Diciembre y su Tedio

Por Mauricio Castaño H
Historiador
Colombiakrítica 

Diciembre y su tedio Época de excesos y frenetismo. Todos van y vienen con la prisa de un ritmo mercantil, el mejor traje a estrenar, el mejor regalo para compensar carencias y tristezas de los meses pasados. Bien se dice con Bataille que el principio de la economía es el gasto y no el ahorro, la circulación con sus intercambios, interconexiones aviva el ser social. Todo es desfogue, todos van a prisa, quizás corren tras algo inaprensible, precisan de quemar el año viejo con sus malas jugadas y las mejores apuestas por el venidero. Por lo demás, en desfogues de quemas y de lluvias de pólvora es herencia mafiosa en tierras antioqueñas.


Los dioses que juegan con los hombres en el paraíso como soborno y el infierno como amenaza. Todos corren a ponerse al día según mandan los ritmos y flujos sociales de costumbres, pasiones y deseos sociales que nos envuelven. El eterno retorno religioso que se repite cada año pero de manera diferente. Diferencia y repetición es una fórmula inteligente de la vida misma, todo se repite de manera diferente, nadie se baña en las mismas aguas de un río, todo fluye y todo cambia. El Eterno retorno es tiempo no propulsado.


La repetición se rompe con cada razón encontrada en cada amanecer para levantarse de la cama. Cada amanecer demanda despertarse para enfrentar el día que se viene, devenir experiencias inéditas, la misma gente, la misma ciudad, el mismo trabajo pero todo tan diferente, todo se repite pero de diferente manera, si todo fuera igual enloqueceríamos. Lo diferente viene a bien con lo que está por venir, con el devenir y con lo múltiple, todo el vivir es una caja de sorpresas: soy larva, ahora soy oruga, pronto seré mariposa. Es un buen ejemplo de los devenires que a todos los seres nos asisten en esta aventura de nacer, morir, renacer o el ciclo de la metamorfosis en que todo cambia, todo tiene que ser nada, recordar la raíz etimológica de hombre, humus, tierra, bien resumida en el polvo eres y en polvo te convertirás.


Lo religioso mítico se revive año tras año no sin ser doblado por cada cultura a través de sus deseos, costumbres y pasiones. Pero el tedio no es ajeno por lo monótono y aburrido de lo mercantil que manipula las vidas al punto de convertirlas en viles y miserables, nada que trascienda los cuerpos y espíritus, por eso es diciembre y su tedio. Por lo pronto tendremos que esperar un devenir más edificante, de todas formas menos manipulado por lo peor de ciertos poderes. Algún día lo decembrino será menos tedioso.


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El Siglo Deleziano

 Por Mauricio Castaño H
Historiador
Colombiakrítica


Algún día el siglo será deleuziano. La expresión es de Michel Foucault. Pero ¿qué se quiere decir con esta afirmación? Desde luego que remitirse a Gilles Deleuze es asociarlo con conceptos que implican una manera de pensar y actuar diferente a como se acostumbra hacerlo con los sistemas binarios, matrices duales que sólo conducen a escoger uno de dos caminos: bueno o malo en el campo de la moral, significado o significante en el psicoanálisis, falso o verdadero en la ciencia, etc. Con Deleuze se tienen conceptos que nos liberan de esas matrices duales para adentrarnos por multiplicidades, devenires, flujos de deseos y pasiones, cuerpos sin órganos libres de sus funciones para devenires insospechados, es lo que se corrobora al abrir las páginas del libro Mil Mesetas. A renglón seguido una Meseta quiere decir regiones de intensidad continua que no deja interrumpirse por el exterior.


Cada meseta es un campo de intensidades, por ejemplo, allí uno explora y puede aseverar que nadie está a título individual en su propio cuerpo, no somos seres individuales, devenimos manadas, vivimos entre amigos que reafirman nuestras identidades. Los deseos, las creencias y las pasiones fluyen de pies a cabeza, todo el tiempo somos movimientos que giran y se escapan en líneas de fuga. Como en el amor: Todo amor es un ejercicio de despersonalización en un cuerpo sin órganos a crear. Extraer al ser amado de su grupo para atraerlo sólo hacia mí y luego juntos devenir en las propias manadas. El placer es la afección, es la posibilidad de encontrarse así mismo, es reterritorializarse. 


