El Seudoanimal, el Hombre

Por Mauricio Castaño H
Historiador
Colombiakritca

Somos seudoanimales. Estamos aquí pero también más allá. Somos una bestia domesticada, todo un bricolaje que permite la emergencia de un mundo artificial o cultural pero también anclado en la capa zoo, en ese estrato biológico que nos asiste. Deriva biológica pero también devenir artificial, naturaleza y cultura son una sola, el paso de una a otra se dan sin que siquiera se note. No existen purezas, la mezcla, el bricolaje nos define bien. 

Es un mecanismo de neo-tenia que se constata así: "Entre los humanos también observamos rasgos neoténicos en relación con los grandes simios. Por ejemplo, el cráneo redondeado y elevado, con la cara proporcionalmente pequeña y el hocico no protuberante. Stephen Jay Gould ha sido uno de los principales defensores de la tesis que sostiene que los humanos son especies neoténicas en comparación con sus parientes cercanos como el chimpancé. Esto nos permite seguir aprendiendo y adquiriendo nuevos hábitos durante toda o casi toda nuestra vida. Por su parte, el etólogo y antropólogo Desmond Morris ha relacionado ciertas sensaciones gozosas de adultos de nuestra especie, el sentirse protegidos o queridos con la neotenia (The Nature of Happiness, 2004). El hecho de que nuestro cerebro se mantenga durante más tiempo en estadios ontogénicos plásticos que en la mayoría de las especies finalizan al poco de nacer es también un ejemplo de procesos de neotenia." (Luis Alfonso Paláu)


Está bricolaje que nos asiste, en su paso, en esa bisagra, en ese vértigo, en ese vacío del existir, recordemos que ex-sistir quiere decir estar por fuera, existimos en el afuera, nos exteriorizamos en la herramienta producida, en los medios técnicos. Por lo demás na-ser quiere decir no-ser, vaciarnos siempre, vocación de vacío y con razón queremos buscar un hacer, ocuparnos para volver a llenarnos.


La vida bien se define por el movimiento y por las relaciones que trenzamos con los otros. Somos un ser inacabado, somos especialistas en la no especialización, nuestra mano sirve para agarrar, para hacer gestos, acariciar, pero el puño del martillo golpea más fuerte, es más eficaz, así como la trompa multifacética del elefante agarra, absorbe, acaricia, aprieta, mata, ruge, comunica. 


En esencia somos un bípedo que hace gestos, que se comunica, que crea un lenguaje especializado y complejo. No sólo creamos símbolos, también manipulamos los códigos genéticos. Incluso se tiene que la epigenética es la capacidad de modificar estructuras hereditarias a fuerza de prácticas culturales: el deporte, la alimentación, el manejo del estrés, propiciarse una vida placentera y de buenos amigos, todo esto genera calidad de vida qué ayuda a controlar o disminuir el riesgos de enfermedades, incluso a revertir el cáncer. 


En la amistad, con el otro nos reafirmamos, incluso en la soledad cuando escribimos la epístola, el libro o fetiche, se busca ese interlocutor ausente pero activo y virtualmente presente. Un libro es siempre una amistad que está ahí ofrecida para cuando la necesitemos. Salimos de la evolución natural para entrar en la evolución artificial consentida. Incluso mejor decir bricolage, cuerpos mezclados, genética y epigenética.


Somos seudo-animales porque sabemos que algún día moriremos, tenemos conciencia del pasado y del futuro, Deleuze nos enseñó que los dos tiempos copulan para dar un eterno presente, el hoy es mañana y es ayer. También nos precisa Dufour: voy a  morir, allí donde los demás, los verdaderos animales, sólo piensan siempre en «bonito-bueno…»…. En la misma página 32 también se Lee: " el lenguaje es aquello gracias a lo cual las cosas ausentes pueden traerse al presente, es decir, re-presentarse." De nuevo la evocación al vaciarse, al vértigo, al vacío, y el lenguaje cumple con sustituir el cuerpo ausente. Se pone un signo en lugar de una presencia, el lenguaje representa. La cultura, lo mítico funciona también como una gramática, es un instrumento lógico que develan a los grupos, fue la enseñanza de Levi Strauss.


Dufour nos evoca una vez más el camino, el caminar, una vez más se insiste en el afuera, en la exteriorización. Método vale por camino, enseña Dagognet. Todo decir, toda experiencia es un camino recorrido. Y cuando se emprende un viaje, cuando se sueltan las amarras uno va dispuesto a vivir experiencias, hacer parajes, echar atajos, perderse, en todo caso no existen seguridades, nada determinado. La serendipidad es más común. Los experimentos los hay copiosos que encontraron lo no buscado. Se encuentra lo que menos se piensa. Eureka. Allí se olisquea mucho el fracaso para lo mejor.


Otras lógicas inéditas nos sorprenderán. Recuerda Michel Foucault en la introducción de Las Palabras y las Cosas:

Este libro nació de un texto de Borges. De la risa que sacude, al leerlo, todo lo familiar al pensamiento —al nuestro: al que tiene nuestra edad y nuestra geografía—, trastornando todas las superficies ordenadas y todos los planos que ajustan la abundancia de seres, provocando una larga vacilación e inquietud en nuestra práctica milenaria de lo Mismo y lo Otro. Este texto cita "cierta enciclopedia china" donde está escrito que "los animales se dividen en a] pertenecientes al Emperador, b] embalsamados, c] amaestrados, d] lechones, e] sirenas, f] fabulosos, g] perros sueltos, h] incluídos en esta clasificación, i] que se agitan como locos, j] innumerables, k] dibujados con un pincel finísimo de pelo de camello, l] etcétera, m] que acaban de romper el jarrón, n] que de lejos parecen moscas". En el asombro de esta taxinomia, lo que se ve de golpe, lo que, por medio del apólogo, se nos muestra como encanto exótico de otro pensamiento, es el límite del nuestro: la imposibilidad de pensar esto.


Y el mismo Borges refiere a un pájaro de otras lógicas: Goofus Bird, pájaro que construye el nido al revés y vuela para atrás, porque no le importa a dónde va, sino dónde estuvo.


Estamos condenados a vivir en sociedad, pagamos un costo, la servidumbre voluntaria.  "Oír, es obedecer. Escuchar se dice en latín obaudire. Obaudire derivó en la forma obedecer. La audición es la  audientia, es una obaudientia, una obediencia.». p. 70. El lenguaje es mandato.


El parque humano de Slorterdijk es la casa común, el oikos, es el nuevo contrato del homo sapiens demens. Es asumir que no somos el centro del universo, que somos una especie más entres Miles de millones. Es un discurso trillado pero necesario recordarlo. Insistir en esta aventura, en esta deriva evolutiva y en el gesto técnico que nos devele mejor de lo que se cree.


El libro es una invitación extendida a un posible amigo, y más allá, es la sociedad de la comunicación, de la transmisión de los saberes y destrezas que la cultura hizo propios y los requiere para su persistencia. Fue a mitad del siglo XIX con la industrialización, que se dió el propósito universal de la alfabetización, ahora más que nunca, la criatura humana necesita aprehender técnicas, habilidades para ejercer una actividad, para desempeñarse en el mundo laboral. Más que un saber por saber, una sabiduría por sí misma, es un saber hacer, una obediencia inteligente y consentida. Pedagogía es llevar de la mano a quien aprende, es un viaje en compañía para fijar saberes enriquecidos con la experiencia, porque el mundo nunca está quieto, siempre está en movimiento, de allí el valor dado a la transformación. 


