Entrevista
El nuevo Macartismo: Julian Assange acusa a los demócratas de culpar a Rusia y a Wikileaks por la derrota de Clinton
La presidencia de Trump está cerca de cumplir sus primeros 100 días. Mientras tanto, se están llevando a cabo múltiples investigaciones sobre él y su campaña, con el objetivo de averiguar si durante la campaña existió una conspiración con funcionarios rusos para incidir en el resultado electoral. En una entrevista exclusiva con Democracy Now! hablamos con un hombre que en gran medida ha sido el epicentro de la discusión sobre la interferencia rusa en las elecciones estadounidenses: Julian Assange, fundador de Wikileaks.
Justo antes de la Convención Nacional Demócrata, en julio del año pasado, WikiLeaks publicó 20.000 correos electrónicos internos del Comité Nacional Demócrata. Luego, entre el 7 de octubre y el día de las elecciones en Estados Unidos, WikiLeaks decidió publicar otros 20.000 correos electrónicos del presidente de campaña de Clinton, John Podesta, lo que dio lugar a muchas historias negativas sobre la campaña de Clinton. Las agencias de inteligencia han adjudicado la filtración de estos correos electrónicos al gobierno ruso. WikiLeaks, sin embargo, sostiene que no fue Rusia la fuente de los documentos.
Para ampliar esta información, hablamos con Assange, que se comunica con nosotros desde la embajada ecuatoriana en Londres.
TRANSCRIPCIÓN
Esta transcripción es un borrador que puede estar sujeto a cambios.
JUAN GONZÁLEZ: En el programa de hoy entrevistamos a Julian Assange, el fundador de WikiLeaks. Han pasado casi cinco años desde que ingresó en la embajada ecuatoriana de Londres en busca de asilo político, temiendo que una orden de arresto de Suecia pudiera dar lugar a su extradición a Estados Unidos. A pesar de estar encerrado en la embajada, el impacto de Assange todavía se hace sentir en todo el mundo. Su caso de asilo político jugó un papel relevante en las recientes elecciones presidenciales de Ecuador. El candidato derechista, Guillermo Lasso, se había comprometido a expulsar a Assange de la embajada en caso de ganar. Pero Lasso perdió frente al vicepresidente del expresidente Rafael Correa, Lenín Moreno, quien afirmó que Assange es bienvenido a quedarse en la embajada. Mientras tanto, WikiLeaks ha divulgado una cantidad inmensa de documentos secretos de la CIA que exponen cómo la agencia ha ido desarrollando herramientas para piratear y espiar teléfonos personales, computadoras y televisores de todo el mundo. WikiLeaks describió la filtración como la publicación más significativa de documentos confidenciales sobre la CIA jamás expuesta.
AMY GOODMAN: Las operaciones de WikiLeaks antes de las elecciones presidenciales estadounidenses de 2016 también siguen generando titulares. Justo antes de la Convención Nacional Demócrata, en el pasado mes de julio, WikiLeaks publicó 20.000 correos electrónicos internos del Comité Nacional Demócrata (DNC, por sus siglas en inglés). Al cabo de dos días, la presidenta del comité, Debbie Wasserman Schultz, renunció a su cargo, debido en parte a que los mensajes de correo electrónico mostraron que el DNC había trabajado en secreto para desacreditar y derrotar a Bernie Sanders, el candidato opuesto a Hillary Clinton en las primarias demócratas. Menos de tres meses después, WikiLeaks comenzó a publicar correos electrónicos internos del presidente de la campaña de Clinton, John Podesta. Donald Trump no tardó en alabar a WikiLeaks durante la campaña.
DONALD TRUMP: Esto acaba de salir. Esto acaba de salir. WikiLeaks... Adoro a WikiLeaks.
AMY GOODMAN: Entre el 7 de octubre y el día de las elecciones, WikiLeaks llegaría a publicar 20.000 correos electrónicos de Podesta, generando una ola de reportes negativos acerca de la campaña de Clinton.
JUAN GONZÁLEZ: Las agencias de inteligencia de EE.UU. han acusado a Rusia de piratear las cuentas del Comité Nacional Demócrata y de John Podesta, pero todavía quedan muchas preguntas sin contestar sobre lo que pasó. Durante una audiencia reciente en el Congreso, el director del FBI, James Comey, echó la culpa a la inteligencia rusa cuando fue interrogado por el congresista Adam Schiff.
ADAM SCHIFF: ¿Sabe usted si los servicios de inteligencia rusos negociaron directamente con WikiLeaks o si se valieron de un intermediario ellos también?
JAMES COMEY: Calculamos que utilizaron algún tipo de mediador. Ellos no trataron directamente con WikiLeaks, en contraste con DC Leaks y Guccifer 2.0.
AMY GOODMAN: Ese era el director del FBI, James Comey, hablando el 20 de marzo. Pues bien, el fundador de WikiLeaks, Julian Assange, se conecta con nosotros ahora desde la embajada ecuatoriana en Londres. Julian, bienvenido a Democracy Now! de nuevo.
