Por: Juan Pablo Durán
Presentación en el Seminario Internacional New Economy, 21 y 22 de Marzo de 2019. Ibser
Preliminar
"New, sí, nuevo, nuevos vientos empiezan a soplar, está vez por cuenta de la corriente denominada nueva economía. ¿Que tiene de nuevo? ¿Acaso no es suficiente con enterarse de primera mano de los científicos de sus hechos promoteicos de producir jugo de naranja sin la naranja, sin la necesidad del árbol? Pues sí que es posible, en la Universidad de Antioquia se adelanta la investigación, con las uñas pero lo están haciendo, que si el empresariado apoyara se darían todas las condiciones para ser innovadores reales, sin la demagogia engañosa acostumbrada. ¿Y acaso no es nuevo escuchar que pronto tendremos en nuestro paladar la carne sintética, igual o mejor que la que se despelleja del ganado sacrificado? Sí, ya es un hecho, pronto estará en los paladares. Y no hablemos de las soluciones de vivienda para todos, incluidos los sin techo, con las impresiones 3D de las construcciones. O de la posibilidad de producir en laboratorio alimentos de forma masiva a bajos costos, prometiendo aliviar el hambre a esos más de mil millones de humanos que no pasan bocado durante días. Y lo mejor, se avisora grandes soluciones ambientales para el mundo, que como ha de saberse, la producción animal es la más contaminante y nefasta en el planeta. Pero lo novedoso y quizá lo evidente no para allí, resulta que la nueva economía viene en clave de trabajo colaborativo, la solidaridad es más grandiosa y prometedora que la lógica del egoísta capitalista que todo lo acumula para su propio beneficio, se ahoga en su propia glotonería, no comparte con el marginal hambriento y miserable. Esta dinámica económica va por delante de los gobiernos, incluso no los necesita, esos desarrollos tecnológicos van con fuerza de tornado. Hoy son los políticos que van sumisos por recursos donde los empresarios. Estos cambios no requieren de políticas públicas o si las requieren se las proveen y las imponen a los gobiernos. Todo ello, si se aprovecha para lo mejor, esto es, ciudadanos éticos solidarios, responsables de sí, pueden presincidir de los gobiernos o al menos hacerse a los propios a la medida de sus necesidades, es decir, a mayor ética menos gobierno. Si sabemos cuidar de nosotros mismo no se requiere de amos, o de necesitarse sería algo barrial o regional diría Borges. La palabra recurrente en este preliminar es prometeico... prometeico digo porque los que peinamos canas no veremos su realización. En fin, esto venidero y esperanzador nos motiva a publicar esta Conferencia del evento.” Colombiakrítica
Hace casi diez años un grupo de personas nos soñamos la fundación IBSER como una herramienta para transferir los mejores conocimientos y tecnologías del mundo a Colombia.
Nos dimos cuenta que no era suficiente.
No es suficiente porque estamos viviendo cambios que no percibía la humanidad hace trecientos años. Ya no se trata de transferir conocimientos, se trata de afrontar el futuro con la responsabilidad de quienes inventan el futuro.
El término “Cuarta Revolución Industrial” ha sido promovido exitosamente por el Foro Económico Mundial. Sin embargo, el término es un poco engañoso:
Primero porque después de la primera revolución industrial nunca antes se habían cambiado las bases de toda sociedad que son el trabajo, la familia y el Estado. Las tres cosas están cambiando hoy y desde hace quinientos años esta es la segunda vez que pasa (no la cuarta).
Segundo, el término es engañoso porque está revolución a diferencia de las anteriores no es necesariamente industrial propiamente dicha, o no lo es por lo menos en el sentido ortodoxo. De hecho uno de los sectores que ha caído en desgracia con esta nueva realidad es la industria tradicional y sus lógicas laborales.
Hoy estamos viviendo una verdadera revolución. Una revolución de fondos y no de formas. Medellín puede ganarse premios de muchas formas, pero eso no quiere decir que la ciudad realmente esté preparada de fondo para los cambios que vienen.
Debemos preguntarnos: ¿Están los trabajadores de Medellín preparados para los trabajos digitales de la nanotecnología, el internet de las cosas, del blockchain, del machine Learning, de la biotecnología, de la robótica, y de la fabricación digital?. ¡Todos los datos reales y de fondo al respecto sugieren un gran NO!
¿Está la sociedad antioqueña preparada para los cambios en la familia que trajo la revolución de la autoconcepción? ¿Es nuestro nivel de machismo, conservadurismo e hipocresía lo suficientemente abierto como para respetar las decisiones y comportamientos sexuales de los individuos? Juzguen ustedes.