Por ese mismo sendero más que amigo de la sabiduría, es el rebelde, quien cuestiona lo establecido para advenir nuevos valores. El ciudadano ilustrado, el que sabe hacer, es una función si se quiere en perspectiva del pacto social sin desestimar el peligro que se escurre por allí por cuenta del poder que somete para beneficio de una élite, ejemplo hoy es la inequidad social sin resolver por la forma Estado burgués. Leer nos hace mejores obreros, mejores esclavos bien pagos.


Aquel propósito por la alfabetización planetaria anclada en el mundo industrial contrastada con el mundo de la técnica robotizada y la consecuencia de liberación del hombre del encierro en la fábrica, nos tira a pensar no ya en una sociedad de sabios como en la Grecia Antigua, sino en una Paideia para la Vida, aprender a vivir, la epigenética ha dado sus pasos en ese sentido. 


Vemos en la deriva biológica de la sobrevivencia el combustible que no sólo empuja a cada viviente con su manada o grupo a mantenerse con vida. Con ello se matiza un poco el pan y el circo tan acostumbrados en estás sociedades de vigilancia y control.


Somos bestias domadas, llamadas a obedecer. Pero también a revelarnos. Foucault nos enseñó que si hay vida hay lucha, y si hay lucha hay resistencia. Comunidad, es estar en común acuerdo, en comunión... ¿qué sociedad estamos dispuestos a crear, a Comunicar? somos seres de la comunicación, ¿qué tono, qué formato escogemos? El hombre es un lobo para el perro. El seudo animal que somos, que denota la capa biológica que nos determina, y echando mano de esa capacidad creativa de reflexionar, de jugar con los símbolos, habilita la pregunta por qué tipo de comunión, de comunidad estamos dispuestos a promover, a construir, qué papel queremos desempeñar en este juego de la sobrevivencia, de la persistencia por la vida.


La doma tiene el peligro del perro o del asno, de ser demasiado obedientes, de ser borregos que aguantan toda la carga sin importar que se les parta el lomo. Pero con Nietzsche aprendimos que se puede ser el león rebelde. ¿Quiénes doman y quiénes crían? es una pregunta pertinente para la sociedad que se quiere promover. ¿Cuál es el pastoreo por el cual tomaremos partido? ¿Qué tipo de hombre queremos ensamblar o configurar? El maestro compite con la tv, las redes sociales... ¿Ganará la batalla? ¿Se hará a un lugar propio? Parque humano o gestión de hombres, construir tejido social, aunque nos gusta más decir Paideia para la Vida, aprender a vivir.



PD. 

Homenaje al traductor, al curador de contenidos y sobre todo al maestro generoso que sabe compartirlos. Homenaje a Luis Alfonso Paláu por mantener el seminario de estudio de arqueología y filosofía de los medios técnicos. 


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Configuración Espiritual y Material

Por Mauricio Castaño H
Historiador
Colombiakritca

El espíritu y la materia, el cuerpo y el alma se configuran, son barro que se amasa y moldea. Desde los tiempos más remotos, desde la aparición del hombre se tiene esta preocupación, este interés por lo que somos y por lo que nos rodea. La vida entera es animación, es movimiento y unión, quien no se mueve se tuye y en aislamiento morimos, la vida son las fuerzas o funciones que contrarrestan a la muerte, sentenció Bichat. El cerebro tan sólo es una glándula que responde a la sobrevivencia al igual que los demás seres vivientes. Sólo la capacidad de simbolizar es propiamente humana, la capacidad de crear lenguaje complejo y reflexionado, esta capa de pensarnos o reflexionarnos es la que nos diferencia de las demás especies, pero que no nos hace ni mejores ni peores, pero sí los más depredadores, somos la especie que más consume tierra y recursos al punto de amenazar la vida en este planeta llamado Tierra.


En la configuración material y espiritual humana, se tiene matrices culturales cómo la sociedad patriarcal que ha comandado la vida y las relaciones sociales como por ejemplo el sometimiento de la mujer que han hecho los machos porque han encontrado en ella un vientre en el que se pueden reproducir y un producto o símbolo para intercambiar entre culturas y de esta manera sellar alianzas para detener guerras y vivir en tregua, vivir en paz. Es un fenómeno muy estudiado en antropología en cabeza de Levi Strauss y recientemente por Heritier, información que puede ampliarse en la siguiente publicación de Françoise Héritier titulada en link El incesto y la Violencia.


En esta conciencia de sí mismo, en esta capacidad de crear símbolos, los seres humanos han manifestado desde los tiempos más remotos miedos, angustias existenciales por saber qué pasa después de la muerte. Tan bien han vivido en carne propia el sufrimiento con pandemias y enfermedades que amenazan su propia vida. Recordemos que se tiene por cierto que los humanos son la única especie que tienen conciencia de su propia muerte, saben que van a morir, que el tiempo transcurre y por eso se apuran a dar cuerda a su propio reloj.


Más allá de elucubraciones abstractas, queremos evidenciar en lo concreto cómo el espíritu es la misma materia y a la inversa, la materia es la concreción del espíritu, lo que hacemos está impregnado de nosotros mismos, en la obra se puede rastrear al artesano que la construyó, y más allá, a la cultura de dónde proviene. El espíritu, la simbolización, el lenguaje, el verbo se hace carne, se vuelve materia. 


Son ejemplos concretos de la configuración espiritual del territorio, el trazo de los caminos que permiten que las personas vayan de un lado para otro, por acá y no por allá, para los intercambios que le permiten sobrevivir: llevar los productos al mercado y a su vez proveerse de otros que necesitan. Los caminos, las carreteras son trazos que van configurando el territorio privilegiando unos sitios con su paso obligado, y a su vez en dónde se estacionan, encontrarán lugares para tomarse alguna hidratación, dónde descansar y dar solaz a sus cuerpos, algo de diversión no está mal para liberar tensiones, preocupaciones acumuladas, unas cuantas copas de licor y algo de música ayudan a olvidar las penas por un buen rato, en todo caso ayudan a renovarse, a tomar nuevo aliento, a tomar fuerzas para persistir con la subsistencia. 


También se tienen caminos o carreteras muertas y con ellas los propios lugares mueren con sus comunidades, la razón: han encontrado mejores atajos para un mejor costo y beneficio. Un camino que pasa por acá y no por allá, una placa deportiva, un templo para rendir tributos a sus dioses, una cantina para el desfogue, un club para hablar con los amigos de las cosas que son comunes y compartir quizá las mismas preocupaciones, ayudan a aliviar en algo los males que agobian. El tipo de tiendas, de negocios también hablan de lo que una comunidad es, a qué se dedica. Si es un pueblo pobre pero abundan las estaciones de combustible, lo más explicable son los renglones económicos los que demandan estos servicios, por ejemplo, dónde hay minería y cultivos de coca, allí se requiere mucho de ese combustible. Otro tanto se explica que en los lugares mineros el licor y la prostitución responden a la dureza del trabajo del minero, tanto trabajo duro encuentra su liberación en los bacanales en los que cada quien se olvida de sí mismo mientras dura la traba, mientras pasa el fiestón. Por lo demás, la diversión, el sexo pasa por el disfrute comunes a las especies vivientes, ello explica que más de la mitad de las visitas en internet son de pornografía, no es un secreto, los negocios se develan por lo jugosos que resultan.


