Devenir Múltiple del Cuerpo

Por Mauricio Castaño H
Historiador
Colombiakrítica
 


Toda la vida es movimiento y relacionamiento, coexistimos entre nuestra interioridad y la exterioridad, el adentro y el afuera. Nada mejor que los conceptos deleuzianos para comprender el cuerpo en su devenir múltiple, la multiplicidad es la duración que no cesa de dividirse. Las referencias son del libro Conversaciones,* señalaremos la página entre paréntesis. Por ejemplo, en este movimiento permanente que somos, aún en los viajes inmóviles, estamos deviniendo, somos devenir constante, nada está quieto ni hecho de una vez y por todas, se vive en permanente incertidumbre, el individuo es inacabado, es flujo constante de vivencias, experiencias, experimentaciones, empirismos, somos un mundo de sensaciones en el aquí y en el ahora. Por eso una persona, un sujeto no es reducible o atrapable en un significante congelado, porque todo es cambiante, estamos deviniendo múltiples flujos de sensaciones, somos multiplicidades en el aquí y en el ahora, en la inmanencia, libres de trascendencias, la vida no está hipotecada en una eternidad, en ultramundos. También estamos muy lejos de la República de los Espíritus, de la República de Platón, la dictadura de las ideas, somos más bien discensos, devenires minoritarios.



Construcción de un Cuerpo


En todo este moverse de la vida, el cuerpo está en permanente hacerse, en constante construcción, es inacabado. Un cuerpo se desenvuelve en un espacio tiempo, y allí mismo se desplaza mediante planos, en el aquí y en el ahora, en la inmanencia, deviene fuerzas,  flujos de amor, de pasión, de alegría, de agonía, de desfallecimiento. Pero ¿De qué es capaz un cuerpo? Un cuerpo es capaz de todo para lo que esté entrenado. Dice Deleuze: Convertir el cuerpo en una fuerza que no se reduzca al organismo, convertir el pensamiento en una fuerza que no se reduzca a la consciencia. (p.72) El plano de consistencia o de inmanencia, el cuerpo sin órganos, supone vacíos y desiertos, variables nómadas. (p.102) Aunque sea individual, la construcción del plano es una política, implica necesariamente un «colectivo», agenciamientos colectivos, un conjunto de devenires sociales. (p.103) Y el deseo como devenir es una fuerza de experimentación, por eso nunca, jamás debe ser interpretado, más bien captarlo en su devenir múltiple y complejo.


Agenciar, Líneas de Fuga, Experimentación


El movimiento constante implica líneas de fuga, pasiones que van y vienen. En las líneas de fuga sólo hay experimentación de la vida. Allí el pasado y el futuro se condensan en el instante, en el presente, por eso nada se sabe de antemano, no existe ninguna bola de cristal mágica. Ante las proyecciones sólo se avanza y se va modificando a medida que se hace, que se traiciona a medida que se abre paso como en las orillas de un río que se distribuyen para que corra un flujo. (p.57) 


Lo programado más bien son puntos de referencia, puntos de partida, puntos de orientación que conducen la experimentación que siempre resulta desbordada. Todo es experimentación, nada de interpretación, no hay nada que interpretar, no hay significado ni significante. En la experimentación se huye, líneas de fuga, para producir, para crear vida. Por ejemplo, el escribir mismo es un flujo, son los devenires minoritarios, no los consensos de Estado ni del pensamiento oficial. Los grandes escritores, los grandes creadores son a la vez el remedio y la enfermedad, encarnan la grieta, el dolor pero salen del abismo sanados, recordar el libro de Deleuze Critica y Clínica, es la enfermedad y la sanación, mediante el arte, la creación se encuentra la salida de cura. Nietzsche es buen ejemplo, es flujo en sus aforismos y es cura para la enfermedad en su experiencia de escritura.


En suma, agenciar las Líneas de Fuga. Los agenciamientos. Ver y oír, experimentar, es el agenciamiento. Y el enunciado es producto del agenciamiento que es colectivo, es decir, pone en juego lo que es colectivo, tiene que ver con poblaciones, multiplicidades, territorios, devenires, afectos, acontecimientos. (p.61) Agenciar es estar en el medio, en la línea de encuentro de un mundo interior con un mundo exterior. Estar en el medio, allí mismo se sitúa el pensamiento (p.62).


El Devenir Pensamiento 


Si bien no podemos permanecer quietos, si toda nuestra existencia es movimiento, el trayecto recorrido solo se tiene que el devenir - presente es lo que cuenta, lo que concentra lo pasado y lo futuro. Lo que cuenta es lo que está en el medio como la mala hierba que crece de manera desbordada, no se deja aplastar por los adoquines como se hace con el pensamiento, ahogan el pensar sin su necesaria libertad para moverse en los devenires, él queda atrapado en lo quieto, en lo estéril. El enemigo del pensamiento es la tontería (p.30). La organización por escuelas es terrible: siempre hay un papa, manifiestos, tribunales, representantes, declaraciones, vanguardistas, excomuniones. Pero no sólo lo grave es la esterilización del pensamiento de los discípulos sino también la destrucción, el aplastamiento de lo construido antes. 


Y al día de hoy ante lo no rentable de las escuelas, está algo más siniestro como los es la organización del marketing donde vemos aparecer artículos periodísticos, emisiones mediáticas, televisivas, coloquios, mesas redondas en torno a un libro cualquiera, a banalidades escritas, es algo así como la muerte del libro. Estupideces escritas por quien se cree que todos tiene una vida por dentro que contar, que novelar. (p.32) En sí, son dos peligros configurados: el intelectual como maestro o discípulo, y por otro lado está el intelectual pero ya como cuadro iluminador de la sociedad, el llamado a guiar el rebaño. (p.34). Este moverse como la hierba es el rizoma, crecer, devenir de manera desbordada, es rebelarse contra los pensamientos que quieren uniformar, reprimir los flujos, los devenires propios de cada existencia, hacernos dependientes de un modelo de vida, de un pastor de almas, de una República de Espíritus.


