El Pastoreo y la Culpa

Por Mauricio Castaño H
Historiador
http://colombiakritica.blogspot.com/

El pastor cristiano ha matado los espíritus libres y saltarines. El pastor se erige en guía y administrador de las almas y de sus pecados. Por primera vez se nos crea el sentimiento de culpa. La dogma cristiana logró erradicar lo que Foucault llamó el cuidado de sí, esos hombres, en principio griegos, capaces de administrar sus propias vidas, sus propias existencias, sin más brújula que la de su propia responsabilidad para consigo mismo y para con sus congéneres, para los de su hábitat, los de su oikos, en suma, toda una paideia, una sociedad en la que los individuos prescinden de dioses, o cuando más, los tienen como simples comodines articulados a sus vivencias de su cultura y de su presente.

La entrada de la figura del pastor en la cristiandad, involucionó la existencia, el pastor cuida de sus ovejas, las guía, se erige en su protector, la responsabilidad de sí y para sí, el cuidado de sí, se diluye, se delega a un otro y va a desembocar en la cantera cristiana quien decide por los otros, por la salvación de sus almas, de lavar sus pecados. Ya no existe la vida propia, se ha tornado vida dependiente del pastor, faro que traza los caminos por donde andar. Esta técnica pasará a la racionalidad Estatal: «Este concepto le permite señalar que existe una clara diferencia entre el modo de gobierno vigente en la polis ateniense, célebre gracias a la filosofía griega, y el practicado en el occidente pre-cristiano, donde se trata de un poder ante todo bienhechor, que opta por la salvación del conjunto del rebaño. El pastor hace todo lo que está en su mano por su rebaño, pero también por todas y cada una de las ovejas de su rebaño. Su ojo se posa sobre el todo y sobre cada uno». Foucault. Técnicas de poder en el pastoreo cristiano y de las técnicas de poder modernas, ellas alimentarán las distintas teorías de la razón de Estado, situándose en el núcleo de la nueva gouvernementalité que se desarrolla a partir del siglo XVI, y que ya no busca conducir a los hombres hacia su salvación sino ante todo hacia su bienestar.

En sí, es el sacerdote judío quien forja las premisas negativas por medio de la inversión de valores: “Sólo los miserables son los buenos; los que sufren, los necesitados, los enfermos, los deformes son también los únicos piadosos, los únicos bendecidos por Dios; sólo a ellos pertenecerá la beatitud. Y al contrario, vosotros, los que sois nobles y poderosos, sois desde la eternidad los malos, los crueles, los ávidos, los impíos y, eternamente, seguiréis siendo también los reprobados, los malditos y los condenados.” Genealogía de la Moral, citado por Deleuze En: Nietzsche y la Filosofía, página 177.

Esta inversión de valores conlleva además el concepto de la mala conciencia, en donde se difumina, se diluye el individuo o todo lo que puede quedar de responsabilidad de la vida sobre uno mismo, dejando a que otros decidan por nosotros, sólo nos queda arrepentirnos de una determinada culpa, de un pecado introyectado: “la mala conciencia le sugiere que debe que debe buscar esta causa en `sí mismo, en una falta cometida atrás, que debe interpretar como un castigo.` Y el sacerdote aparece por segunda vez para presidir este cambio de dirección: `ciertamente, ovejita, alguien debe ser la causa de que tú sufras; pero tú mismo eres la causa de todo esto, tú mismo eres causa de ti mismo.` El sacerdote inventa la noción de pecado: `El pecado sigue siendo el principal acontecimiento en la historia del alma enferma; representa para nosotros el juego de manos más nefasto de la interpretación religiosa. ‘La palabra culpa remite a la falta que ha cometido, a mi propia culpa,, a mi culpabilidad. He aquí cómo se interioriza el dolor; conciencia de un pecado, su único sentido es un sentido íntimo.” Deleuze op. 185

Se percibe el desequilibrio o la eliminación del poder del gobierno sobre sí que tienen los individuos para ser tomado por la figura del pastor, luego retomado de manera refinada por el Estado, recuérdese las tres técnicas. La primera la Pastoral Cristiana, la segunda es la diplomacia militar, y por último el Estado, sus despliegue de la vigilancia y el control, con la policía, con el biopoder. Similar a la pastoral cristiana, todos proclaman administrar las vidas explotando el miedo a la muerte, y más aún la resurrección en otra vida prometida, salvar almas. Desde los tiempos de Troya y de los horrores trágicos, el dolor y el sufrimiento, son juegos para contentar la mirada de los dioses. En estos ecos dogmáticos, de inculcación de miedos, de aniquilar nuestra capacidad de gobernarnos así mismos, el pastoreo sigue siendo una figura repudiable.