JULIAN ASSANGE: Buenos días, Amy.
AMY GOODMAN: ¿Filtró Rusia los documentos, bien los documentos del DNC o los de John Podesta a WikiLeaks?
JULIAN ASSANGE: Hemos expresado muy claramente que nuestra fuente no es ningún miembro de ningún Estado, incluyendo el gobierno ruso. Ahora, si nos fijamos en estas declaraciones de James Comey, de James Clapper, si nos remontamos a un par de meses, a las declaraciones de Barack Obama, todos ellos están de acuerdo con nuestra explicación. Ahora bien, lo que la investigación estadounidense por parte de James Comey parece estar tratando de decir, al menos públicamente, es que ellos perciben que o bien desde Rusia, o bien desde algún otro sitio, se realizó algo de piratería contra el DNC y otras instituciones estadounidenses. De hecho, las acusaciones apuntan a que las comunicaciones de varios miles de personas fueron interceptadas en esas operaciones.
AMY GOODMAN: Pero, ¿cómo sabe usted que no fue Rusia? ¿Cómo sabe usted que no se trata de un agente estatal, dado que generalmente usted afirma que desconoce quién le pasa los documentos?
JULIAN ASSANGE: Prestamos mucha atención a nuestras publicaciones. Tenemos la costumbre de llegar a una buena comprensión de las mismas. Así las cosas, no estamos dispuestos a entrar en detalles acerca de nuestra fuente, porque podría describir el tipo de persona de que se trata, el tipo de competencia en la que se encuentran, lo que podría ponerlos en riesgo. Pero hemos dicho claramente que nuestra fuente no es un miembro del Estado ruso. Ni siquiera el gobierno de Estados Unidos sugiere que nuestra fuente sea un miembro del Estado ruso. Lo que parece estar sucediendo es que existe la percepción de que se han interceptado las comunicaciones, o se ha intentado hacerlo, de miles de personas. Nada fuera de lo normal en cuanto a recopilación de inteligencia ante unas elecciones. Es de suponer que ha sido llevada a cabo por muchos Estados. Me sorprendería si eso no incluyera a Rusia. Y aquí están las publicaciones de WikiLeaks; lo que no hay es algo entre medias. Por lo tanto, se da el siguiente alegato: "Bien, si por un lado ha habido piratería, y por otro hay publicaciones, entonces deben estar directa, causal e intencionalmente relacionadas". Pero hasta ahora, no hay evidencia de ello.
JUAN GONZÁLEZ: Julian, quiero que escuchemos al congresista demócrata Adam Schiff hablando en una audiencia del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes el mes pasado.
ADAM SCHIFF: En julio, después de la convención, los primeros correos electrónicos robados que perjudicaban a Hillary Clinton aparecieron en WikiLeaks. Un hacker conocido bajo el apodo de Guccifer 2.0 asumió la responsabilidad por el pirateo del Comité Nacional Demócrata y la entrega de los documentos a WikiLeaks. Las principales firmas de seguridad cibernética privadas, incluyendo CrowdStrike, Mandiant y ThreatConnect, revisaron las pruebas derivadas del pirateo y llegaron a la conclusión, con alto grado de certeza, de que se trataba del trabajo de APT 28 y APT 29, que son conocidos por ser servicios de inteligencia rusos. La comunidad de inteligencia estadounidense también confirmó posteriormente que los documentos fueron, en efecto, robados por la inteligencia rusa, y que Guccifer 2.0 actuó como una fachada. También a finales de julio el entonces candidato Trump elogió a WikiLeaks, dijo que los adoraba, y apeló abiertamente a los rusos a que hackearan los correos electrónicos de su oponente, diciéndoles que serán generosamente recompensados por la prensa.
JUAN GONZÁLEZ: Escuchábamos al congresista Adam Schiff. Julian, me pregunto si podría dar respuesta a algunas de las cosas que Schiff afirma en esa declaración.