¿Está nuestra ciudadanía lo suficientemente educada para hacer veeduría, exigir cambios, ser políticamente activa y tener el suficiente pensamiento crítico como para no ser objeto de manipulación mediática y por redes sociales? ¿Vemos a los gobernantes como nuestros trabajadores o como nuestros jefes? ¿Exigimos de ellos respeto y resultados? Todas estas preguntas quedan abiertas para que ustedes mismos las respondan.
El IBSER es una fundación con agenda, con pensamiento y proyectos propios que queremos hacer con toda la sociedad, pero que llevaremos a cabo con nuestros aliados. Invitamos a este seminario no para transferir conocimientos. El IBSER cambió. Lo que queremos es invitarlos a ser aliados en nuestros proyectos.
En la entrada de este seminario vieron a ColombiaX. La plataforma nacional de educación de Colombia hace parte del proyecto disruptivo más importante que se ha generado en el mundo de hoy en términos educativos. En el hall encuentran a Global, una startup de tecnología que tiene como objetivo que todos entremos en la economía del conocimiento.
Aquí nos acompañan aliados internacionales y nacionales que están comprometidos con nuestra misma visión de futuro. Queremos una sociedad donde las oportunidades sean para todos. Donde lo que valga no es tu apellido sino tu esfuerzo, creatividad y proactividad. Donde no seamos solo usuarios de la tecnología como proponen algunos, sino cocreadores de tecnología.
Nos han enseñado por mucho tiempo a obedecer, el IBSER es un proyecto para aquellos que quieren gobernarse y gobernar.
Hace poco fui invitado a hacer parte del Proyecto Antioquia 2050. Es un proyecto para visionar a Antioquia en los próximos treinta años, algo así como una prospectiva del departamento. Con sólo pensarlo se me encrespó la piel.
Nuestra economía se basa en la especulación financiera, la minería y la producción de materias primas con poco valor agregado. La mayoría de las personas, ni siquiera los estudiantes de clase media tienen posibilidad de trabajar en empresas y sectores de alto valor agregado.
Ni siquiera en los programas académicos que se supone tecnológicos están al nivel. Nuestros ingenieros saben poco o nada de computación en la nube que es una tecnología que existe desde los noventas. En nuestras universidades les siguen enseñando a los estudiantes sólo a usar servidores de lata, a comprar y botar basura.
A nuestros sicólogos les estamos enseñando a manejar los recursos humanos de empresas tradicionales, pero en los países avanzados el robot Vera ya hace el 80% de ese trabajo a bajo costo para las principales compañías de EEUU, China, e India.
A nuestros médicos les enseñan a diagnosticar enfermedades que hoy son diagnosticadas de una mejor manera por artefactos hechos de Big Data y Machine Learning en EEUU y el Reino Unido.
En nuestro país estamos deforestando los bosques para que puedan pastar más vacas mientras en Israel reciben inversiones de China y EEUU para reproducir 10.000 toneladas de carne en laboratorio usando solo un pedazo de tejido animal.
Los niños de nuestro campo quieren ser conductores, mecánicos, o taxistas en el tiempo de carros autodirigidos, automatización industrial y Uber.
Los gobiernos siguen levantando moles de cemento para enseñar computadores mientras que en empresas como Global contratamos ingenieros que aprendieron a programar en línea a través de cursos baratos o gratuitos…
La verdad es que tenemos una crisis de liderazgo que nos sigue condenando al subdesarrollo. Si queremos salir del atraso debemos liderar nosotros mismos.
No hablamos de la cuarta revolución industrial porque queramos dárnoslas de futuristas. Hablamos del futuro porque sino despertamos, perecemos.
Las grandes empresas tradicionales se están quebrando, las instituciones educativas se están volviendo irrelevantes, y la sociedad viene cambiando a pasos agigantados.
La cuarta revolución industrial es para todos o no será para nadie. La visión individualista, especuladora y consumista nos está llevando a la autodestrucción.
Debemos cambiar urgente, debemos cambiar ya. Debemos pensar en sociedad. Debemos hacer parte del futuro.
¿Cual es la solución?
Debemos hacer parte de las redes globales de innovación y participar de las cadenas de valor globales que aún se están conformando. De esta manera podemos también hacer investigación, crear productos innovadores y hacer parte activa, no pasiva, de esta cuarta revolución industrial.
Para eso es el IBSER… Juntos podemos!
Muchas gracias!
Marzo 22 de 2019.
Juan Pablo Durán Ortiz
Economist and Master of Science in Finance. Eafit University (Colombia).
