Religare: Pacto de Fraternidad

Mauricio Castaño H
 historiador
Colombiakrítica

La palabra religión viene del latín religare, lazo, que quiere decir volver a ligar, unir, enlazar. Es unir a los que antes estaban separados con el fin de formar una comunidad. La misma comunidad reposa sobre creencias y rituales que refieren y expresan maneras de vivir, prácticas que vivifican el estar juntos. Forjar, vivir en comunidad a través de rituales. Es la esencia del religare y su antítesis es el individualismo que preconiza la moral y quizá la ética que es del resorte de cada persona. Y más acá, la Justicia trata de equilibrar la balanza dando a cada uno lo que es debido. La motivación de ésta, es regular al individuo, si se quiere, desde una obligatoriedad, desde un hacer cumplir unos derechos y deberes que a cada quién corresponden y que obedecen a un pacto colectivo establecido y acordado por todos o por la gran mayoría. Y dos extremos derivan del religare: por un lado nos viene una religión sin la intermediación de un Dios como lo propuso Comte; o por otro, un Dios pero sin anclaje en lo real, tan sólo abstracción y contemplación, todo se centra en un mar de buenas intenciones en el hacer el bien pero que caen en el vacío, no tienen soporte en un real, ejemplo es la ciudad del Vaticano, solo es piedra y poco de carne bondadosa, es más bien ejercicio vanidoso de poder que corrompe, muy lejos de una  vocación o de unas prácticas a las que convocan los rituales de estar en comunidad.

El religare, la religión, en esencia es comunidad vivificada, son prácticas, estilos de vida que favorecen el bienestar del colectivo, es la soberanía de un yo bondadoso que se reclama o se debe a un nosotros, al bienestar general. Por eso la vida se inspira en el hacer, en los hechos, en la efectuación, en la materialización de aquellos deseos o principios que velan el bien común y que refieren un hiperrealismo, comprensible por la trans substanciación de la química: el pan es mi carne, el vino es mi sangre, este cuerpo es Cristo, este cuerpo es toda la comunidad... Citemos tres ejemplos o ilustraciones claras y que son la esencia del ritual en los Evangelios de la religión católica, en San Marcos, a lo cual nos referimos y llevados de la mano de Dagognet al cual seguimos en este desarrollo expositivo en su capítulo sobre la Religión:

1. “Cuando presentes tu ofrenda en el altar, si allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrenda delante del altar, y ve primero a reconciliarte con tu hermano… Apresúrate a reconciliarte con tu adversario.” 


2. “Habéis escuchado que se dijo «ojo por ojo, y diente por diente»… Pues ¡bien! Yo os digo de no resistir al malvado. Al contrario, si alguien te da una cachetada  en tu mejilla derecha, ponle además la otra. Te quiere armar un tropel y tomar tu túnica, pues déjale también tu abrigo.”


3. “«Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo». Pues ¡bien! Yo os digo  «Amad a vuestros enemigos… si amáis a los que os aman ¿qué recompensa tendréis? Y si reserváis vuestros saludos para vuestros hermanos ¿qué hacéis de extraordinario?».”


En suma, el religare, la religión es un pacto de fraternidad en ejercicio de las prácticas de vida, y que debe diferenciarse de las obligaciones o imposiciones que vienen de afuera como son las leyes. Dice Dagognet: "Para entenderla mejor desde su principio, debemos oponerla a la moral; ella  forma su antítesis, en la medida en que preconiza el rechazo del individualismo; por este hecho se aleja de las bases fundadoras de la ética: la justicia (a cada uno lo que le es debido), la responsabilidad (es menester reparar lo que se ha destruido abusivamente), el derecho (la defensa, gracias a la ley), la felicidad (un arte de vivir), la propiedad (el  patrimonio), el Estado (el interés general), la familia (el medio primero, dedicado a la educación), etc. Un teórico de la religión, Schleiermacher —Discurso sobre la religión (1799) —, debía insistir sobre la distancia entre la religión y la moral: 'La moral desarrolla, a partir de la naturaleza del hombre y de su relación con respecto al  Universo, un sistema de deberes; ordena y prohíbe acciones con una autoridad ilimitada. Esto pues también, la religión no se debe arriesgar… Ella no debe hacer las veces de un  recipiente con un código de leyes.'”