JULIAN ASSANGE: El Sr. Schiff es un congresista demócrata tratando de promover una especie de fervor neomacartista con el fin de distraer la atención del épico fracaso de Hillary Clinton y el equipo demócrata cuando perdieron, de entre todas las personas, contra Donald Trump. Así que no es particularmente interesante. Creo que deberíamos mirar atrás y situar las cosas en contexto. El gobierno de Estados Unidos, desde 1950, ha intervenido en 81 elecciones o, como diría Schiff, ha interferido en 81 elecciones. Y eso sin incluir los golpes de Estado que han derrocado gobiernos. Así que Estados Unidos tiene una larga historia de este tipo de actuaciones por todo el mundo, de modos infames, y, más recientemente, con la supuesta interferencia en las elecciones de Israel. Por lo tanto, creo que deberíamos comprender que Estados Unidos no se encuentra en posición de acusar a otro de intentar interferir o influir en los resultados electorales. Pero vayamos a lo que es el verdadero meollo de esta cuestión. ¿De qué modo se supone que Rusia ha interferido en el proceso electoral en Estados Unidos? Por un lado se afirma que hubo una serie de hackeos, lo cual es un proceso habitual de recopilación de inteligencia, en la medida en que eso se pueda comprobar, y unos pocos sitios web extremadamente ineficaces, tales como DC Leaks o Guccifer 2.0, a los que en realidad nadie prestó atención; por otro están nuestras publicaciones, a las que la gente sí prestó atención. Ahora bien, ¿qué contienen nuestras publicaciones? Pues bien, desde nuestra perspectiva, simplemente publicamos, de manera precisa y justa, lo que Hillary Clinton reconoció como sus posturas en sus discursos secretos ante Goldman Sachs; y las informaciones relacionas con el Comité Nacional Demócrata y su intento de manipular las elecciones primarias para excluir de ellas a Bernie Sanders. Así las cosas, en el centro de este asunto se encuentra la cuestión de si a la gente se les dijo la verdad sobre Hillary Clinton y el CND. Si no hubiera habido una verdad amarga al respecto, todo esto no habría marcado una diferencia, pero había una verdad amarga. Y nosotros la publicamos de forma justa y precisa. Ahora bien, nuestra fuente no era del Estado ruso. Pero si hubiera venido de algún Estado, ¿habríamos ocultado esa información antes de unas elecciones?, ¿o la habríamos publicado de forma justa y precisa? Por supuesto que la habríamos publicado.
JUAN GONZÁLEZ: Bueno, pero, Julian, quería preguntarle algo en relación a lo que ha dicho. Hemos tenido a otros invitados, por ejemplo, Scott Horton, que han afirmado que efectivamente Estados Unidos ha estado involucrado en los intentos de desestabilización de gobiernos y ha derrocado a gobiernos del mundo entero. Pero Horton dice que hay una diferencia entre lo que Rusia intentó hacer y si alguien en el equipo de Trump colaboró con Rusia o ayudó o cooperó o tuvo conversaciones con los rusos a medida que ellos intentaban desestabilizar las elecciones en Estados Unidos. Y Scott Horton afirma que sería definitivamente una cuestión problemática para Trump. Me pregunto cuál es su opinión acerca de todo esto.
JULIAN ASSANGE: Yo estaría de acuerdo. Eso sería algo interesante y poco frecuente. No creo que sea verdad. Creo que es interesante que, desde el principio, Trump y gente alrededor de él tomaran una postura de acercamiento hacia Rusia, un postura muy fuerte de acercamiento hacia Rusia, y no la postura tradicionalmente republicana. Creo que eso es interesante. No deja de ser compatible con las declaraciones de Trump remontándonos en el tiempo. Pero me sorprendería si esto resultara en algo relevante. ¿Por qué digo eso? Bueno, Trump tuvo muy poco éxito con los negocios en Rusia. No ha logrado construir un solo hotel en ese país. Hasta donde se puede comprobar, no ha conseguido realizar ningún buen negocio en Rusia. Y cuando le vimos haciendo declaraciones durante la campaña electoral del tipo: "Oye, Rusia, si tienes esos correos electrónicos, dáselos a nuestra prensa. Van a agradecerlo mucho"; cuando se escuchan afirmaciones como esta, no es la clase de declaración que uno hace si ya cuenta con un canal de comunicaciones y ya está involucrado en una conspiración activa. Para gente como Paul Manafort, que es el tipo de persona perfectamente capaz de participar en, digamos, actividades dudosas, y tienen un largo historial de trabajo para diversos partidos de diferentes maneras. ¿Pidieron ellos apoyo a través de Paul Manafort? Tal vez. Pero si nos fijamos en el nivel superior, que integra a Trump, lo que veo es una gran debilidad, una incapacidad para conseguir que cualquier negocio llegue a completarse en Rusia.
AMY GOODMAN: Mientras que es posible o no que Trump tenga inversiones en Rusia, lo que está muy claro es que los oligarcas en Rusia lo rescataron por una suma de decenas de millones de dólares, si no más, en Estados Unidos, cuando él estaba construyendo edificios, habiéndose declarado en quiebra en repetidas ocasiones, con dificultades para conseguir una línea de crédito, en lugares como mismamente cerca de los estudios de Democracy Now!, con Trump SoHo, un importante proyecto de construcción en el sur de Manhattan. Pero yo quisiera que volviéramos al congresista demócrata Adam Schiff hablando en una audiencia del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes el mes pasado. REPS.
