el intento, es bueno ver el bosque y no perderse en la mirada de los árboles. La democracia directa es una excelente alternativa, el gobierno de sí, de sí mismo, en la cuadra, en el barrio, la comunidad misma decidiendo y controlando los recursos y sus obras.


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