Insistimos en las prácticas, en nuestro medio decimos que el ejemplo arrastra, citemos a Dagognet: "Pronto va a resultar de esto una consecuencia que no ha sido suficientemente  tomada en consideración: la religión no consiste en pensamientos piadosos o imploradores, sino que ella tiende ya a realizar el pacto de fraternidad, en la base de la Iglesia misma; no es suficiente con celebrar o con recomendarlo, conviene  institucionalizar (la efectuación, la obligación de una liturgia y de ceremonias que fortifican el acto fundador). Sin el acompañamiento gestual, sin el juego corporal, la vida religiosa se pierde. El moralista no conoce la obligación de una asamblea de fieles  y de los ritos que la consolidan. ¿Qué busca la religión? ¿Por qué mantenerla? Nadie duda que el hombre sea el enemigo del hombre (Homo homini lupus, el hombre es un lobo para el hombre, según la frase de Hobbes). El querer-vivir del uno implica la disminución del otro. Y ya hemos visto que la moral  trata de limitar este negativo: que cada uno pueda existir y encontrarse al abrigo, que pueda rodearse de lo indispensable ¡y sea incluso respetado en su autonomía!" Y por ello mismo no se puede concebir pueblo sin iglesia, sin espacio en dónde recordar los rituales que incitan a su efectuación para vivificar a la comunidad.

Una reiteración en pregunta: pero entonces ¿en qué se diferencia esta atadura en Derecho, en qué distingue esta obligación pactada en un contrato social y jurídico del religare, del lazo religioso? Incluso uno puede preguntarse ¿qué sentido tienen un pacto más allá del Contrato Social que incluye en términos generales el Estado Social de Derecho o el Estado Moderno o el Estado a secas? En otras palabras ¿Qué sentido tiene la existencia de la religión, el ser religioso en una sociedad que ha racionalizado y ha inventado o perfeccionado tanto dispositivo de control social? 

Pues bien, nuestra respuesta tiene que ver con la necesidad que tiene el viviente humano de dar solución a eventos del espíritu, a gestos o procesos que demandan una eficacia simbólica. A esto también se le ha venido llamando ciencias del espíritu en tanto que lo subjetivo termina en última instancia objetivándose, por ejemplo, toda obra humana es la simbiosis, trans substanciación o el ensamble entre quien la realiza y la materia misma, en la obra misma está el espíritu impregnado de quién la ejecutó, de quién la llevó a cabo, llámase artista, artesano, ingeniero o cualquier hacedor que tenga un objeto entre sus manos y luego lo transforme para luego resultar un objeto subjetivado. El hombre es un ser social que requiere de acuerdos para mantenerse en agrupamientos. Y de ello dan cuenta los dispositivos que lo mantienen y le recuerdan de su pertenencia bien sea a una nación, a un clan, o a una determinada comunidad de la cual hace parte. El hombre es la única especie que requiere darle cuerda al reloj. Es el único que ha domesticado el tiempo y el espacio. Su conciencia de saberse que es finito, que su vida tiene un principio y un fin, saberse que su destino es la muerte, lo hace redoblar en esfuerzos no ya tan instintuales sino culturales para perpetuarse después de muerto en sus obras, tanto como el ego o la vanidad se lo permitan.