Vale insistir en la mala hierba como ejemplo que crece de manera desbordada, sin un programa, es el devenir libre y minoritario. Un rizoma o una mala hierba es precisamente eso. Los embriones, los árboles, se desarrollan siguiendo su preformación genética o sus reorganizaciones estructurales. La mala hierba desborda a fuerza de ser sobria. Crece entre. Es el mismísimo camino. Esto es un acto de pensamiento. (p.36) Por el contrario, el devenir es algo más sobrio, cada vez más simple, cada vez más desierto, es decir, cada vez más poblado. 35. Mientras más haya quietud, soledad, más lugar hay para dejar entrar los devenires que nos esperan, que nos quieren poblar, encarnar la herida, anhelar la grieta.


La Pop filosofía 


Escribir como leer para los flujos de devenires en la quietud y en la soledad, para poderlos recibir. El devenir en la lectura, leer un libro como se escucha música.. La pop filosofía. Esto es muy diferente a la acostumbrada dictadura de la gramática, el creador escritor va en zigzag con sus flujos, encarnando la herida, descendiendo a la grieta, y luego sale renovado, más fuerte, arriba se dijo que es la cura y la enfermedad, lo creativo que cura, la clínica a decir de Deleuze. Tener estilo es tartamudear en la propia lengua, encarnar esas pasiones de flujos que conducen a maromas gramaticales o mejor crean su propia lengua. Los estilos son devenires, hablar otro idioma en la propia lengua. Leer como se escucha música, filosofía pop, nada que comprender, nada que interpretar. Tener estilo es tartamudear en la propia lengua. Como el caleidoscopio, cada vez saca una combinación.


El verdadero autor aumenta. Autor quiere decir aumentar. Un verdadero autor ha dado vida, la ha aumentado, por eso es digno de que se le devuelva algo que esté a su altura, que le haga honor, que se sienta alegre, que no lo avergüence. Un autor puede quedar engarzado en un deseo, puede darse un paraje en una línea de fuga, puede quedar atrapados como un barco en los vientos. No se sabe de antemano lo que va a acontecer.


Pero la filosofía también ha sido Poder, ha jugado un papel represor. Primero leer este autor, luego este, después este otro. Es una escuela de intimidación que fabricas. Está allí para evitar que las personas piensen. Más allá de la constitución del profesor público está la república de los espíritus, un tribunal de la razón, los funcionarios del pensamiento, el Estado como bella interioridad espiritual, el Estado Absoluto. 


Finalmente y ante eso humano que tanto se pregunta por la indiferencia y complacencia de dejar pasar atrocidades como la del holocausto nazi y ante cualquier baño de sangre, decimos: Ante la impotencia del triunfo de la muerte, uno se sigue preguntando por la falta de frenar esos flujos de destrucción. Pero la verdad es que ni la tristeza ni el dolor han motivado poner frenos a la barbarie, ni el dolor del otro, a nadie le importa impedir carnicerías humanas, los baños de sangre, con tal de tener qué contar, de tener algo de qué escribir, en qué emplear el ejercicio intelectual, pero más allá de todo eso que no se ajusta a la solidaridad, lo que mueve son los deseos de vivir, de seguir viviendo de cada quien. (p.164)

Gilles Deleuze - "Conversaciones." Ed. Pre-Textos, 2005.

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La Pareja Desbordada

Por Gilles Deleuze 



A veces parece como si la gente no pudiera expresarse. Pero, de hecho, no paran de expresarse. Como esas malditas parejas en las que la mujer no puede distraerse ni estar cansada sin que el hombre le diga: “¿Qué te pasa? Exprésate...”, ni tampoco el hombre sin que diga..., etc. La radio y la televisión han desbordado a la pareja, la han dispersado por todas partes, y hoy estamos anegados en palabras inútiles, en cantidades ingentes de palabras y de imágenes. La estupidez nunca es muda ni ciega. 

El problema no consiste en conseguir que la gente se exprese, sino en poner a su disposición vacuolas de soledad y de silencio a partir de las cuales podrían llegar a tener algo que decir. Las fuerzas represivas no impiden expresarse a nadie, al contrario, nos fuerzan a expresarnos. ¡Qué tranquilidad supondría no tener nada que decir, tener derecho a no tener nada que decir, pues tal es la condición que se configure algo raro o enrarecido que merezca la pena de ser dicho! 

Lo desolador de nuestro tiempo no son las interferencias, sino la inflación de proposiciones sin interés alguno. Lo que se denomina “el sentido de una preposición” no es más que el interés que suscita. No existe otra definición de sentido, el sentido es lo mismo que la novedad de una proposición. Podemos pasarnos horas escuchando a alguien sin encontrar nada que despierte el minino interés... 

Por eso es tan difícil discutir, por eso jamás hay ocasión de discutir. No vamos a decirle a cualquiera: “Lo que dices no tiene ningún interés”. Podemos decirle: Es falso”. Pero nunca se trata de que sea falso, simplemente es estúpido o carece de importancia. Ya se ha dicho mil veces. 

Las nociones de importancia, de necesidad, de interés, son infinitamente más decisivas que la noción de verdad. No porque ocupen su lugar, sino porque miden la verdad de lo que decimos. Incluso en la matemática: Poincaré decía que muchas teorías matemáticas no tienen ninguna importancia, carecen de interés. No decía de ellas que fuesen falsos sino algo peor. 


Tomado de:

Gilles Deleuze - "Conversaciones". (Pág. 181/182)


Artículo del mismo 

Autor 

La muerte literaria




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Periodistas y la Muerte Literaria

Edipo en la Colonias
Por Gilles Deleuze 


Es posible que los periodistas tengan una parte de responsabilidad en esta crisis de la literatura. Es obvio que siempre los periodistas han escrito libros. Pero, cuando lo hacían, se introducían en otra forma diferente de la del diario, se convertían en escritores. 

La situación ha cambiado, porque el periodista ha llegado a convencerse de que la forma libro le pertenece de pleno derecho, de que no cuesta ningún trabajo llegar a esta forma. Inmediatamente, el cuerpo periodístico ha conquistado la literatura. 

De ahí una de las figuras de la novela estándar, algo así como Edipo en las colonias, los viajes de un reportero, incluyendo su búsqueda personal de mujeres o de padres. Esta situación repercute sobre todos los escritores: el escritor ha de convertirse en periodista de sí mismo y de su obra. 

En el fondo, todo queda entre el periodista–autor y el periodista–crítico, y el libro no es más que un testigo que ambos se pasan, apenas necesario. Porque el libro no es más que un resultado de experiencias, de actividades, de intenciones, de finalidades que se despliegan en otro lugar. Se ha convertido él mismo en un registro. 