ADAM SCHIFF: El 8 de agosto, Roger Stone, un veterano asesor político de Trump y autoproclamado sucio estafador político, alardeó en un discurso que se había comunicado con Assange y que más documentos estarían de camino, incluyendo una sorpresa en octubre. A mediados del mes de agosto, también se comunicó con el mediador de Rusia Guccifer 2.0 y con los autores de un artículo de Breitbart que deniega los vínculos de Guccifer con la inteligencia rusa. Más tarde, en agosto, Stone hizo algo verdaderamente sorprendente al predecir que los correos electrónicos personales de John Podesta serían pronto publicados. "Confíen en mí", dijo, "pronto le llegará el momento a Podesta, #CrookedHillary (#HillaryRetorcida)". En las semanas posteriores, Stone mostró una clarividencia llamativa: "Tengo plena confianza en que WikiLeaks y mi héroe, Julian Assange, educarán al pueblo estadounidense pronto", dijo, utilizando la etiqueta, "#LockHerUp" (#Enciérrenla). "Se acerca una carga explosiva", predijo. Y dos días más tarde, así ocurrió: WikiLeaks publica su primer lote de mensajes de correo electrónico de Podesta. La publicación de los correos electrónicos de John Podesta continuó después produciéndose a diario hasta las elecciones.
AMY GOODMAN: Este es el asesor de Trump, Roger Stone, hablando el 8 de agosto. REPORTERO: Bien, en relación a la sorpresa de octubre, ¿cuál sería su previsión al respecto, dado lo que Julian Assange ha dado a entender que va a hacer?
ROGER STONE: Bueno, podría ser cualquier cosa. De hecho, me he comunicado con Assange. Creo que el próximo tramo de los documentos que publique están relacionados con la Fundación Clinton. Sin embargo, no se sabe lo que puede ser la sorpresa de octubre.
AMY GOODMAN: Ese era Roger Stone hablando el 8 de agosto en el condado de Broward, Florida. ¿Podría usted, Julian, dar una respuesta sustancial a lo que están diciendo, y explicar cuál es su relación con Roger Stone?
JULIAN ASSANGE: Bueno, yo no quiero hacer apología de esta gente pero, de verdad, la política de partidos estadounidense es algo de lo que todos se deberían alejar: el establecimiento de estas dos polaridades por parte de diferentes élites que luego succionan toda la energía política en el país. Bueno, pero podemos hablar un poco más adelante acerca de lo que ha sucedido con el gobierno de Trump y con este proceso fascinante que hemos estado viendo acerca de cuántos días tarda el sector de la seguridad en digerir a un presidente. Parece que la respuesta es algo así como 75 días. Respecto a Roger Stone, nunca me he comunicado con ese tipo, y él nunca se ha comunicado conmigo, excepto recientemente para decir: "¿Qué haces diciendo que nos hemos comunicado? Por favor, explícate, porque, de acuerdo a nuestros registros, no lo hemos hecho". Él se ha insertado a sí mismo brillantemente en esta ecuación. Ahora, recordemos que Stone fue expulsado en 2015 de la campaña de Trump. Cuando WikiLeaks estaba ocupado con sus publicaciones que exponen la intromisión en el proceso de las primarias en el comité demócrata, eso fue lo más grande en el radar político de ese período de tiempo. Y así, Stone, que no tenía cabida en ningún sitio, decidió sugerir que tenía contacto con nosotros. Pero analicemos sus predicciones. Predijo que nuestras publicaciones iban a ser acerca de la Fundación Clinton. Estaba equivocado. Todas sus otras predicciones, a pesar de ser exactas, son declaraciones que nosotros hicimos públicas. Dijimos que teníamos información sobre Hillary Clinton y que la íbamos a publicar. Por lo tanto, cuando escuchamos a Adam Schiff comentando que Roger Stone dijo que las publicaciones de WikiLeaks iban a producirse, nosotros dijimos en entrevistas de televisión que teníamos publicaciones acerca de Hillary Clinton en camino. Stone predijo que íbamos a publicarlas el 4 de octubre. Nosotros no publicamos el 4 de octubre. Ese día era nuestro 10º aniversario, etc. Literalmente, no existen predicciones que él haya hecho en relación a nosotros que se hayan hecho realidad, fuera de las que eran públicas. Por lo tanto, creo que es preciso admirar el descaro de la forma en que ha jugado dentro de sus deseos demócratas para ver una conexión, y cómo lo ha aprovechado con el fin de vender sus libros y con el fin de ganar protagonismo: es impresionante. Él simplemente pone a disposición un trozo de cebo que él cree que la prensa alineada con los demócratas picará servilmente y pone el gancho en su boca.
AMY GOODMAN: Julian, vamos a hacer una pausa.
JULIAN ASSANGE: Porque le conviene a él.
AMY GOODMAN: Pero vamos retomar esta conversación. Julian Assange, fundador y editor jefe de WikiLeaks, nos habla desde el interior de la embajada de Ecuador en Londres, donde ha permanecido encerrado desde hace casi cinco años. Esto es Democracy Now! Volveremos con Julian en un momento.
Traducido por Carolina Flórez. Editado por Igor Moreno y Democracy Now! en Español.