Recordamos a Serres que nos enseñó a René Girard y ver en él, ese antropólogo que develó que la violencia se propaga como un virus, como una pandemia y mucho más se aprende a través de la imitación, de la mímesis, ¿Para dónde va Vicente?... Para dónde va la gente. Los comportamientos se aprenden por imitación, todos quieren imitar al gran ídolo que una y otra vez, y mil veces más pasan de manera repetida por la televisión, entre ellos los asesinatos a cualquier hora del día, en el desayuno, almuerzo y cena. Con estos autores aprendimos la diferencia entre lo santo, lo generoso (la paz) y lo sagrado del politeísmo o fundamentalismo (el dogma, la guerra, los soldados de dios que serán recompensados por su sacrificio). Pero no olvidemos ese gran invento del cristianismo recordado por Girard: el Perdón, ese dispositivo que cierra el círculo de la violencia, que frena la bestia de la muerte y en su lugar nos reconcilia: quién se sienta libre de pecado que arroje la primera piedra… la mujer increpada es salvada de ser apedreada.

Agradecemos la motivación de éstas líneas a esos espíritus gregarios, Angelicales, mediadores, generosos que son capaces de darlo todo a cambio del bienestar colectivo, del bienestar de la comunidad, incluidos aquellos que no profesan dogmas de fe, sino más bien que su vida misma es un testimonio de bondad y de efectuación de hacer el bien a los otros. Nosotros mismos no reclamamos pertenencia a ningún credo o doctrina religiosa, pero nos seduce aquella generosidad desinteresada, aquel invento, aquel dispositivo religioso, aquel religare que vivifica a la comunidad con sus rituales en ese pacto de fraternidad. 


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Mauricio Castaño H
Historiador
Colombiakrítica

Los hechos referidos  me fueron relatados por un profesor de la educación pública y tratan de una tensión dada entre los docentes y su directiva o rector, respecto a las diferencias de volver a clase en el contexto de la pandemia del Covid. Pero el pulso, la tirantez a mostrar, no es más que la evidencia o reflejo de lo que se quiere ocultar. Mientras más se muestra, más se oculta, es la tesis que se quiere desarrollar en estas breves líneas. A medida que ha avanzado el tiempo de los estrictos protocolos del distanciamiento social, que restringen el regreso a clase, estos están cediendo para que todo vuelva a la normalidad, y así garantizar el derecho constitucional a la educación que tiene todo niño colombiano. La institucionalidad en cabeza de la directiva o rector están en procura de restablecer el servicio educativo y consiste éste en hacer que los estudiantes regresen a las aulas de clase suspendidas cerca de un año a causa de la emergencia pandémica.

Pero vamos por partes. Demos algo de contexto de la educación pública. En el escrito anterior sobre la baja calidad educativa pública, en el cual se esbozaron sus causas, las cuales están relacionadas con la baja formación de los docentes, comprendidos también sus directivas, y que todo esto confluye para que la escuela sea un fracaso, un barco a la deriva, cuyo saldo rojo está siendo pagado por los estudiantes que no logran adquirir las competencias estándares o básicas del saber leer, escribir, sumar, restar, dividir y los conocimientos en ciencias. La cifra representativa es el 56% de los estudiantes que no logran graduarse en el país, que saborean la frustración de no poder soñar con un mundo mejor.  Y a cambio  son empujados al mundo de la informalidad, de la ilegalidad o del crimen organizado. Y los otros muy pocos que sobresalen son absorbidos por la empresa formal en sus fábricas robotizadas.

