Los Parques Públicos

Por Mauricio Castaño H
Historiador
colombiakritica.blogspot.com


Terror de las ciudades son los parques públicos. Los residentes les temen porque el gobierno una vez los entregan nunca más se acuerdan de ellos. Entonces vienen los problemas, las bandas criminales se los toman para sus actividades delincuenciales del micro tráfico,  extorsiones, robos… Un parque es sinónimo de plaza de vicio, guarida de pillos y atracadores. También son habitados por los consumidores de las drogas ilícitas, los típicos parásitos que todo consumen y nada dan a cambio, nada producen. Bajo sus efectos entran en trance, gritan, dejan rodar su música de sus carros a toda máquina, orinan, aquí y allá.

En Medellín los ejemplos los hay a granel: el parque plazoleta de la Nueva Villa del Aburra, en la urbanización abierta del Carlos E. Restrepo, el famoso parque del Periodista, en los parques Metropolitano, Berrío, San Antonio, Botero, Las Luces, incluso en el del exclusivo sector de El Poblado, todos, sin excepción alguna son guaridas para el hampa criminal, en cualquier hora del día roban, despliegan su micro tráfico de las drogas ilícitas, a cualquier hora ponen sus equipos a todo sonar. Y en donde hay residentes terminan perdiendo la batalla y vendiendo sus devaluadas propiedades por cualquier peso.

Si dios no construye la casa en vano se fatiga el obrero. De nada vale grandes obras de infra estructura, entregadas a diestra y siniestra, sin ninguna planeación, sólo con el propio afán usurero y de la vanidad política. Los parques son estructuras tiradas al azar, sin mayores cuidados, entonces sucede que la población criminal se los apropia para lo peor. Allí se mueven a la perfección las plazas de vicio, templos del narcotráfico para los delincuentes, zonas de prostitución y todo lo que conlleva una cultura que se nutre del dinero fácil. Aquí sucede el mismo contra sentido de lo citadino cuando van al campo, llevan las mismas malas prácticas de la ciudad a la ruralidad: bullarangas, bafles potentes, drogas y licor, el festín sin medida al que están acostumbrados. El agro es invadido, penetrado por la cultura bulliciosa. Lo rural es doblegado, sometido por lo peor de la cultura citadina. 

Esto mismo sucede con los parques, se proponen ambientales, pulmones verdes de aire limpio para la ciudad que contrarresten la mortífera polución pero resultan estropeados por el abandono estatal y la apropiación por parte del hampa criminal. Mientras la batalla esté perdida con el hampa y la cultura, se precisa de acondicionar las infraestructuras que regulen e instauren comportamientos, prácticas adecuadas, poco a poco los condicionamientos se van asimilando hasta incorporarse en nuestras vidas como prácticas cotidianas. Ejemplos se tienen con los parques botánicos en el país, con plazoletas de gobierno, se permite la estadía en ciertas horas y sin hampa. 

En otros parques del país se hace lo propio para preservar su espíritu de tranquilidad en la ciudad y productor de aire limpio. A donde fueres, haz lo que vieres. El mundo cada vez clama por espacios verdes que den un respiro en la contaminada y ajetreada ciudad, no podemos seguir en contravía de lo que aconseja la razón humana en cuanto a calidad de vida se refiere. La mayoría de sus residentes obran con la lógica de los turistas: no quieren saber nada de problemas. La ciudadanía movilizada, la participación en busca de soluciones está lejos. Mientras tanto viene a bien las recomendaciones de ley que indican impedir el acceso a las personas que van a hacer  su mal uso, así podemos ir creando la cultura de los parques ambientales


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Educación Caduca

Por Mauricio Castaño H
Historiador
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Todo lo quieren menos estar en el aula escolar, el sistema educativo no interlocuta con los estudiantes. La ministra de educación recrimina que más del ochenta por ciento de los estudiantes colombianos del grado noveno, no son capaces de escribir un párrafo. Y hay más, no comprenden y mucho menos gustan del leer. Los contenidos son pobres y poco pertinentes. El maestro repite como una lora lo que está a un clic en el internet. Redundan los legados de la Revolución Francesa pero siguen en los deberes del vasallaje. Temen la cultura abierta, cierran en su claustro la señal de wifi a los muchachos con el pretexto de que la tecnología es enemiga distractora de su inexistente  concentración. 