Tomado de democracynow.org/
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El nuevo Macartismo: Julian Assange acusa a los demócratas de culpar a Rusia y a Wikileaks por la derrota de Clinton
La presidencia de Trump está cerca de cumplir sus primeros 100 días. Mientras tanto, se están llevando a cabo múltiples investigaciones sobre él y su campaña, con el objetivo de averiguar si durante la campaña existió una conspiración con funcionarios rusos para incidir en el resultado electoral. En una entrevista exclusiva con Democracy Now! hablamos con un hombre que en gran medida ha sido el epicentro de la discusión sobre la interferencia rusa en las elecciones estadounidenses: Julian Assange, fundador de Wikileaks.
Justo antes de la Convención Nacional Demócrata, en julio del año pasado, WikiLeaks publicó 20.000 correos electrónicos internos del Comité Nacional Demócrata. Luego, entre el 7 de octubre y el día de las elecciones en Estados Unidos, WikiLeaks decidió publicar otros 20.000 correos electrónicos del presidente de campaña de Clinton, John Podesta, lo que dio lugar a muchas historias negativas sobre la campaña de Clinton. Las agencias de inteligencia han adjudicado la filtración de estos correos electrónicos al gobierno ruso. WikiLeaks, sin embargo, sostiene que no fue Rusia la fuente de los documentos.
Para ampliar esta información, hablamos con Assange, que se comunica con nosotros desde la embajada ecuatoriana en Londres.
TRANSCRIPCIÓN
Esta transcripción es un borrador que puede estar sujeto a cambios.
JUAN GONZÁLEZ: En el programa de hoy entrevistamos a Julian Assange, el fundador de WikiLeaks. Han pasado casi cinco años desde que ingresó en la embajada ecuatoriana de Londres en busca de asilo político, temiendo que una orden de arresto de Suecia pudiera dar lugar a su extradición a Estados Unidos. A pesar de estar encerrado en la embajada, el impacto de Assange todavía se hace sentir en todo el mundo. Su caso de asilo político jugó un papel relevante en las recientes elecciones presidenciales de Ecuador. El candidato derechista, Guillermo Lasso, se había comprometido a expulsar a Assange de la embajada en caso de ganar. Pero Lasso perdió frente al vicepresidente del expresidente Rafael Correa, Lenín Moreno, quien afirmó que Assange es bienvenido a quedarse en la embajada. Mientras tanto, WikiLeaks ha divulgado una cantidad inmensa de documentos secretos de la CIA que exponen cómo la agencia ha ido desarrollando herramientas para piratear y espiar teléfonos personales, computadoras y televisores de todo el mundo. WikiLeaks describió la filtración como la publicación más significativa de documentos confidenciales sobre la CIA jamás expuesta.
AMY GOODMAN: Las operaciones de WikiLeaks antes de las elecciones presidenciales estadounidenses de 2016 también siguen generando titulares. Justo antes de la Convención Nacional Demócrata, en el pasado mes de julio, WikiLeaks publicó 20.000 correos electrónicos internos del Comité Nacional Demócrata (DNC, por sus siglas en inglés). Al cabo de dos días, la presidenta del comité, Debbie Wasserman Schultz, renunció a su cargo, debido en parte a que los mensajes de correo electrónico mostraron que el DNC había trabajado en secreto para desacreditar y derrotar a Bernie Sanders, el candidato opuesto a Hillary Clinton en las primarias demócratas. Menos de tres meses después, WikiLeaks comenzó a publicar correos electrónicos internos del presidente de la campaña de Clinton, John Podesta. Donald Trump no tardó en alabar a WikiLeaks durante la campaña.
DONALD TRUMP: Esto acaba de salir. Esto acaba de salir. WikiLeaks... Adoro a WikiLeaks.
AMY GOODMAN: Entre el 7 de octubre y el día de las elecciones, WikiLeaks llegaría a publicar 20.000 correos electrónicos de Podesta, generando una ola de reportes negativos acerca de la campaña de Clinton.
JUAN GONZÁLEZ: Las agencias de inteligencia de EE.UU. han acusado a Rusia de piratear las cuentas del Comité Nacional Demócrata y de John Podesta, pero todavía quedan muchas preguntas sin contestar sobre lo que pasó. Durante una audiencia reciente en el Congreso, el director del FBI, James Comey, echó la culpa a la inteligencia rusa cuando fue interrogado por el congresista Adam Schiff.
ADAM SCHIFF: ¿Sabe usted si los servicios de inteligencia rusos negociaron directamente con WikiLeaks o si se valieron de un intermediario ellos también?
JAMES COMEY: Calculamos que utilizaron algún tipo de mediador. Ellos no trataron directamente con WikiLeaks, en contraste con DC Leaks y Guccifer 2.0.
AMY GOODMAN: Ese era el director del FBI, James Comey, hablando el 20 de marzo. Pues bien, el fundador de WikiLeaks, Julian Assange, se conecta con nosotros ahora desde la embajada ecuatoriana en Londres. Julian, bienvenido a Democracy Now! de nuevo.