Así que todo el mundo parece llevar un libro dentro (y se siente como si lo llevase), a poco que tenga un empleo o simplemente una familia, un padre enfermo, un jefe abusivo. Cada uno tiene su novela en su familia o en su profesión... 

Se ha olvidado que la literatura implica, para todo el mundo, una búsqueda y un trabajo muy especial, una intención creadora específica que sólo puede tener lugar en la propia literatura, que no se encarga para nada de recibir los residuos directos de las actividades o intenciones de otra naturaleza. Es la “secundarización” del libro, bajo la máscara de promoción mercantil.

Tomado de:

Gilles Deleuze - "Conversaciones". (Pág. 181/182)


Artículo del mismo autor

La Pareja Desbordada 


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La Fiscalía y el Paramilirismo

 Por Andrea Aldana
Éxito tomado de su cuenta en Twitter:
@andrealdana


El presente escrito describe hechos de violencia paramilitar en convivencia con la institucionalidad, en concreto con La Fiscalía General de la Nación colombiana. Los hechos son: asesinatos, asilados, amenazas de muerte a funcionarios incorruptibles. Este binomio institucional con la Ilegalidad del Paramilirismo da lo que el mismo presidente Gustavo Petro ha llamado Sociedad Mafiosa. Más allá lo que se ve a contraluz es una clase dirigente renuente a encarnar un Estado Nación Moderno pero sí insistente en permanecer anclado en una sociedad feudal.

Dos aspectos finales a resaltar. Nos parece interesante eso minoritario de gentes que no se doblegan ante el monstruo de muerte, uno se siente bien en saber que hay voluntades humanas que no se doblegan, resistentes, no se doblegan ante sobornos o amenazas. Es una ética que edifica la existencia, es lo primero. Lo segundo es cosa que no se explica desde el nazismo, y tiene que ver con gentes humildes, de bien , de alta sociedad y de todo tipo que siguen su vida cotidiana aceitando la máquina de muerte, la carnicería humana: el maquinista del tren que todos los días iba cargado de amor de esposa e hijos a llevar gente al matadero. Igual símil puede hacerse en Colombia con más de un millón de muertes de campesinos, líderes sociales, demócratas, activistas políticos asesinados. Recordemos que las manos, los ojos, los pies del poderoso son de todos los que le obedecen, sin ellos el no sería capaz de cometer barbarie alguna. En fin, acá el contexto que nos parece sugerente que permite dar puntadas de una historia general de la una Sociedad Famfiosa. Y los pormenores es la polémica en relación con la tardanza del nombramiento del nuevo fiscal. Y la discusión que la gran prensa empieza a cuestionar a la más opcionada a través de las opiniones legítimas de su esposo en redes sociales.


Lo importante de Gregorio Oviedo no son sus tuits sino su historia. Gregorio Oviedo era el director del CTI que, junto a Sergio Parra (investigador del CTI) y otros funcionarios, allanaron el Parqueadero Padilla el 30 de abril de 1998. En el allanamiento descubrieron todo el sistema financiero del paramilitarismo y su estructura militar.

Si luego de esto, Parqueadero Padilla lo hubiera investigado la Fiscalía, Colombia se hubieran evitado masacres, sangre campesina derramada y despojo de tierras, pero el proceso se diluyó en los anaqueles y lo fueron desmembrando hasta casi desaparecerlo en Fiscalía. Quienes sí actuaron fueron los paras: Gregorio Oviedo fue el único sobreviviente de este operativo, a 14 de sus funcionarios del CTI los asesinaron, ¡a 14!, incluido a Sergio Parra.

La orden la dio Carlos Castaño y la banda la terraza, bajo el mando del jefe paramilitar “Don Berna”, ejecutó casi todos los homicidios. Él equipo del CTI que estaba investigando a los paramilitares y sus vínculos políticos y empresariales fue exterminado y absolutamente todo sigue en la impunidad. Desde entonces, es decir, después de esa persecución y exterminio de los investigadores del CTI, se supo oficialmente que la Fiscalía de Medellín estaba infiltrada por los paras.

Y ya en 2001 llegó Luis Camilo Osorio a la Fiscalía General de la nación. Para quien no lo sepa, Osorio fue el fiscal que archivó las investigaciones contra Rito Alejo del Río y Salvador Arana, gente hoy condenada por sus vínculos con los paras, y sufría una severa ceguera voluntaria con todo proceso que le oliera a paramilitarismo. Con Osorio como FGN, muchos fiscales que investigaban los crímenes paramilitares tuvieron que irse al exilio, para salvar la vida, entre ellos Amelia Pérez. Gregorio Oviedo también salvó la suya exiliándose.

La época de Osorio fue la más oscura de la Fiscalía, tanto, que en 2012 le abrieron investigación por nexos con los paramilitares. Además, muchos de sus fiscales de bolsillo, como la exdirectora de Fiscalías de Cúcuta, Ana María Flórez (íntima de Osorio y quien le facilitó todo a Mancuso en la frontera y el Catatumbo), fueron condenados por estos nexos. En resumen, fue la época del terror judicial que permitió al paramilitarismo “refundar la patria” y hacerse al 30% del Congreso como entonces lo advirtió Mancuso. Hoy, buena parte de este proyecto político paramilitar sigue gobernando en las regiones en cuerpo ajeno, los clanes se mantienen. Y quienes quisieron investigar y parar esto, fueron asesinados.

¿Que Gregorio Oviedo parece “fanático petrista” y “bodeguero”? Eh Ave María, ese hombre tiene la historia encima y 14 de sus colegas muertos para tuitear con rabia si así lo quiere. Vio cómo a la Fiscalía se la tomaban los paras y cómo sus amigos caían por intentar detener esto. Los tuits de Gregorio Oviedo yo sí soy capaz de entenderlos, porque periodista sin contexto, no es periodista. Y todo lo anterior lo escribo solo para señalar esto: los tuits son la opinión de Oviedo, no la de Amelia Pérez. Ahora bien, si Vicky Dávila va a abrir la puerta de exigirle a Pérez que “responda” por lo que hace y piensa su familia, pues nada mal estaría que Dávila arranque con el ejemplo y nos responda a todos por lo que hace el Clan Gnecco, ¿no? Al fin y al cabo, Dávila no hace periodismo sino política tras un micrófono y la plata de un banquero.