Viejo modelo educativo que riñe con las nuevas dinámicas de la revolución informática. Y de allí que la calidad educativa hace la diferencia entre ricos y pobres. Dura realidad y ataque certero al gremio, acorralado sin respuestas para defenderse, sólo sacan arengas reivindicativas de lo neto salarial, aunque es cierto que la paga de los maestros es muy castigada, ganan menos de dos veces de lo que un profesional devenga en otros sectores. El salario no estimula, de allí que no se reclute ni se retenga a los mejores.

En esta educación descontextualizada y de pésima calidad, hace que los estudiantes sientan un encierro de cuatro paredes el aula escolar. El hacinamiento sofoca, cada quien saca sus gritos liberadores, el profesor adverso intenta contener, desea restablecer el orden para su su palabra desoída, apenas logra un medio silencio a punta de amenazas de poner notas bajas en su libreta de calificaciones. En la masa poco se puede hacer, ella tiene vida y ritmo propio, caos organizado, redes amorfas.

La escuela sólo sufre el mundo exterior. Los jóvenes están coronados por todo el mundo violento de la calle que les ha tocado vivir, las bandas criminales son parámetros para sus vidas, aprenden del ejercicio de la violencia a sacar ventaja de una simple riña escolar. Sus insultos verbales y por las redes sociales son fuertes, las palabras son de alto calibre, se repite una y otra vez que son mal nacidos, que su madre en vez de menstruar tuvo monstruos y todo tipo de calificativos que degradan y ofenden la condición humana. Los pillos, despiadados sicarios, son señores que van veloces en sus motos o carros, una de las mejores formas de conquistar a las muchachitas que caen rendidas a sus ruedas, van tras el dinero fácil que asegura una aparente vida de confort, de fiestas, licor y drogas.

La educación está en crisis. ¿Y las cabezas de dirección escolar? Aquí ni allá la cabeza no encabeza. Lo poco de autoridad que existe es para mantener el régimen disciplinario. Las cabezas de rectores encargadas de direccionar no se les ven en las instituciones, están por fuera, en reuniones dicen con los burócratas de sus patrones. Y los funcionarios de gobierno sólo les interesan la demagogia política, como asegurar los votos de la próxima contienda electoral. La pregunta por la calidad de la educación, ya caduca, debe hacérsela todo ciudadano, incluso indagar sobre sus nuevos registros como los avizorados en Pulgarcita por Michel Serres.


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Fracaso escolar

Por Mauricio Castaño H
Historiador
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La Escuela ha fracasado, la Familia sobrecargada, hipertrofiada padece a su prole. Mientras tanto el Estado es impotente, distante y ajeno al ciudadano. Estos tres pilares de la sociedad no han encontrado la forma, si se quiere más inteligente, de hacer un buen vividero para los habitantes de este planeta, la mayoría sumidos en la carencia, constantemente amenazados en precipitarse a la miseria.

La escuela sufre su fracaso rotundo desde su nacimiento, ella no imparte ni conductas de comportamiento ni instrucción alguna de saberes. Los escolares van con sus cabezas atestadas de la basura que emite los mass media, seducidos por modelos de triunfo de mafia y reinas de belleza, todo aquello que asegure amasar fortuna en el menor tiempo posible.

Los maestros se quedaron peleando con el enemigo del Estado, la tradición de sus luchas enquistaron odio hacia él, tanto que hicieron de su profesión una cantera de resentimiento, enseñar mal, no alistarse en competencias curriculares era un desquite librado contra su enemigo de clase. Gran equivocación, pues los platos rotos los pagaban los escolares que no reciben educación competente.

Riñe con la mediocre tradición educativa, la virtualidad, el mundo del internet que ha puesto todo el conocimiento al alcance de todos, cambia el viejo rol del pretendido sabio maestro, por el que sabe orientar y acompañar en el mar del conocimiento. El viejo rol del profesor copista y repetidor ya es mundo del pasado, pues los contenidos están ahí con los mejores desarrollos, con infinitas interpretaciones y de diferentes maneras para satisfacer los diversos gustos de los atentos y habilidosos jóvenes.

