El Derecho al Silencio
Historiador
colombiakrítica
El silencio está anexo al hombre, a las mejores decisiones funcionales procesadas en nuestras voces interiores. Y muy necesario es el sueño. El hombre es un animal diurno, necesita la noche para dormir, entregarse a la relajación onírica profunda para lograr una reparación óptima. De no hacerse la vida sufre deterioro en salud, en específico desórdenes cardiovasculares y circulatorios, incluso pérdida de por lo menos diez años de expectativa de vida para los que mal duermen o trabajan de noche. Por esta vía es ya comprensible elevar el silencio a un derecho al mismo nivel de la salud, ambos son subsidiarios. Y más allá, agregamos, una vida atormentada es una vida reducida, disminuida, en debacle, camino a la destrucción prematura.
Sentir: Cinco Sentidos
Hombre, homosapiens que quiere decir hombre que sabe, que saborea, que siente, spiens viene de sentir, sentidos. De allí también se asocia el ser sintiente, que siente con sus cinco sentidos: el hombre que ve, oye, mira, olfatea y tantea (de tacto). Son nuestros sentidos una fuente de captar información para la vida y su preservación, sirven para informar y hacer un reporte objetivo y subjetivo, filtrado del mundo y de lo que sucede a su alrededor. Vivir es sentir, una vida amenazada, es una vida en riesgo constante, apenas sí hay lugar para apenas proveerse de algún bocado, vivir en la subsistencia. Una vida sana, una vida confiada en su existencia, en sus valores, es una vida en reflexión, una vida flexible, suave, tranquila. Vivir es irradiar, organizar el medio a partir de un centro de referencia sin perder su originalidad.
Silencio elevado a Derecho
Enfatizamos el silencio elevado a derecho fundamental, es esencial para la vida con dos argumentos a saber. El primero justifica el silencio para escuchar nuestras propias voces que replican aquí y allá para ensayarse, pulirse y poder salir en lo mejor que creemos, que nos dan una seguridad suficiente para interlocutar, para salir al mundo exterior: «Es menester sin embargo acompañar esa palabra que deseo escuchar; debo murmurarla interiormente, replicarla; escuchar se convierte en hablarse así mismo; sólo nos recibimos a nosotros mismos: y está auto - efectuación no conoce límites, va a dar cuenta de nuestros pensamientos más complejos: 'el oído y la voz están siempre en acción en nuestras acciones intelectuales más secretas, que son como discursos que nos dirigimos a nosotros mismos, pues es necesario siempre que escuchemos nuestras ideas para concebirlas'» (Francois Dagognet, Subjetividad, p.43). De allí se comprenderá porqué no existe el silencio absoluto, nuestras propias voces interiores nos comprometen.
Ex-istencia
Otro aspecto relacionado con una economía o vida funcional, refiere a la significación que trae la misma etimología de la palabra existencia. La palabra ex-istencia deriva de dos raíces griegas: Ex que quiere decir afuera, stecia significa sentir. Así, existencia quiere decir salir, estar en un afuera, el ser en su interior que interactúa con el mundo exterior. En otras palabras equivale a decir un ser, un interior, una interioridad en interacción con un exterior llamado o conocido como el mundo que nos rodea. Palabras menos, palabras más es un despliegue de los sentidos (ver, sentir, oler, gusta, tantear) en todo aquello que me rodea, el mundo.
Silencio: Derecho Esencial
Elevar el silencio a un derecho esencial, tiene su razón de ser. Todo aquello que ponga en riesgo la vida y la salud entra a la esfera del cuidado, de la protección. Uno nace, uno vive para estar bien, para sufrir tiempo sobra acostumbra decirse. Bien se dice que si una regla no arregla, algo anda mal. Y basta que tan sólo una voz exprese desacuerdo para saber que algo anda mal. Si el río suena es porque piedras lleva, nadie se sabe enfermo impunemente. Para muestra un botón, la prensa registra muertes, riñas, enfermedades a causa del ruido que violenta vidas por no conciliar el sueño, más del 70% de las llamadas de emergencia a la línea 123 son provenientes de la violencia acústica, recordar que somos unos animales diurnos, y en el asalto, en la interrupción de los sueños, los seres son reactivos.
El silencio no es extravagancia, es necesario para esa paz interior que requiere tranquilidad, reposo bien sea para entrar en modo tranquilidad, relajación de un cuerpo que requiere reponer fuerzas o que necesita grados de concentración en actividades que demandan una cierta calma para aclarar ideas, en esos diálogos internos que solemos tener con nosotros mismos.
Se vive en relación con el afuera, y más allá en procura de preservar la existencia, la vida. Bien se dice que una vida que se reafirma en contra, es una vida amenazada. Es posible que el correr sea sinónimo de sobrevivir, evadir la muerte no está mal en la reafirmación existencial. Todo aquello que preserva la vida se reclama derecho vital, esencial.
Finalmente, una evocación del arte poético en esa cosa alada y misteriosa que es la poesía en musa de León de Greiff, en variados versos de sus obras completas: «Quiero ocultarme en el silencio de dónde no debí salir… Quiero cantar silencio. Dejadme esquivo… Para mejor soñar, gusto del insomnio seco y el soñar sin eco, y en vacuidad y obscuridad… mutismo es el silencio metido entre sí mismo.» En suma, el silencio es vital a la existencia, es neutro para que cada quién lleve su vida en su mejor expresión. De una cosa sí estamos seguros: no hace daño a nadie, y sí mucho bien para lo mejor de nuestros espíritus terrenales.
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