Nos liberamos de las funciones de los órganos para crear un cuerpo sin órganos, sólo flujos de amor, deseos, pasiones. Amor u odio son afectos. Y los afectos atraviesan el cuerpo, son armas de guerra. No me prives de amar. Ya no necesito mirarte a los ojos, los atravieso a nado. El placer es la afección, es la posibilidad de encontrarse así mismo, es reterritorializarse. El cuerpo sin órganos (cso) está Poblado por intensidades que pasan y circulan. Cso Es el campo de inmanencia del deseo. El deseo es un proceso de producción, de composición. Una sociedad se define por los flujos de deseos y creencias, por sus líneas de fuga.


Somos una multiplicidad sin objeto ni sujeto, solo determinaciones. Nos movemos sobre un plano trazando líneas, hacemos un plan provisional, nada que anuncie un control total, todo es provisional, dónde menos se piensa, salta la liebre, las variables nómadas están a la orden del día, todo plan está llamado al fracaso porque todo está inédito, todo se va haciendo al mismo tiempo de manera diferente, cada día trae su propio afán como solemos decir.


Se vive en medio de campos de fuerzas, de deseos, pasiones y creencias que se agencian para un devenir imprevisible, buen ejemplo es la pantera rosa que pinta todo de color rosa para volverse imperceptible. Los agenciamientos también definen al ser. El agenciamiento es aumento de dimensiones múltiples y cambia de naturaleza a medida que cambia de conexiones. Estamos en interconexiones todo el tiempo, todo pasa por el medio, por la piel, por una membrana, todo es mediación. Los seres como los libros funcionan con, hace pasar intensidades, vale preguntarse por las multiplicidades que introducen. El deseo no es pulsión interna, es agenciamiento. No es la organización, es la composición, movimiento y reposo, velocidad y lentitud, simbiosis, devenir ratón, devenir gato, devenir pájaro así juegan, así se metaforsean los niños en la escuela, en el jardín.


Así la vida son trazos, líneas trazadas sobre un plano provisional, nada está de manera definitiva. Nos movemos sobre un plano, vamos de un punto a otro cualquiera, multiplicidad de conexiones. Si nos proveemos de un plan es de manera provisional, es tan solo un punto de referencia, Deleuze llama plano de inmanencia,  pues todo plan está llamado al fracaso. Y cuando se habla de plan o de plano es un modo de conexión, líneas por acá, por allá, líneas fugaces, nada está hecho de manera definitiva. Somos pasajeros clandestinos de un viaje inmóvil.


Moverse todo el tiempo. La vida es movimiento, es agitación, desplazarse, uno se vierte en el afuera, se desterritorializa, somos seres múltiples.  La multiplicidad se define por el afuera, por sus líneas abstractas, de fuga. Esqueje, bifurcaciones, rizoma, multiplicidad. El rizoma conecta un punto con otro cualquiera.


Haceidades o intempestivo es poder de afectar y ser afectado. Inseparable de la niebla y la bruma. Relación de movimientos y partículas. Una haecceidad siempre está en el medio. Es plan de consistencia es el cso, relaciones de velocidad y lentitud, empresa de desubjetivacion. Estamos atrapados en segmentos de devenir. Devenir es el proceso de deseo, lo imperceptible es el final inmanente del devenir. El devenir no tiene ni principio ni fin, ni origen ni llegada, ni origen ni destino. El devenir es una antimemoria. Lo intempestivo es otro nombre de haecceidad.


Devenir conlleva a moverse siempre, una caja de sorpresas, estar pisando arenas movedizas. Uno no está seguro de estar suficientemente fuerte porque no se tiene un sistema, solo líneas y movimientos. Es el devenir, el siglo deleziano.


