Por Mauricio Castaño H
Historiador
Colombiakrítica
 


Toda la vida es movimiento y relacionamiento, coexistimos entre nuestra interioridad y la exterioridad, el adentro y el afuera. Nada mejor que los conceptos deleuzianos para comprender el cuerpo en su devenir múltiple, la multiplicidad es la duración que no cesa de dividirse. Las referencias son del libro Conversaciones,* señalaremos la página entre paréntesis. Por ejemplo, en este movimiento permanente que somos, aún en los viajes inmóviles, estamos deviniendo, somos devenir constante, nada está quieto ni hecho de una vez y por todas, se vive en permanente incertidumbre, el individuo es inacabado, es flujo constante de vivencias, experiencias, experimentaciones, empirismos, somos un mundo de sensaciones en el aquí y en el ahora. Por eso una persona, un sujeto no es reducible o atrapable en un significante congelado, porque todo es cambiante, estamos deviniendo múltiples flujos de sensaciones, somos multiplicidades en el aquí y en el ahora, en la inmanencia, libres de trascendencias, la vida no está hipotecada en una eternidad, en ultramundos. También estamos muy lejos de la República de los Espíritus, de la República de Platón, la dictadura de las ideas, somos más bien discensos, devenires minoritarios.



Construcción de un Cuerpo


En todo este moverse de la vida, el cuerpo está en permanente hacerse, en constante construcción, es inacabado. Un cuerpo se desenvuelve en un espacio tiempo, y allí mismo se desplaza mediante planos, en el aquí y en el ahora, en la inmanencia, deviene fuerzas,  flujos de amor, de pasión, de alegría, de agonía, de desfallecimiento. Pero ¿De qué es capaz un cuerpo? Un cuerpo es capaz de todo para lo que esté entrenado. Dice Deleuze: Convertir el cuerpo en una fuerza que no se reduzca al organismo, convertir el pensamiento en una fuerza que no se reduzca a la consciencia. (p.72) El plano de consistencia o de inmanencia, el cuerpo sin órganos, supone vacíos y desiertos, variables nómadas. (p.102) Aunque sea individual, la construcción del plano es una política, implica necesariamente un «colectivo», agenciamientos colectivos, un conjunto de devenires sociales. (p.103) Y el deseo como devenir es una fuerza de experimentación, por eso nunca, jamás debe ser interpretado, más bien captarlo en su devenir múltiple y complejo.


Agenciar, Líneas de Fuga, Experimentación


El movimiento constante implica líneas de fuga, pasiones que van y vienen. En las líneas de fuga sólo hay experimentación de la vida. Allí el pasado y el futuro se condensan en el instante, en el presente, por eso nada se sabe de antemano, no existe ninguna bola de cristal mágica. Ante las proyecciones sólo se avanza y se va modificando a medida que se hace, que se traiciona a medida que se abre paso como en las orillas de un río que se distribuyen para que corra un flujo. (p.57) 


Lo programado más bien son puntos de referencia, puntos de partida, puntos de orientación que conducen la experimentación que siempre resulta desbordada. Todo es experimentación, nada de interpretación, no hay nada que interpretar, no hay significado ni significante. En la experimentación se huye, líneas de fuga, para producir, para crear vida. Por ejemplo, el escribir mismo es un flujo, son los devenires minoritarios, no los consensos de Estado ni del pensamiento oficial. Los grandes escritores, los grandes creadores son a la vez el remedio y la enfermedad, encarnan la grieta, el dolor pero salen del abismo sanados, recordar el libro de Deleuze Critica y Clínica, es la enfermedad y la sanación, mediante el arte, la creación se encuentra la salida de cura. Nietzsche es buen ejemplo, es flujo en sus aforismos y es cura para la enfermedad en su experiencia de escritura.


En suma, agenciar las Líneas de Fuga. Los agenciamientos. Ver y oír, experimentar, es el agenciamiento. Y el enunciado es producto del agenciamiento que es colectivo, es decir, pone en juego lo que es colectivo, tiene que ver con poblaciones, multiplicidades, territorios, devenires, afectos, acontecimientos. (p.61) Agenciar es estar en el medio, en la línea de encuentro de un mundo interior con un mundo exterior. Estar en el medio, allí mismo se sitúa el pensamiento (p.62).


