Historia del Pensamiento


Por Mauricio Castaño H



Las desgracias y los sufrimientos han acompañado la historia humana, probar sus soluciones, no ha sido tarea fácil. De las más de veintiún culturas que predominaron en el mundo, siete persisten, y sólo una resalta: la conocemos con el nombre de Cultura Occidental. ¿Y esto debido a qué? A la posibilidad que aventuraron los griegos en descubrir un sistema teórico, un logos como núcleo significativo, una Razón como herramienta, que fuera capaz de ordenar todos los discursos producidos, de regular las percepciones sensoriales y empíricas, que asisten al humano vivir. Recordemos que en los Diálogos de Platón, la fuerza está en la demostración a través de los argumentos sólidos, y no a través de las simples sensaciones o de las revelaciones míticas. Ejemplo de este convencimiento argumentativo es Sócrates, quien prefirió  beber la cicuta, antes que doblegarse al poder autoritario.


En la sociedad griega los filósofos direccionaban su destino. Esta enorme responsabilidad permitió osar la construcción de una gran Razón Universal, capaz de juzgar o regular a los demás discursos y a los hombres en sus conductas, y así contar con un hombre sabio, cuyo pensar virtuoso estuviera en conexión con el diario vivir. Fue una filosofía muy ligada con la ciudad, tomando de su mundo exterior los problemas para procesarlos, esto es, una política griega ocupada de su territorio. Funcionó así, hasta la época llamada medieval, la cual rompió con ese sistema de razonamiento, y en su lugar instaló la Fe, la Revelación, convirtiendo la existencia de Dios en Centro, principio y fin del universo, una Ciudad de Dios, réplica divina, y no sociedad civil. Luz Celestial y oscuridad terrenal.


Pero en los siglos XVI y XVII, resurge ese logos, bajo la etiqueta científica y no filosófica, de ciencia, ya experimental, volviendo recobrar el protagonismo de las profundas transformaciones, y se enfocará en revelar los secretos de la naturaleza. El heliocentrismo enseñó que el sujeto es empírico y está sobre la tierra; ese pensamiento somete al mundo sensible al análisis científico. Descartes se propone hacer al hombre el dueño y poseedor de la naturaleza. Este principio sirvió de hilo conductor para la Ilustración, la ciencia y la técnica en los siglos XIX y XX. En suma, con el nacimiento de la Razón, se procede por la vía demostrativa, experimental, y no por la vía religiosa, de la Revelación.


Con los pies puestos sobre la tierra, la experiencia humana de los siglos  XVII y XVIII, no midieron las consecuencias sociopolíticas que implicó el dominar la naturaleza. Partir de allí, no resultó ser buena idea para poder fundar mejor, el poder del hombre. Esta superioridad sobre la naturaleza, va ligada a un desarrollo concomitante del dominio de ciertos hombres sobre otros. “Nosotros frente a la acumulación de excedentes, no hemos encontrado otra solución más miserable que la guerra. Los llamados Salvajes tenían sus ofrendas, no tenían la acumulación” dice Châtelet. Y en el plano de los Derechos, se ven reducidos a simples Derechos Políticos, dejando por fuera el derecho a la existencia humana y el principio de libertad aportado por los griegos, pues como es sabido, antes los hombres no se pensaban libres, fue gracias a éstos que se incorporó en la cultura humana, que luego los romanos complementaron esta filosofía de la libertad, de sociedad civil con el consabido Derecho Romano.


Todos conocemos la desviación de estos pilares democráticos griegos, con el regreso a los Estados Autoritarios. Fue Hegel quien dio sus fundamentos, instó a los filósofos renunciasen a la "especulación" y se dedicasen gobernar. Hegel creyó que el Estado es un supra árbitro de la sociedad civil, que da la solución a las violencias y convulsiones, originados por esos tales consensos griegos; sentenció que era mejor tener un prohombre que rigiera los destinos de una nación, que someterse a tales incertidumbres humanas. Sus pecados consistieron en justificar  los regímenes del terror como etapas históricas del desarrollo de la humanidad, y concebir una circularidad en el tiempo, un destino cíclico. Obsesión permanente por la finitud. En cada época surgiría un superhombre en cada determinado tiempo, que conduciría a la grandeza de una nación sobre las otras.

Comenzamos diciendo sobre las desgracias que asistieron a nuestros antepasados, pero el mundo moderno no le ha ido mejor. Nuestro siglo veintiuno tiene sobre sus hombros las monstruosidades de las dos guerras mundiales y sus consecuencias políticas, que los filósofos, más que nadie, en fin, todos, «tenemos el deber de preguntarnos por el principio que está en su raíz, y de considerar que no hay ninguna necesidad, de que siga siendo así.» Advierte Châtele. Damos mayor responsabilidad a los filósofos entrenados para cuestionar, como en los tiempos griegos, que señalen los peligros, e indiquen senderos de bienestar y no de muerte, igual que Sócrates, él, arriesgo su propia vida, antes que renunciar a su convicción democrática de la humanidad.

La Razón clásica se clausura con Hegel, y tres autores con sus limitaciones. «Con Marx se constató que las clases obreras no están satisfechas; con Freud que hay enfermos a los que se les trata como locos, que después de todo, no tienen más que otra forma de inteligencia; y con Nietzsche que es la mediocridad la que triunfa». Con ellos se aprendió a desplazar la mirada, a mirar distinto estos malestares de la sociedad, agotados en los sistemas de pensamiento.

