mauricio castano h
Historiador
Colombiakritica


Si la democracia con todos sus años de existencia, el Est
ado con todas sus instituciones que prometen bienestar general, y para no dejar por fuera a la Razón, a los enciclopedistas o la Ilustración Francesa, todos ellos alzaron sus banderas proclamando lo mejor de lo mejor para el mundo, para la humanidad pero tanta dicha no era tal. Nadie discute los avances o progresos habidos, los logros en salud, higiene, condiciones materiales de la existencia humana, por ejemplo hoy la espectativa de vida es mayor a la de hace un siglo o la de tiempos más remotos, de 85 para las damas, de 75 para los machos, hoy puede decirse que la población mundial usa calcetines o que ingiere como mínimo un alimento por día. En tiempos, en épocas pasadas tal como la Antigüedad, la Edad Media o en los inicios del Estado o Sociedad Moderna ello no era posible, las hambrunas, las epidemias, las guerras dejaban montañas de cadáveres en lugares del olvido de Dios y en la resignación tonta generalizada. Reconocemos lo mejor y lo peor, reconocer tan sólo lo calamitoso es lloriqueo de quién duerme bien y de algo ha de quejarse.

Si bien ello es cierto, tampoco ha de desconocerse que los progresos hechos por la humanidad no se reflejan de la misma manera progresiva en ella misma, las máquinas liberaron fuerza humana pero su generación de riqueza no se reflejó en bienestar o inversión de esos brazos caídos o cesantes. Para resumir las riquezas generadas por los inventos en ciencia y tecnología, por la líbido humana no se distribuyen sino que por el contrario generaron más concentración de riqueza en ese 1% de la población más rica.

Una pregunta surge en torno a los conglomerados humanos, cómo gestionarlos toda vez que las naciones o las llamadas patrias no son ya pertinentes, no han servido sino como pretexto para la carnicería humana, las guerras, pelalearse por la patria ya es cosa obsoleta que alimenta a los vampiros capitalistas. Hoy es más apropiado hablar de ciudadanos del mundo, la internet hace posible la ubicuidad y si vamos más allá, a todos nos asiste un mismo origen, una misma raíz africana de dónde nos desprendimos para poblar el globo terráqueo y nuestro vecino continental es nuestro primo más cercano.

Volviendo a la inquietud con la que iniciamos, el problema está es qen en haya distribución de los bienes generados y de gestionar otras formas inteligentes del Territorio para evitar la acumulación de Poder y el pulular del demagogo político. Es una posible salida al atolladero en el que estamos.


You can leave a response , or trackback from your own site.

0 Response to " Una Salida "

Publicar un comentario

Formemos Red

Preferencias de los Lectores

Todos los Escritos

Rincón Poético

Seguidores