Por Mauricio Castaño H
Historiador
Colombiakrítica


Algún día el siglo será deleuziano. La expresión es de Michel Foucault. Pero ¿qué se quiere decir con esta afirmación? Desde luego que remitirse a Gilles Deleuze es asociarlo con conceptos que implican una manera de pensar y actuar diferente a como se acostumbra hacerlo con los sistemas binarios, matrices duales que sólo conducen a escoger uno de dos caminos: bueno o malo en el campo de la moral, significado o significante en el psicoanálisis, falso o verdadero en la ciencia, etc. Con Deleuze se tienen conceptos que nos liberan de esas matrices duales para adentrarnos por multiplicidades, devenires, flujos de deseos y pasiones, cuerpos sin órganos libres de sus funciones para devenires insospechados, es lo que se corrobora al abrir las páginas del libro Mil Mesetas. A renglón seguido una Meseta quiere decir regiones de intensidad continua que no deja interrumpirse por el exterior.


Cada meseta es un campo de intensidades, por ejemplo, allí uno explora y puede aseverar que nadie está a título individual en su propio cuerpo, no somos seres individuales, devenimos manadas, vivimos entre amigos que reafirman nuestras identidades. Los deseos, las creencias y las pasiones fluyen de pies a cabeza, todo el tiempo somos movimientos que giran y se escapan en líneas de fuga. Como en el amor: Todo amor es un ejercicio de despersonalización en un cuerpo sin órganos a crear. Extraer al ser amado de su grupo para atraerlo sólo hacia mí y luego juntos devenir en las propias manadas. El placer es la afección, es la posibilidad de encontrarse así mismo, es reterritorializarse. 


Nos liberamos de las funciones de los órganos para crear un cuerpo sin órganos, sólo flujos de amor, deseos, pasiones. Amor u odio son afectos. Y los afectos atraviesan el cuerpo, son armas de guerra. No me prives de amar. Ya no necesito mirarte a los ojos, los atravieso a nado. El placer es la afección, es la posibilidad de encontrarse así mismo, es reterritorializarse. El cuerpo sin órganos (cso) está Poblado por intensidades que pasan y circulan. Cso Es el campo de inmanencia del deseo. El deseo es un proceso de producción, de composición. Una sociedad se define por los flujos de deseos y creencias, por sus líneas de fuga.


Somos una multiplicidad sin objeto ni sujeto, solo determinaciones. Nos movemos sobre un plano trazando líneas, hacemos un plan provisional, nada que anuncie un control total, todo es provisional, dónde menos se piensa, salta la liebre, las variables nómadas están a la orden del día, todo plan está llamado al fracaso porque todo está inédito, todo se va haciendo al mismo tiempo de manera diferente, cada día trae su propio afán como solemos decir.


Se vive en medio de campos de fuerzas, de deseos, pasiones y creencias que se agencian para un devenir imprevisible, buen ejemplo es la pantera rosa que pinta todo de color rosa para volverse imperceptible. Los agenciamientos también definen al ser. El agenciamiento es aumento de dimensiones múltiples y cambia de naturaleza a medida que cambia de conexiones. Estamos en interconexiones todo el tiempo, todo pasa por el medio, por la piel, por una membrana, todo es mediación. Los seres como los libros funcionan con, hace pasar intensidades, vale preguntarse por las multiplicidades que introducen. El deseo no es pulsión interna, es agenciamiento. No es la organización, es la composición, movimiento y reposo, velocidad y lentitud, simbiosis, devenir ratón, devenir gato, devenir pájaro así juegan, así se metaforsean los niños en la escuela, en el jardín.


Así la vida son trazos, líneas trazadas sobre un plano provisional, nada está de manera definitiva. Nos movemos sobre un plano, vamos de un punto a otro cualquiera, multiplicidad de conexiones. Si nos proveemos de un plan es de manera provisional, es tan solo un punto de referencia, Deleuze llama plano de inmanencia,  pues todo plan está llamado al fracaso. Y cuando se habla de plan o de plano es un modo de conexión, líneas por acá, por allá, líneas fugaces, nada está hecho de manera definitiva. Somos pasajeros clandestinos de un viaje inmóvil.


Moverse todo el tiempo. La vida es movimiento, es agitación, desplazarse, uno se vierte en el afuera, se desterritorializa, somos seres múltiples.  La multiplicidad se define por el afuera, por sus líneas abstractas, de fuga. Esqueje, bifurcaciones, rizoma, multiplicidad. El rizoma conecta un punto con otro cualquiera.


Haceidades o intempestivo es poder de afectar y ser afectado. Inseparable de la niebla y la bruma. Relación de movimientos y partículas. Una haecceidad siempre está en el medio. Es plan de consistencia es el cso, relaciones de velocidad y lentitud, empresa de desubjetivacion. Estamos atrapados en segmentos de devenir. Devenir es el proceso de deseo, lo imperceptible es el final inmanente del devenir. El devenir no tiene ni principio ni fin, ni origen ni llegada, ni origen ni destino. El devenir es una antimemoria. Lo intempestivo es otro nombre de haecceidad.


Devenir conlleva a moverse siempre, una caja de sorpresas, estar pisando arenas movedizas. Uno no está seguro de estar suficientemente fuerte porque no se tiene un sistema, solo líneas y movimientos. Es el devenir, el siglo deleziano.

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