François Châtelet, el autor que nos inspira estas líneas con su bello libro "Una Historia de la Razón," nos hace la gran pregunta del filósofo: ¿Merece esto la pena? El filósofo, metido en su época, es «quien tiene los criterios para cuestionar, de la manera más radical las instituciones para intentar Fisurar la fuerza de su inercia.» Conviene ampliar la mirada hacia esas grandes estructuras de dominación como lo son la cultura, la moral y la política. Y esta ciencia cada vez sometida a las exigencias de la técnica, ello produce un retroceso en la capacidad de invención. Para finalizar, esta frase de Nietzsche en la que se critica la idea de Progreso: «No hay ninguna ley según la cual, desarrollarse, sea forzosamente elevarse, acrecentarse, fortificarse». Cómo no recomendar la lectura de la entrevista Sociedades de Consumo del filósofo Bernard Stiegle, publicada al español por

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Sociedad de Consumo



Bernard Stiegler :  El marketing destruye todos las herramientas del saber 
Por la Redacción, 20 De Marzo De 2012


Realizada por Thomas Johnson & Marc Borgers para Soldes.
Traducción de Luis Alfonso Paláu C., Medellín, 15 de febrero de 2013.


¿Estáis fatigados por las frasecitas, por los análisis políticos y mediáticos incapaces de proyectarse más allá del próximo sondeo? ¡Basta!, compartiendo con Soldes, la revista “pop e intelli”, os propone una entrevista-río con el filósofo Bernard Stiegler. Discípulo de Derrida, dirige el Institut de recherche et d’innovation y co-fundó la asociación Ars Industrialis. Frente a la dominación del marketing y a la hegemonía del capitalismo financiero, que hacen retroceder a nuestras sociedades, es urgente, para Stiegler, cambiar de modelo: pasar de una sociedad del consumo a una economía de la contribución, que tuviera como pilar la revolución digital.


¿Se puede salir de la era industrial?

Tengo la profunda convicción que lo que se llama humano es la vida tecnizada. La forma de vida que pasa por la técnica, ya sea del silex tallado o del silicio, organizada como hoy por un microprocesador o por otra cosa. En todos los casos, tenemos que vérnosla con la forma técnica. La individuación psíquica, es decir la manera de devenir lo que soy, la individuación colectiva, la manera cómo se transforma la sociedad en la que vivo, y la individuación técnica, la manera cómo los objetos técnicos se transforman, son inseparables. Un hombre que vive en un planeta donde hay un millón de individuos no es el mismo hombre que el que vive en una sociedad de siete mil millones de individuos. Siete mil, ¡es decir: siete mil veces más! Son factores colosales. 

Cuando se aprehenden las cuestiones en su globalidad, es inconcebible hacer frente a este empuje demográfico con medios no industriales. No es posible. La cuestión no es salir del mundo industrial, porque eso es pura paja. Las personas que dicen eso ¡son irresponsables! La cuestión es inventar otra sociedad industrial, al servicio de la humanidad y no del capital. Mucha gente ha soñado con eso. Se los llamaba comunistas. Marx fue el primer filósofo en decir que el hombre es un ser técnico. Pero Marx y el marxismo, ¡es muy diferente! Es necesario repensar en profundidad, primero: qué es la técnica para el ser humano; segundo: su socialización; y tercero: el proyecto económico político que debe acompañar la industrialización. El problema no es la industria, sino la manera como se la administra. Ella está bajo la hegemonía del capitalismo financiero.

¿De dónde viene esa hegemonía del capitalismo financiero?

En 1977, en el momento del movimiento punk, fue el momento en que se armó una catástrofe anunciada. La derecha radical piensa: es preciso reemplazar el Estado por el marketing. En 1979, llegan Thatcher, luego Reagan, en Gran-Bretaña y en los Estados-Unidos, los conservadores sacan las consecuencias de lo que se llama la des-industrialización. La enorme RCA (Radio Corporation of America) es vuelta a comprar por un mendrugo, por Thomson, la electrónica se va a Japón, Thatcher comprendió que la gran potencia de la Commonwealth llegaba a su fin. Por tanto, para paliar el desastre de la potencia industrial, se lanzan los dos a la especulación financiera. Todo ese sistema que se derrumbó en 2008 fue puesto en funcionamiento en esa época, es la escuela de Chicago. Lo desarreglaron todo, las potencias públicas, el sistema social, y de manera sistemática. Todo lo van a golpear. La consecuencia de todo esto es la destrucción de los saberes y una nueva proletarización generalizada.

¿Cómo se opera esta destrucción de los saberes?

Las instituciones familiares, la educación, la escuela, los sistemas de cuidado, la seguridad social, los partidos políticos, los cuerpos intermediarios; todas las herramientas del saber fueron sistemáticamente destruidas, las
habilidades (los oficios, las técnicas), el saber vivir (el comportamiento social, el sentido común), el saber pensar (la teorización de nuestras experiencias). Los lugares donde se desarrollaba eso que los griegos y los romanos llamaban la schola. Todo eso cedió frente al gusto por la satisfacción inmediata, por la pulsión infantil egoísta y antisocial. Mientras que el deseo es el punto de partida de una catexización social.

Hoy, 180 millones de chinos están deprimidos y por todas partes las gentes son depresivas. Es grave, ya nadie pilotea, el avión está volando solo. No estamos aún en el apocalipsis, estamos en un “tono apocalíptico” que todo el mundo percibe. En las calles de París, en el cafecito del frente donde Ud. discute con la gente, hay de todas las nacionalidades y todos están de acuerdo en que todo esto va mal y que nadie ve cómo salir de esto. La organización de la destrucción de todo esto es el marketing. Es la punta de lanza programada desde 1979 por los economistas liberales de la escuela de Chicago.


