Historiador
@mauriciojota
Colombiakrítica
Nada. Puro acontecer hoy del mundillo político colombiano. ¿Terremoto? No. Sólo vientos que sacuden el barco, aguas poco mansas de la inquieta mar. Sólo ajustar las cargas a decir de nuestros campesinos. Sucede cada tanto con cada cambio de gobierno. Se hacen alianzas, luego se rompen, no hay nada que sacie al político, siempre quiere más y más, su horizonte final es el trono, tan sólo hay uno, y todos en rebatiña a muerte lo quieren tener. No hay amigos, sólo contendores, sólo intereses, la traición es cosa de todo día, el político es Judas.
En esta sed insaciable del ambicioso, sus deseos son ilimitados, y hacen del político un glotón, un parásito que todo toma y nada da. Por eso los acuerdos hechos son mera fachada, el gran interés es particular y oculto ha de estar. No hay acuerdos sin contra partida y siempre los rodea la traición. Co-alición viene de alianza, simpleza que suele olvidarse, son fuerzas que a voluntad propia deciden trenzarse, amarrarse, acuerdan ir en una misma dirección por un propósito mayor. Pero sin buenas amarras, sin nudos bien hechos, bien atados, se peligra el desligue, la soltura. Se precisa entonces de un nuevo amarre para ordenar el caos.
Es propio de lo humano concentrarse en un territorio para asociarse, juntos se puede hacer más y mejor en administrar los recursos. "La ciudad realiza un mixto: por un lado, nace de hombres que experimentan el gusto de permanecer juntos, y por el otro, conviene encontrar la organización espacial más eficiente." (F. Dagognet, 2001). Ciudad viene de Burgos, Burgués. La solución de juntarse en un territorio común, gentrificarse, densificarse trajo consigo la acumulación de recursos, almacenados en bodega, pero vino el problema de quienes impidieron la distribución para los asociados para beneficio de unos cuántos.
En el siglo diecinueve aparece el capitalismo con su término lisonjero de liberalismo, todos pueden crear empresa pero no se dice de la concentración y apropiación de medios, bienes y servicios, sólo unos cuantos, unos pocos pueden hacerlo, la mayoría está privada y sólo el monopolio es ley. Es una violenta hostilidad. Se conocieron tiempos atrás de sólo explotación de mano de obra muy barata de niños y mujeres para aumentar las ganancias.
Es una historia muy conocida y es así como en el Estado moderno o burgués, el político se apodera de la riqueza de una nación, gobierna para unos pocos. (No sobra recordar que Estado se refiere a la forma de gobierno, capitalismo, socialismo, comunismo; mientras que Nación, natus, lugar donde se nace, es el territorio físico en donde se vive y se configura la comunidad ampliada). Hoy Político y empresario suelen confundirse, suelen ser una misma cosa, los dos en uno solo. Ejemplo es Donald Troump en Estados Unidos. En la mitología se tiene a Quirinus, dios de la riqueza, a Júpiter de la guerra, el primero subordina al segundo, la economía comanda la guerra.
Esta aparición del poder para la malversación de la agrupación humana, de juntarse, concentrarse en un mismo territorio para un mejor vivir, trajo, en suma el impedimento de la distribución de los recursos, ya se ha dicho, pero se quiere enfatizar en los arquitectos políticos que encontraron en lo mero electoral la forma de concentrar poder. Mediante la delegación todo se reduce a: tu votas y yo decido, se confisca la voluntad general, dejando en segundo plano la esencia del mundo comunitario que es deliberar para decidir entre todos para el bien común.
El invento del Estado moderno redujo todo esto y la figura del demagogo y sofista cada vez se perfecciona más con el marketing político. Los anarquistas lo han hecho saber, la concentración de Poder corrompe, si hay protuberancia de poder, arrojarla a la papelera, porque es el impedimento a la distribución de los recursos. Allí se tiene al demagogo y sofista, bajo engaño se apropia de lo ajeno. Demasiado Estado aplasta, pero en su ausencia nos pierde. Los autogobiernos, los presupuestos participativos, los sectores sociales de artistas, comunales decidiendo sus propios rumbos y recursos sin intermediarios, sin sofistas ni demagogos. Hoy solo hay ruido del mundo político porque solo quieren tomar y nada dar.
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