Master of Science in Urban Studies and Planning. MIT (US).
Master of Science in Urban Studies and Planning. MIT (US).
Presentación en el Seminario Internacional New Economy, 21 y 22 de Marzo de 2019. Ibser
Preliminar
"New, sí, nuevo, nuevos vientos empiezan a soplar, está vez por cuenta de la corriente denominada nueva economía. ¿Que tiene de nuevo? ¿Acaso no es suficiente con enterarse de primera mano de los científicos de sus hechos promoteicos de producir jugo de naranja sin la naranja, sin la necesidad del árbol? Pues sí que es posible, en la Universidad de Antioquia se adelanta la investigación, con las uñas pero lo están haciendo, que si el empresariado apoyara se darían todas las condiciones para ser innovadores reales, sin la demagogia engañosa acostumbrada. ¿Y acaso no es nuevo escuchar que pronto tendremos en nuestro paladar la carne sintética, igual o mejor que la que se despelleja del ganado sacrificado? Sí, ya es un hecho, pronto estará en los paladares. Y no hablemos de las soluciones de vivienda para todos, incluidos los sin techo, con las impresiones 3D de las construcciones. O de la posibilidad de producir en laboratorio alimentos de forma masiva a bajos costos, prometiendo aliviar el hambre a esos más de mil millones de humanos que no pasan bocado durante días. Y lo mejor, se avisora grandes soluciones ambientales para el mundo, que como ha de saberse, la producción animal es la más contaminante y nefasta en el planeta. Pero lo novedoso y quizá lo evidente no para allí, resulta que la nueva economía viene en clave de trabajo colaborativo, la solidaridad es más grandiosa y prometedora que la lógica del egoísta capitalista que todo lo acumula para su propio beneficio, se ahoga en su propia glotonería, no comparte con el marginal hambriento y miserable. Esta dinámica económica va por delante de los gobiernos, incluso no los necesita, esos desarrollos tecnológicos van con fuerza de tornado. Hoy son los políticos que van sumisos por recursos donde los empresarios. Estos cambios no requieren de políticas públicas o si las requieren se las proveen y las imponen a los gobiernos. Todo ello, si se aprovecha para lo mejor, esto es, ciudadanos éticos solidarios, responsables de sí, pueden presincidir de los gobiernos o al menos hacerse a los propios a la medida de sus necesidades, es decir, a mayor ética menos gobierno. Si sabemos cuidar de nosotros mismo no se requiere de amos, o de necesitarse sería algo barrial o regional diría Borges. La palabra recurrente en este preliminar es prometeico... prometeico digo porque los que peinamos canas no veremos su realización. En fin, esto venidero y esperanzador nos motiva a publicar esta Conferencia del evento.” Colombiakrítica
Hace casi diez años un grupo de personas nos soñamos la fundación IBSER como una herramienta para transferir los mejores conocimientos y tecnologías del mundo a Colombia.
Nos dimos cuenta que no era suficiente.
No es suficiente porque estamos viviendo cambios que no percibía la humanidad hace trecientos años. Ya no se trata de transferir conocimientos, se trata de afrontar el futuro con la responsabilidad de quienes inventan el futuro.
El término “Cuarta Revolución Industrial” ha sido promovido exitosamente por el Foro Económico Mundial. Sin embargo, el término es un poco engañoso:
Primero porque después de la primera revolución industrial nunca antes se habían cambiado las bases de toda sociedad que son el trabajo, la familia y el Estado. Las tres cosas están cambiando hoy y desde hace quinientos años esta es la segunda vez que pasa (no la cuarta).
Segundo, el término es engañoso porque está revolución a diferencia de las anteriores no es necesariamente industrial propiamente dicha, o no lo es por lo menos en el sentido ortodoxo. De hecho uno de los sectores que ha caído en desgracia con esta nueva realidad es la industria tradicional y sus lógicas laborales.
Hoy estamos viviendo una verdadera revolución. Una revolución de fondos y no de formas. Medellín puede ganarse premios de muchas formas, pero eso no quiere decir que la ciudad realmente esté preparada de fondo para los cambios que vienen.
Debemos preguntarnos: ¿Están los trabajadores de Medellín preparados para los trabajos digitales de la nanotecnología, el internet de las cosas, del blockchain, del machine Learning, de la biotecnología, de la robótica, y de la fabricación digital?. ¡Todos los datos reales y de fondo al respecto sugieren un gran NO!
¿Está la sociedad antioqueña preparada para los cambios en la familia que trajo la revolución de la autoconcepción? ¿Es nuestro nivel de machismo, conservadurismo e hipocresía lo suficientemente abierto como para respetar las decisiones y comportamientos sexuales de los individuos? Juzguen ustedes.