¿El marketing que triunfa…?

Lo que se pone en funcionamiento en los años 1950, con el desarrollo de los mass-media, es el proyecto de Edward Bernays, el sobrino de Sigmund Freud. Edward Bernays, conceptuador del "public relation", estaba convencido de que para hacer adoptar ideas o productos por parte de los individuos, era preciso dirigirse a su inconsciente y no a su conciencia. Su idea era hacer consumir a los norteamericanos cada vez más desviando sus deseos, cortocircuitando sus pulsiones. Sobre la base de una teoría freudiana, Bernays construye una estrategia de desarrollo del capitalismo que permite captar, controlar, canalizar a cada individuo y orientarlo hacia los objetos de la inversión económica, los objetos de consumo. El objetivo es tomar el poder sobre el psiquismo del individuo con el fin de llevarlo a un comportamiento pulsional. Esta captación es evidentemente destructora. Se canaliza el deseo hacia medios industriales y para hacerlo se está obligado a cortocircuitar la energía libidinal y todo su dispositivo, porque la energía libidinal es producida en un segundo rango, no es una energía primaria, las energías primarias son las pulsiones. Esto es lo que nos acerca a los animales. Todos estamos habitados por pulsiones y podemos comportarnos como bestias. Somos testigos de una regresión de las masas, que no es una regresión de las masas políticas sino una regresión de las masas de consumidores. El marketing es una de las grandes causas de desafección del público por el progreso. Le marketing es responsable de la destrucción progresiva de todos los aparatos de transformación de la pulsión en libido.




¿Cómo contener esta regresión, no permanecer en nuestras pulsiones de consumidores?

Herbert Marcuse pronunció un discurso importante en 1953 sobre el proceso de desublimación. En aquella época, hacía seis años que funcionaba la televisión, y él ve ya cómo se va realizar el proceso. En 2011, se observa con una consciencia planetaria ese proceso de desublimación predicho por Marcuse hace más de cincuenta años. Muchos son del parecer de que la sublimación es un caso un tanto excepcional de la libido. En un texto preciso, Freud dice: « La libido, es la sublimación. » Es decir que de cerca o de lejos no hay libido sin idealización del objeto de ella. No hay idealización sin sublimación. Si amo un artista o si estoy listo a liberar mi país, se trata del mismo proceso. Tras esto está lo sagrado. Se hablaba de esto corrientemente antaño. Marcuse lanza la hipótesis de que no hay posibilidad de lazo social sin un proceso de ese tipo, sin
idealización.

¿Se puede reencontrar el gusto por la sublimación, por la idealización?

Es necesario aprovechar esta toma de consciencia para invertir el proceso, para transformar el pánico en una nueva catexis. La nueva lucha comenzó en el norte de África. Aprendamos a hacer la terapéutica. Se trata de reconstruir progresivamente los saberes y los sabores. Es el trabajo del artista, es la creación y la técnica. El artista debe ser un técnico. Lo que hacéis es muy importante. Incluso si el arte conceptual parece haber borrado toda la tecnicidad del arte. Lo conceptual es también técnico. En tanto que fabricante de
conceptos, me considero un artesano. Le puedo decir que mis conceptos, yo los fabrico (Bernard Stiegler pone sus dos manos en torno y luego las mueve imitando la fabricación de una pieza). Tengo un banco de artesano, necesito un torno para apretarlos bien, así pasa con la materia. Es una tecnología material.
Soy un ser manual.

¿Quiénes son esos artesanos terapeutas de nuestras sociedades en regresión?


Yo cuento medianamente con el mundo económico y el mundo político. Cuando digo “debemos”, cuento más bien con los científicos, los artistas, los filósofos, y todos en el sentido amplio: los profes, los juristas, los psicólogos, los que cuidan las personas, todos los que se preocupan por el mundo. Todos tenemos necesidad de abrir una discusión con la vida porque ya nada se hará sin una voluntad independiente de los poderes. Hoy, es evidente que la utilización de las redes digitales es fundamental porque son nuevos sistemas de escritura y de publicación. Vivimos la emergencia de una nueva politeia planetaria: nuevo tiempo, nuevo espacio, que se dicen en latín res publica, la cosa pública; en griego, politeia. Un retorno a los orígenes de la democracia.

¿Con Internet y las nuevas tecnologías de la información como herramientas?

La web es la era industrial de la escritura. Lo digital es escritura. Una escritura hecha con la asistencia de autómatas, de motores de búsqueda, de servidores, de computadores, que se propaga a la velocidad de la luz, es evidentemente técnica, y de dimensión industrial pues supone infraestructuras de tipo Google. Tomemos tres millones de servidores, tres por ciento del consumo eléctrico de los EE. UU. Es una industria de dimensión mundial que permite desarrollar toda suerte de cosas extremadamente interesantes. La revolución digital crea una situación nueva en el plano económico y político, y es acá donde Marx vuelve a ser interesante, pues él no piensa la política sin la economía y recíprocamente. Pensamos, en Ars Industrialis[2], que esto hace posible la emergencia de un nuevo modelo industrial. La evolución humana es
indisociable de la evolución técnica.



¿Puede la técnica también provocar regresiones…?