Curiosa esa cosa del espíritu. Y más aún cuando se habla de su configuración. ¿Atrevimiento? ¿Osadía? No de sabe. Desde que se sabe del bípedo humano, se habla de ello época tras época, los griegos recomendaban una dietética espiritual, los miedos, las angustias a lo desconocido y el sufrimiento alentaban a ello. Cuando la ciencia empezó a explicar los misterios desconocidos, las fuerzas que parecían sobrenaturales, cuando los experimentos prometían remediar los sufrimientos, los dolores y enfermedades, iban dando cura a estos males. Entonces, sobre todo en ésta, nuestra época gloriosa en la técnica, se pasa a otros problemas. Ciertos fármacos, no sin afán bursátil, prometen con sus menjurges, eterna juventud. Y los más extravagantes, los ricos y famosos, apuestan a la vida eterna. Si la materia, dicen los prometeicos, no tiene principio ni fin, incluso si existen bacterias que han vivido siglos de los siglos como esa denominada elefante, encontrada en fósiles desde el principio de la vida sobre la tierra, si se le ha encontrado congelada... ¿por qué no intentar descubrir el principio de persistencia eterna de vida para los humanos? Más allá de las especulaciones y vanidades de estas celebridades de farándula, lo que sí puede verse detrás de todo ello es el gran negocio de los fármacos. Quien no quiere ver su piel y su cuerpo joven que desafía el paso del tiempo, quien al menos que esté en esa lógica de despreciar la humillación de envejecer quiere probar unturas y brebajes?


En suma, somos hijos de nuestro tiempo, de las configuraciones existenciales, culturales, se echan a rodar matrices explicativas que derivan estás o aquellas creencias, como esa del patriarcado, que dió por sentado la predominancia del género macho sobre la hembra, y así suele pasar con muchas creencias que se dan por sentadas que existen de una vez y para siempre, sin percartarse de las formaciones de esas capas simbólicas, de esas configuraciones materiales y espirituales que cada sociedad hace en un momento histórico.


Develar, desentrañar estas lógicas, estás capas culturales y simbólicas pueden ayudan a equilibrar en algo la balanza de la dignidad y respeto por todo ser viviente. Por ejemplo, saber que el género masculino y femenino es una construcción social, ayuda a aliviar poco a poco el sometimiento en el que han estado las mujeres en muchas sociedades. Son matrices explicativas que ayudan a entender, a construir y vivir un mundo en toda su diversidad y en todos sus devenires.


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El incesto y la violencia

 El incesto y la violencia luego de F. Héritier

Françoise Héritier, antropóloga, directora de estudios en la Ecole des Hautes Etudes en Sciences Sociales, fue profesora honoraria del Collège de France, donde sucedió a Claude Lévi-Strauss en la cátedra de antropología y dirigió el Laboratoire d’anthropologie sociale.

Françoise Héritier.  Les Deux sœurs et leur mère. Anthropologie de l’inceste.  Paris: Odile Jacob, 1994.  Las Dos hermanas y su madre. Anthropología del incesto.

Una madre y su hija, o también dos hermanas, ¿pueden compartir el mismo hombre?  Al lado de las relaciones entre padre e hija, entre madre e hijo, entre hermanos y hermanas, existe un incesto de «segundo tipo» qui concierne en particuliar a los consanguineos del mismo sexo que comparten un mismo compañero(a).

¿Por qué este tipo de relaciones se va a considerar como tabú?  El análisis de las razones qui explican esta prohibición conduce a una nueva teoría del incesto en général. *


Del incesto. Buenos Aires, Ediciones Nueva Visión. 1995. ISBN 950-602-326-3.

Realizó dos seminario sobre la Violencia en los que participaron Jackie Assayag, Henri Atlan, Florence Burgat, Philippe Descola, Michael Houseman, David Le Breton, Pierre Pachet, Angela Procoli, Lucien Scubla, Jacques Semelin, Jean-Pierre Winter, Margarita Xanthakou.

Séminaire de Françoise Héritier. De la violence I, Odile Jacob, 1996. 

¿Cómo se pone la violencia al servicio de la religión?  ¿Qué uso político se puede hacer de la crueldad?  ¿Por cuales sesgos las lógicas de odio conducen a masacres de poblaciones enteras?  Tales fueron algunas de las preguntas que Françoise Héritier y sus inviteados se plantearon en 1995, en el curso del seminario que ella anima en el Collège de France.  A través de las reflexiones sobre la situación en Colombia, la depuración étnica en la ex-Yugoeslavia, el genocidio de los rwandeses tutsi, pero también la Biblia, el derecho musulmán, la medicina, el poder...  Este libro privilegia un enfoque pluridisciplinario para tratar de circunscribir y de comprender un fenómeno que a veces hace bascular sociedades en la locura destructora.

Séminaire de Françoise Héritier. De la violence II, Odile Jacob, 1999. 

¿Es el sacrificio un asesinato?  ¿Para qué sirve el dolor infligido?  ¿Cuáles son los límites del pacifismo y de la no-violencia?  Estas son algunas de las cuestiones que plantea este libro a través de las reflexiones sobre la tortura política, las ejecuciones públicas, pero también el estatus del animal, el sacrificio de sí o de los otros, la vendetta y el chivo expiatorio, el odio en bandas organizadas.  Es la génesis de la intolerancia violenta la que trata de describir, para servir de previo a una ética universal.

¿Cómo fue que en su vida privada o profesional terminó sensibilizada por la no violencia?

En 1995, organicé en el Collège de France un seminario público sobre la violencia.  Tomé consciencia que para ser eficiente la violencia debe dirigirse a un público.  Es lo que llamo «el teatro de la crueldad».  Ya se trate de la tortura o de la violencia insurreccional, ella se ejerce con la idea de que hay un público para verla y para darle un sentido.  Me propuse entonces que se podía utilizar ese mismo teatro de la crueldad, para voltear allí esa fuerza, para realizar la acción no-violenta.  Ante un amplio público, el más amplio posible, en aquella ágora donde se ejerce habitual y frecuentemente la crueldad, la no-violencia encontrará su sentido con una eficacia decuplicada.

¿Qué hay de la violencia ejercida en el dominio privado?

Desde un punto de vista personal y en mi trabajo, me intereso más particularmente en la violencia que se ejerce contra las mujeres.  En el marco de la guerra, la violencia se ejerce de la maniera más insidiosa a través de los cuerpos de las mujeres.  Se lo ha podido ver en numerosas ocasiones, en la guerra de España, en la ex-Yugoeslavia o en África: el cuerpo de la mujer es considerado como un territorio del enemigo, por conquistar.  En la India, se han visto ejemplos en los que incluso se ha vuelto un lugar de inscripción viviente, en sentido literal.

