Historiador
Colombiakrítica
Barack Obama narra los cambios que sufre el trabajo moderno. Es un documental de Netflix estrenado este año 2023. En sus cuatro capítulos la gente trabajadora tiene la palabra, la voz de los trabajadores tiene cierto protagonismo. Fue la intención de Obama que los trabajadores se sintieran protagonistas en un mundo donde no lo son, cada vez el trabajador es un agregado, una pieza más en el complejo industrial y robótico.
El trabajo es el gran protagonista en esta serie, en concreto los gremios de carros autónomos, la industria hotelera, el trabajo de cuidado de ancianos y en general el trabajo independiente o domiciliario. Todos tendrán en común la pauperización de sus condiciones laborales y de sus vidas privadas, familiares y colectivas. Una explicación dada y poco reflexionada: la clase media cada vez desaparece, la pobreza aumenta y los ricos cada vez son menos.
En voz de Obama la concentración de la riqueza está en el 1% mientras que los pobres son el 90% y la amenazada clase con el restante 9%. Recuerda Obama que el apóstol que promulgó el nuevo evangelio de la economía en los años de 1970 fue Milton Freedman con su doctrina para el mundo empresarial cuyo foco es el aumento de las ganancias. Entonces aparecen los súper ricos como estrellas de espectáculo e influencer. Ello era lo más importante en desmedro de la clase trabajadora. Esto fue aplaudido y promovido por la presidencia de Reagan. Desde allí se agudizó aún más la miseria de los trabajadores, de la sociedad, con salarios minúsculos solo compraban grandes electrodomésticos pero con poco que comer en la mesa.
La gente está buscando oportunidades y si no se las dan, alguna cosa harán, se buscarán, encontrarán otras... es la preocupación de Obama. Hoy llaman estallido social a las soluciones encontradas por las gentes ante situaciones de precarización desesperantes, son respuestas dados por el ser viviente para no dejarse morir de hambre, las gentes en masa, en manadas se abrirán paso, algo habrá qué hacer.
Las personas necesitan identificarse con algo, soñar con un mundo futuro: los padres quieren lo mejor para sus hijos, que su vida sea mejor que la vivida por ellos, las personas en general quieren vivir una vida que se parezca a la normal pero esto cada vez es más esquivo. En el documental se muestra que cada vez menos gente puede comprar una vivienda a causa de la precarización del empleo, la gente pobre no puede vivir con 30 mil dólares al año, con 90 mil medio viven y ganarse uno, dos o tres dólares diarios ya es demasiado poco.
El trabajo con justa paga que dignifica la vida pero también tiempo libre para estar en familia, para el hobby deseado. El indicador es una casa decente, con las comodidades requeridas. Allí en la serie muestran los polos opuestos. La casa de clase media en declive: espaciosa, aseada, con la cocina surtida y buena mesa. Un vecindario tranquilo y buenas zonas comunes con calles y andenes espaciosos. En contraposición, la casa de obreros con graves limitaciones: pequeñas, cosas amontonadas por todas partes, poca comida, aseo precario, seres con salud deficiente e inasistida.
La preocupación es evidente, si la riqueza que genera la misma sociedad no se redistribuye, como dice el empresario indú entrevistado, se puede esperar lo peor. Si no se valoran a las personas y el trabajo que realizan, será muy difícil construir una sociedad con propósitos compartidos. Los ricos no conocen a sus empleados ni si quiera saben lo que hacen. Recuerdo bien a Richard Sennet en su libro la Corrosión del carácter cuando se refiere a conjugar el pronombre nosotros que no es más que pensar en colectivo, construir sociedad en solidaridad, todos hacemos parte de esta aventura llamada vida. Working: What We Do All Day” Una serie para no dejar de ver.
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