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Devenires Libertarios

 Por Mauricio Castaño H
Historiador
Colombiakrítica


Es bueno husmear la libertad, tantas cosas que nos atan, nos apresan, nos ponen pesados. Viene a bien aligerar la vida, estar livianos de carga para moverse con facilidad. Es cuestión de libre albedrío. La filosofía vital alberga esas posibilidades, esas aspiraciones. Una filosofía libre de ataduras no deseadas, ajena al Poder, no metida en pantanos no propios. No se puede librar batallas contra los grandes Poderes de Estado, Justicia, Economía. Pero sí se puede liberar el pensar, aún en los peores encierros se puede ser libre, contamos con el poder de Uno, de uno mismo, nadie nos puede quitar el derecho a elegir nuestras propias vivencias, a encarnar nuestra propia subjetivación, nuestro propio sentir, nuestros modos de sentir y valorar, nuestra ética y estética de la existencia, nuestros modos de subjetivación.


El ser es libre, tiene libertad cuando se concibe inacabado, no terminado, siempre está por hacerse, está en permanente construcción. Toda la vida y todo el tiempo, estamos atravesados por flujos de sensaciones, multiplicidades de sentires que nos ponen a devenir, a soñar y encarnar mundos posibles, es el reflejo de esa condición de individuo frente a muchos horizontes retadores. Como en el río que recibe varios afluentes, flujos de otras corrientes para devenir mar. Igual sucede con el individuo en su proceso de subjetivación. Se vive cada minuto, cada momento, se vive el acontecimiento, cada instante llenos de sensaciones para devenir multiplicidades insospechadas. «Devenir es volverse cada vez más sobrio, cada vez más simple, cada vez más desierto, y por esa misma razón en algo más poblado.» (Deleuze. Conversaciones. p. 35)


El acontecer, el acontecimiento, no es la esencia que remite a un origen, a una matriz fundadora de un algo que está preñado de dependencia, de interdependencia. Nada de eso. Más bien son procesos de individuación que están deviniendo como en el día está la mañana y la noche. Todo está por hacerse, todo está inédito, multiplicidades que devienen mezclas. El hoy es mañana y es ayer. Soy niño, soy joven y soy viejo a la vez, todos son flujos que se viven en mí. O como los nombres propios, designan fuerzas, acontecimientos, movimientos, vientos, tifones, enfermedades, lugares y momentos antes que personas. Pedro es piedra sobre la cual se edifica. Sierra es una montaña la cual deseo escalar. 


La pasión también es buen ejemplo del instante, del acontecimiento. La pasión es acontecimiento infra personal, un campo de intensidades que individua sin sujeto. La pasión disuelve a los amantes, los funde, los disuelve, los arrastra un tornado, solo existe el momento del éxtasis. En el amor por el contrario es el lazo, el acuerdo, el trato que celebran dos individualidades. Pero más allá, se trata de creación de modos de existencia, no de la constitución de un sujeto. Sujeto de entrada es una palabra envenenada de esclavitud, sujeto quiere decir que está sujetado. «El sujeto es algo derivado. Nace y se desvanece en la espesura de lo que dice y lo que ve.» (Deleuze, Conversaciones, p. 151)*


En la configuración del individuo tampoco se trata de una la unidad, de una totalidad. Por el contrario, es más bien producir convergencias inesperadas, enlaces entre cuerpos diversos, devenires. Por lo demás, ninguna disciplina goza de privilegios, de exclusividades. Son circunstancias, es un sistema abierto. Como en la Jurisprudencia, las experiencias son las que valen, es el laboratorio donde se inspira la vida colectiva dinámica y en constante hacerse, nada hay definitivo, todo es provisional, las reglas son reglas cuando arreglan, sino inventarse, proveerse de otras.


Se trata de estar en relación con un otro, estar deviniendo, estar mezclándose, estar haciendo interferencias para que haya intercambios, todo tiene lugar mediante el regalo y la captura. La conjunción "Y" es la diversidad, multiplicidad, la destrucción de identidades, siempre se está en relación con un otro o con algo. De allí que Importe ver las fronteras, lo que está en el límite, donde se evidencian los flujos, las mezclas. El pasar, las transiciones van pasando escalón por escalón, no están dadas de antemano, de igual manera las conmociones se producen a medida que se va escalonado, que se va experimentando. 


La experiencia se la juega con riesgos extremos, locura y muerte, incluso descender a los propios infiernos. De vez en cuando es bueno sentir, experimentar que no se tiene a dónde ir, ningún rincon en dónde estar. Los vacíos son necesarios al movimiento, estar inmóvil viene a bien para dejar entrar los devenires, al nómada que se agita en nuestro interior. Por eso el nómada es porvenir. Por lo demás, en el vacío la sombra va por delante, es el pensamiento del afuera, el yo y su interrelación con el mundo, con el exterior, su coexistencia.


En suma, una sociedad se define más por sus líneas de fuga que por sus contradicciones. Se define por sus pliegues, singularidades, lo diferenciante, nunca por universales, el aquí y el ahora, el acontecimiento es lo que vale. La multiplicidad carece de unidad. No existe trascendencia, sí inmanencia, sí devenir. Y allí mismo es donde rondan los acontecimientos, los flujos que nos quieren encarnar. Es también la posibilidad de los devenires libertarios.


* Deleuze, Gilles. Diálogos. Ed. Pre-Textos,


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Las Experiencias y Los Seres

 Por Mauricio Castaño 
Historiador
Colombiakrítica


Cada día trae su propio afán. Para muestra un botón, muy evidente para quien vive en zona costera, se levanta tarde sin ninguna prisa, reposado de espíritu, canturrea canciones de ritmo alegre, desayuna sin prisa, luego se va a la orilla del mar a conseguir algo de pesca para el próximo bocado del almuerzo. Y así cada día, cada levantarse cada mañana es un nuevo amanecer en el que la vida transcurre, es el instante tras instante el que se vive, el que va tejiendo ese acontecer, ese acontecimiento que es el hoy pero que es ayer y es mañana. Un día es la mañana y la noche.