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Haecceidad

Por Mauricio Castaño H
Historiador
Colombiakrítica

Todos experimentamos  múltiples inquietudes de la existencia, tantas como culturas haya. Por el momento, a manera ilustrativa, se me ocurren las más comunes como son: creer que las vidas tienen un destino, que todo ser nace con un plan determinado, ejemplo muy ilustrativo es la creencia en el karma, en la reencarnación, creer que el ser es tan sólo un medio  que se sirve de un cuerpo y por tanto es comandado por otro ser y éste a su vez regido por un ser superior, por otra existencia para purgar responsabilidades vividas de otro ser en otras vidas pasadas. Es el sufrimiento que se encarna y se debe purgar en vida, por eso los hindúes son renuentes a los hospitales porque impiden, no permiten vivir el karma, pagar las penas que deben purgarse. 


Otras matrices más comunes, más populares que suponen un cierto determinismo al cual todos estamos sometidos, están referidas a los designios divinos del cristianismo, la vida que nos ha tocado vivir es tinglada por las manos de Dios que pone las notas, traza el derrotero por dónde debe conducirse la vida que nos ha tocado vivir. En fin, cualquiera sea la matriz cultural de creencias y costumbres, el vivir transcurre según los trazos designados por un ser o una fuerza superior.


Son estas creencias culturales o matrices más populares, más comunes que explican y vinculan la existencia con designios o vidas superiores como suele decirse de los dioses. Pero quiero resaltar otras formas ya filosóficas de leer esta aventura llamada vida. En particular quiero evocar la concepción filosófica de Deleuze en su libro Mil Mesetas en el capítulo Devenir. Allí se libera la vida de cualquier tipo de determinismo filosófico, religioso, mítico o biológico, en fin, se presenta la vida misma que se vive y actúa en un medio específico, es decir, el individuo tiene una participación en la vida, interactúa con otras realidades, otras fuerzas, seres, incluso ondas y micro partículas que satelitan en el entorno, en nuestro medio se dice los astros que confabulan a nuestro favor.


Un primer concepto es el devenir. El concepto devenir sugiere un algo que se va dando en el ser y en el medio, en el entorno liberado de cualquier determinismo biológico o fuerza superior, es en el medio favorable donde un ser desarrolla su vida. Dice Deleuze que «un devenir no es una correspondencia de relaciones como los órganos en un cuerpo. Pero tampoco es una semejanza, una imitación y, en última instancia, una identificación… El problema no es en modo alguno el de los órganos y las funciones, y un Plan transcendente que sólo podría dirigir su organización bajo relaciones analógicas y tipos de desarrollo divergentes. El problema no es el de la organización, sino el de la composición; no es el del desarrollo o de la diferenciación, sino el del movimiento y el reposo, la velocidad y la lentitud….»


Nos hacemos mediante las pasiones, los afectos, las fuerzas que fluyen «…. Nada sabemos de un cuerpo mientras no sepamos lo que puede, es decir, cuáles son sus afectos, cómo pueden o no componerse con otros afectos, con los afectos de otro cuerpo, ya sea para destruirlo o ser destruido por él, ya sea para intercambiar con él acciones y pasiones, ya sea para componer con él un cuerpo más potente.»


Otro concepto clave es haecceidad y plano de consistencia. Recuerdos de una haecceidad. «Un cuerpo no se define por la forma que lo determina, ni como una sustancia o un sujeto determinados, ni por los órganos que posee o las funciones que ejerce. En el plan de consistencia, un cuerpo sólo se define por una longitud y una latitud: es decir, el conjunto de los elementos materiales que le pertenecen bajo tales relaciones de movimiento y de reposo, de velocidad y de lentitud (longitud); el conjunto de los afectos intensivos de los que es capaz, bajo tal poder o grado de potencia (latitud). Tan sólo afectos y movimientos locales, velocidades diferenciales.»


Así las cosas todo determismo y todo plan está llamado al fracaso, todos nos vamos haciendo con todo, sabemos lo que vivimos en el momento pero desconocemos lo venidero, que fuerzas y que movimientos nos acechan, haecceidades.


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