Pero si por aquí llueve, por allá no escampa. La dirigencia estatal, los políticos tan sólo son demagogos, hacen complejas infraestructuras de cemento para impactar la visual mediática y los bolsillos de sus amigos. Elefantes blancos les llaman a estas obras inoficiosas, costosas no sólo por su construcción sino por su mantenimiento. Echar un vistazo y observas los grandes deterioros que amenazan ruina, para nada apropiados para las nuevas exigencias del mundo de la virtualidad que reclaman nuestras sociedades líquidas. 

El cemento predomina, muros sólidos aquí y allá, por ningún lado ni una pizca de conectividad, se sigue usando el viejo pizarrón, lo más moderno es un tablero de acrílico, nada de computadores o tabletas, los mismos textos escolares a los cuales se ciñen los profesores para hacer sus ridículos dictados y así contener la aburrición y la vitalidad de los jóvenes que reclaman nuevas formas de enseñanza. Se repite la evidenciada crisis de los sistemas disciplinarios del siglo diecinueve.

El mundo moderno con su revolución tecnológica y de la Internet reclama nuevas competencias, la robótica abre otros campos para la creatividad humana. La producción tiene suficientes excedentes para una nueva sociedad, solo resta decidirla. La inequidad es una vergüenza que no tiene excusas. Se precisa de aprestarse para los cambios en la escuela, ya fracasada, ya caduca con las nuevas tecnologías de la virtualidad.


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La Teta Pública

Por Mauricio Castaño H
Historiador
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El dinero explica el poder, es fuente de engaño, de rebatiñas, guarida de hampones. Algún Papa lo llamó el estiércol del demonio. Para el escritor Fernando Vallejo es la causa de causas que explica la larga historia colombiana, una lucha de unas cuantas familias de la clase dirigente por apropiarse del presupuesto público, para algunos de una quinientas familias, para otros de unas cinco mil personas. Es indiscutible que el principal cáncer que amenaza de muerte a este país como a muchos del hemisferio es la mayúscula corrupción en su compleja variedad: puestos públicos con altos salarios y escandalosas y oscuras prebendas, contratos para hacer puentes donde no hay ríos y así con los demás renglones fundamentales de la economía como son la salud, educación, vivienda, alimentos, pensiones… grandes flujos de dinero son captados y simulan ejecutarse o simplemente cumplen con engordar los negocios de las familias políticas. Es la manera de hacer dinero de nuestros empresarios.

Ejemplos los hay en miles, la irracionalidad por el tener como sucede con los magistrados que devenga alrededor de 25 millones de pesos, más de cuarenta veces de lo que gana un obrero con su sueldo básico. Pero esta cifra es baja, es representativa para un hombre ambicioso. El país conoce que esa alta dignidad así como la de otros muchos de altos cargos tan solo son posiciones estratégicas sobre el tablero del mundo de los negocios. Aquí le llaman la puerta giratoria, en un cargo público se preparan las condiciones para el mundo privado de los grandes negocios, de las grandes empresas, de los grandes empresarios del país, así la riqueza circula entre ellos. 

Ilustra el escándalo del magistrado Pretelt, su alta salario no es lo importante, claves son las funciones de su empleo: definir fallos que favorezcan en dividendos económicos a sus amigos empresarios y las comisiones que ganan bajo la mesa, incluso participar de la repartición de la torta del mundo criminal. Sucedió con la apropiación ilegal de las tierras de campesinos, en alianza con los la delincuencia paramilitar se robaron más de cinco fincas, este magistrado acumuló tierras violando el tope de hectáreas que un ciudadano puede permitirse. En este tema de los altos funcionarios de la justicia que concentran mucho poder, se ha criticado las alianzas abiertas con el mundo del litigio, empresarial y político. Cuando terminan su período, los espera asegurar fallos millonarios, ocupar altos cargos políticos. Tienen mucha capacidad de influir, es la concentración del poder.