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Banca Parásita

Por Mauricio Castaño H
Historiador
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El sistema financiero es lo más parasitario de la sociedad, todo lo engulle y nada da, es el huésped que sólo consume y nada entrega, ni si quiera paga con buenas palabras, por el contrario se comporta con sus comensales arrogante, prepotente y grosero. Se alimenta del esfuerzo ajeno. Él sólo agarra la riqueza, el trabajo producido por los demás y lo hace suyo, tanto que toma el dinero de su cliente y se lo devuelve en calidad de préstamo a costosos intereses, por arte de magia usurera multiplica los panes. Como buen parásito es insaciable, sólo mira la presa con la cual alimenta su holgazanería. 

Esa presa tiene el nombre de cliente, el cual apresan, agarran con diversos tentáculos: Cuentas de Ahorros, Tarjetas de Crédito, Hipotecas, Préstamos, Seguros de Salud, de Vida, de Muerte, Planes vacacionales y un sin fín de etcétera, todo lo que un soldado del capitalismo anhela para alcanzar algún día el sueño pequeño burgués. Pareciera un contrasentido del Sistema Capitalista, que en su principialística ataca a los usureros porque viven de la renta, que no producen. Vuelve y juega la holgazanería, amenazando según sabios y teóricos la verdadera riqueza, el verdadero tesoro: El trabajo. Como en la fábula de La Fontaine Trabajad.

Con el dinero, con la banca financiera sucede igual que con el lenguaje, es un recurso simbólico, un medio para poner en circulación, un excelente sistema de intercambios, de síntesis que permite crear, mantener una ilusión que todos creemos verdadera, como una especie de perfomativo, así llaman los lingüistas a los enunciados que tienen capacidad de producir realidades. Basta que un telediario difunda una noticia especulativa para que todo un país entre en pánico. Volvamos a lo del lenguaje: “Puesto que las palabras no son sino nombres de cosas, sería bastante más cómodo que cada uno llevara consigo las cosas que le sirven para expresar los asuntos de los que pretende hablar… Muchos, dentro de los más cultos y sabios, han adoptado el nuevo sistema de expresarse mediante las cosas; el único inconveniente es que, si hay que tratar de asuntos complejos y de índole diversa, uno se ve obligado a llevarse encima una gran carga de objetos, a menos que pueda permitirse el lujo de que dos robustos servidores se los lleven… Otra gran ventaja que ofrece este invento es que puede utilizarse como lenguaje universal que puede ser comprendido en todas las naciones civilizadas… De este modo los embajadores estarían en condiciones de tratar con los príncipes o ministros extranjeros aun desconociendo por completo su propia lengua.” Jonathan Swift, citado por Umberto Eco en:  La Lengua Perfecta.

Lo universal es el hombre que se comunica a través de una lengua. Importa es el recurso comunicativo para tramitar el enmarañado, el complejizado universo de las relaciones humanas. Por el momento a la humanidad no se le ha impuesto una lengua, ni siquiera a la Unión Europea, repetimos, el lenguaje es un medio expresivo, no es un fin en sí mismo, ni tan si quiera un mandato, aunque así lo han querido el imperio semiótico. Similar sucede con el sistema financiero, el dinero lo convirtieron no en medio sino en fin, sometiendo a los Estados, a todo un pueblo, pues este sistema declara muerte financiera a un ciudadano, lo reporta y lo bloquea, bien sea porque ellos mismos lo aprietan tanto que los asfixian, es difícil escapar a ellos, sólo los mafiosos y delincuentes que requieren evadir impuestos y autoridad. En Colombia existen tres centrales, tres guillotinas: Sifin, Procrédito, Datacrédito. Sistema bancario, y los otros de Comercio.