Ahora bien, la violencia contra las mujeres es subestimada.  He podido así notar en Masculino/Femenino que en España hay más mujeres asesinadas por sus maridos que los muertos debidos a la acción de ETA.  Los mass-media y la opinión pública sólo hablan o no se escucha hablar sino ¡de los segundos!  Esta violencia no es tratada o designada como un problema político pues se inscribe en un modelo arcaico de dominación, sellado en nuestros espíritus.

¿Cómo romper ese modelo?

Por supuesto que tiene que ser con la educación.  Y desarrollando para ello y poniendo en funcionamiento método de acción no-violentas.  El «boycott publicitario» contra la utilización sistemática del cuerpo de la mujer como objeto, es un ejemplo concreto.  En el dominio privado, la primera respuesta no-violenta que se impone a la violencia conyugal, es ante todo la huida.  En este dominio existen comisarías a las cuales presentarse a denunciar; y si ellas hacen un trabajo importante, no podemos olvidar que existe siempre una víctima y un victimario.  La no-violencia tiene por objetio sacar al individuo del estado de torpor, mezcla de sorpresa y de terror, en el que la violencia lo fija.

(...)

Preguntas formuladas por Anne-Isabelle Legeay.

Françoise Héritier.  Masculin/Féminin. La Pensée de la différence (Paris, ed. Odile Jacob, 1996).  Masculino, femenino I, el pensamiento de la diferencia.  Barcelona: Ariel, 1996.


Chicas y muchachos.  Mujeres y hombres.  Si la diferencia de los cuerpos es bien visible, ninguna sociedad ha organizado a partir de esta diferencia el sistema de las relaciones humanas.  Pero sin embargo existe una especie de constante puesto que es casi siempre la dominación masculian la que se ha instituido.  ¿Por qué, cómo?  ¿Explica la diferencia de los sexos su desigualdad?

A partir de la evidencia histórica de Occidente y de datos etnográficos provenientes de diversas sociedades alrededor del mundo, Héritier observa que en todas las sociedades las mujeres se encuentran sometidas a la dominación de los hombres.  Lo que Héritier se propone en Masculino/femenino es observar los “resquicios y fallos” de los sistemas de representación de la oposición simbólica de los sexos para, a partir de ellos, emprender una labor reflexiva que le lleve a comprender mejor las “razones profundas” de la relación asimétrica entre hombres y mujeres.

La oposición entre género femenino y masculino es una categoría binaria, y como tal, los términos que la componen cargan implícitamente una valoración negativa o positiva. La conclusión a la que llega Héritier en su libro es que la valoración negativa es asignada en todas las sociedades a las mujeres (2002: 291).  Por ello, aunque en Occidente a partir de la década de 1960 las mujeres han venido ganando poder —no sólo en la arena política sino sobre sus propios cuerpos—, Héritier (2002: 298) insiste en que también pueden producirse y se han producido cambios en el sentido contrario, es decir, la reconstrucción de los ámbitos reservados masculinos.

El texto de Héritier está compuesto por doce capítulos.  Contiene un pequeño prólogo en el que la autora encuadra el contexto contemporáneo de las relaciones entre los sexos.  Al final incluye un apartado de conclusiones donde analiza ese mismo momento histórico a partir de las cuestiones teóricas y etnográficas plasmadas en el libro.

Los dos primeros capítulos se dedican al enfoque teórico de la valencia diferencial de los sexos y las aplicaciones de esto en el campo de la antropología del parentesco.  Los capítulos del III al VI hablan sobre los elementos sobre los que se monta la relación jerárquica de los sexos.  Los capítulos VII al X retratan representaciones culturales de lo masculino y lo femenino.  Los dos últimos capítulos abordan imágenes concebidas en el contexto de la modernidad occidental.


 Héritier, Françoise.  Masculin/Féminin II, Dissoudre la Hiérarchie, Paris: Odile Jacob, 2002.  Masculino / Femenino II : Disolver la jerarquía.  México: Fondo de Cultura económica.

Masculino/femenino II: disolver la jerarquía es la traducción al español de Masculin / féminin: dissoudre la hiérarchie, obra de Françoise Héritier.  Esta obra aborda la diferencia entre los géneros masculino y femenino, poniendo particular énfasis en las representaciones sobre las que se encuentra construida la relación y la universal subordinación de lo femenino a lo masculino.  A decir de la autora, Masculino/femenino II nace de la «insatisfacción» que le producía el argumento de Masculino/femenino I, de acuerdo con el cual la relación jerárquica entre los géneros es producto de una condición fisiológica y en un contexto histórico que sería demasiado complicado subvertir.  Así, Masculino/femenino II constituye una contribución a la discusión sobre las relaciones entre los géneros y hacia el establecimiento de relaciones más equitativas entre hombres y mujeres.

La obra continúa el trabajo que la autora comenzó con El pensamiento de la diferencia y profundiza el análisis de la relación masculino/femenino y los violentos efectos que un modo de dominación masculino impuesto como única voz, posible y legítima, para definir representaciones y asignar lugares, ha tenido sobre los cuerpos de las mujeres.  Las preguntas que se proponen están dirigidas a una genealogía de un sistema de jerarquía estructurado en la diferencia de sexos y hacia la investigación de los aspectos centrales que posibilitarían una transformación de este estado de cosas.  La autora propone un estudio a lo largo de la historia y de las culturas, desde un enfoque antropológico y político de los problemas fundamentales que hacen a esta cuestión: el afán de los hombres por el control de la fecundidad de las mujeres, la prostitución y las actividades domésticas, en desmedro de otras posiciones que las mujeres pueden ocupar; la utilización de los cuerpos y representaciones en los mensajes publicitarios.

En la introducción, intitulada «Lo femenino vivo», Héritier da cuenta de las insatisfacciones que le dejó la lectura en retrospectiva de su obra Masculino/femenino (1996). Básicamente se trata de dos asuntos. En primer lugar, porque el argumento de su obra anterior conduce a que la base de la jerarquía entre los géneros se encuentra en que las mujeres pierden sangre sin tener control sobre ella —la sangre de la menstruación—, mientras que los hombres pueden perderla y hacerla perder a otros individuos a voluntad —básicamente mediante la guerra—. De acuerdo con Masculino/femenino, estos dos hechos se convierten en símbolos a los que se atribuyen significados, pero la relación jerárquica entre ambos no es natural sino construida socialmente. En segundo lugar, Héritier dice que el panorama histórico presentado en su libro anterior es tan agobiante que difícilmente se podrían encontrar alternativas que conduzcan progresivamente a una mayor igualdad entre ambos géneros.

Una vez planteadas las motivaciones que la autora tuvo para emprender la escritura de este libro, se plantea unas preguntas acerca de la jerarquía masculino/femenino:

«¿Por qué razones la humanidad en su conjunto ha desarrollado sistemas de pensamiento que valorizan lo masculino y desvalorizan lo femenino, y traduce estos sistemas de pensamiento en acciones y situaciones concretas?  ¿Por qué la situación de las mujeres está minimizada, desvalorizada y oprimida de manera que puede denominarse universal, si el sexo femenino es una de las dos formas que revisten la humanidad y el sexo, y si, de hecho, su "inferioridad social" no es un dato biológicamente fundado?»