La vida se impone. El río del tiempo nos lleva y nos trae. A cada quien le llega su hora, pero la sociedad sigue su marcha. Los hombres son finitos, a cada quien le va llegando su turno, pero la sociedad se mantiene, a menos que a algún loco de atar oprima tan sólo un botón y haga estallar alguna bomba atómica. Mientras tanto se procura vivir en el mejor de los mundos posibles. Colombia tiene esa dura realidad de los chorros de sangre, de los hombres de poder y fortuna inmisericordes, ajenos a la solidaridad y al sufrimiento de sus congéneres pobres. En el presente se busca la paz con los insurgentes, no debemos olvidar que el perdón nos es menos vanidoso que la venganza. 

En la mítica sociedad existen metodologías para aliviar la maldad, para cerrar el círculo de la violencia, los chivos expiatorios son vehículos que catalizan las venganzas y traen la paz. Se me ocurre que una forma de dar sanación, de dar vida es con la donación de órganos. Qué tal si los hombres que antes fueron fuente de maldad y muerte, en un gesto de generosidad donaran sus órganos a sus víctimas o a sus conciudadanos que los necesitaran. Con ello se restablecería la vida a quien la peligra con apagarse. La donación de órganos es una forma de prolongar la vida de quien ha muerto en su posible receptor, se extiende el espíritu de comunidad, nos enlazamos unos a otros cuando antes nos definía el distanciamiento.

Compleja es la sociedad y más aún con los grupos de poder que todo lo envenenan. El poder debe desconcentrarse. Y los daños causados a los hombres deben repararse, deben procesarse con rituales o metodologías que alivien el dolor para que cese el veloz círculo de la violencia. La ambición rompe el saco, la pleonexia llamaron los griegos a esos deseos ilimitados por el tener. En la necesaria organización social a los ratones no se les puede poner a cuidar el queso, pues sabido es que hacen fiesta cuando el gato no está. En las democracias de verdad es fundamental la separación de poderes para sus controles efectivos y evitar que un país se convierta en tan solo una guarida de hampones que rapiñan por la teta pública.




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La Paz de Colombia

Fernando Vallejo

Declaración del escritor, quien fue invitado a la Cumbre Mundial del Arte y Cultura por la Paz. El video aquí


Este sinvergüenza que tenemos en la presidencia, a la que subió predicando la guerra y en la que se reinstaló predicando la paz, por lo menos unas cuantas diferencias tiene con sus interlocutores de La Habana, los hampones de las FARC, con los que negocia de igual a igual: que no vuela torres eléctricas, ni siembra minas quiebrapatas, ni secuestra, ni mata, aunque sí extorsiona, a través de la DIAN, y recluta, a través del Ejército, a cuanto muchacho pobre logra agarrar. 

A lo que le sumo su concierto para delinquir en calidad de director concertador de tres de los grandes combos o mafias de esas que aquí llaman partidos políticos: el de la U, el Liberal y el del Cambio Radical. Cuál cambio, cuál radical, si esto siempre ha sido aquí lo mismo, el reparto del botín de los puestos públicos y sus contratos entre un grupo de bellacos amafiados que se dicen buenos ciudadanos y que montan y desmontan partidos para sus fines. 

La ruina de Colombia es inconmensurable: económica, social, cultural, moral, total. Millones de exiliados, millones de desplazados, millones de desocupados, una deuda externa de 100.000 millones de dólares, un sistema financiero de estafadores, un Congreso de corruptos, un poder judicial corrupto, el campo en ruinas, el peso en picada, la prensa arrodillada, las ciudades en manos del hampa, la inseguridad en todas partes, y como última razón y causa de todos nuestros males, la desaparición del Estado, el cual incumpliendo su función esencial de garantizar la vida y los bienes de todos no se los garantiza a nadie y solo existe aquí para atropellar y atracar: para atropellar con sus trabas y atracar con sus impuestos. 

Pues para tapar la realidad monstruosa con cortinas de humo que no dejen ver lo que pasa, al sinvergüenza le dio por armar en Cuba un dizque “proceso de paz” con la banda más dañina y criminal que haya conocido Colombia, los bandoleros de las Farc. Surgido de la crema y nata de la gusanera de la clase política colombiana y traidor nato, el sinvergüenza de que estoy hablando se llama Juan Manuel Santos.