El hoy es esa intensidad de tiempos pasados y futuros pero que se cuecen en el presente, en un instante. Allí la persona es actividad movida por una pasión, es proceso que va pasando, que va deviniendo, cada experiencia, todas las experiencias constituyen  a la persona, constituyen al sujeto. El sujeto se constituye con lo dado, con el empirismo, con la experiencia del instante, del momento. Pero también pensamos con imágenes, con imaginaciones, como en una película que pasa y pasa imágenes en movimiento. Pensamos con imágenes.** La sociedad es un conjunto de convenciones, hábitos, costumbres fundadas en la utilidad. Cada acción, cada práctica nos determina, modela nuestro pensamiento en el aquí y en el ahora. De allí que se tenga que un cuerpo entrenado, es un cuerpo capaz de todo. 


Se vive en cada momento, cada experiencia es diferente una de otra. Es cierto que una vivencia pueda mostrar o evitar rutas, pero no sólo no se experimenta por cabeza ajena, sino que toda vida precisa de caminos inéditos, nadie puede vivir en cuerpo ajeno. Uno vive dándose contra las paredes, caminando por aquí, ensayando por allá, uno se la pasa mediante ensayo y error, no hay vidas rectas, todas van como en zigzag, son un pliegue como diría Deleuze,* subidas, bajadas, diagonales, planicies, todo una multiplicidad de devenires, nunca nada estático, todo está en movimiento y en relacionamientos con otros cuerpos y cosas, la vida es movimiento y relaciones, en la quietud y en aislamiento morimos.


No hay ni centros ni límites. Sólo captar la totalidad de un instante fugaz. Un paso por la vida, un paso por el pensamiento, así se va por la vida encarnando la gran grieta que es toda existencia. Pensar la vida en sus diversos repliegues, esto es filosofía del acontecimiento. Pensar la repetición para producir lo diferente. La vida es multiplicidad y su unidad se forma sólo por procesos de diferenciación. El acontecimiento es siempre singular y no conoce ninguna figura transcendental, toda ex-periencia es diferente, cada sentir es producto del aquí y el ahora, del tiempo que me vive y del territorio que me propone sus condiciones, de clima, por ejemplo, o de lo que me puede ofrecer en la producción para alimentos y demás.


Todo pensar es producto de los órganos que transmiten sensaciones en un momento dado. Es una filosofía de sistema abierto, es decir, apto para configurarse en un nuevo encuentro. Pensar la vida inmediata  y múltiple para sólo afirmar su goce soberano en sus intensidades vitales. Es este un largo y difícil aprendizaje, es un trasegar ético, ethos de la vida. No es hacer la vida fácil y la muerte sin importancia, es vivir el acontecimiento.


 Es una etica de la diferencia. La diferencia es objetivar las particularidades. Es una ética de la experiencia, de las diferencias. Se expresa lo diferente y no lo común. Ex-periencia, experimentar, empirismo quiere decir, lo diferente, no lo mismo. Antaño el sabio era el experimentado, es decir, tenía muchas experiencias, mucha vida acumulada, y a él se acudía para aprender en cabeza ajena, para tener referentes y no partir de cero. Pero esto no evita que toda vida es desgarrarse, es abandonar, cambiar de piel, dejar viejos dogmas para encarnar, para habitar el acontecimiento que se nos da. 


Todo este discurrir favorece el movimiento y el relacionamiento de la vida, la vida en el afuera, viviendo en el barro. Esto va en contravía de una vida que quiere la quietud y encerrarse en sí misma, renunciar al mundo, a las ex-periencias, a sentir como sucede con el místico. Es el afuera, no el encerramiento de la intimidad, sino el ser que coexiste con ese afuera, con el y en el mundo, la extimidad a decir de Lacan. Afuera quiere decir por fuera de todo interiorismo. Des- claustrar. Afuera se vive sin garantías, sin caparazón. La muerte viene de afuera. Aunque uno muere cuando deje de tener pasiones, cuando ya no desee, cuando nada lo mueve, cuando nada lo motive, motivación, por lo demás, viene de movimiento. Repetimos, el aislamiento como la quietud matan, somos seres sociales y estamos en interdependencia con el territorio. ¡Sin diversión, la vida está llena de miserias!


No existe un manual de instrucciones para vivir, pero sí existen maneras de afrontar. El coraje de vida aparta las tristezas viles y sí es consecuente con que las acciones, se correspondan con el pensar y viceversa. Que no haya cadenas de arrepentimiento ni frenos de moral pacata. Vivir sacudido por las olas, pero no hundido. La escritura vale cuando es ante todo una experiencia trastornada, aunque se puede decir que las emociones y sensaciones, aún no han encontrado un lugar de traducción en el lenguaje, toda experiencia es diferente, repetimos de nuevo. Lo que no se puede expresar, mejor callarlo. Pharmakon sigue siendo el remedio y el veneno. Cualquier desvío, todos los desvíos vienen a bien, a esto le llaman serendipidad, el arte de encontrar lo que no se estaba buscando.


Todo este decir se valió de conceptos de Gilles Deleuze tales como los de acontecimiento, diferencia, repetición, multiplicidad, devenir. Todos ellos ponen la vida en perspectiva, en un permanente hacerse. Todo acontecimiento se la juega en el presente en su balanceo del pasado y el futuro. 



*Lógica del Sentido.


** Empirismo y Subjetividad. Barcelona, 1977.


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El Ser en el Mundo

 Por Mauricio Castaño H
Historiador
Colombiakrítica


Todos nos despertamos en cada amanecer, nos levantamos, recargamos energías y nos vamos a la lucha del día a día. Salimos de casa a la calle en esa lucha para ganar el pan. Salimos también con nuestros viajes inmóviles en el teletrabajo, en la navegación en la red. Seres y planeta, un adentro y un afuera, una intimidad y una extimidad, en suma, somos dos coexistencias. Se vive a expensas del territorio, el viviente requiere de un medio favorable para que la vida sea posible, para desplegar su existencia. Uno y otro, naturaleza y seres, descansan en un
orden universal. Entre reglas y prohibiciones se distribuye ese orden. Los mitos, los ritos y las creencias son mecanismos de prohibiciones que procuran dicho orden. 


En la vida, en su acontecer diario, nada es gratuito. El hombre transforma la naturaleza hasta donde le sea posible para su propio bienestar. Los tiempos modernos, y con el concurso de la ciencia, el ser humano se proclamó rey terrenal (cuando no amo y señor del universo) explota el planeta tierra, a la pacha mama sin más consideración que su propio beneficio, sin ninguna precaución de sostenibilidad de este oikos, de esta casa común denominada ecología.