Héritier considera que la base objetiva e incontrovertible de los sistemas de clasificación la constituye la oposición entre lo idéntico y lo diferente. Sin embargo, es muy explícita en señalar que las relaciones jerárquicas entre las categorías de un sistema de clasificaciones no es natural, sino producto de la historia y de los procesos culturales y sociales.  En esto, Héritier se encuentra completamente de acuerdo con otros antropólogos estructuralistas, entre cuyos intereses se encuentran las operaciones simbólicas que conducen al establecimiento de categorías.  Considera que las representaciones sobre las que se sustenta la organización jerárquica del género tienen un origen arcaico, transhistórico, pero no imposible de erradicar o modificar; en contraste, asume que en tanto que el equilibrio es una noción abstracta que no nace de la naturaleza, las oposiciones binarias —que constituyen la estructura de pensamiento común a todas las sociedades— como la de género tienen en su origen un carácter desigual.

La valencia diferencial de los sexos —que es el valor simbólico que se asocia a la diferencia fisológica entre el cuerpo del hombre y el cuerpo de la mujer— se haya instalada en los fundamentos de los sistemas de parentesco que constituyen, de acuerdo con la teoría de la alianza, la base de la sociedad. Estos elementos suponen una organización jerárquica articulada en torno a lo anterior y lo posterior, donde lo primero tiene un valor superior y lo segundo un valor inferior.  Los sistemas de parentesco se construyen sobre la prohibición del incesto, que motiva el intercambio de las mujeres y su poder reproductor; aunque no hay nada natural en que el intercambio sea de mujeres y no de hombres. Esto es así por una apropiación simbólica por parte de los hombres de la capacidad de las mujeres para reproducir lo idéntico y lo diferente —para dar a luz mujeres y hombres—,lo que obliga a los primeros a pasar por el cuerpo de las segundas si quieren reproducirse.

«Para reproducirse como idéntico, el hombre está "obligado a pasar por el cuerpo de una mujer". No puede hacerlo por sí mismo. Esta incapacidad es la que asegura el destino de la humanidad femenina. Se notará al pasar que la humillación femenina no está relacionada con la envidia del pene, sino con el escándalo que implica que las mujeres conciban a sus propias hijas, mientras que los hombres no pueden concebir a sus hijos.»

De esta manera, la dominación masculina se basa en una representación muy arcaica de la mujer como reproductora de los hombres, y no como una persona en todo el sentido de la palabra. A lo largo de todos los capítulos del libro, Héritier va a mostrar evidencia de ello, y de cómo esta representación trasciende en la historia de la humanidad y de una sociedad a otra, incluso en la sociedad occidental contemporánea donde el parentesco ha perdido su papel como organizador de la sociedad. En consecuencia con lo anterior, Héritier considera que el derecho a la anticoncepción es una «palanca» que puede contribuir a romper la jerarquía, al poner completamente en manos de las mujeres la voluntad de ejercer la maternidad o no.

En 2003 recibió el premio Irène Joliot-Curie, en reconocimiento a la investigación científica realizada por mujeres.

Hommes, femmes, la construction de la différence. Paris, Le Pommier. 2005. ISBN 978-274-650-244-4.

 Muere Françoise Heritier la antropóloga que demostró que la violencia machista no tiene nada de natural

 


 24 de noviembre de 2017

Pablo Francescutti (Agencia SINC) “La humanidad es la especie más estúpida: es la única donde los machos matan a sus hembras”, dijo Françoise Heritier. Esta semana ha muerto la etnóloga francesa, que probó que la violencia de género no responde a ninguna ferocidad natural, sino a un exceso de cultura patriarcal.

Una intuición fundamental del antropólogo Claude Lévi-Strauss le llevó a basar en el intercambio de mujeres la teoría del parentesco que explicaba la sociabilidad humana. Lo respaldaba la práctica milenaria de las bandas paleolíticas, los asentamientos neolíticos y las primeras sociedades históricas. ¿Razones? La prohibición del incesto, que obligaba a los hombres a conseguir esposas fuera del grupo de parientes consanguíneos, y el apremio por aliarse con los pueblos vecinos para evitar la guerra de todos contra todos.

Las mujeres servían de moneda de cambio entre padres y hermanos de distintas tribus, que se asociaban al convertirse en suegros y cuñados. En resumidas cuentas: las mujeres fueron sometidas en beneficio de la supervivencia grupal y la cohesión social.

En Burkina Fasso se sumergió en la vida de los Samo, una etnia mandinga, para estudiar las relaciones de género y el incesto

¿Y por qué no ocurre al revés y no son las mujeres las que intercambian hombres?

Tal fue la pregunta que movió a la francesa Françoise Heritier a buscar una respuesta que la alejaría del estricto estructuralismo de su maestro. Y la buscó guiada por la hipótesis de que, para que dicho intercambio fuera aceptado, tenía que existir previamente una convicción común a ambos sexos de que las cosas debían ser así y que sus parientes masculinos actuaban correctamente.

Su pesquisa la llevó lejos de su patria, hasta Burkina Fasso, a sumergirse en la vida de los Samo, una etnia mandinga cuyo sistema de filiación estudió, en especial las relaciones de género y el incesto de segundo tipo –entre una madre y una hija con un mismo amante–. De formación geógrafa, gustaba contar que las fascinantes clases de Lévi-Strauss la decidieron a apuntarse a una expedición a Gabón que requería un geógrafo y, a falta de candidatos varones, la aceptaron.

Apoderarse de sus vientres

Con esos conocimientos y otros que fue adquiriendo con el correr de los estudios tejió una explicación de la universalidad de la subordinación femenina. La respuesta la encontró en la capacidad reproductiva de las mujeres; ellas pueden “producir” niñas y, sobre todo, ¡niños!

Ese gran don siempre asombró a los hombres, que han tratado de controlarlo desde la noche de los tiempos. Para apoderarse de sus vientres y su poder generador se convencieron a sí mismos de que eran ellos quienes introducían el principio sexualizante en la mujer. Aristóteles teorizó esa fantasía al afirmar que todo dependía del esperma.

Como Heritier explicó, a Levi-Strauss no le preocupaba la sumisión femenina sino el intercambio, las reglas estables que gobiernan el aparente desorden social y cultural. Y por eso le enmendó la plana a su concepción del incesto, demostrando que este no obedecía únicamente a las exigencias del intercambio, pues el tabú se impone incluso a los parientes políticos. Al fin y al cabo, ¿qué necesidad de intercambio obliga a vetar las relaciones de un hombre con su cuñada o su nuera?.

Fiel, sin embargo, a la lógica binaria a la que era tan adepto su maestro, postuló que la singular biología de los dos sexos ha sido la inspiración de todo un intrincado complejo de creencias sobre las identidades de los géneros. Y enseguida aclaró que “los dos sexos son diferentes, pero la naturaleza no dice nada en términos de jerarquía”, valores establecidos por una estructura de poder, el patriarcado.

¿Por qué es universal la subordinación femenina? La respuesta está en la capacidad reproductiva de las mujeres

La dominación masculina continúa

Como se encargó de recalcar, los últimos descubrimientos de la neurología niegan las diferencias sexuales en el funcionamiento y organización cerebral. Es el aprendizaje discriminatorio –las niñas con las muñecas, los niños con los caballitos– lo que promueve el desarrollo de conexiones sinápticas divergentes.

