Por Mauricio Castaño H
Historiador
Colombiakrítica


Es bueno husmear la libertad, tantas cosas que nos atan, nos apresan, nos ponen pesados. Viene a bien aligerar la vida, estar livianos de carga para moverse con facilidad. Es cuestión de libre albedrío. La filosofía vital alberga esas posibilidades, esas aspiraciones. Una filosofía libre de ataduras no deseadas, ajena al Poder, no metida en pantanos no propios. No se puede librar batallas contra los grandes Poderes de Estado, Justicia, Economía. Pero sí se puede liberar el pensar, aún en los peores encierros se puede ser libre, contamos con el poder de Uno, de uno mismo, nadie nos puede quitar el derecho a elegir nuestras propias vivencias, a encarnar nuestra propia subjetivación, nuestro propio sentir, nuestros modos de sentir y valorar, nuestra ética y estética de la existencia, nuestros modos de subjetivación.


El ser es libre, tiene libertad cuando se concibe inacabado, no terminado, siempre está por hacerse, está en permanente construcción. Toda la vida y todo el tiempo, estamos atravesados por flujos de sensaciones, multiplicidades de sentires que nos ponen a devenir, a soñar y encarnar mundos posibles, es el reflejo de esa condición de individuo frente a muchos horizontes retadores. Como en el río que recibe varios afluentes, flujos de otras corrientes para devenir mar. Igual sucede con el individuo en su proceso de subjetivación. Se vive cada minuto, cada momento, se vive el acontecimiento, cada instante llenos de sensaciones para devenir multiplicidades insospechadas. «Devenir es volverse cada vez más sobrio, cada vez más simple, cada vez más desierto, y por esa misma razón en algo más poblado.» (Deleuze. Conversaciones. p. 35)


El acontecer, el acontecimiento, no es la esencia que remite a un origen, a una matriz fundadora de un algo que está preñado de dependencia, de interdependencia. Nada de eso. Más bien son procesos de individuación que están deviniendo como en el día está la mañana y la noche. Todo está por hacerse, todo está inédito, multiplicidades que devienen mezclas. El hoy es mañana y es ayer. Soy niño, soy joven y soy viejo a la vez, todos son flujos que se viven en mí. O como los nombres propios, designan fuerzas, acontecimientos, movimientos, vientos, tifones, enfermedades, lugares y momentos antes que personas. Pedro es piedra sobre la cual se edifica. Sierra es una montaña la cual deseo escalar. 


La pasión también es buen ejemplo del instante, del acontecimiento. La pasión es acontecimiento infra personal, un campo de intensidades que individua sin sujeto. La pasión disuelve a los amantes, los funde, los disuelve, los arrastra un tornado, solo existe el momento del éxtasis. En el amor por el contrario es el lazo, el acuerdo, el trato que celebran dos individualidades. Pero más allá, se trata de creación de modos de existencia, no de la constitución de un sujeto. Sujeto de entrada es una palabra envenenada de esclavitud, sujeto quiere decir que está sujetado. «El sujeto es algo derivado. Nace y se desvanece en la espesura de lo que dice y lo que ve.» (Deleuze, Conversaciones, p. 151)*


En la configuración del individuo tampoco se trata de una la unidad, de una totalidad. Por el contrario, es más bien producir convergencias inesperadas, enlaces entre cuerpos diversos, devenires. Por lo demás, ninguna disciplina goza de privilegios, de exclusividades. Son circunstancias, es un sistema abierto. Como en la Jurisprudencia, las experiencias son las que valen, es el laboratorio donde se inspira la vida colectiva dinámica y en constante hacerse, nada hay definitivo, todo es provisional, las reglas son reglas cuando arreglan, sino inventarse, proveerse de otras.


Se trata de estar en relación con un otro, estar deviniendo, estar mezclándose, estar haciendo interferencias para que haya intercambios, todo tiene lugar mediante el regalo y la captura. La conjunción "Y" es la diversidad, multiplicidad, la destrucción de identidades, siempre se está en relación con un otro o con algo. De allí que Importe ver las fronteras, lo que está en el límite, donde se evidencian los flujos, las mezclas. El pasar, las transiciones van pasando escalón por escalón, no están dadas de antemano, de igual manera las conmociones se producen a medida que se va escalonado, que se va experimentando. 


La experiencia se la juega con riesgos extremos, locura y muerte, incluso descender a los propios infiernos. De vez en cuando es bueno sentir, experimentar que no se tiene a dónde ir, ningún rincon en dónde estar. Los vacíos son necesarios al movimiento, estar inmóvil viene a bien para dejar entrar los devenires, al nómada que se agita en nuestro interior. Por eso el nómada es porvenir. Por lo demás, en el vacío la sombra va por delante, es el pensamiento del afuera, el yo y su interrelación con el mundo, con el exterior, su coexistencia.


En suma, una sociedad se define más por sus líneas de fuga que por sus contradicciones. Se define por sus pliegues, singularidades, lo diferenciante, nunca por universales, el aquí y el ahora, el acontecimiento es lo que vale. La multiplicidad carece de unidad. No existe trascendencia, sí inmanencia, sí devenir. Y allí mismo es donde rondan los acontecimientos, los flujos que nos quieren encarnar. Es también la posibilidad de los devenires libertarios.


* Deleuze, Gilles. Diálogos. Ed. Pre-Textos,

You can leave a response , or trackback from your own site.

0 Response to " Devenires Libertarios "

Publicar un comentario

Formemos Red

Preferencias de los Lectores

Todos los Escritos

Rincón Poético

Seguidores