Pensemos una farmacología general en la que la técnica es un remedio (un factor de progreso) si contribuye a intensificar las posibilidades de evolución de los individuos psíquicos y sociales, y un veneno (un factor de regresión) cuando conduce a cortocircuitar a esos mismos individuos. Luego del protocapitalismo que describe Marx, después del capitalismo consumista que describe Marcuse, existe ahora un tercer modelo industrial que emerge luego de la crisis de 2008. Y no sé si seguirá siendo capitalista mucho tiempo, le diré que me importa un rábano.

Microsoft divulgó sus códigos fuentes porque terminó por comprender que la dinámica de los programas libres es mucho más fuerte que la de los propietarios. Un reporte de la comisión europea prevé que en 2014 el programa libre será mayoritario. Hoy, una multitud de dominios se establecen sobre el modelo libre (Linux, Wikipedia…). Es lo que llamamos la economía de la contribución. Es una reconquista del saber, una desproletarización. Grandes movimientos fundamentales se están acomodando, y es indispensable que
nosotros, terapeutas, acompañemos, teoricemos, critiquemos con ¡alegría, coraje y modestia!

¿Qué es esta economía de contribución?

La economía contributiva existe ya; es ya extremadamente próspera y se impondrá porque sólo ella es racional. Una política industrial contributiva está a punto de romper con el modelo consumista. Se desarrolla en el dominio de la  programación computacional, que está actualmente jalonado por el modelo contributivo. Todas las grandes cajas como Google reposan sobre esta cultura. Y esto es lo que está a punto de inventar el porvenir. Pensamos que estos modelos son expansibles a muchos sectores. Comprendido el de la construcción del mundo energético.

El problema no es pasar del petróleo a la nuclear, o de la nuclear a las energías renovables. La cuestión fundamental es crear redes, “smart grids” (redes inteligentes) contributivas. Allí hay sol, vamos a bajar las persianas, eso va a producir calor que vamos a canalizar y poner en común en los servidores de energía. Mucho mundo trabaja ya sobre esto. Conozco dos arquitectos de la escuela politécnica de Zurich, una de las mejores escuelas científicas del mundo, que sostienen que lo fotovoltaico es suficiente por entero para satisfacer las necesidades energéticas. Pero esto no se ha desarrollado porque es contrario a los intereses de los especuladores.

Pienso que se requiere volver a lanzar una crítica de la economía política que reposa en la sublimación, y hace que las gentes se impliquen en proyectos contributivos. En economía, los hay cada vez más. Como Wikipedia. Es inaudita. Siete personas hacen marchar Wikipedia, noventa y tres asalariados. Asalariados al servicio de centenares de miles de contribuyentes (entre los que me cuento) y millones de internautas en el mundo. Contribuyen por amor a hacer algo bien. Y lo bien que hacen produce mucho valor económico.
Wikipedia produce una utilidad social enorme. Y se necesita encontrar los medios de ¡valorizarla económicamente sin monetarizarla! Pues sino, se volverá un business, et los accionistas entran…

¿Qué papel le corresponde a las nuevas generaciones?

Este es el problema más urgente, el más fundamental; se necesita mostrarle a las jóvenes generaciones este reciclaje posible. Con ellos, uno puede volverse más inteligente. La inteligencia no es una competencia mental o neurológica, es una competencia social. Es necesario reconstruir una inteligencia intergeneracional, y esto pasa por la técnica porque hoy, lo que constituye a las generaciones, son las mutaciones tecnológicas. Luego del analog native, a la que pertenezco (los hijos del cine y de la tele), tenemos los hijos de la Net, que inventan montones de cosas. Es urgente hacer la crítica de las generaciones sucesivas, los analog natives, también los litterate natives, y los print natives; Lutero era nativo de la imprenta, Sócrates lo era de la letra. 

La técnica es fundamental en la construcción de lo intergeneracional. Dicho de otro modo: de lo que conecta lo inconsciente con la conciencia. Cuando hablaba hace un rato de las nuevas tecnologías, lo tomaba en el
sentido kantiano. Kant es la crítica de la consciencia. Quiero que se haga una crítica del inconsciente. Quiero también dejar que se exprese una crítica que viene del inconsciente. Y este es el problema del 68. No haber sabido pensar una crítica del inconsciente. Hacerla es urgente. Freud decía de sí mismo que él era un gran racionalista. Repensemos la crítica de las Luces a partir de la cuestión del inconsciente. Los únicos que la han hecho son los capitalistas, las  gentes del marketing, que son cada vez más aguerridos en estas cuestiones. Han sacado un máximo de ello, han hecho de ello verdaderos instrumentos de dominación.

¿Y esta economía de la contribución pasa por la educación?

En Ars Industrialis decimos que el modelo americano, the American Way of life, está agotado. Consideramos que una nueva industria está en vías de posicionarse, una industria de la contribución. Pensamos que tal industria, para que funcione, requiere desarrollar una política de investigación. Una política
educativa de un género completamente nuevo. No haciendo una décima reforma más de la Educación nacional, de una manera ridícula y administrativa, no. Más bien planteando los problemas como deben ser planteados.

Reunamos filósofos, matemáticos, físicos, historiadores, antropólogos… Esto no se hace la noche a la mañana, sino que es preciso meterse en los trabajos que ejecutó Jules Ferry en su época. Hay que darse el tiempo y saber razonar en dos temporalidades diferentes. El corto y el largo plazo. Y allá, se requiere efectivamente desarrollar prácticas completamente nuevas, nuevos media.

¿Se acabaron las universidades?