Una vez más ilustremos el ultra poder bancario. Los llamados clientes, una vez apresados es difícil escapar de las garras. En Colombia, en Medellín, por ejemplo, la banca Davivienda de manera irresponsable en el 2012 emprende una campaña de entrega masiva o expres de tarje de crédito, unos chicos eran puestos en esquinas de la ciudad, y a transeúnte que pasara lo paraban para embutirle un producto de Tarjeta de Crédito. Así fueron suplantados más de cien personas el año 2013 en tan sólo esta ciudad. En el país miles son estafados por millonadas y pasan años tras años tratando de mostrar su inocencia, pero eso no interesa a la banca, el sólo se fija en no dejar ir el dinero, y por ello atrapa al más cercano: el Cliente. Y los delincuentes son cosa del Estado, de la justicia. 

La dimensión es tal que el mismo Sistema de Justicia se pronunció, la Corte Constitucional ya ha ordenado en la sentencia T-803 de 2010, por medio de la cual se protege el derecho al Habeas Data, que mientras dure una controversia entre entidades crediticias y usuarios, el reporte debe ser retirado: “(…) la Corte ha considerado que no se cumple de manera satisfactoria el criterio de veracidad, por lo que no resulta procedente mantener el reporte, junto con sus efectos negativos, mientras no se dilucide con toda claridad si en efecto la obligación existe y se encuentra pendiente de pago en la forma en que lo entiende el acreedor.” Agregó la Corte que “[f]rente a la tensión existente entre los derechos e intereses de las organizaciones que usan este tipo de información y los de las personas reportadas, es necesario anotar que el informe de situaciones discutidas y no suficientemente esclarecidas expone al afectado a sufrir todas las limitaciones y consecuencias negativas de tales reportes (…)”.

Con esta desventaja del cliente, recomiendan cada mes consultar si aún no ha sido suplantado, estafado, para que reaccione con rapidez y mitigar el dolor que se le viene de caer en las garras del sistema financiero. Esa es la Banca Parásita.


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Desbarajuste

Por Mauricio Castaño H
Historiador
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En Colombia puede verse eso que suele decirse desde hace décadas de la crisis de la razón occidental. Por más que uno quiera comprender este país con las categorías de esta racionalidad, son más las variables que se escapan, que las que se dejan encerrar bajo los esquemas de análisis. Para expresar el desbarajuste de este país en donde todo parece irse al traste a la mañana siguiente o que todo aquí funciona más mal que bien, o simplemente a medias, se afirma que Colombia es una nación sin Estado. Es un país en donde las clases dirigentes son poco ilustradas, viven ensartadas en luchas intestinales por regionalismos, por enriquecerse acudiendo a métodos violentos.

Y si la cabeza está mal puesta, las demás partes del cuerpo también funcionan mal. Pues lo predominante a lo largo y ancho del territorio nacional es también el sálvese quien pueda. Nada más puede esperarse en donde la impunidad nacional de la justicia es del 98%, es decir, aquí la justicia ni cojea como para esperar a que llegue lenta pero que llegue. Con sorna se dice que es el país de las leyes, pero ello quiere decir la cantidad de ellas sirve para atascar, para que no funcione. Mírese no más las partes céntricas y periféricas de las ciudades capitales para evidenciar que el hampa es la que regula la vida económica, es la que indica pautas comportamentales a la ciudadanía, pues con su imposición de muerte y de violencia a quienes no le obedecen, infunden miedo y se hacen acreedores a títulos en la cultura popular y elitista de justicieros eficientes y eficaces. No es gratuito que se llame país de mafiosos, hampones y paramilitares. 

Y ni se diga del campo, si aquí llueve, allá no escampa. No hay otro lugar más expedito en donde se viva la impotencia de no poder hacer nada frente a los justicieros criminales, se está a merced de ellos, a vivir las más horrendas humillaciones aplastantes de la bota y guante militar, o simplemente del más fuerte, del que tenga una simple ventaja en fuerza. Consideración por los campesinos. Suele decirse que el poder nunca permanece vacío, pero la verdad es que éste no hace presencia más que para cobrar impuestos que hunden al pobre cada vez más en su miseria. ¡Bienvenidos al país sin futuro!