Que haya sentado en Cuba a sus enviados a negociar con los de las FARC como iguales se me hace perfecto porque lo son: alimañas todos. 

Unos bribones negociando con unos hampones. ¡Pero que haya sentado también a nuestros generales! Generales de Colombia que van a La Habana: ¿acaso a ustedes o a sus hijos los secuestraron o los lisiaron o los mataron los criminales de las FARC? No: a sus soldaditos, reclutados entre los muchachos pobres del pueblo, o a la gente humilde del campo que aquí siempre paga el pato. Ustedes están mandando desde la seguridad de sus oficinas de Bogotá, bañándose en la piscina del Club Militar y mamando a lo grande del presupuesto. Miserables. 

Bendecida por los Castro (sostenedores desde siempre de las guerrillas colombianas porque son como ellos, carceleros, asesinos, narcotraficantes y dizque revolucionarios), la mesa de negociaciones de La Habana lleva ya dos años largos en ellas. ¿Y cómo negocian? En la oscuridad, aunque el sinvergüenza hace creer que es a la luz del día. ¿Y qué negocian? El botín, el de los altos puestos públicos y sus contratos. Los que durante doscientos años han gozado del botín enzarzados en guerras civiles y elecciones resolvieron ahora que a los de las FARC les tocaba probar el pastel al estilo de lo que ya hicieron con los del M-19, quienes lo que no lograron con las armas y el derramamiento de la sangre lo están logrando con el engaño de las urnas. Ya tienen la alcaldía de Bogotá y acabaron con la ciudad. Ahora van a seguir con Colombia. 

Vuelvo al otro. Maneja sus marionetas de La Habana desde aquí mandando llevar y traer. Hoy van las víctimas, mañana los generales, pasado mañana irá Francisco, que es tan bueno. Que aproveche este san Francisco para lavarle los pies a Castro, el tirano que bendijo Wojtyla. 

Hace cinco años, una semana antes de las elecciones en que lo eligieron, el manipulador de marionetas repetía como disco rayado que Álvaro Uribe era el más grande presidente de la Historia de Colombia. No bien salió elegido y al más grande presidente de la Historia de Colombia y su protector le dio su buena patada en el culo, perdón, trasero. Hasta risa me dio. Últimamente le tocó su patada a su exjefe Gaviria. Este payasito traidor sí es muy gracioso. Traiciona aquí, traiciona allá, es el traditor traditorum que diría Cicerón, nuestro traidor de los traidores. 

A García Márquez hace un año, cuando murió, para sacar partido del muerto porque se le tambaleaba su reelección le organizó un homenaje de cenizas presentes en el Palacio de Bellas Artes de México y dijo en tan solemne ocasión que era el más grande de los colombianos: de hoy, de ayer y de mañana. A mí estas hipérboles garciamarquianas de nuestro Nostradamus criollo me encantan, máxime que a Gabito también lo usó y lo tiró. Él usa y tira vivos o muertos, según le sirvan o no le sirvan. ¡No estar vivo Gabito que era tan amigo de los Castro para que le ayudara ahora en sus negociaciones de paz! 

Paso a hablar de las dos ocurrencias más geniales que ha tenido el guerrero pacifista: la “potencia emergente” y la “justicia transicional”. ¿Una potencia emergente con millones de pobres, millones de desplazados, millones de damnificados y millones de exiliados que lavan inodoros en el extranjero? Lo que somos es una potencia exportadora: de colombianos. En cuanto a la “justicia transicional”, en realidad es la impunidad permanente. ¡Dizque esto es una democracia! Esto es una monarquía, y la impunidad la reina de Colombia. Juan Manuel Santos no es más que su primer lacayo. 