Pero situémonos en la tensión anunciada.  De un lado está la autoridad rectoral, el agente administrativo que actúa bajo la presión gubernamental de producir resultados volviendo poco a poco a la normalidad académica. Del otro lado están los docentes cobijados por lo sindical que tensan fuerzas para presionar al gobierno estatal, su norte y su plataforma de lucha no es más y no es menos que lo mero reivindicativo, lo salarial.  Y la calidad educativa es marginal, inexistente, poco o nada importa. La masa, la fuerza ganada está allí. Y por eso mismo asistir a clase, llevar a los chicos al aula, es una medida que rompe con la comodidad feliz en la que se encuentran los perezosos docentes sin dar clases pero recibiendo sin falta su cheque mensual, con su paga garantizada con el mínimo esfuerzo, por lo demás, mucho se ha dicho, que el docente de la baja calidad es el de mínimos, el de mínimos esfuerzos. El docente que no posee ni las capacidades, ni las competencias requeridas para ofrecer la mejor calidad a sus estudiantes y que por el contrario, el ejercicio de la docencia es tortuosa, una carga difícil de llevar, es decir, un docente frustrado, que no le alcanzaron sus méritos intelectuales para ingresar a otra profesión mejor paga, pero ahora está ahí, y como bien lo dijo una pedagoga, este docente mal hallado, es un agente tóxico que todo lo envenena, que infesta todo el ambiente educativo envenenando lo poco aliviado que se encuentre. Allí el campo de batalla es ruinoso, no es el descrito en el Poema Pedagógico de Makárenko, en el que todas sus luchas a brazo partido están dadas por dar lo mejor de sí y sacar adelante a su muchachada, a sus díscolos estudiantes que amenazan con hundirse en los bajos mundos de la droga.

Pero bueno, si quienes halan de ese lado están tan deslegitimados... ¿Por qué no se impone la razón que hay del otro extremo? Lamentamos ser simplistas, pero diremos que quien quiere restablecer el orden tampoco tiene autoridad moral y para ser coloquiales, esa autoridad administrativa está cortada con la misma tijera. Veamos. La educación hace rato perdió el calificativo de calidad y en su lugar fue reemplazado por el de cobertura, y sabido es que cobertera sin calidad es oportunidad perdida, es fracaso. Esta figura administrativa carece de lo pedagógico, incluso su autoridad moral está socavada por secreticos vergonzosos de toda índole que están ahí para que sus contrarios chantajeen en el momento de equilibrar fuerzas y que todo el mundo sabe pero hacen los que no. Esta figura rectoral, decimos, se dedica a tratar de que las cosas funcionen a media marcha para producir resultados demagógicos para la administración pública, hacen parecer que las cosas están funcionando, pero la verdad no es así, todo es un barco a la deriva. Vale una salvedad, existen muy pocos maestros idóneos (los de primaria y rurales) que procuran lo mejor, pero una sola golondrina no hace verano, y queda atrapada en lo peor de los mundos.

Para dar más pistas de este objeto real de la baja calidad educativa en el que nos hemos sumergido, fustiguemos eso que se está haciendo para parecer que se está trabajando. Son los llamados talleres o equis cantidad de hojas que el profesor de cada área o materia toma del internet, copia y pega en diez o quince hojas, las imprime, se las lleva al rector, este las manda a fotocopiar para luego entregar un paquete total de 50 o 100 hojas  a los estudiantes, que como ya se dijo antes, no saben leer. Entonces viene nuestro reparo de para qué este acto a sabiendas que no existe control de calidad de lo mal copiado por los docentes y de saber a ciencia cierta que estos estudiantes no sabrán leer ni comprender lo que se les están entregando. Todo esto es para parecer que se está trabajando.

Esta pandemia puede traer su lado favorable en esta crisis educativa, es en que la agudice, que la evidencie para que se gane lo mejor y lo competente que se está mostrando en ciertas plataformas educativas dedicadas con seriedad en pensar el tema educativo. Amanecerá y veremos. Por el momento, esas discusiones en la educación pública, apenas es la punta del iceberg de la baja calidad educativa que no va por buen rumbo.



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Educación Estandarizada

Mauricio Castaño H
Historiador
Colombiakrítica

La baja Calidad Educativa es la expresión de la exclusión. Se excluye, se deja por fuera a quienes no la alcanzan unos rendimientos exigidos. Para una mayor precisión se ha de entender por calidad educativa los procesos que conducen a una efectividad en el alcance o en los logros de las competencias básicas que son estándares en cualquier lugar del planeta como lo son saber leer, escribir, sumar, restar, dividir y tener conocimientos básicos en ciencias. En cualquier lugar en el mundo un ciudadano debe dominar estas exigencias que son el propósito de una alfabetización planetaria desde finales de 1850. Bien cierto es que las exigencias de la industrialización sentaron esos parámetros para que un ciudadano pudiera incorporarse a ese nuevo mundo urbano. Pero hoy el mundo es el de la fábrica robotizada que no requiere de tanta mano de obra, más sinembargo la escuela insiste en ello a espaldas de la realidad.