Conjeturaba que, en algún momento del Paleolítico medio, nuestros ancestros inventaron la prohibición del incesto, una de las mayores innovaciones de la especie, para salir del refugio precario de sus familias extensas. Superaron así el brete mortífero que los empujaba a guerrear sin fin con los vecinos para robarles esposas cuando su grupo endogámico no se las podía proporcionar.

“Hoy los hombres ya no intercambian mujeres”, reflexionaba [excepto en la prostitución, donde las mujeres siguen circulando en las redes de proxenetas, puntualizamos nosotros]. “Pero la dominación masculina existe igualmente. Es por eso que desarrollé la idea de que la diferencia sexual era una invariante todavía más fundamental que la necesidad del intercambio”.

Pero que la subordinación femenina sea universal no significa que tenga nada de natural, como tampoco lo tiene la igualmente extendida violencia machista. No existe un comportamiento semejante en la fauna, afirmaba categóricamente. Y aunque se intenta explicar la agresividad masculina como un vestigio bestial, una recaída en el animalismo, se trata de una explicación sin fundamento.

Ningún animal agrede a sus hembras

“Algunos animales matan a las crías de las hembras, pero solo para interrumpir la lactancia y volverlas sexualmente receptivas. Y si es cierto que a menudo los machos pelean entre ellos por la supremacía en una manada, jamás combaten ni matan a las hembras de su grupo”, decía Heritier en un artículo publicado en Science et Avenir. En síntesis: la violencia de género no responde a ninguna ferocidad natural, sino más bien a un exceso de cultura, de cultura patriarcal.

Los demás machos pelean entre ellos por la supremacía en una manada, pero jamás combaten ni matan a las hembras de su grupo

Titular de la cátedra de antropología del Colegio de Francia, un templo del saber señalado por su misoginia, a la que accedió por sus méritos y gracias al apoyo de Levi-Strauss, se distinguió además como divulgadora de las grandes aportaciones de la antropología en materia de género.

Socialista moderada, se mojó en los crispados debates que han dividido a Francia en las últimas décadas: defensora del matrimonio gay, del control de la natalidad y del derecho al aborto, se opuso con todas sus fuerzas al velo en las escuelas y a la adopción por parejas homosexuales.

Al final de su vida se aproximó a Lévi-Strauss en el pesimismo acerca del cambio de estructuras socioculturales que se le antojaban inmutables, como el reparto sexual del trabajo, el tabú del incesto y la valencia diferencial de los sexos, la raíz de las desigualdades jerárquicas. No creía que en un plazo cercano se pudiera llegar a la deseada igualdad entre hombres y mujeres.

La antropóloga que feminizó el estructuralismo murió el pasado 15 de noviembre en París, el día de su 85º cumpleaños.

Frases de Heritier que remueven la conciencia colectiva

“Decir que las mujeres tienen el derecho de venderse es enmascarar que los hombres tienen el derecho de comprarlas”

“Se dice que un hombre no puede casarse con tal o cual mujer. Pero jamás se ha dicho que una mujer no puede casarse con tal o cual hombre. De hecho, las mujeres nunca han sido sujeto de derecho con voz en los textos históricos”.

“Seguimos moviéndonos con patrones de conducta y pensamiento forjados en el Paleolítico Superior”

“La humanidad es la especie más estúpida: es la única donde los machos matan a sus hembras”

“No me intriga saber lo que ocurrirá después de mi muerte. Después de todo, nadie se plantea la cuestión de qué era antes de nacer”

* https://books.google.com.co/books?id=hgS_Un4ZHZkC&pg=PA373&lpg=PA373&dq=table+de+matières+de+les+deux+soeurs++et+leur+mère+de+F.+Heritier&source=bl&ots=6lwXhUVG7I&sig=ACfU3U1tcgZPnQJFKArY0_P8iNTglU-x_A&hl=es&sa=X&ved=2ahUKEwiC3Iep1JjzAhUNZzABHaOtA3AQ6AF6BAgXEAM#v=onepage&q=table%20de%20matières%20de%20les%20deux%20soeurs%20%20et%20leur%20mère%20de%20F.%20Heritier&f=false 


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Qatar, Fútbol y Muerte

 


The Guardian' denuncia que 6.500 trabajadores murieron en las obras de Qatar 2022

  • El Estadio Icónico de Lusail, a unos 20 km al norte de Doha, acogerá la final del Mundial 2022.  © Comité Supremo de Entrega y Legado de Qatar / vía AFP


Desde que el Mundial de Fútbol 2022 se asignó a Qatar en 2010, 6.500 trabajadores inmigrantes habrían muerto en las obras de construcción, reveló el periódico británico 'The Guardian'. La FIFA minimizó la cifra y dijo que "la frecuencia de accidentes en las obras del Mundial fue baja en comparación con otros grandes proyectos" alrededor del mundo.

La cifra debería ser motivo de preocupación para el mundo del fútbol y la FIFA en particular.  Según el periódico británico 'The Guardian', más de 6.500 trabajadores provenientes de India, Pakistán, Nepal, Bangladesh y Sri Lanka habrían muerto en Qatar desde que el pequeño Estado del Golfo consiguió la organización del Mundial 2022, hace diez años.


¿Doce muertes cada semana?

Para determinar esta cifra de doce trabajadores muertos a la semana, The Guardian se basa en las estadísticas facilitadas por los gobiernos de estos países, principales proveedores de mano de obra a Qatar. Y el número total de muertes estaría subestimado porque no se han recogido datos de otros países, como Filipinas o Kenia, que tienen muchos nacionales trabajando en Qatar.

Desde 2010, Qatar se ha embarcado en un enorme programa de construcción con carreteras, aeropuertos, transporte público, hoteles y estadios para acoger el Mundial de Fútbol 2022. The Guardian estima que es "probable" que la mayoría de estas muertes estén relacionadas con estas obras.

"La tasa de mortalidad en estas comunidades está dentro de lo esperado por el tamaño de la población y la demografía. Sin embargo, cada muerte es una tragedia, y no se escatiman esfuerzos para tratar de evitarlas en nuestro país", dijo el portavoz del gobierno de Qatar.

Sólo 37 de los 6.500 trabajadores habrían muerto en las obras de los estadios del Mundial. De ellos, 34 no son considerados como accidentes de trabajo por el comité organizador local. Unas cifras cuestionadas por varios expertos. "Hay una verdadera falta de claridad y transparencia en torno a estas muertes", dijo Amnistía Internacional.

Según una investigación encargada por la Organización Internacional del Trabajo de las Naciones Unidas, los trabajadores se enfrentan a un importante estrés térmico cuando trabajan al aire libre durante al menos cuatro meses al año.

La FIFA minimiza la controversia 

"Detrás de las estadísticas hay innumerables historias de familias devastadas que se encontraron sin su principal sostén, luchando por una indemnización y confundidas sobre las circunstancias de la muerte de su ser querido", escribe el periódico.