Consumado el proceso de paz, ¿Timochenko irá de candidato a la alcaldía de Bogotá? A la alcaldía no: a la presidencia. Para la alcaldía va Iván Márquez compitiendo con los pacifistas Mockus y Petrus. Mockus, lituano huido in útero de Stalin se instaló en Colombia a matar perros con su sicaria Beatriz Londoño, la electrocutadora de Engativá. Pasa por bueno pero es malo. Se hace el loco pero es un imbécil. ¿Y Petrus, el reintegrado del M-19, los que se robaron la espada de Bolívar? Se la habrán robado, pero la devolvieron, y como la devolvieron no se la robaron y entonces ahí no hubo delito. Como no habrá delito, en virtud de la justicia transicional, para el que le voló los ojos con una mina quiebrapatas a un campesino o a un soldado. O los oídos. O las piernas. O para el que lo mató con un burro cargado de cilindros de gas. 

¿Y la reparación satisfactoria a estas víctimas qué? ¿Cómo se logra? Ningún problema. Viene Cristo y les devuelve la vista, el oído, el caminado, la vida a los afectados. ¿Y si no viene? ¡Cómo no va a venir! ¿Entonces para qué somos un país católico? 

Ciento sesenta y dos órdenes de captura pesan sobre Timochenko, quien sumando las condenas que le han impuesto los varios jueces que lo han juzgado tiene que pagar 178 años de cárcel. ¿Cómo resuelve esto la justicia transicional? Muy fácil. Puesto que con capturar al fugitivo una vez ya queda capturado, las 161 órdenes restantes salen sobrando: con una sola captura basta. ¡O qué! ¿Es que usted captura a un prófugo 162 veces? Y puesto que el prófugo se entregó motu proprio acogiéndose a la justicia transicional, quedó sin haber captura pues fue entrega. ¿Y los 178 años de cárcel? Los paga en milisegundos. En la justicia transicional un año es un milisegundo. Por eso es tan transicional. ¿Entonces Timochenko solo va a pagar 178 miles segundos de cárcel? Pobre, no va a alcanzar ni a comerse una empanada de iglesia. 

Habiendo pagado su condena, Timochenko saldrá de la cárcel para las elecciones y de las elecciones para la presidencia. Excelentísimo señor doctor don Timochenko, presidente de la República de Colombia: Espérese un poquito aquí en el lobby antes de ingresar a la sala, que le vamos a tocar el himno. “Oh gloria inmarcesible, oh júbilo inmortal”. ¿Qué querrá decir inmarcesible? Piedad Córdoba ha de saber. Piedadcita conoce todas las coordenadas. 

Colombianos: maten, roben, extorsionen, violen, secuestren, que el anticuado concepto del delito aquí desapareció. Somos una potencia emergente, somos la revolución jurídica, somos la vanguardia del planeta. 

Al Padre Eterno le salió su Único Hijo bobo. Se hizo colgar de una cruz para redimirnos, han pasado dos mil años y miren dónde estamos. Peor no puede estar Colombia ni puede estar el mundo. ¿Cuántos años más se van a necesitar para que surta efecto su redención? ¿Otros dos mil? El Hijo de Dios e insultaba con nombres de animales como cualquier Fidel Castro: “Id y decidle a ese zorro que yo predico y hago milagros”, le mandaba decir a Herodes. “Serpientes, raza de víboras”, les decía a los fariseos. Y dizque “No les deis las perlas a los cerdos”. Sí se las doy, y a mis perros caviar. Nunca le cupo en su cabecita loca que puesto que los animales sufren también son nuestro prójimo. Los zorros, los cerdos, los perros, las vacas sufren, por lo tanto son mi prójimo. Su mal ejemplo pervive. Por eso Beatriz Londoño, la sicaria de Mockus, puede electrocutar impune a cuatrocientos perros en Engativá mojándolos con agua en el amanecer de la sabana y tirándoles varillas de hierro electrizadas. ¡No ser yo presidente de esta republiquita para electrocutar a esa vieja en pelota y mojada con agua fría! 

Vuelvo al loquito de Galilea que no quería a los animales como Antanas Mockus. Le dio por abolir la Ley del Talión, la del ojo por ojo y el diente por diente, y miren cómo está el mundo. El hombre nace malo y la sociedad lo empeora. Su tendencia natural es a obrar mal y no tiene redención. Al niño hay que castigarlo para que aprenda. Sin castigo para el que hace el daño no puede existir la sociedad. Solución rápida: que se restaure la Ley del Talión pero perfeccionada: los dos ojos por uno, todos los dientes por uno, y como el hombre no tiene sino una vida, que el que mate pague con la suya y con la vida de su madre. Repudio la justicia transicional. Repudio que siga habiendo aquí prescripción del delito. Que no se quede en Colombia sin castigo ni el robo de un tornillo. Máxime si se lo sacaron a uno de la cabeza. 