Para tal efecto y para una mejor comprensión de la expresión de baja calidad, mostraremos cinco gráficas que miden aquellas competencias básicas y a su vez la relación que se tiene del mal desempeño de los escolares con los profesores. Si a los estudiantes les va mal, debe existir una razón que explique tal desempeño. Y la más próxima es quién se desempeña como profesor o mucho mejor el sistema educativo es el que está fallando. Miremos las gráficas y luego nos permitimos algunos comentarios. 

En la primera gráfica puede apreciarse el desempeño por área en Medellín y Colombia. En una y otra no se alcanza la media que son 500 puntos, siendo el máximo puntaje 700 acorde con las Pruebas Pisa y Saber.  


El la segunda gráfica se tiene el desempeño de estudiantes por niveles de cero a cinco. Y son los niveles de cero, uno, dos,   suman más 50% de los que obtienen bajos resultados, es decir no alcanzan las competencias escolares. Y quienes obtienen un buen desempeño son una minoría. 


Y son esos que logran los mejores resultados los pertenecientes a los colegios privados, allá en la gráfica tres, la barra más elevada de color verde intenso así lo indica.



Estos bajos resultados no son más que el fracaso escolar en aquel propósito planetario de dar alfabetidad a los ciudadanos. Corresponsables de que los estudiantes no logren esas competencias, son los docentes. 

En las gráficas correspondientes puede observarse que quienes estudian ciencias de la educación, los futuros profesores, son los que tienen los peores desempeños con relación a las demás profesiones, incluso a los que estudian bellas artes, de quienes puede suponerse son más bien ajenos a las matemáticas o al mismo lenguaje del habla y de la escritura, pero no, ellos los superan con creces. 

Finalmente, la gráfica que muestra los rangos salariales del profesional: recién, con un año o quince años de egresados, se ve muy claro a quien le corresponde el más bajo salario: a los profesores. Repetimos lo mucho dicho al respecto, que quienes acuden a estudiar las ciencias de la educación son los estudiantes que no les alcanzó el puntaje o el dinero para estudiar otra profesión mejor paga, entonces tienen que conformarse con lo que puedan alcanzar con su mediocridad. Es, entonces, la escuela un lugar de frustración. 



Pero quienes van a pagar todo ese saldo rojo de la baja calidad son los propios estudiantes. El dato es demoledor y contundente: el 56% de los estudiantes colombianos no logran graduarse de bachilleres. Un comentario más: Esa incompetencia del docente va a escudarse en el recurso más pobre, más miserable que puede encontrar la ignorancia: La tiranía del profesor hacia el más débil y desprotegido, el estudiante. Usa el recurso de la nota como chantaje, la expulsión del aula de clase. Este es un profesor tóxico que segrega ignorancia y sobre todo odio. Un buen maestro no se apalanca en una única metodología para hacerse comprender, prueba ésta, aquella y otras, incluso puede reunir a los estudiantes por grupitos y poner a los que le han entendido para que les explique a sus compañeros, suele suceder que se le puede entender mejor al compañerito que al mismo mismo docente. Por lo demás, las solas metodologías sin contenidos que le soporten, no dicen nada. Son las críticas que se les ha hecho a las facultades de educación que descuidan los contenidos por privilegiar la mera forma, el mero método. Un docente licenciado sale sabiendo nada, es muy bueno en nada porque no dominan ningún saber específico como sí lo hace un profesional formado en química, física y cualquier otra profesión. 


Dejaremos otros análisis para próximos escritos, ellos hacen parte de una investigación que recién realizamos. Prometemos abordar la Educación Aternativa o en Contexto, que consideramos es complementaria de la Estandarizada.


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