Somos hijos de nuestro tiempo, del tiempo que nos vive.  Esos tiempos y territorios se van transformando según sean las herramientas y las manos que las accionan. Son los valores y los ritmos. Hombres, herramientas y tiempo son una tríada solidaria, que coexisten y proporcionan esta aventura llamada vida. El tiempo va al ritmo de las transformaciones materiales, de los inventos que soportan y jalonan a los hombres hacia una deriva técnica. 


Hoy los valores morales son más del resorte de la ética que de la mítica o la religión. Ayer, en tiempos de la no electricidad, se vivía según el ritmo de la luz del sol, el día para el trabajo, la noche para el descanso. Hoy los tiempos laborales y de descanso son indistintos, las fábricas producen las veinte y cuatro horas, se trabaja noche y día, sólo el domingo, por lo general, como mandaba la cristiandad, está dedicado al descanso. 


Hoy el ritmo de la vida va muy a la par con los motores industriales, las grandes ciudades, que no paran en sus veinticuatro horas, la noche y el día son indistintos. Y es de comprender, nuestra cultura, nuestros ciudadanos no aguantarían una suspensión de sus bienes y servicios por más de un día, piénsese en los servicios de acueducto y saneamiento, de electricidad, internet, salud, entre otros.


Es evidente esta relación interdependiente de seres y territorio, y por supuesto, ese orden cósmico que precisa de leyes obligadas y que éstas han ido pasando de los mitos, ritos y creencias a un sistema de leyes, a un sistema jurídico solidario de una ética. Es esta una relación que tiene que ver con la forma Ciudad Estado cada vez más separada de las religiones, puede decirse a boca llena que todo descansa, que todo es regulado por las institucionalidades desprendidas de allí. ¿Con qué eficiencia? No sabemos decirlo con exactitud, pero sí es un indicador, los índices de impunidad en los diferentes países, la ineficiencia de la justicia salta a la vista, por ejemplo, en Colombia la impunidad pasa del noventa por ciento. Las calles están atestadas de injusticias empezando por la visible pobreza y miseria de sus gentes.


En este orden cósmico, el paso de lo sagrado a lo profano fue brusco, sin tiempo para digerirlo. No añoramos al místico embriagado con su intimidad, alejado del mundo viviendo con lo mínimo, unos pocos higos y algunos tragos de agua. En la mística se pretende sustraerse del mundo, alcanzar cierta quietud espiritual por fuera de la esfera terrenal. Para los santos y creyentes el pretendido cielo es la eternidad de los dioses donde la muerte no entra. Pero la inmensa eternidad de la mar desparece con el atardecer del sol. (Caillois)


Por el contrario la vida es desgate y ennplena interaccion con el mundo. Imposible inmovilizarse en el Ser, por más que el místico quiera alejarse de este mundo en su quietud provisional, para eso sería preciso no vivir (Caillois). Y si el místico lograra su alejamiento en esa especie de sueño eterno, y  en caso de despertarse, ya no reconicería el universo en el que está inmerso. En el otro extremo está el profano agotado en su angustia existencial, para el pecador, para el creyente, toda liberación es incompleta, por eso se retorna una y otra vez a lo sagrado. Dos extremos y en medio está, de forma incompleta, inacabada, esta mayoría de edad que es la sociedad moderna, el Estado Ciudad en el que vivimos.


Extimidad e intimidad. El adentro y el afuera, una lucha por salir de ese alejamiento del mundo tan enseñado y querido, en esencia, por la dogmática cristiana. Somos lo que somos gracias al mundo que nos rodea, el ser se balancea en el afuera del cosmos (ex-timidad a decir de Lacan) y en el adentro de su in-timidad, es una coexistencia, es el ser en el mundo.


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Trabajo y Erotismo

 Mauricio Castaño H
Historiador
Colombiakrítica


No sobra recabar sobre las costumbres y los deseos, el trabajo y la erótica. Dos pulsiones, dos caras de una misma moneda, dos realidades que definen al Ser. La costumbre es Ley, se lo dice con frecuencia para recalcar la necesidad de la normatividad que afirma la vida, que la hace posible en su continuidad de estos seres discontinuos que somos. Morimos pero nos perpetuamos con la reproducción, garantizando así la continuidad de la especie. 


Pero esto no se hace en la gratuidad, para ello se precisa de mantener la energía que nos mueve y nos garantiza los recursos necesarios, esto no es más que la imperiosa necesidad de trabajar para producir, para sobrevivir. Ganarás el pan con el sudor de la frente, reza el precepto religioso. Acá se insinúa lo funcional de lo mítico religioso y reforzado por el Derecho para movilizar, para regular todo aquello que reafirma la vida, todo movimiento está direccionado a resguardar la vida social. 


En otros términos, esta es una lógica administrativa por excelencia de la sociedad y de la ciudad en dónde los modos de vida son mejores que los aislamientos de los miserables campos que están en medio de la nada. Es esto, un tema de escala en la producción de bienes y servicios que favorece el bienestar de la vida en comunidad, el estar muy juntos. Pero este vivir en sociedad tiene sus costos individuales, que más temprano que tarde busca su válvula de escape en los deseos o en la erótica, que se sustrae de esa lógica productiva.


La Erótica y La Seducción


Y respecto a los deseos, y mucho mejor la erótica, son las fuerzas del interior, del «yo» que se baten en ese vacío, en esa angustia existencial que producen en el humano la consciencia de saberse que su vida tiene término, que algún día le llegará su final. Y éstas mismas fuerzas conducen el desvío de energía que antes estaba canalizada a producir, en pro de sostener ese edificio social que somos. Ahora, esta energía se desvía para dar rienda suelta a gastos eróticos, caóticos, exuberantes y desenfrenados que dicen de la rebeldía ante la vida que no excluye la muerte... de la destrucción que le es anexa a todo vivir. Es la erótica que se entrega a lo improductivo, al mero placer de los cuerpos alocados sin el concurso de la razón.


No es éste un canto llorón que bordea un pesimismo existencial, es recordar de lo que estamos hechos, vivimos de realidades y de sueños, de corporales como de incorporales, unos y otros solidarios entre sí. Para ilustrar: los creyentes elevan sus oraciones espirituales (lo incorporal), necesitan del templo (lo corporal). Así mismo procede con el espíritu alegre que quiere brincar, saltar, reír. Buscará esos templos pero no ya sagrados, sino profanos de rumba en las discotecas. La fiesta libera energías de caos, suspende el orden imperante del mundo del trabajo. 