Como yo se lo decía, la escritura se produce hoy a la velocidad de la luz por intermedio de una máquina. Pero siempre es escritura. ¿Qué es una universidad? De hecho, la Universidad que apareció a comienzos del siglo XIX en Europa, viene de la Academia en el sentido de Platón. La Universidad, lo que llamamos el mundo académico ¿qué es? Es lo que transforma el carácter envenenador de la escritura en algo benéfico. «Se ha dicho que con la escritura los sofistas han destruido la vida colectiva; pues yo –responde Platón– yo voy a hacer una escuela que llamaré la Academia, que produzca libros, manuales, cosa que la escritura se ponga al servicio de las matemáticas, del derecho y de la filosofía» Es lo que tenemos que hacer hoy. Se nos dice que eso lo hará el mercado, pero el mercado, es necesario no contar con él. El mercado son los sofistas.

Los profes no están armados intelectualmente para seguir nuestra vida tecnicizada, no tienen de ella ninguna crítica actualmente. Requerimos pues repensar en su totalidad la Universidad. Sobre todo es preciso comprender que lo digital está a punto de hacer explotar lo que está en la base de la Universidad del siglo XIX. Hay que repensar todo esto. En su totalidad. De hecho, la informática está absolutamente por todas partes, y esto no se lo enseña en la escuela. Ni siquiera se lo ha enseñado a los profes. Entonces ellos no están preparados intelectualmente para hacer frente a una generación armada de smart phones, de cámaras, de transformadores. No hay ninguna reflexión sobre estos cambios, ni en Francia ni en Europa.


¿Y en los EE.UU.?

Debido a su historia, Norteamérica ha estado confrontada al hecho de desarrollar una cultura de la adopción. Adopción de emigrantes, de las nuevas tecnologías. Esta cultura de la adopción ha puesto al desarrollo de la industria, y de las industrias culturales en el corazón de los EE. UU., y el cine en particular.
Norteamérica ha sabido acoger a los grandes cineastas que huían de Alemania, como Fritz Lang, de Checoslovaquia, como Milos Forman. Y Norteamérica supo también acoger a Derrida. Es preciso saber que a él se le negó un puesto en Francia, a Jacques Derrida, y que terminó haciendo que fuera profe en USA. También acogieron a Foucault, Lyotard. En la actualidad, mis mejores estudiantes están en USA, en Google. La inteligencia ¿es lo que le falta a Europa? Se puede suprimir la enseñanza de la filosofía. Al menos eso se tenía. Puedo contarles que en los EE. UU., los franceses tienen una calificación de infierno, gracias a Derrida, Deleuze, Barthes, Foucault… Cuando enseñé allá, yo era un nabab, por ser un filósofo francés. En Francia quieren volver papilla la filosofía. Están a punto de ponerla opcional en primero, para poderla suprimir al final del bachillerato. Es absolutamente alucinante. También la enseñanza del griego y del latín. Es calamitoso. Nos las tenemos que ver con unos benditos…

EE. UU. sabe atraer las inteligencias. Europa es una calamidad. No tiene política industrial, no invierte en la cultura y en lo que se llama “los nuevos media”, mientras que Google se volvió hoy la más importante empresa del mundo. No lo digo porque sea la que más dinero gane, sino porque ella detenta las claves de la nueva era. Por lo demás, quizás no por mucho tiempo, pues todo esto va muy rápido. Durante años Google perdió plata, han sido sostenidos. Trate aquí de montar una empresa que de pérdidas. No puede. Porque aquí se tiene que ver siempre con cretinos que están en la lógica del “¡toma el dinero, y corre!”. No piensan sino en volverse ricos como unos pobres filisteos…

Lo que permitiría transformar el veneno en remedio es una política industrial pública que no consiste simplemente en conceder reducciones de impuestos parafiscales a las empresas. Tener una política industrial es tener una visión de su desarrollo a veinte años. En una época en que Francia era un país industrial muy importante, no se emprendió el TGV <tren de gran velocidad> reflexionando a sólo dieciocho meses; se requirieron cuarenta años de anticipación. Todo esto fue masacrado a partir de Giscard d’Estaing, luego
por Mitterrand, Chirac y por supuesto Sarkozy. Es el efecto del neoliberalismo que consiste en decir “entre menos Estado y política haya, mejor van las cosas”. Es el viejo discurso de Reagan y de la Thatcher.



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Tomar la Palabra



Por Mauricio Castaño H


La democracia surgió contra el peligro de la concentración del Poder. Decir democracia equivale a ceder la palabra, la concertación, deliberación, en fin, donde cada vez estén involucradas más personas en la toma de decisiones, en el entendido de que cuatro ojos, ven más que dos. Desde los griegos con Pericles a la cabeza, se evidenció el peligro que conlleva la antidemocracia, que derivan los regímenes autoritarios de Reyes, dictadores, confiando el poder a unos seres especiales, se cree son bañados con sustancias divinas. Es una especie de puritanismo, unos pocos son los puros, con capacidad de ejercer el poder, y la gran mayoría es masa impura, incapaz para los asuntos del gobierno, muy de la mano del sistema República, planteada por Platón, antítesis del gobierno de todos.

Una de las explicaciones dadas a porqué las gentes permite en sus vidas la llegada de un tirano que los subyugará, es debido a esos miedos ancestrales hacia fuerzas del más allá, lo cual precisa de un protector fuerte, un casi dios dotado con poderes sobrenaturales. El líder elegido se comportará como tal desde su trono. Si bien los esfuerzos de la cultura democrática han estado apuntados a atenuar los miedos, a hacer responsables de sus propias vidas y de la propia conducción de la sociedad a los mismos hombres de carne y hueso, ello no quita que en esa capa geológica de la cultura humana, aún subyace y persista la sed de dirigentes, imaginados con dotes especiales.

