Por Mauricio Castaño H
Historiador
Colombiakrítica

El Cuerpo sin Órganos, sin una organización que lo ate, que lo mantenga aprisionado, sin ninguna sujeción a los dictámenes conductistas o psicológicos en donde todo lo reducen a una interpretación que suele ser la del Edipo, la del falo o de la vagina. Nada de eso, más bien se lucha contra esos encajonamientos y se de vía libre al deseo no como castración ni como carencia sino más bien como producción de flujos aquí y allá, la imaginación es cantera de esos flujos de deseos, de devenir, ora soy un lobo, ora Caperucita, y así en una infinidad de existencias que me atraviesan, que soy. Estas breves líneas quieren motivar la lectura de Deleuze. Nos inspiramos en el libro Mil Mesetas.

Así como el capitalismo tiene flujos de caja, así mismo nos devienen flujos de deseo no reducidos a carencias o a la tristeza de la interpretación del psiconalista en el diván. Por ejemplo, tomemos cómo la organización capitalista nos encuadra y nos determina y nos corta los flujos de deseos por los cuales quisiéramos devenir libres en todo aquello que se nos venga en gana. Sí, el capitalismo es una formación social que nos prepara toda la vida: al niño se lo envía a la escuela, al joven al ejército primero y luego a la fábrica, y a quien desobedezca será enviado a la cárcel o al manicomio. 

Esto era lo habitual, estos eran los santuarios del gran encierro, hoy son otros los espacios de la llamada sociedad de control. A manera de ejemplo, con la conquista española los indígenas fueron violentamente sometidos a nuevo régimen y a su nueva lógica. Los aborígenes fueron tomados a la fuerza, como esclavos, antes sus vidas se debían a sus cosmogonías, su ocio era de alta estima, su trabajo era para satisfacer la vida, por eso no había una fiebre desaforada por una acumulación en sí misma, eran todo lo contrario a la corona española que cifraron como fin en sí mismo la acumulación del oro.

Para ver estos dispositivos por los cuales somos apresados, tales como la forma Organización, el imperialismo de la significancia psicoanalítica y la construcción de la persona o del sujeto o subjetivación. Citemos a Deleuze: "Consideremos los tres grandes estratos que se relacionan con nosotros, es decir, aquellos que nos atan más directamente: el organismo, la significancia y la subjetivación. La superficie de organisina, el ángulo de significancia y de interpretación, el punto de sujetivacion o de sujeción. Serás organizado, serás un organismo, articularán tu cuerpo - de lo contrario serás un depravado- Serás sujeto y fijado como tal, sujeto de enunciación aplicado sobre un sujeto de enunciado - de lo contrario serás un vagavundo-. En Mil Mesetas p. 164

Somos fuerza de producción de deseo " el cuerpo sin órganos es el campo de inmanencia del deseo, el plan de consistencia propio del deseo (justo donde el deseo de define como proceso de producción, sin referencia a ninguna instancia externa, carencia que vendría a socavarlo, placer que vendría a colmarlo)" en Mil Mesetas p. 159. Allí nada hay que interpretar, nada de psicoanálisis buscadores de su hoyo vaginal o del falo. Nada del deseo como carencia vuelto axioma o ley común. El deseo es una máquina productora de flujos… por ejemplo, el masoquista utiliza el sufrimiento para darse un placer ininterrumpido. Volvamos a citar a Deleuze: "En resumen, el masoquista utiliza el sufrimiento como un medio para constituir un cuerpo sin órganos y aislar un plan de consistencia del deseo. (...). Veamos ahora el caso del masoquista que no ha pasado por el psicoanálisis: 'PROGRAMA… Embriagar la noche, y atar las manos fuertemente, bien a la cadena del freno, bien al gran corsé, nada más salir del baño. Poner todo el arnés sin pérdida de tiempo, las tiendas y las empulgueras, atar las empulgueras al arnés. Encerrar la verga en un estuche de metal. Tirará de las riendas dos horas durante el día, por la noche a voluntad del amo. Reclusión durante tres o cuatro días, con las manos siempre atadas, las riendas tensas y distendidas. El amo nunca se acercará a su caballo sin su fusta, y hará uso de ella cada vez. Sí la impaciencia o la rebelión del animal se manifestase, se tensarían las riendas fuertemente, el amo cogería las bridas y dará una severa corrección al animal.' 160

Construirse un cuerpo sin órganos es hacerse a una ética y una estética propias que nos permite liberarnos, hacer nuestra propia liberación de esas fuerzas que nos quieren con ataduras. Estos renglones quieren ser una invitación de indagación deleuziana. 

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