¿Está nuestra ciudadanía lo suficientemente educada para hacer veeduría, exigir cambios, ser políticamente activa y tener el suficiente pensamiento crítico como para no ser objeto de manipulación mediática y por redes sociales? ¿Vemos a los gobernantes como nuestros trabajadores o como nuestros jefes? ¿Exigimos de ellos respeto y resultados? Todas estas preguntas quedan abiertas para que ustedes mismos las respondan.
El IBSER es una fundación con agenda, con pensamiento y proyectos propios que queremos hacer con toda la sociedad, pero que llevaremos a cabo con nuestros aliados. Invitamos a este seminario no para transferir conocimientos. El IBSER cambió. Lo que queremos es invitarlos a ser aliados en nuestros proyectos.
En la entrada de este seminario vieron a ColombiaX. La plataforma nacional de educación de Colombia hace parte del proyecto disruptivo más importante que se ha generado en el mundo de hoy en términos educativos. En el hall encuentran a Global, una startup de tecnología que tiene como objetivo que todos entremos en la economía del conocimiento.
Aquí nos acompañan aliados internacionales y nacionales que están comprometidos con nuestra misma visión de futuro. Queremos una sociedad donde las oportunidades sean para todos. Donde lo que valga no es tu apellido sino tu esfuerzo, creatividad y proactividad. Donde no seamos solo usuarios de la tecnología como proponen algunos, sino cocreadores de tecnología.
Nos han enseñado por mucho tiempo a obedecer, el IBSER es un proyecto para aquellos que quieren gobernarse y gobernar.
Hace poco fui invitado a hacer parte del Proyecto Antioquia 2050. Es un proyecto para visionar a Antioquia en los próximos treinta años, algo así como una prospectiva del departamento. Con sólo pensarlo se me encrespó la piel.
Nuestra economía se basa en la especulación financiera, la minería y la producción de materias primas con poco valor agregado. La mayoría de las personas, ni siquiera los estudiantes de clase media tienen posibilidad de trabajar en empresas y sectores de alto valor agregado.
Ni siquiera en los programas académicos que se supone tecnológicos están al nivel. Nuestros ingenieros saben poco o nada de computación en la nube que es una tecnología que existe desde los noventas. En nuestras universidades les siguen enseñando a los estudiantes sólo a usar servidores de lata, a comprar y botar basura.
A nuestros sicólogos les estamos enseñando a manejar los recursos humanos de empresas tradicionales, pero en los países avanzados el robot Vera ya hace el 80% de ese trabajo a bajo costo para las principales compañías de EEUU, China, e India.
A nuestros médicos les enseñan a diagnosticar enfermedades que hoy son diagnosticadas de una mejor manera por artefactos hechos de Big Data y Machine Learning en EEUU y el Reino Unido.
En nuestro país estamos deforestando los bosques para que puedan pastar más vacas mientras en Israel reciben inversiones de China y EEUU para reproducir 10.000 toneladas de carne en laboratorio usando solo un pedazo de tejido animal.
Los niños de nuestro campo quieren ser conductores, mecánicos, o taxistas en el tiempo de carros autodirigidos, automatización industrial y Uber.
Los gobiernos siguen levantando moles de cemento para enseñar computadores mientras que en empresas como Global contratamos ingenieros que aprendieron a programar en línea a través de cursos baratos o gratuitos…
La verdad es que tenemos una crisis de liderazgo que nos sigue condenando al subdesarrollo. Si queremos salir del atraso debemos liderar nosotros mismos.
No hablamos de la cuarta revolución industrial porque queramos dárnoslas de futuristas. Hablamos del futuro porque sino despertamos, perecemos.
Las grandes empresas tradicionales se están quebrando, las instituciones educativas se están volviendo irrelevantes, y la sociedad viene cambiando a pasos agigantados.
La cuarta revolución industrial es para todos o no será para nadie. La visión individualista, especuladora y consumista nos está llevando a la autodestrucción.
Debemos cambiar urgente, debemos cambiar ya. Debemos pensar en sociedad. Debemos hacer parte del futuro.
¿Cual es la solución?
Debemos hacer parte de las redes globales de innovación y participar de las cadenas de valor globales que aún se están conformando. De esta manera podemos también hacer investigación, crear productos innovadores y hacer parte activa, no pasiva, de esta cuarta revolución industrial.
Para eso es el IBSER… Juntos podemos!
Muchas gracias!
Marzo 22 de 2019.
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