Las dictaduras tanto de derecha como de izquierda, dictadores como Hitler o Stalin, responden a ese clamor de masa necesitada de protección. De esa pócima está bañados los hombres de poder, de apoyo de las masas, sin el cual no es posible su ejercicio de autoridad, no importa que se llegue a horrorosas carnicerías humanas sucedidas en cualquier terruño del mundo, tomadas como sacrificio a la usanza de los mejores ritos religiosos. Suele decirse que cada pueblo merece a los gobernantes que tiene.

Se dice también que todo poder es dañino, mientras más grande sea, más grande es el daño. Pues no es para menos, para la fragilidad humana es peligroso que se concentre muchas responsabilidades de gobierno, por eso desde el invento de la democracia, se entendió lo virtuoso para el hombre mismo, el compartir la toma de decisiones, que el poder esté repartido, en la prevención de las vanidades de orgullo, antesala del fracaso. Ha sido una constante en la historia que el deseo de dominar a los demás origina guerras, crímenes. Es por ello que la sabiduría aconseja: Si se quiere la Paz, evitar la Gloria. Esconderla, ausente, que nadie siente celos.

Dentro de los imperfectos de la democracia, está esas pequeñas parcelas de poder contemplada en los sistemas representativos, autoridades locales, regionales o nacionales, bien sea en cargos ejecutivos o legislativos, van como adictos buscando votos previas elecciones, gesticulan la mejor sonrisa ofrecida a sus posibles electores, pero que una vez elegidos, se esconden y se fastidian ante la mano extendida del esperanzado y humilde elector. Los experimentados y pulcros políticos, han concluido que la Política es divertida cuando se está en el peldaño más alto del poder, cuando se llega a ser Presidente de un país. Y muy aburrida en intermedio por tanto Lagarto y Adulador. Se aprecia mucho a quien no molesta y nada pide. Pero está el imposible de que precisamente, el sistema electoral se alimenta de votos y de gamonales, siempre habrá un alguien sediento y compulsivo por acceder al poder, y al otro lado estará un fulano miserable, dispuesto a adorar a su líder, a entregar su voto a cambio de unas cuantas monedas.

Hay que escuchar las nuevas manifestaciones de ejercer la palabra, su desconcentración, permitiendo que fluya lo local, lo individual, sin tanto intermediario, es decir, sin tanto Representante que funge delegación de poderes. Un buen ejemplo son los Blogs, expresión libre, no ceden el poder, sino que lo van tomando, que debería irse teniendo en cuenta para ser incorporados en la toma de decisiones. Bienvenidos todos aquellos que expresan su opinión, sus protestas de injusticias ante los gobiernos que cuidan los grandes intereses. Ello es tomar la palabra.



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Sociedades Líquidas

Madame Bovary pasa su mayor parte del tiempo haciendo el amor, más en la imaginación que en la realidad, mientras su marido está ocupado visitando pacientes en el campo. Con frecuencia se denuncia la pérdida de contacto con lo Real, sustituido por un Virtual, a través, por ejemplo, del Internet y su interacción social. Los abonados a Internet se estiman en 2,406 millones, y en su uso desagregado, el 85% de la gente de todo el mundo está conectada online, envía y recibe correos electrónicos, y un 62% se comunica a través de redes sociales tales como Facebook, twitter, principalmente. El teléfono celular ha multiplicado por diez la proximidad de los contactos. Preocupa los NiNis, los jóvenes que Ni estudian, Ni trabajan.

Contrario a quienes denuncian un aislamiento humano, estas herramientas posibilitan que los miembros de esta amplia comunidad humana nos acerquemos, rompiendo las barreras del mismo espacio físico. Ubicuidad real. ¡Ciudadanía Mundial! Quizá hoy la palabra amnistiado entre en desuso, no nos pueden apartar, arrebatar de la presencia virtual de nuestros seres más cercanos. Este arrojo de medios para enlazarnos y expresarnos, es la devolución de la palabra al pueblo, antes quitada por el monopolio del poder. Estamos cerca de una verdadera democracia, las posibilidades de comunicarnos son irrestrictas, infinitas. Estamos en el universal posible, en la conexión universal, ciudadanos líquidos del mundo. Lo volátil, lo líquido impera sobre lo concreto. Por todas partes de nuestro alrededor, la lengua reemplaza la experiencia; el signo, Suave, sustituye a la cosa dura.


Los Cinco Sentidos versus el imperio de los signos. El sonido de la moneda no equivale a la moneda, el olor de las cocinas no llena el estómago famélico, la publicidad no es la cualidad. La lengua que gusta anula el gusto o el beso que se recibe. Prohibido comer de gorra. El parásito es el animal instalado en casa del otro sin que este nunca pueda sospechar de él. Como salvar a los más pobres de la muerte apresurada y segura. ¿Cómo pensar en la fragilidad de las cosas y del mundo?
Vivimos en una inmensa mensajería. Mensajeros. Mensajes. Mensajería. Emisores y receptores, pocos intermediarios, por fortuna. En resumen es el programa del trabajo. Ya no trabajamos sobre la materia sino sobre lo volátil. La red. Ya no es la materia sino lo líquido, las sociedades líquidas. Hoy los obreros, en su inmensa mayoría, no llevan sobre sus hombros, concreto, sino cables para conectar a los hogares. Y los técnicos descifran el código para romper la cerradura del wifi y hacerlo libre en cierto rango geográfico. Aún democracia limitada. De lo sólido a lo volátil. Hace mucho tiempo fuimos predominantemente agricultores. Luego herreros. Hoy mensajeros. Cuando cambia la ciencia, el aprendizaje se transforma: cuando los canales de enseñanza cambian, el saber se transforma; y las instituciones le van a la zaga.