Dos años llevan en La Habana con el cuento de la paz, escamoteando desde el principio, deliberadamente, el punto esencial, el de si van a pagar cárcel por sus crímenes los delincuentes de las FARC. Si sí, cuánto y en qué. ¿En años, o en milisegundos? ¿Por qué lo están dejando para el final? Para embrollar y diluir la infamia contando con la olvidadiza memoria humana. Nada van a pagar. Se reintegrarán a la sociedad como los reinsertados de Uribe, que siguen delinquiendo, y formarán un nuevo partido, el de Justicia y Libertad, para sumárselo al Liberal, al Conservador, al de la A, al de la B, al de la C, al de la U, a la Alianza Verde, al Polo Democrático, al Centro Democrático, a la Opción Ciudadana, al Cambio Radical, y se pegarán de la ubre pública como los de todos estos. 

Andaba de asesor en narcotráfico en México y de negociante en La Habana, de donde acaba de regresar a ocuparse del desminado (no con sus propias manos, claro, con las ajenas), un general Naranjo, de cuatro soles, Ministro para el postconflicto, quien sin haber cruzado una bala con delincuente alguno ha llegado a ser el mejor policía del mundo. O sea que aquí tenemos: el mejor policía del mundo, el mejor presidente del mundo y el mejor colombiano del mundo. ¡Cómo no vamos a ser el país más feliz del mundo! En las pasadas elecciones, para servir a la patria, este general-policía se le ofreció a Santos de vicepresidente para el período de la reelección. No se le hizo porque no contaba sino con dos votos, el suyo y el de su mujer, y Santos le dijo que tenía que poner dos millones, que multiplicara su caudal político por un millón. Pero que llega, llega, y no a la vicepresidencia: a la presidencia. Entonces Santos sentirá en trasero propio lo que sintió Uribe. El que a hierro mata a hierro muere. ¡Ministro del postconflicto! ¡Cuál postconflicto! Mientras no se castiguen los crímenes de las FARC aquí no se ha acabado ningún conflicto. 

Santos: Hace un año en declaraciones a El País de España dijiste (y me podés ver en YouTube leyéndolas en un ejemplar de ese periódico en la última Feria del Libro de Bogotá), que ibas a convocar a un referendo o plebiscito para que Colombia aprobara o rechazara lo que se acordara en La Habana. Como sos un negociante que compra y vende y un fumista que lanza pantallas de humo, te pregunto si nos vas a escamotear ahora el plebiscito. 

Compradores de conciencias con puestos públicos, traidores de lealtades efímeras: Repudio su reconciliación. Repudio su paz. Solo quiero que se les haga justicia a las víctimas de las FARC y se castigue a sus victimarios, y de paso a los que los solapan con conversaciones de impunidad que llaman de paz. 


César Gaviria le entregó a Pablo Escobar a Medellín y a Bogotá para que los bombardera y devastara; le permitió construir su cárcel privada de La Catedral en Envigado para que desde allí siguiera delinquiendo y asesinando y le metiera preso a su viceministro de Justicia; sin haber pavimentado ni una calle abrió la importación de carros y embotelló el país; abrió la importación de textiles y demás productos que aquí se producían y acabó con la industria colombiana. 

Andrés Pastrana, para hacerse elegir, fue a los Llanos a abrazar a Tirofijo y ya electo le entregó el Caguán para lo convirtiera en su bastión desde donde nos atacara. Álvaro Uribe instauró para sí mismo la reelección inmediata; extraditó a los Estados Unidos a espaldas del país, de la noche a la mañana para que no hablaran, a los grandes capos paramilitares, que allá tenían cuentas pendientes por narcotráfico pero que aquí las tenían por los más monstruosos crímenes de sangre; hoy muchos de sus funcionarios más cercanos andan fugitivos acusados de montones de delitos de los que él se lava las manos; y aunque sus hijos se han hecho ricos echando azadón y pala, él como papá está pobre. Pues Juan Manuel Santos fue ministro de los tres y por lo tanto su cómplice. Juan Manuel Santos es el más grande bellaco de la Historia de Colombia, y estas jornadas por la paz una farsa. 

