Valores de Verdad
Historiador
Colombiakrítica
En estos tiempos sigue vigente el apego a los dogmas, cada quien quiere rasgarse sus vestiduras en defensa de sus propias verdades absolutas. Pero nada más ingenuo y estúpido que caer en mundos inamovibles y de Fe o razón incuestionadas. La verdad siempre se escapa a quienes quieren agarrarla entre sus manos, ella es huidiza, cambiante, undívaga y abierta como el mar.
No importa el que todos queramos tierra firme sobre nuestros pies, nada que nos mueva el piso, pero lo cambiante es ley. Somos hijos de nuestro tiempo, de sus valores y costumbres, el remolino de cada época que nos envuelve y nos pone en movimiento. De allí que cada verdad producida, proviene de unos valores propios de cada tiempo y de cada lugar. Somos un reflejo, un reporte del mundo que se proyecta en cada uno de nosotros, nadie está a título personal en su propio cuerpo. Nuestras percepciones, nuestros sentidos son un filtro viciado de lo exterior que me afecta y se vive en mí.
Sistemas Abiertos, No Cerrados
Entonces adviene una correspondencia entre nuestras percepciones y los diversos paradigmas que fluyen y se escapan de nuestras manos, de nuestros prejuicios y sobre todo de las verdades cerradas y absolutas, a renglón seguido se imponen sistemas abiertos y cerebros abiertos... para nada cerrados. La ciencia es una pluralidad de sentidos emanados por el propio hombre. Pero también todo se debe a un presente provisional y fragmentario. Y más allá, en clave de valores de verdad, todo está, todo hace parte de unos valores de verdad aquí y ahora, en cada momento.
Adecuadas Probletizaciones
Más valen las preguntas, una debida problematización, las respuestas tan sólo son provisionales. No existe el Método con mayúscula, existen los métodos provisionales que operan en un momento y lugar determinados. Todo se juega en plantear adecuadas probletizaciones. Y en un libro, más allá de pregonar una verdad revelada, absoluta, es un estado del tiempo el que fluye, el que se quiere reportar, una problematización provisional.
Verdades Provisionales
Cada época vive sus propios afanes. En las costumbres y en las creencias: he allí la verdad construida. «En nuestro medio, cuando se habla de ‹ciencias› se tiende a privilegiar el aspecto ‹resultados verdaderos›, ‹verdades adquiridas›, ‹experiencias irrefutables›… es decir, las ciencias operan como sustitutos de un pensamiento religioso en una sociedad en proceso de laicización. Y no se trata de manifestaciones derivadas de nuestro grado de desarrollo (subdesarrollo) o de nuestra poca producción científica, sino también de supuestos implícitos que en la mayoría de los casos nos hacen positivistas sin saberlo o neopositivistas sin quererlo. Le exigimos a las ciencias que nos enseñen la ley única, la interacción única… es decir, que uniformicen para poder universalizar. La ‹visión científica› debe ser, creemos, una lectura de los cuerpos y sus movimientos, de los seres y sus comportamientos; y la verdad una constatación de la adecuación entre lo que vemos y lo que decimos (leemos).» (Luis Alfonso Palau en: Textos para una historia y pedagogía de las ciencias, p. 11. Medellín, 1994)
Todo está en permanente hacerse, nada está hecho de golpe y porrazo, todo es provisional, inacabado. El aquí y el ahora, el presente extendido vale más que cualquiera que se reclame hipotético. Mucho mejor decir valores de verdad sancionados desde un presente que nos vive.
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