La FIFA respondió recordando las "muy estrictas medidas de salud y seguridad" establecidas en los sitios. El organismo futbolístico mundial también asegura que "la frecuencia de accidentes en las obras del Mundial de la FIFA fue baja en comparación con otros grandes proyectos de construcción en todo el mundo".

En Qatar, el 69% de las muertes de inmigrantes indios, nepaleses y bengalíes son clasificadas como naturales por las autoridades del país. Esta tasa se eleva al 80% sólo en el caso de los indios, por los que se informa regularmente de "insuficiencia cardíaca o respiratoria aguda". Se calcula que un total de dos millones de inmigrantes fueron a trabajar a Qatar, en las distintas obras de construcción del Mundial.

Desde 2010, Qatar ha sido objeto de varias polémicas, incluyendo sospechas de sobornos en relación a la atribución del torneo. En enero de 2021, la asociación anticorrupción Anticor se constituyó como parte civil en la investigación sobre sus condiciones de atribución y el papel que podría haber jugado el francés Michel Platini.

© taylanibrahim/iStockphoto

Football

¿Deberían los espectadores boicotear la Copa del mundo de fútbol 2022?  Veamos que responden los filósofos

Batiste Morisson, publicado el 10 de octubre de 2022


A Estrasburgo y Lille, esta semana se sumaron Paris, Marseilla, Burdeos, Nancy & Reims a la lista de las ciudades que no dispondrán de fan-zones, ni de pantallas gigantes para difundir la próxima Copa del monde de fútbol, que se realizará en Qatar.  Decisiones importantes que relanzan, y esta vez en la cancha del espectador, una pregunta que ha estado en suspenso desde hace muchos meses: ¿tenemos el deber de boicotear esta competencia cuyo balance social y medioambiental resultó más que inquietante?

El rigorismo kantiano: boicotear para no ser cómplice

Conocida por su exigencia, la ética kantiana está desarrollada en los Fundamentos de la metafísica de las costumbres (1785)El filósofo alemán la resume en la forma que llamó un imperativo categórico: una regla incondicional, cuya observancia debe ser garantizada cualesquiera sean las circunstancias.  Si el ofrece muchas versiones a lo largo de toda su obra, seguramente que la siguiente es la más interesante para reflexionar en el boicot: «Actuar de tal manera que se trate a la humanidad tanto en tu persona como en la del otro, nunca solamente como un medio sino siempre al mismo tiempo como un fin».  Una frase qui nos invita a considerar todo ser humano como un fin en sí mismo, y no solamente como un instrumento, cualquiera sea la situación en la que nos encontremos.  En tanto que ser razonable, el hombre es una persona; sa valor es inestimable y no puede pues ser tratado como un objeto.

Esta dignidad inalienable del hombre, Qatar parece habérsela negado a los 6.500 obreros que fueron usados como instrumentos, poniendo en peligro sus vidas –miles la perdieron, en condiciones de trabajo inaceptables–, para construir ocho estadios monumentales.  Si es cierto que Kant habría enfáticamente condenado una tal iniciativa, ¿llegaría a inculpa igualmente al espectador del mundial, que de ninguna manera ha participado en su realización?  Puede que sí. Después de todo, mirar los partidos, es participar, quiéraselo o no en la financiación del acontecimiento. Para convencerse de ello, es suficiente con constatar que la mitad de los partidos serán difundidos por cadenas que pagan, y recordar que las publicidades de los encuentros de la segunda vuelta son cobradas teniendo en cuenta el número de espectadores contabilizados en la primera vuelta de encuentros…

Pero se dirá que un espectador más o uno menos, ¿en qué cambia eso los ingresos de Qatar?  Esta objeción no es válida para Kant, que piensa menos en las consecuencias de nuestras acciones que en su conformidad con el deber – que implica que no se puede apoyar ningún proyecto que niegue la dignidad humana.  Defensor de una moral rigorista, el filósofo habría sin duda preconizado boicotear los partidos por la televisión… e incluso en streaming, pues la intención del acto, no sus efectos, los que deciden sobre su moralidad.

La moral sentimental de Hume: boicotear por “benevolencia”

A la inversa de Kant, David Hume no cree que la conducta moral esté determinada por nuestra razón – facultad puramente teórica, e incapaz de hacernos actuar.  Lo que motiva la acción moral es más bien la sensibilidad, es decir nuestra capacidad de experimentar compasión o aversión ante ciertas acciones y situaciones.  Esta tesis la desarrolla en el Tratado de la naturaleza humana (II, 1, 1739-40): el pensador escosés explica allí que lo que empuja a los hombres a la acción moral es la «simpatía», definida como la facultad de percibir «los sentimientos de los otros».  Todos los vivos son capaces de una tal simpatía (comprendida, en un sentido más moderno, como empatía), que se experimenta no solamente con respecto a sus parientes, sino también por todos los hombres, sin condición de proximidad.  Entendida de esta manera, se llamará entonces «benevolencia».

Mientras estamos embargados por este sentimiento, «notable en la naturaleza humana, a la vez en sí mismo y en sus consecuencias», deberíamos experimentar una repulsión instintiva con respecto a los partidos de la Copa del mundo.  El sufrimiento de los obreros muertos en los lugares de trabajo, y el de la comunidad LGBTI+ actualmente perseguida por un régimen discriminatorio –si es transmisible– tiene en efecto con qué disuadirnos.  Aunque esto no cambie en nada el desenvolvimiento del mundial y el estado de los derechos humanos de los qataríes, nuestra sensibilidad, y a fortiori nuestra «benevolencia», podrían quitarnos todo deseo de ponernos a ver la competencia.

El argumento de Hume es interesante, pero reversible.  Si existe una comunicabilidad de los sentimientos humanos, no estamos seguros que podamos resistir ante el entusiasmo de algunos de nuestros prójimos, reunidos ante el televisora…  ¿Se impondrá este sentimiento sobre la aversión sentida por compasión con respecto a las víctimas del proyecto qatarí? En todo caso la pregunta bien vale la pena hacérsela.

El consecuencialismo de Bentham: ¿para qué vamos a boicotear?

Principal defensor de lo que se puede llamar una ética consecuencialista, Jeremy Benthame se interesa ante todo en los efectos de nuestras acciones sobre el conjunto de la sociedad.  Contra toda una tradición en filosofía moral que se interesa en las intenciones y no en las consecuencias, él escribe que «la moral es el arte de maximizar la felicidad común».  En la Deontología o ciencia de la moral, una obra publicada a título póstumo en 1834, el filósofo desarrolla esta concepción del bien.  Explica que lo que hace que una acción sea considerada como buena o mala, es su «tendencia a acrecentar o a disminuir la suma de felicidad pública».

No hay ninguna duda de que Bentham habría condenado el proyecto, decidido en 2010, el de realizar una Copa del mundo en un país desértico como Qatar.  Verdadera aberración ecológica, el proyecto disminuirá don toda seguridad «la felicidad pública» al participar en el calentamiento global, cuyos efectos se manifiestan ya por todas partes en el mundo.  Dicho esto, tal vez no sería tan seguro que Bentham se hubiera opuesto a que asistiéramos a los partidos, pues el mal ya estaría hecho.  ¿Para que boicotear? No estamos seguros que una persona menos ante el televisor vaya a cambiar en algo la situación. Siguiendo la lógica que desarrolla en sus obras, es posible que esta fuera la respuesta de Bentham si se le interrogase sobre el tema.