Tomado de la Revista Semana.com

A la pregunta : Qué hay en su discurso para los hijos que sus padres fueron asesinados por el Estado?
Responde Vallejo: No se reproduzcan más que el mundo no va para ninguna parte. Ustedes no tienen el derecho de imponerles la vida a nadie. La vida es un horror. Ustedes no tienen derecho de sacar a nadie de la paz de la nada para traerlos a este horror.

La clase política colombiana produjo a las guerrillas. Las guerrillas produjeron a los paramilitares. Unos monstruos producen otros monstruos. Y otros monstruos producen otros monstruos. Desde que nos independizamos de España estamos en guerras civiles un partido con el otro. Todo el siglo XIX lo pasamos en guerras civiles por los puestos públicos. Lo acabamos con las guerras civiles de los mil días con la que comenzamos el siglo viente.

Aquí no han ido sino detrás del botín pública.

Democracia no son más que unas mafias que se aprovechan del mundo entero, unos pocos se aprovechan.

Yo no vine a dar soluciones porque yo no dañe esto. Yo vine a señalar hampones.

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La Mala Hierba

Por Mauricio Castaño H
Historiador
colombiakritica.blogspot.com


Los dualismos son la estrechez del pensamiento, se alimentan de las exclusiones, se creen poseedores de la verdad, Hitler y su pueblo estuvieron convencidos de ello, a los que creyeron diferentes les sobrevino su mortandad. Se impone su única razón, la exclusión y la muerte son sus credos. Es un pensamiento monolítico, trazos muy bien definidos e indiscutidos, Pero entonces ¿qué es lo distinto? lo contrario es lo múltiple y diverso, lo que está abierto como la mar.

La mala hierba es un buen ejemplo de lo múltiple, de lo inédito, lo impredecible. La mala hierba crece en medio de las plantas imponentes, ella se desborda a fuerza de ser sobria. «La hierba sólo se da en medio de los grandes espacios no cultivados. Rellena los vacíos, crece entre - en medio de las otras cosas. La flor es hermosa, la berza útil, la adormidera vuelve loco. Pero la hierba, la hierba es el desbordamiento, toda una lección de moral.»

Ella traza y sigue su propio camino. Ejemplifica Deleuze refiriendo lo múltiple, los devenires y lo rizomático: Cuando los negros bailan no es que estén poseídos por el demonio del ritmo, es que oyen y ejecutan todas las notas, todos los tiempos, todos los tonos, todas las alturas, todas las intensidades, todos los intervalos. O la literatura como acto de vida y pensamiento que sustituye la propia filosofía por fuera de las grandes facultades y edificaciones que la institucionalizan, convirtiéndola en un producto de bienpensante.

la verdadera filosofía es mala hierba porque es rebeldía, va contra lo que quiere imponerse, contra la cultura que corre con el peligro de establecer formalidades que son como congeladas en el tiempo, como si nadie pudiese modificarlas como pasa con los autoritarismos políticos. Se dice que para que un invento sea incorporado por una gran mayoría tienen que pasar mucho tiempo hasta que se deje la costumbre de hacer las cosas de manera tradicional. 

Un campesino seguirá arando su tierra con viejos métodos desechando las innovaciones que se le proponen. Igual sucede con los empleados de la gran burocracia, lo nuevo lucha en la impotencia contra la fuerza inercial, contra esas viejas formas de hacer las cosas que cada quien considera como lo mejor de lo mejor, el cambio es considerado tan solo extravagancias de inexpertos e ingenuos jóvenes profesionales.

La mala hierba es buen modelo de lo diverso y hermoso de la vida. Crece entre las rectitudes de los totalitarismos y los pensamientos que anhelan uniformidad. La mala hierba es rebeldía creadora.


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