Para un mejor contraste de estas dos realidades humanas de las creencias y deseos, queremos ejemplificar estos últimos. Se tiene a la seducción como parte del deseo, pero el deseo no como carencia sino entendido en sus diversos devenires. Del deseo hace parte la seducción que a su vez hace parte del juego erótico que da riendas sueltas al caos, sustrayéndose de la energía productiva del mundo laboral. El erotismo transgrede los amores lícitos de la mera alcoba matrimonial, es una experiencia íntima sustraída del mundo laborioso, del mundo del trabajo que consume mucha energía de vida.


Por lo demás, el terreno del erotismo es la violencia en tanto transgrede el orden del edificio social. Se transgrede las prohibiciones. El fin del erotismo es alcanzar al Ser en lo más íntimo, al punto de desfallecer. Es ese deseo erótico una posibilidad de acceso al Ser, es la experiencia íntima reclamada en todo su cuerpo. Es la posibilidad de un pare en el camino del mundo rígido para descansar de las reglas y las restricciones a las que ha estado sometido un cuerpo. 


El erotismo como todas las prácticas eróticas, tales como los bacanales, las orgías, tienen por propósito una especie de mística comunitaria, un espíritu colectivo en donde los individuos están indiferenciados, renuncian a su individualidad para fundirse en un nosotros, en una comunidad. Abrigan la esperanza de una perpetuidad, de una trascendencia espiritual mística. Reiteramos, todo erotismo está ligado a la transgresión porque se sustrae de las prohibiciones del mundo del trabajo y se entrega a los juegos amorosos sin límites, es una suspensión de los límites porque su sentido último es esa fusión con otro. Acá es oportuno recordar el origen cristiano de los bacanales sexuales. (Consultar a Georges Bataille en el libro El Erotismo y a Roger Caillios en El Hombre y lo Sagrado).


Creo que la seducción se parece mucho al caos porque convoca a virar, a desviar la mirada de manera inesperada. La seducción está emparentada con la erótica. Allí el hombre toma la iniciativa y la mujer se presenta para provocar el deseo. Son roles culturales pese a que ambos son atractivos. El deseo encarnado en la mujer muy bien vestida, ella está envuelta en prendas sensuales a medio esconder del objeto deseado, la vestimenta es lo que lo hace atractivo ante la mirada del otro hacia ese bello objeto del deseo en huída. Pero ese encanto tan pronto aparece se va con la desnudez.

 

Las creencias y los deseos o las pasiones definen al Ser en constante hacerse. No es posible pensar que como la razón no es suficiente, tampoco es necesaria. En un mundo enteramente profano sólo quedaría la mecánica animal. Tenemos necesidad de sueños y realidades así como de deseos y creencias, de trabajo y erotismo.


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Pulsión Erótica

 Por Mauricio Castaño H
Historiador
Colombiakrítica


La vida es energía gastada en la pulsión erótica y creativa en el mundo laboral, el hombre que ama y que trabaja. El hombre es un animal erótico. Los flujos, los devenires, las multiplicidades definen al ser. El amor en su erótica no escapa a estas lógicas. No importa que lo sucio y nauseabundo, hayan sido el caballito de batalla para despreciar el sexo y el goce erótico: «nacemos en medio de heces y orina»... Pero allí también gozamos. 


En el amor somos bestias. Pese a todos los esfuerzos prohibicionistas se imponen las diversas formas eróticas: sádicos, masoquistas, amores de alcoba o matrimonial y demás desfogues de la erótica de amantes desnudos que se besan, se apasionan, se anarcan, se obscenan, se pervierten, se perturban, se disuelven, se alteran, se derraman, se siniestran, se sacrifican. 


En sí, en estas contorsiones de pasión destruyen las individualidades para devenir un nosotros, un solo cuerpo de locura, entregado a la sin razón y al azar, haciendo caso omiso de lo sucio de las heces y orines enfatizados por San Agustín Ínter jaeces et urinam nascimur: nacemos en medio de heces y orina.


Pero ¿qué motiva esta fuerza oscura y desafiante, que va a contracorriente del orden establecido? Georges Bataille en su libro El Erotismo ha dado unas explicaciones insuperadas de las cuales nos valemos. Nos atrae una de sus tesis centrales: ese amor enamorado, alocado, sin límites, transgresor, responde a la necesidad de llenar el vacío existencial y vertiginoso de sabernos seres mortales, de esquivar ese constante rondar de la muerte. Cosa ésta que puede parecer extraña, que la erótica, el amor transgresor de órdenes y rutinas, sea motivado por la consciencia que tenemos de la muerte, por ese fondo de vacío y de angustia que nos produce.


Esa fusión mutua de los cuerpos, es azar, es brusquedad de la vida que quiere romper el orden para hacerse uno nuevo. En lenguaje de la vida, de la misma naturaleza es la violencia, es la destrucción para dar lugar a otras nuevas vidas. Antes que perder al ser amado, prefiero su muerte, incluso la de uno mismo, responde la erótica. A la pasión se anexa la muerte, el absurdo. El ser amado es la transparencia del mundo, perderlo es caer en el abismo de la oscuridad. 


De no sorprender que el Erotismo sea una experiencia interior del Ser pero buscada en el afuera, en un otro que se siente cercano. En el otro y desde mi yo interior, nos movilizamos, buscamos ese intangible de una semi eternidad que nos prolongue la vida. En el erotismo subyace la continuidad en un tercero resultante de la unión. Esto apela a una reproducción lejana, y más allá, es la continuidad de un yo que se sabe discontinuo, que sabe que va a morir. El amor, y la erótica en particular, es una fuerza defensiva a ese profundo vacío que produce el sabernos seres mortales, esa muerte que nos ronda y que en algún momento llegará sin aviso y sin miramientos. 


Pero en esa erótica transgresora, descabellada, también allí mismo, se puso de relieve a la muerte en ese afán por evadirla. En vida y ante el muerto, percibimos el cadáver que seremos, la crueldad destructiva de la vida que corroe y descompone, pronto y sobre nosotros, se cierne la amenaza latente de que todo tiene que ser nada, que pronto seremos carne podrida. Cada ser arrebatado por la destrucción de la vida nos recuerda lo próximos que estamos en esa lista de espera. Ante todo existe la consciencia de la muerte. El cadáver de otro hombre es angustiante por la ausencia dejada, por el vacío acentuado. El cadáver es la imagen de nuestro destino, da testimonio de una violencia que nos destruye, no a unos pocos, sino a todos. 