JULIAN ASSANGE: Buenos días, Amy.
AMY GOODMAN: ¿Filtró Rusia los documentos, bien los documentos del DNC o los de John Podesta a WikiLeaks?
JULIAN ASSANGE: Hemos expresado muy claramente que nuestra fuente no es ningún miembro de ningún Estado, incluyendo el gobierno ruso. Ahora, si nos fijamos en estas declaraciones de James Comey, de James Clapper, si nos remontamos a un par de meses, a las declaraciones de Barack Obama, todos ellos están de acuerdo con nuestra explicación. Ahora bien, lo que la investigación estadounidense por parte de James Comey parece estar tratando de decir, al menos públicamente, es que ellos perciben que o bien desde Rusia, o bien desde algún otro sitio, se realizó algo de piratería contra el DNC y otras instituciones estadounidenses. De hecho, las acusaciones apuntan a que las comunicaciones de varios miles de personas fueron interceptadas en esas operaciones.
AMY GOODMAN: Pero, ¿cómo sabe usted que no fue Rusia? ¿Cómo sabe usted que no se trata de un agente estatal, dado que generalmente usted afirma que desconoce quién le pasa los documentos?
JULIAN ASSANGE: Prestamos mucha atención a nuestras publicaciones. Tenemos la costumbre de llegar a una buena comprensión de las mismas. Así las cosas, no estamos dispuestos a entrar en detalles acerca de nuestra fuente, porque podría describir el tipo de persona de que se trata, el tipo de competencia en la que se encuentran, lo que podría ponerlos en riesgo. Pero hemos dicho claramente que nuestra fuente no es un miembro del Estado ruso. Ni siquiera el gobierno de Estados Unidos sugiere que nuestra fuente sea un miembro del Estado ruso. Lo que parece estar sucediendo es que existe la percepción de que se han interceptado las comunicaciones, o se ha intentado hacerlo, de miles de personas. Nada fuera de lo normal en cuanto a recopilación de inteligencia ante unas elecciones. Es de suponer que ha sido llevada a cabo por muchos Estados. Me sorprendería si eso no incluyera a Rusia. Y aquí están las publicaciones de WikiLeaks; lo que no hay es algo entre medias. Por lo tanto, se da el siguiente alegato: "Bien, si por un lado ha habido piratería, y por otro hay publicaciones, entonces deben estar directa, causal e intencionalmente relacionadas". Pero hasta ahora, no hay evidencia de ello.
JUAN GONZÁLEZ: Julian, quiero que escuchemos al congresista demócrata Adam Schiff hablando en una audiencia del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes el mes pasado.
ADAM SCHIFF: En julio, después de la convención, los primeros correos electrónicos robados que perjudicaban a Hillary Clinton aparecieron en WikiLeaks. Un hacker conocido bajo el apodo de Guccifer 2.0 asumió la responsabilidad por el pirateo del Comité Nacional Demócrata y la entrega de los documentos a WikiLeaks. Las principales firmas de seguridad cibernética privadas, incluyendo CrowdStrike, Mandiant y ThreatConnect, revisaron las pruebas derivadas del pirateo y llegaron a la conclusión, con alto grado de certeza, de que se trataba del trabajo de APT 28 y APT 29, que son conocidos por ser servicios de inteligencia rusos. La comunidad de inteligencia estadounidense también confirmó posteriormente que los documentos fueron, en efecto, robados por la inteligencia rusa, y que Guccifer 2.0 actuó como una fachada. También a finales de julio el entonces candidato Trump elogió a WikiLeaks, dijo que los adoraba, y apeló abiertamente a los rusos a que hackearan los correos electrónicos de su oponente, diciéndoles que serán generosamente recompensados por la prensa.
JUAN GONZÁLEZ: Escuchábamos al congresista Adam Schiff. Julian, me pregunto si podría dar respuesta a algunas de las cosas que Schiff afirma en esa declaración.
