Celebrar la Muerte

Por Mauricio Castaño H...

Historiador

Colombiakrítica



Metamorfosis


Un día de vida es un día de muerte, nacer es empezar a morir, es una concepción de metamorfosis, de transformación constante, soy larva, ahora soy oruga, pronto seré mariposa, la transformación es ley, se nace a partir de uniones de micro partículas y a ellas volvemos, todo es del gusano, somos polvo cósmico, bien se lo dice. Es un todo constitutivo, nacer, crecer, envejecer, morir. La hermana muerte... Que nadie se asuste de cosa tan común. Y es hermoso ese recuerdo de las culturas que la celebran, que le cantan, que no le temen hasta el espanto. Quiero morirme de manera singular, quiero un adiós de carnaval… la voz negra canela y morir en tiempo de son, no quiero velas, no quiero sermón.


Fusión del Otro en Mí


Queremos enfatizar en el recuerdo que nos dejaron esas almas ya próximas a la muerte. Se notaba ya una aceptación de la finitud, incluso con un aire de tranquilidad porque desde lo más profundo del ser se sabe que cada quién se prolonga en esos otros que amamos y que a la vez nos aman, incluso de esos amores de amistad de los amigos que llevamos por dentro y que le dan fuerza de vida a nuestras existencias, que nos mantienen de pié para seguir la marcha hasta donde sea posible. Pero en todo caso luchar hasta el final, hasta donde se tengan fuerzas o simplemente hasta donde uno decida el momento soberano de irse para jamás volver… Y mucho mejor prolongarse en los otros en lo puro amor, es lo intangible espiritual: el alma.


El Puro Amor del Duelo


Y es más hermoso aún cuando se sabe el destino final del duelo que pasa por el dolor, la aflicción, luego por un equivalente o sustituto pero que finalmente se vuelve, se convierte en puro amor intangible, puro espíritu. Cuando uno se da cuenta que el otro ya ido persiste en mí, es parte de mí desde mis entrañas, los gestos, los sentimientos, todo aquello que soy a través del otro que me amó y que yo también  amé con las subidas y bajadas que tiene la vida. Uno está mirando a lo lejos y luego, al mucho rato, se da cuenta que mis ojos son, o son también los de ese otro ser que influyó tanto en mi vida, que suele confundirse, uno no sabe si es mi propia voz la que habla o la de ese otro fusionado que hay en mí. 


El amor en la Sonrisa Final


Pienso que quien muere con una sonrisa en la boca o con un rostro sereno, tranquilo, es porque habitó ese sentimiento de amor y amistad que vivifica a los cuerpos, incluso que los acompañó hasta el último estertor de la muerte. Otra cosa extraña que supera los extremos, sucede con el amor que incluso después de muerto uno sigue amando a ese ser sin importar que su destino final sea el infierno, uno acepta cualquier destino en la vida y en la muerte, es bonito vencer esas barreras por el afecto, aceptando el cielo o el infierno, sin hacer ningún esfuerzo por interceder por este o aquel. Sea como sea, creo que uno está conforme en el lugar que le ha tocado estar, los merecimientos no son  gratuitos, ni mejores ni peores, simplemente son y han de vivirse, aceptar el destino presente y final que nos ha tocado vivir. Desde luego que el destino es uno mismo, labrando aquí y allá, poniendo todos nuestros esfuerzos, nuestro empeño por luchar, por transformar aquello que está en nuestras manos.


Indignos del Cielo y del Infierno


Al fin de cuentas uno se siente indigno del cielo como del infierno. Los ahorcados en su momento final tienen derecho a patalear. Y a uno se le cruza  a veces pensamientos justicieros o de agradecimientos con la misma muerte de llevarse a ciertos seres por haber hecho mucho daño acá en la tierra. Nadie de esos podrá alzar los ojos al cielo sin sentirlos  sucios de vergüenza. Aunque uno está tan acostumbrado a mirar acá abajo que el arriba de los cielos poco importa, el amor por la tierra es constante, es moneda corriente, de ella vivimos y a ella nos debemos, por lo demás, hombre viene de humus que quiere decir tierra. Y a uno le prometen más el infierno que el cielo, los miedos, los controles funcionan más cuando hay amenazas de arder bajo fuego. Sólo queda el consuelo de las almas piadosas que rezan por ellas, que intercedan sin importar que los esfuerzos sean vanos. Homenaje a Juan Rulfo en recuerdos de Pedro Páramo, lo más sublime sobre las almas.


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Flujos Políticos

Por Mauricio Castaño H.
Historiador
Colombiakrítica

Preguntarse por las decisiones políticas que atraviesan un cuerpo, y más allá, una sociedad, una Nación, es un asunto complejo, de flujos. Uno es lo que recuerda, la historia que ha dejado sus huellas sobre la carne, la piedra, sobre la tierra, sobre el territorio, son todas  ellas evidencias que dejan sus marcas y de las cuales es difícil desprenderse. Y por allí mismo, el pasado que pesa sobre nuestras espaldas para bien o para mal y que nos hacen actuar de ésta o aquella manera… recuerdo al autor francés Gabriel Tarde en su libro Las Leyes de la Imitación, enfatiza en la micro sociología, por ejemplo, en lo micro constitutivo de una sociedad, las formas de saludar, de caminar, incluso la curiosa pregunta que uno puede hacerse del preciso momento a partir del cual los ciudadanos, las gentes empiezan a caminar de cierta manera, con cierto estilo que se propaga, se contagia entre los individuos, entre la sociedad. Así mismo uno puede preguntarse en qué momento, a partir de qué instante se empezó a saludar de otra manera hasta irrigarse por todo el entorno y volverse costumbre. Y desde luego, el tema que nos convoca sobre el obrar político, la toma de partido por éstas o aquellas prácticas, ideas, concepciones que se materializan en la propia sociedad.