Los ritos funerarios responden a preservar el cadáver de otras violencias a la muerte misma, evitar su contagio, como evitar ser devorado por otros animales. Enterrarlo es tapar la amenaza de la muerte que todos los vivos llevan sobre sí. El contagio también está asociado con la descomposición, con la podredumbre gradual que se avecina, lo podrido es sevicia de la propia muerte, todo será del gusano que estruja la carne. Pero más allá de la humillación de lo podrido, de lo nauseabundo y maloliente, la muerte experimentada por el vivo, lo que se evidencia es el sentimiento de rechazo hacia ese destino destructor. Y en ese sentido las prohibiciones responden a expulsar violencias que aligeran la muerte. El horror a la muerte se debe al aniquilamiento del ser, del vacío, y lo experimentamos desfalleciendo.  (Bataille).


Estas ligeras líneas no pretenden más que ser un abrebocas para leer a Bataille. Finalmente reiteramos, el erotismo es una forma de llenar el vacío, dilatando la amenaza de muerte. La erótica transgrede  suspendiendo el mundo del orden laboral que nos quiere desviar de la angustia por la muerte. El erotismo es irracional, su lenguaje es la violencia en tanto fuerzas inéditas que se imponen para hallar placer en esa fusión íntima. Es lo complejo y lo irracional de ese goce erótico, de esa pulsión erótica que a todos nos seduce. Dos temas quedaron en el tintero sobre este vacío existencial, sobre la angustia que produce sabernos mortales. Y son las respuestas dadas por el amor místico y por el amor pasional. Aquel desprecia y se aleja de lo sensual de la vida, éste lo enfrenta y hace del mal inevitable un gasto vital.


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Pulsión de Muerte





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Las Reglas y la Desobediencia

 Por Mauricio Castaño H

Historiador
Colombiakrítica


No es posible tener ciudadanos dóciles, por más que se los quiera someter, siempre habrá alguien que dice no, alguien rebelde. Y si la razón manda, nuestra obediencia no es jamás ilimitada... No existe prohibición que no pueda ser transgredida, (Bataille). Basta con que un solo individuo impugne, para saber que algo anda mal, que lo consensuado no satisface a la plena mayoría, por eso la democracia radical precisa de los acuerdos, del consenso del grupo social por fuera de la delegación de las decisiones en una sola persona, muy propio en las democracias representativas, todos votan pero sólo uno decide.


La vida son fuerzas que resisten a la muerte. Si hay vida, hay lucha. Si hay lucha, hay resistencia. Es una definición biológica que se impone incluso en la vida social, en la confección de las reglas sociales. Máxime cuando los poderosos cada vez quieren hacer más énfasis en los deberes de los súbditos que en los derechos de los ciudadanos.


Cada individuo, cada sociedad se configura según sus pasiones y creencias, según los problemas presentados por el medio en el cual vive. El mundo es cambiante y ondeante, un individuo coexiste con los otros miembros de su grupo social, de la sociedad y del mundo material con sus problemas por resolver. 


Tenemos que las reglas sociales están en continuo hacerse, son inacabadas. Existen tantas formas de pensar como percepciones haya. Cada individuo, cada grupo social capta, registra las sensaciones dependiendo de la coexistencia con otros seres y con el territorio en el cual se desenvuelve, se despliega. Son experiencias, son empirismos inéditos del día a día, del diario vivir. ¿Cómo te pareció esto o aquello? Se pregunta a quien tenemos al lado.


El inacabamiento y el constante hacerse, el replegarse y desplegarse, definen al Ser. Cada persona oscila entre un adentro y un afuera, entre la captación interior que hace del mundo que le rodea, pero a su vez padece las imposiciones de este mismo mundo material. Cada persona, cada grupo humano se las arregla con los medios proporcionados por su entorno. Las soluciones dadas por cada sociedad particular varían de acuerdo a cada territorio en dónde se encuentran.


Y decimos que las reglas son inacabadas, que están en permanente hacerse, porque una regla es regla cuando arregla, de lo contrario algo anda mal que hay que revisar. Las reglas sociales son construcciones culturales que van cambiando de acuerdo a los valores de cada época y de cada entorno, de cada medio donde los vivientes se desenvuelven. 


El sentido de cada regla social reside en las pasiones o deseos,  en las creencias de quien se expresa. Las normas sociales son flexibles, no son impuestas como lo son las normas orgánicas, las normas que ritman un cuerpo en la coexistencia vital de todos los órganos que componen un cuerpo. Bien conocida es la fábula en la cuál cada órgano requiere del concurso de otros para su funcionamiento. 


Este reflexionar, estas cortas palabras, sólo quieren expresar una vez más, quieren insistir en esto de lo inacabado de toda norma social. Y también se quiere advertir de los peligros en creer lo contrario, el peligro de creer que existe alguna determinada norma social, la que se cree la mejor para ser impuesta por gobiernos fachos, gobiernos de muerte. Y toda imposición social sin contar con el consenso de la mayoría va contra la lógica misma de la confección de las normas sociales que se hacen por ensayo y error. La vida es un juego de azar, que en una tirada de dados se juega el todo por el todo, como pasa con las mutaciones y variaciones en las especies en esa tolerancia que la muerte le hace a esas vidas específicas. Vivir es habitar el mundo que nos ha tocado, es darnos nuestras mejores reglas que edifiquen la existencia.


Todo en el ser, en el individuo es devenir, multiplicidad, mezcla, es un ir y venir, un adentro y un afuera que pasan por la piel, por la membrana que hace su interfase: «Lo que hay en los cuerpos, en la profundidad de los cuerpos, son mezclas: un cuerpo penetra a otro y coexiste con él en todas sus partes, como una gota del vino en el mar o el fuego en el hierro. Un cuerpo se retira en el otro, como el líquido de un vaso. Las mezclas en general determinan estados de cosas cuantitativos y cualitativos: las dimensiones de un conjunto, o el rojo del hierro, lo verde de un árbol.» (Gilles Deleuze en Lógica del Sentido. Paidós, Barcelona 1989, pág. 29)


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