JULIAN ASSANGE: El Sr. Schiff es un congresista demócrata tratando de promover una especie de fervor neomacartista con el fin de distraer la atención del épico fracaso de Hillary Clinton y el equipo demócrata cuando perdieron, de entre todas las personas, contra Donald Trump. Así que no es particularmente interesante. Creo que deberíamos mirar atrás y situar las cosas en contexto. El gobierno de Estados Unidos, desde 1950, ha intervenido en 81 elecciones o, como diría Schiff, ha interferido en 81 elecciones. Y eso sin incluir los golpes de Estado que han derrocado gobiernos. Así que Estados Unidos tiene una larga historia de este tipo de actuaciones por todo el mundo, de modos infames, y, más recientemente, con la supuesta interferencia en las elecciones de Israel. Por lo tanto, creo que deberíamos comprender que Estados Unidos no se encuentra en posición de acusar a otro de intentar interferir o influir en los resultados electorales. Pero vayamos a lo que es el verdadero meollo de esta cuestión. ¿De qué modo se supone que Rusia ha interferido en el proceso electoral en Estados Unidos? Por un lado se afirma que hubo una serie de hackeos, lo cual es un proceso habitual de recopilación de inteligencia, en la medida en que eso se pueda comprobar, y unos pocos sitios web extremadamente ineficaces, tales como DC Leaks o Guccifer 2.0, a los que en realidad nadie prestó atención; por otro están nuestras publicaciones, a las que la gente sí prestó atención. Ahora bien, ¿qué contienen nuestras publicaciones? Pues bien, desde nuestra perspectiva, simplemente publicamos, de manera precisa y justa, lo que Hillary Clinton reconoció como sus posturas en sus discursos secretos ante Goldman Sachs; y las informaciones relacionas con el Comité Nacional Demócrata y su intento de manipular las elecciones primarias para excluir de ellas a Bernie Sanders. Así las cosas, en el centro de este asunto se encuentra la cuestión de si a la gente se les dijo la verdad sobre Hillary Clinton y el CND. Si no hubiera habido una verdad amarga al respecto, todo esto no habría marcado una diferencia, pero había una verdad amarga. Y nosotros la publicamos de forma justa y precisa. Ahora bien, nuestra fuente no era del Estado ruso. Pero si hubiera venido de algún Estado, ¿habríamos ocultado esa información antes de unas elecciones?, ¿o la habríamos publicado de forma justa y precisa? Por supuesto que la habríamos publicado.
JUAN GONZÁLEZ: Bueno, pero, Julian, quería preguntarle algo en relación a lo que ha dicho. Hemos tenido a otros invitados, por ejemplo, Scott Horton, que han afirmado que efectivamente Estados Unidos ha estado involucrado en los intentos de desestabilización de gobiernos y ha derrocado a gobiernos del mundo entero. Pero Horton dice que hay una diferencia entre lo que Rusia intentó hacer y si alguien en el equipo de Trump colaboró con Rusia o ayudó o cooperó o tuvo conversaciones con los rusos a medida que ellos intentaban desestabilizar las elecciones en Estados Unidos. Y Scott Horton afirma que sería definitivamente una cuestión problemática para Trump. Me pregunto cuál es su opinión acerca de todo esto.
JULIAN ASSANGE: Yo estaría de acuerdo. Eso sería algo interesante y poco frecuente. No creo que sea verdad. Creo que es interesante que, desde el principio, Trump y gente alrededor de él tomaran una postura de acercamiento hacia Rusia, un postura muy fuerte de acercamiento hacia Rusia, y no la postura tradicionalmente republicana. Creo que eso es interesante. No deja de ser compatible con las declaraciones de Trump remontándonos en el tiempo. Pero me sorprendería si esto resultara en algo relevante. ¿Por qué digo eso? Bueno, Trump tuvo muy poco éxito con los negocios en Rusia. No ha logrado construir un solo hotel en ese país. Hasta donde se puede comprobar, no ha conseguido realizar ningún buen negocio en Rusia. Y cuando le vimos haciendo declaraciones durante la campaña electoral del tipo: "Oye, Rusia, si tienes esos correos electrónicos, dáselos a nuestra prensa. Van a agradecerlo mucho"; cuando se escuchan afirmaciones como esta, no es la clase de declaración que uno hace si ya cuenta con un canal de comunicaciones y ya está involucrado en una conspiración activa. Para gente como Paul Manafort, que es el tipo de persona perfectamente capaz de participar en, digamos, actividades dudosas, y tienen un largo historial de trabajo para diversos partidos de diferentes maneras. ¿Pidieron ellos apoyo a través de Paul Manafort? Tal vez. Pero si nos fijamos en el nivel superior, que integra a Trump, lo que veo es una gran debilidad, una incapacidad para conseguir que cualquier negocio llegue a completarse en Rusia.
AMY GOODMAN: Mientras que es posible o no que Trump tenga inversiones en Rusia, lo que está muy claro es que los oligarcas en Rusia lo rescataron por una suma de decenas de millones de dólares, si no más, en Estados Unidos, cuando él estaba construyendo edificios, habiéndose declarado en quiebra en repetidas ocasiones, con dificultades para conseguir una línea de crédito, en lugares como mismamente cerca de los estudios de Democracy Now!, con Trump SoHo, un importante proyecto de construcción en el sur de Manhattan. Pero yo quisiera que volviéramos al congresista demócrata Adam Schiff hablando en una audiencia del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes el mes pasado. REPS.