Quizás hasta iría más lejos.  Negándonos a ver el mundial y dedicados a vociferar contra los que no quieren privarse de velo, ¿no estaremos disminuyendo el «alborozo público» por estar difundiendo pasiones tristesl?  Si nos atenemos a la ética benthamiana, boicotear la Copa del mundo ¡podrían incluso tener algo de inmoral!

El minimalismo de Ruwen Ogien: evitemos simplemente hacer el mal

Ruwen Ogien (1947-2017), filósofo francés conocido por su «ética mínima», rompe con los principios de las morales más exigentes.  No se trata para él de proponer una concepción de la vida buena unívoca y universal, y de reconocer la noción kantiana de deber con respecto a sí mismo.  Se asume, en El pánico moral (Grasset, 2004), como el defensor de un principio único: no dañar a los otros.

Seguramente que él no habría calificado de inmoral el mirar la Copa mundo, puesto que difícilmente uno puede causar daño de esta manera.  Por el contrario, como Bentham, sí se habría opuesto a la realización del proyecto qatarí, qui plantea serios problemas sociales y humanos.

¿Será que una tal ética puede ser profesada actualmente?  Está permitido dudar.  La idea de una «intervención limitada a los casos de afección flagrante causada a otro» parece tener algo de insuficiente.  ¿No ha conducido ella a los dirigentes del mundo entero a tolerar que esta gran-misa deportiva se desenvuelva en un Estado tan poco respetuoso de los derechos humanos?  Le podríamos objetar a Ogien que con la ética mínima se acrecienta el riesgo de una forma de anestesia moral, que puede llevarnos a proyectos finalmente dramáticos en el plano humano.


Estas cuatro éticas ciertamente discutibles, no formulan una respuesta unívoca a la cuestión del boicot de este evento deportivo; sin embargo exhiben las implicaciones morales y filosóficas de un debate que actualmente de desenvuelve acaloradamente.  Nos corresponde profundizar estas reflexiones, y hacer nuestra una de las éticas expuestas, de aquí al comienzo de la competencia en solo algunas semanas…

Traducido por L.-A. Paláu C., Envigado, co, octubre 15/2022

Adenda

Por su parte, Dinamarca también adoptó una firme postura en contra del Mundial de Fútbol Qatar 2022. En este sentido, la marca que viste al seleccionado danés lanzó una camiseta negra en señal de luto.  "Esta camiseta lleva consigo un mensaje. No queremos ser visibles durante un torneo que les ha costado la vida a miles de personas. Apoyamos a la selección danesa en todo momento, pero eso no es lo mismo que apoyar a Qatar como nación anfitriona", sentenció en Twitter la empresa Hummel.

La Federación danesa de fútbol y Hummel, la marca que viste a la selección, anunciaron que lucirán sus escudos prácticamente invisibles en las camisetas, un gesto de repulsa a la celebración de la Copa del Mundo en dicho país.

Ahora la federación danesa ha ido un paso más allá, añadiendo nuevas medidas para boicotear el Mundial en Qatar.  Los jugadores saben que no estarán acompañados por sus familiares durante su participación en el torneo, ya que desde la federación quieren que la actividad en el país árabe sea la mínima. "No queremos contribuir a generar ganancias para Catar", dijo Jakob Hoyer, gerente de comunicaciones de la Unión Danesa de Fútbol, al periódico 'Ekstra Bladet'.

"Así que hemos reducido al máximo nuestras actividades de viaje. En anteriores (finales de la Copa del Mundo), las esposas y novias de los jugadores han viajado con la directiva, pero como dije, hemos cancelado esos viajes para estas finales", continuó diciendo.

Brazalete de Hummel-Dinamarca contra la discriminación en Qatar.

Incluso el diario 'Le Quotidien' de París, anunció que no realizará ninguna publicación relacionada con Qatar 2022, una forma de protestar contra los "ataques intolerables a la dignidad, a las libertades humanas, a las minorías y al planeta".


Les Beatles en 1963. © UIG/SeMstudio/Fot/AKG

Entretien

Cuando Pierre Bayard imagina un mundo sin Shakespeare, Proust o los Beatles

Pierre Bayard, afirmaciones recogidas por Batiste Morisson, publicado el 14 de octubre de 2022


Prosiguiendo su exploración de los mundos posibles, el especialista en literatura Pierre Bayard, en Et si les Beatles n’étaient pas nés? (Minuit, 2022), muestra que las obras maestras aplastan todo a su paso.  Entrevista en forma de reparación.

(...)

Proust transformó nuestra manera de leer al crear un nuevo “canon literario”.  Hizo así que se hundieran en el olvido muchos autores que antes habían sido venerados; ¿lo apesadumbra?

Cito en mi libro un artículo maravilloso de Borges, en el que afirma que un gran escritor como Kafka crea a sus precursores.  Nos indica así que un cierto número de autores de los siglos precedentes no tenían nada de kafkianos antes de Kafka, pero que este, por su irradiación, les transforma después de todo su obra haciéndola consonar con la suya.  Se me ocurrió como a él la hipótesis de que los autores de obras maestras –en todo caso consideradas como tales– no sólo ejercen una influencia sobre los autores que siguen, sino también sobre los que los preceden. Proust es un buen ejemplo, cuyo éxito tiene que ver para mí con que inventa lo que llamo, a partir del filósofo de las ciencias Thomas Kuhn, un paradigma, es decir un conjunto de cuestiones planteadas al mundo (focalización sobre el tiempo, atención prestada al Yo, se deja de lado la intriga…) y una escritura para decirlas, que van a terminar por encontrarse, por lo demás luego de un cierto tiempo –Proust no siempre ocupó el lugar que es el suyo en la actualidad–, con las preocupaciones de una época, marcada por el psicoanálisis y la mirada sobre sí mismo.  Pero el triunfo de ese paradigma –que no necesariamente es eterno– condujo a poner de relieve a algunos autores como Flaubert y a echar a otros a las sombras, a esos que no respondían a los mismos criterios de selección.  En los mundos paralelos donde el paradigma dominante es el del gusto por el relato de aventuras, escritores como Alexandre Dumas o Julio Verne ocupan el primer plano.  Y en aquellos en los que el paradigma dominante es histórico, es Anatole France, el que ocupa un sitio más importante que Proust en los manuales de literatura hasta los años sesenta.  Ni siquiera nos damos cuenta de la manera como Proust convierte hoy a otros autores en ilegibles, incluso anteriores a él, pues no hay nada más difícil que deshacerse del paradigma dominante en una cierta época, que a Proust como superior a Anatole France.  Para eso habría que realizar esa épojè (ἐποχή) de la que hablan los fenomenólogos, esa puesta entre paréntesis del juicio, que nos permitiría por ejemplo comprender por qué el dramaturgo Ben Jonson fue durante muchos siglos considerado como más importante que Shakespeare.

En recuerdo de mi profesora Marie-Antoinette Tonnelat que escribió una historia de la teoría de la relatividad mostrando como dicha teoría reorganiza recurrentemente la historia de la física.  tr. por Luis-Alfonso Paláu, octubre 15/2022


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