El Devenir Pensamiento 


Si bien no podemos permanecer quietos, si toda nuestra existencia es movimiento, el trayecto recorrido solo se tiene que el devenir - presente es lo que cuenta, lo que concentra lo pasado y lo futuro. Lo que cuenta es lo que está en el medio como la mala hierba que crece de manera desbordada, no se deja aplastar por los adoquines como se hace con el pensamiento, ahogan el pensar sin su necesaria libertad para moverse en los devenires, él queda atrapado en lo quieto, en lo estéril. El enemigo del pensamiento es la tontería (p.30). La organización por escuelas es terrible: siempre hay un papa, manifiestos, tribunales, representantes, declaraciones, vanguardistas, excomuniones. Pero no sólo lo grave es la esterilización del pensamiento de los discípulos sino también la destrucción, el aplastamiento de lo construido antes. 


Y al día de hoy ante lo no rentable de las escuelas, está algo más siniestro como los es la organización del marketing donde vemos aparecer artículos periodísticos, emisiones mediáticas, televisivas, coloquios, mesas redondas en torno a un libro cualquiera, a banalidades escritas, es algo así como la muerte del libro. Estupideces escritas por quien se cree que todos tiene una vida por dentro que contar, que novelar. (p.32) En sí, son dos peligros configurados: el intelectual como maestro o discípulo, y por otro lado está el intelectual pero ya como cuadro iluminador de la sociedad, el llamado a guiar el rebaño. (p.34). Este moverse como la hierba es el rizoma, crecer, devenir de manera desbordada, es rebelarse contra los pensamientos que quieren uniformar, reprimir los flujos, los devenires propios de cada existencia, hacernos dependientes de un modelo de vida, de un pastor de almas, de una República de Espíritus.


Vale insistir en la mala hierba como ejemplo que crece de manera desbordada, sin un programa, es el devenir libre y minoritario. Un rizoma o una mala hierba es precisamente eso. Los embriones, los árboles, se desarrollan siguiendo su preformación genética o sus reorganizaciones estructurales. La mala hierba desborda a fuerza de ser sobria. Crece entre. Es el mismísimo camino. Esto es un acto de pensamiento. (p.36) Por el contrario, el devenir es algo más sobrio, cada vez más simple, cada vez más desierto, es decir, cada vez más poblado. 35. Mientras más haya quietud, soledad, más lugar hay para dejar entrar los devenires que nos esperan, que nos quieren poblar, encarnar la herida, anhelar la grieta.


La Pop filosofía 


Escribir como leer para los flujos de devenires en la quietud y en la soledad, para poderlos recibir. El devenir en la lectura, leer un libro como se escucha música.. La pop filosofía. Esto es muy diferente a la acostumbrada dictadura de la gramática, el creador escritor va en zigzag con sus flujos, encarnando la herida, descendiendo a la grieta, y luego sale renovado, más fuerte, arriba se dijo que es la cura y la enfermedad, lo creativo que cura, la clínica a decir de Deleuze. Tener estilo es tartamudear en la propia lengua, encarnar esas pasiones de flujos que conducen a maromas gramaticales o mejor crean su propia lengua. Los estilos son devenires, hablar otro idioma en la propia lengua. Leer como se escucha música, filosofía pop, nada que comprender, nada que interpretar. Tener estilo es tartamudear en la propia lengua. Como el caleidoscopio, cada vez saca una combinación.


El verdadero autor aumenta. Autor quiere decir aumentar. Un verdadero autor ha dado vida, la ha aumentado, por eso es digno de que se le devuelva algo que esté a su altura, que le haga honor, que se sienta alegre, que no lo avergüence. Un autor puede quedar engarzado en un deseo, puede darse un paraje en una línea de fuga, puede quedar atrapados como un barco en los vientos. No se sabe de antemano lo que va a acontecer.


Pero la filosofía también ha sido Poder, ha jugado un papel represor. Primero leer este autor, luego este, después este otro. Es una escuela de intimidación que fabricas. Está allí para evitar que las personas piensen. Más allá de la constitución del profesor público está la república de los espíritus, un tribunal de la razón, los funcionarios del pensamiento, el Estado como bella interioridad espiritual, el Estado Absoluto. 


Finalmente y ante eso humano que tanto se pregunta por la indiferencia y complacencia de dejar pasar atrocidades como la del holocausto nazi y ante cualquier baño de sangre, decimos: Ante la impotencia del triunfo de la muerte, uno se sigue preguntando por la falta de frenar esos flujos de destrucción. Pero la verdad es que ni la tristeza ni el dolor han motivado poner frenos a la barbarie, ni el dolor del otro, a nadie le importa impedir carnicerías humanas, los baños de sangre, con tal de tener qué contar, de tener algo de qué escribir, en qué emplear el ejercicio intelectual, pero más allá de todo eso que no se ajusta a la solidaridad, lo que mueve son los deseos de vivir, de seguir viviendo de cada quien. (p.164)

Gilles Deleuze - "Conversaciones." Ed. Pre-Textos, 2005.
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