ADAM SCHIFF: El 8 de agosto, Roger Stone, un veterano asesor político de Trump y autoproclamado sucio estafador político, alardeó en un discurso que se había comunicado con Assange y que más documentos estarían de camino, incluyendo una sorpresa en octubre. A mediados del mes de agosto, también se comunicó con el mediador de Rusia Guccifer 2.0 y con los autores de un artículo de Breitbart que deniega los vínculos de Guccifer con la inteligencia rusa. Más tarde, en agosto, Stone hizo algo verdaderamente sorprendente al predecir que los correos electrónicos personales de John Podesta serían pronto publicados. "Confíen en mí", dijo, "pronto le llegará el momento a Podesta, #CrookedHillary (#HillaryRetorcida)". En las semanas posteriores, Stone mostró una clarividencia llamativa: "Tengo plena confianza en que WikiLeaks y mi héroe, Julian Assange, educarán al pueblo estadounidense pronto", dijo, utilizando la etiqueta, "#LockHerUp" (#Enciérrenla). "Se acerca una carga explosiva", predijo. Y dos días más tarde, así ocurrió: WikiLeaks publica su primer lote de mensajes de correo electrónico de Podesta. La publicación de los correos electrónicos de John Podesta continuó después produciéndose a diario hasta las elecciones.
AMY GOODMAN: Este es el asesor de Trump, Roger Stone, hablando el 8 de agosto. REPORTERO: Bien, en relación a la sorpresa de octubre, ¿cuál sería su previsión al respecto, dado lo que Julian Assange ha dado a entender que va a hacer?
ROGER STONE: Bueno, podría ser cualquier cosa. De hecho, me he comunicado con Assange. Creo que el próximo tramo de los documentos que publique están relacionados con la Fundación Clinton. Sin embargo, no se sabe lo que puede ser la sorpresa de octubre.
AMY GOODMAN: Ese era Roger Stone hablando el 8 de agosto en el condado de Broward, Florida. ¿Podría usted, Julian, dar una respuesta sustancial a lo que están diciendo, y explicar cuál es su relación con Roger Stone?
JULIAN ASSANGE: Bueno, yo no quiero hacer apología de esta gente pero, de verdad, la política de partidos estadounidense es algo de lo que todos se deberían alejar: el establecimiento de estas dos polaridades por parte de diferentes élites que luego succionan toda la energía política en el país. Bueno, pero podemos hablar un poco más adelante acerca de lo que ha sucedido con el gobierno de Trump y con este proceso fascinante que hemos estado viendo acerca de cuántos días tarda el sector de la seguridad en digerir a un presidente. Parece que la respuesta es algo así como 75 días. Respecto a Roger Stone, nunca me he comunicado con ese tipo, y él nunca se ha comunicado conmigo, excepto recientemente para decir: "¿Qué haces diciendo que nos hemos comunicado? Por favor, explícate, porque, de acuerdo a nuestros registros, no lo hemos hecho". Él se ha insertado a sí mismo brillantemente en esta ecuación. Ahora, recordemos que Stone fue expulsado en 2015 de la campaña de Trump. Cuando WikiLeaks estaba ocupado con sus publicaciones que exponen la intromisión en el proceso de las primarias en el comité demócrata, eso fue lo más grande en el radar político de ese período de tiempo. Y así, Stone, que no tenía cabida en ningún sitio, decidió sugerir que tenía contacto con nosotros. Pero analicemos sus predicciones. Predijo que nuestras publicaciones iban a ser acerca de la Fundación Clinton. Estaba equivocado. Todas sus otras predicciones, a pesar de ser exactas, son declaraciones que nosotros hicimos públicas. Dijimos que teníamos información sobre Hillary Clinton y que la íbamos a publicar. Por lo tanto, cuando escuchamos a Adam Schiff comentando que Roger Stone dijo que las publicaciones de WikiLeaks iban a producirse, nosotros dijimos en entrevistas de televisión que teníamos publicaciones acerca de Hillary Clinton en camino. Stone predijo que íbamos a publicarlas el 4 de octubre. Nosotros no publicamos el 4 de octubre. Ese día era nuestro 10º aniversario, etc. Literalmente, no existen predicciones que él haya hecho en relación a nosotros que se hayan hecho realidad, fuera de las que eran públicas. Por lo tanto, creo que es preciso admirar el descaro de la forma en que ha jugado dentro de sus deseos demócratas para ver una conexión, y cómo lo ha aprovechado con el fin de vender sus libros y con el fin de ganar protagonismo: es impresionante. Él simplemente pone a disposición un trozo de cebo que él cree que la prensa alineada con los demócratas picará servilmente y pone el gancho en su boca.
AMY GOODMAN: Julian, vamos a hacer una pausa.
JULIAN ASSANGE: Porque le conviene a él.
AMY GOODMAN: Pero vamos retomar esta conversación. Julian Assange, fundador y editor jefe de WikiLeaks, nos habla desde el interior de la embajada de Ecuador en Londres, donde ha permanecido encerrado desde hace casi cinco años. Esto es Democracy Now! Volveremos con Julian en un momento.
Traducido por Carolina Flórez. Editado por Igor Moreno y Democracy Now! en Español.
Tomado de democracynow.org/
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