Nunca antes hemos estado tan cerca de un enlazamiento de la humanidad, del Contrato Social. La raíz concreta de la palabra contrato, la ligazón, la cuerda, amarrados o desamarrados. Contrato significa que un colectivo cualquiera tira de algo: una carreta, un fardo. Para hacerlo, se necesitan lazos que asocien a los que arrastran, y a éstos con su cosa arrastrada. Tres relaciones en la tierra global: los que componen la globalidad terráquea a partir de las localidades, y finalmente las que religan estas dos redes. La humanidad flota como un feto.

¿Los hombres? Es decir de la tierra y de la humanidad. Con el parásito negociamos un contrato como una especie de simbiosis. Es el tratamiento que se le da al cáncer, conjunto de células malignas que en vez de expulsar debe aprovecharse para que trabaje a favor. Vale más un equilibrio simbiótico que lanzarse a la guerra. En lugar de arrasar despiadadamente todos los gérmenes, como lo impone el puritanismo. La siembra de leche cuajada produce a veces deliciosos quesos. ¿Qué es un enemigo? Con frecuencia un conjunto de compinches que yo mismo produje y con el cual estoy obligado, condicional, continuamente a contratar.
Estamos más cerca de la anhelada libertad. La posibilidad de instalarse por cuenta de cada quien, no importa el precio que haya que pagar por la chifladura, pues los pensamientos legítimos correrán por las autopistas. Obsérvese que la libertad de pensar permanece rara. Sorprende entonces la idiosincrasia del guerrero. Las heridas recibidas, imponen la reacción casi salvaje de plantar la carpa en un lugar alejado, incluso si el lugar donde se detiene es desértico, puesto que no hay medios para ir a otra parte. Hay que llenarse de fuerzas para inventarse un camino por fuera de las rutas ordinarias. Aventurar como el filósofo cuando está perdido busca y hace mal tiempo, se impone pronto la necesidad de construirse una balsa o un barco, una arca, una isla incluso, sólidos y consistentes, dotarlos de utensilios, objetos y abrigos y poblarlos de personajes. Luego. Que venga quien quiera.
No se puede saltar de pie juntillas por el peligro de la repetición. Apelamos saltar de la generación del consumo y la repetición por la de la creación, en pleno y buen ejercicio de nuestra libertad. El reto es la Invención. El objetivo de la repetición es su emancipación. El fin de la copia. La repetición no es seria. La invención sí que los es. Pasar del consumo a la producción de contenidos en donde se exprese la diversidad de los mundos particulares que son cada cultura. ¡Viva la diferencia! Viene a bien sentir y practicar una gran amistad por personas que no piensan como nosotros, y de las que el desacuerdo nos instruye más, que los otros que nos alaban. Pensamiento libre e inventivo. La velocidad es la elegancia del pensamiento que se burla de la estupidez pesada y lenta. De la inteligencia es lo inesperado, de la estupidez lo previsible. Lo repetitivo se degrada a lo largo de la cadena de las copias. Es preferible avanzar, incluso rápido, corriendo el riesgo de caer, dejando algunas debilidades. Es mejor la invención acompañada del peligro de errar, a la seguridad rigurosa, paralela al riesgo de inmovilidad.
La invención es contraria a la repetición. Las ideas nuevas vienen del desierto, de los anacoretas, de los solitarios, de los que están retirados y que no están sumergidos en el ruido y en el furor de la discusión, repetitiva que hace que se permanezca en él, permanencia en el mismo punto sin lograr avance alguno. El barullo siempre hace tanto ruido que es imposible que se pueda pensar. ¡Abajo los coloquios y los dogmas de fe! Que en su lugar el dinero sea empleado, gastado para construir cartujas, con la obligación de reserva y de silencio. Hay ya demasiados debates. El pensamiento y la invención mueren a causa de la discusión permanente.
Los orígenes de la palabra amor nos llevan a los trovadores que cantaban en lengua occitana cuando partían a las cruzadas. Se trataba entonces de cantar a las princesas lejanas. Las lejanías nos acercan en la amistad. Con Michel Serres, quien nos inspira, alabamos la virtualidad, esta sociedad líquida en la que nos encontramos.



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Maquinas de Guerra y Aparatos de Captura

Por Mauricio Castaño H 
Twitter: @mauriciojota Historiador 

Mientras la policía iba, los pillos venían. En el mundo delincuencial el que menos corre vuela. Su capacidad inventiva no parece tener límites. El universo de las llamadas microfinanzas de la ilegalidad es tan múltiple como sorprendente. Se estila decir que la moneda está tirada, resta, recogerla. Donde haya necesidades, deseos, allí estarán ingeniándoselas para extraer su mayor provecho. Una de las investigaciones pioneras fue escrita en Italia con la novela Gomorra de Roberto Saviano, descripción de toda esa variedad de la industria criminal. Sucede en todo el mundo: París, Alemania, Londres, New York, Mexico, Brasilia, Argentina, y por supesto en Bogotá y Medellín, entre muchas más.

