Por Mauricio Castaño H
Historiador
Colombiakrítica 


Bogotá queda muy lejos de Colombia dijo hace unos años un indígena a un alto funcionario de Estado. Hacía notar la concentración del Poder y de la economía en esa centralidad; y en contraste está el abandono estatal hacia las regiones periféricas. Un dato ilustrativo de esa inequidad: por cada peso que se recauda en el país, el ochenta por ciento se queda en Bogotá, el restante veinte por ciento se reparte para las regiones. La mayoría de los más de once millones de electores del nuevo presidente son de esas regiones olvidadas del territorio nacional. Pero también todo el universo de votantes del país, en especial los segmentos de la clase de estratos bajos y medios también pertenecen al olvido porque no tienen garantizada una calidad de vida digna, por el contrario, sobre ellos cada vez se cierne la amenaza de caer en la miseria. A todos los ciudadanos que votaron en favor y contra, este gobierno tiene el reto de hacer realidad las promesas de campaña.


El nuevo gobierno comenzó bien nombrando ministros idóneos, probados en ejecutorias de gobierno y en el conocimiento de la materia. Son tecnócratas probos. En la posesión presidencial recalcó el presidente electo que no había un minuto que perder, que los resultados urgían, no hay tiempo de espera ni hay tiempo para fallar, para equivocarse. No es posible jugar a los inexpertos. Esa primera línea ministerial pone el ritmo de los pasos a seguir, los aprendices tienen que apurar a coger el ritmo, tiene que doblarse en esfuerzos para no fallar, no está permitido el ensayo - error, por eso la primera línea está garantizada por la experiencia, la segunda línea o los viceministros y quizá de entes descentralizados o instituciones del gobierno tienen ese imperativo de coger el paso. La experiencia no se improvisa y los resultados son la mejor carta de presentación para todo un país que está a la expectativa.


El presidente debe su triunfo a la periferia, fue en las regiones olvidadas que los ciudadanos lograron movilizarse gracias a una esperanza de cambio para sus vidas y para sus territorios. Pero también se debe a un centro fuerte y variopinto, a la ciudad de Bogotá que ha consolidado un voto de opinión fuerte y libre, que vota también por sueños, por una propuesta programática en pro de un bienestar general. Es una masa crítica a la que se le debe responder con resultados que materialicen las promesas de campaña. Y recoge bien el decálogo presidencial que se erige como norte y brújula de su programa de gobierno. La Paz con verdad tiene su razón de ser en un país en dónde el muerto, el asesinato es un indicador a mostrar cómo triunfo de una guerra sin cuartel, las cifras son de 450 mil asesinatos en la última década en Colombia, y si se remonta desde 1948, la Violencia en Colombia se acerca al millón de personas muertas. Es el triunfo de la muerte. Por eso vale insistir en conocer la verdad para desaprenderla. Otra tema prioritario es la generación de Equidad y con ello contrarrestar la pobreza, el hambre. Se calcula que el 10% de la población en este país es la que tiene el 70% de las riquezas pero también es la que menos paga impuestos, incluso los evade. Por eso un bienestar de la población va de la mano con el desarrollo del capital con función social, de las economías sociales. Acá es pertinente un ejemplo, hace algunas décadas muchas empresas colombianas construían casas y barrios enteros para sus trabajadores, allí también dotaban con escuelas para los hijos de los trabajadores, hoy hay empresas que estimulan el estudio poniéndolo como requisito para trabajar, y a esto es lo se quiere dar a entender por empresa social.


Se traza una hoja de Ruta en la cual los verbos rectores son escuchar y dialogar; otras prioridades son, luchar contra la corrupción, apoyar la industria nacional; defender la Constitución Nacional. Todo esto en esencia se ha redactado en un decálogo que enumeramos y resumimos así: 1. la Paz con verdad es la base para construir un mundo hacia adelante; 2. un país que protege a los más vulnerables, la vejez, la niñez son pilares, gestos de solidaridad y agradecimiento por quienes dieron todo por nosotros y por quienes son promesa de futuro para un mundo mejor; 3. la equidad de género, en especial con las mujeres quiénes han sido ignoradas durante siglos; 4. Los Diálogos Regionales para tejer un Acuerdo Nacional sobre lo fundamental, una hoja de Ruta; 5. Una presidencia cercana a la gente, sin barreras (simbólica la orden de quitar vallas que alejan a la gente del palacio presidencial) el poder va por toda la geografía para saber de primera mano los problemas del olvido; 6. Un gobierno que defiende a los derechos de las gentes, seguridad alimentaria es un tema prioritario; 7. Lucha contra la corrupción, un cáncer que carcome al país; 8. El medio ambiente, el suelo, subsuelos, aguas, fuentes de riqueza económica y de biodiversidad, necesarios para mantener la vida en el planeta; 9. Desarrollo y protección de la Industria Nacional; 10. Defensa de la Constitución Nacional.


Es un presidente de la periferia y de los centros, y esto exige salir a las calles sin perder el polo a tierra ni el principio de realidad, perdidos en otrora por mandatarios aislados y encerrados en las cuatro paredes del Palacio Presidencial. Las mariposas han sido el símbolo elegido para la posesión, la mariposa significa el poder de lo frágil su aleteo puede provocar una tormenta trasatlántica, también el poder transformador de la vida, soy oruga, ahora soy mariposa, la vida es cambiante, nunca muerte. Sin lugar a dudas estos votos triunfales hacen de Petro un presidente de las Periferias.

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