Traigamos un ejemplo del año de 1823, trece años después de haberse declarado la Independencia y que a pesar de ser ganada la Libertad, ésta se dió no sin restricciones como bien lo trae esta cita de Alvaro tirado Mejía en texto Origen de los Partidos Políticos: «Ya ganada Ia libertad para Colombia, uno de los padres de la patria daba estas instrucciones con respecto a los ciudadanos no libres de su hacienda: "Velará Ud. que vivan en arreglo los esclavos y en sus disputas y pleitos tomará parte haciéndolos conciliar. Todos los días a las 5:30 de la mañana hará Ud. venir los esclavos en el oratorio que recen el Ave Maria y a las  6 sin falta que entren al trabajo, a las 8 de la mañana que salgan a almorzar, y vuelvan al trabajo a las 9; a las 12 que salgan a comer y vuelvan a las 2 de la tarde hasta las 5, y en buen tiempo hasta las cinco y media. El sábado es de los esclavos, para que con él trabajen para vestirse y también el primer viernes cuando no haya ración de carne... No podrá dar Ud. a ningún esclavo más de veinte y cinco azotes por ningún delito y esto con anuncio del capitán. A ninguna mujer embarazada se le 'podrá' castigar por un delito con otra cosa que con cepo y si mereciere mayor delito se le castigará después del parto, etc. antes de 4 meses bien pueda llevarlo. Coconuco, marzo 14 de 1823».


Esto también da pié para pensar los cambios políticos de una sociedad en los cuáles se fueron gestando transformaciones para decidir éste a aquella forma de gobierno, en fin, lo que se trata de plantear son los grados de complejidad y gradualidad para llegarse a una determinada forma de gobernanza. Por ejemplo, pensar en la Independencia de Colombia en 1810 y la gradualidad en que se definieron unas fuerzas políticas de larga duración etiquetadas de bipartidismo, pero antes pasaron tres o cuatro décadas para cocinarse los flujos o fuerzas conocidas como Conservadores y Liberales. Antes de éstas los estudiosos definen los efectos a la Corona de continuar con la dependencia a la Monarquía, a los Reyes de España, su fidelidad a pie juntillas no tenía dudas de su obediencia ciega sino también de los grandes beneficios de los que gozaban los súbditos o delegados de la Corona, un Centro al que se obedecía, se dinamizaba con lo mercantil y se tributaba, y por lo demás consolidaba una región, una nación, que luego se desprendió buscando su propio camino en la Constitución Republicana.


Miremos, por ejemplo, todas aquellas etiquetas o categorías de análisis establecidas, que hicieron carrera en su momento. Se tiene entonces una variedad de personas, en esencia motivadas por quienes querían conservar el régimen o por quienes querían liberarse, abrirse a otras tendencias de organización de la vida y de la política, son estas palabras claves que dicen de todo este caleidoscopio socio político del mundo republicano: Monarquista, Presidencialista, Conservadores y Conservadores progresistas, Federalistas y centralistas que 1863 decantan las otras corrientes, que derrotarán a la monarquista. 


Y las ideas fuertes, los ejes temáticos, las banderas agitadas por quienes abogaban por abrir la sociedad a las libertades, acá nos apoyamos en otra cita de Alvaro Tirado Mejía en su artículo referenciado: «En su obra Las ideas liberales en Colombia,  la mejor que existe sobre el tema, Gerardo Molina enumera así las reformas propuestas por  los liberales a mediados del siglo XIX: "Abolición de la esclavitud; libertad absoluta de imprenta y  de palabra; libertad religiosa; libertad de enseñanza; libertad de industria y comercio, inclusive el de armas y municiones; desafuero eclesiástico; sufragio universal, directo y secreto; supresión de la pena de muerte, y dulcificación de los castigos; abolición de la prisión por deuda; juicio por jurados; disminución de las funciones del ejecutivo; fortalecimiento de las provincias; abolición de los monopolios, de los diezmos y de los censos; libre cambio; impuesto único y directo; abolición del ejército; expulsión de los Jesuitas.»


Aunque se ha enfatizado sobre los flujos que van y vienen, aparecen y desaparecen, que empiezan como pequeñas corrientes, se vuelven torrentes y luego desaparecen, se difuminan, igual puede pensarse que pasa con esas grandes categorías o etiquetas que hacen carrera para marcar un momento, una época, un referente, un anclaje histórico. Y es el énfasis que se quiere hacer de los flujos políticos, por ejemplo, hoy uno puede preguntarse qué motivaciones, qué mueve a una persona a tomar, a alinearse, votar o decidirse por ésta o aquella postura política, y de seguro que se encontrarán no las mismas razones de los inicios y mediados de la vida republicana, ni tampoco los de la época de extrema violencia de 1948 en los que las gentes fueren llevadas a matarse por un color político, azul o rojo, conservador o liberal, cuentan de cómo los godos atravesaban con machete los vientres gestantes de las mujeres y como predicaban la violencia a mansalva.


Las motivaciones que impulsan a un cuerpo por un camino o el otro, por ésta o aquella decisión, pasa por los flujos sociales que configuran unas ciertas motivaciones políticas, cualquier cosa puede suceder menos un raciocinio juicioso, todo pasa más bien por flujos de sentimientos de odio, de amor, de horror. Todo aquello que desata la violencia más cruel es movido desde el fondo humano en donde no habita la razón, las corrientes de votantes son sacadas con rabia y llevadas a las urnas a evacuar todo ese malestar que los obstruye, va a sacar todo ese odio intestinal, odios pasionales más que raciocinios, el marketing programático que animan a votar al político de turno, triunfa el que logra conectarse con esos flujos de masa.


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