En esta última ciudad, por estos días, la prensa muestra una variedad de extorsiones. Una, hasta jocosa ella, tiene que ver con el cobro por rescatar el vehículo de motocicletas. Los malhechores proceden en acomodar el aparatejo en una zona prohibida de parqueo, luego llaman a las autoridades de tránsito para su decomiso en los lugares destinados para tal fin, entonces, esos pillos, se comunican vía telefónica con la víctima para exigirle dinero para su rescate. Una vez hecha la consignación, sueltan la dirección para su recuperación. La sorpresa: son sitios institucionales en donde ubicaron el aparatejo.

Otras modalidades corresponden a todo un comercio de jovencitas vírgenes, secuestros express, extorsiones a taxistas porque parquean en cualquier lugar, porque transitan por determinado barrio; o porque simplemente llevan una carrera, les hacen bajar los pasajeros para montarlos a los taxis de los delincuentes, y así quedarse con el valor de la carrera. Cobran impuestos a quienes venden minutos de telefonía, a los viejitos que venden baratijas, a los otros que comercian con cachivaches, y un largo etcétera.


Últimamente han denunciado las Casas del Terror, lugares en donde llevan a sus víctimas para detener, intimidar, torturar, perseguir, cobrar deudas pendientes o extraer alguna información privilegiada para el hampa. Regularizan extorsiones con préstamos usureros de dinero del 10 o 20% intereses, cuentan que van a las propias casas a verificar si existen las prendas de garantía, tales como una simple olla arrocera, una nevera u otros electrodomésticos.
Son dos tensiones, por un lado ese mundo criminal ingenioso e inacabado, y por el otro lo institución gubernamental. Pero ¿Por qué esa especie juego interminable al gato y el ratón? Ensayemos una variante diferente a las respuestas tradicionales que inculpan a quepa ropa al gobierno de turno o que ven en ese oleaje de pillaje una toma de las instituciones estatales, sin desconocer con ello, algunas complicidades de las autoridades hacia el bandidaje, ese cruce de las líneas delgadas entre uno y otro mundo.

El pensador Gilles Deleuze sugiere distinguir dos términos, el Aparato de Estado y la Máquina de Guerra. En el primero corresponde la institucionalidad tal y como la conocemos en el mundo actual con sus ramas de poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial, máxima autoridad a los cuales los ciudadanos se deben. Es el Estado quien ejerce la Fuerza y la Violencia contra quienes se resisten al acatamiento de sus normas. Hasta aquí existe un grado de normalidad, en encarrilar a quien esté por fuera, se reprende al desobediente, se le impone un castigo.

Pero ¿Qué decir de aquellos que viven por fuera y desafiantes de esa normatividad constitucional? Lo real es la existencia de grupos de personas que viven en paralelo o que tienen otras formas de organizarse a ese poder oficial, y que no alcanzamos a ver, porque los grandes acontecimientos políticos o económicos, opacan otras modalidades bien sea culturales y sociales. Deleuze les llamaría nómadas a quienes no encuadran en estas regularidades de Estado. 



Un ejemplo de este autor, en su libro Mil Mesetas en la página 365, referencia las bandas de Bogotá que impiden algún Poder que se pretenda estable entre los que se encuentra el Estado: «los miembros de la banda se reúnen y realizan robos juntos, con botín colectivo, pero luego se dispersan, no permanecen juntos ni para dormir ni para comer; por otro lado y sobre todo, cada miembro de la banda está unido a uno, dos o tres miembros de la misma banda, por eso, en caso de desacuerdo con el jefe, no se irá solo, siempre arrastrará consigo a sus aliados, cuya marcha conjugada amenaza con desarticular toda la banda; por último un límite de edad difuso que hace que, hacia los quince años, forzosamente hay que dejar la banda, separarse de ella».


Otro ejemplo. Los indígenas o la población negra, muestran un modelo nómada diferente al invento moderno de la fuerza laboral, «Siempre se ha dicho de los negros: `no trabajan, no saben lo que es el trabajo. Es cierto que se les ha forzado a trabajar, más que a nadie (…) también parece cierto que los indios ni siquiera entendían, y eran ineptos para cualquier trabajo organizado, incluso esclavista: si los americanos importaron tantos negros fue porque no podían utilizar a los indios, que más bien se dejaban morir (…) Las llamadas sociedades primitivas no son sociedades de penuria o de subsistencia, falta de trabajo, sino, por el contrario, sociedades de acción libre y espacio liso (No Estatatal), que no tienen ninguna necesidad de un factor - trabajo, ni tampoco constituyen reservas`». Página 498 de Mil Mesetas.

A estas bandas, al igual que otras, los anima un desorden institucional, la indisciplina, toda Jerarquía es puesta en tela de juicio, viven en el perpetuo chantaje al abandono y a la traición, pues el sentido del honor es muy susceptible, impidiendo cualquier formación de Estado. Por lo demás, la familia no es una célula sino un vector de banda que emana una solidaridad agnática. Recordemos la queja de analistas apresurados, porque en ciertos momentos, los delincuentes carecen de un Jefe absoluto que ordena y evita desmanes, hombres temibles como Pablo Escobar en Medellín o alias Don Berna, u otros miles más, surgidos en relevos. Lo característico allí es el no encuadramiento de estos hombres al sistema normativo de la Forma Estado. El mandatario local ha dicho con relación al fenómeno de violencia: Medellín, es sólo un eslabón de la cadena del narcotráfico mundial.

Para no dar palos de ciego, vendría a bien, análisis juiciosos, despojados de cualquier ideología o pose intelectual. Mientras tanto seguiremos viendo ese batimiento entre el Estado en preservar sus órganos de control, desplegando su aparato de Captura para apresar los huidizos hombres, los nómadas de las Máquinas de Guerra.




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