En general, lo que la modernidad de occidente llama ciudadanía, es sólo una palabreja, pues su inaccesibilidad en los derechos proclamados de libertad, justicia e igualdad o de los derechos vitales son unos imposibles en sociedades en donde la acumulación de riqueza para unos pocos es el norte, sin importar el bienestar de la mayoría. El ciudadano se ve en desventaja frente a alguien que le respira en la nuca con un fusil, metralla o pistola, dispuesto a tumbarlo en el piso, o físicamente enterrarlo por siempre a unos cuantos metros bajo tierra. Esta desproporcionada correlación de fuerza deja sin esperanza a la sensatez humana, marca con el sello de la miseria humana. ¡Qué desbarajuste!


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La belleza, la justicia, el orden


M Libros

Jacques Le Goff : « La belleza, la justicia, el orden… Sobre ellas se construyen las civilizaciones »
LE MONDE | 21.01.2014 a las 17h38 • Actualizado el 01.04.2014 a las 12h05 |
Entrevista con Nicolas Truong

Historiador medievalista de renombre internacional, autor de una obra monumental, Jacques Le Goff publicó la Edad Media y el dinero (Perrin, 2010), a la Búsqueda del tiempo sagrado, Jacques de Voragine y la Leyenda dorada (Perrin, 2011), la Edad Media explicada en imágenes (Seuil, 2013) y, más recientemente, el 9 de enero, ¿Es realmente necesario cortar la historia en tajadas? (Seuil, 224 p., 18 €).

¿Por qué apadrinar la colección « Histoire & civilisations »?

Me parece que esta colección responde a una exigencia esencial de la edición en el dominio de la historia: poner a disposición de un gran número de lectores una suma de conocimientos que, sin tener que ver con la erudición, es necesaria para la educación del honesto hombre actual.  Esto me parece tanto más importante cuanto que, en algunos países entre los que está Francia, la historia está hoy en retroceso en la enseñanza.  Se trata de un error inquietante, pues la historia es individual y colectivamente necesaria para la comprehensión del mundo y para nuestro rol en su funcionamiento.

¿Incluida la historia antigua y medieval?

Es necesario volverle a dar importancia e influencia al conocimiento del pasado antiguo y medieval; nuestra existencia vive de herencias y esas herencias no son un simple regreso nostálgico al pasado.  Son y deben ser un trampolín para el porvenir.  En este marco, la parte asignada a la larga duración en importantísima.  Me parece por lo demás que, en el periodo que vendrá, será importante que tengamos especialistas en lo que hoy se llama la prehistoria, en la que –pienso que gracias en particular a la arqueología– se debería descubrir de nuevo testimonios que permitirán responder mejor a la pregunta: « ¿De donde venimos ? »
Los historiadores pueden aportar principalmente dos cosas.  La primera es el conocimiento de las herencias.  Si es verdad que yo no creo que haya un sentido de la Historia, a pesar de todo, la historia vive en parte de herencias que debemos conocer para aprender, y para aprovecharlas y saber utilizarlas.  Por otra parte, el conocimiento de la Historia y el espíritu histórico nos forman para servirnos mejor de lo que constituye un dato fundamental de nuestra existencia individual y colectiva: el tiempo.  El mundo y nosotros mismos evolucionamos, cambiamos, y es la historia la que constituye esas mutaciones.  La historia en tanto que materia de conocimiento es la que permite poner en perspectiva las mutaciones que operan en la hora actual.

¿Qué es lo que distingue a una civilización de una cultura?

La civilización reposa sobre la búsqueda y la expresión de un valor superior, contrariamente a la cultura que se resume en un conjunto de costumbres y de comportamientos.  La cultura es terrestre cuando la civilización es trascendente.  La belleza, la justicia, el orden… sobre ellas se construyen las civilizaciones.
Considere el trabajo de la tierra, la cultura producirá lo útil, el arroz, allí donde la civilización engendrará la belleza, creando jardines.

En el Oriente extremo, las diferencias entre las civilizaciones china y japonesa se expresan en la estructura de sus jardines.  El jardín chino ama el desorden y el secreto, mientras que el jardín japonés es muy ordenado y le concede un sitio importante al agua.  Se adivinan sus influencias religiosas y espirituales, aunque expongan dos relaciones muy diferentes con lo religioso, con una religión del misterio por un lado, el taoísmo chino, y por el otro con una religión de la luz, el shintoismo japonés.

Pero para tomar un ejemplo más próximo de nosotros, existe una oposición fuerte entre el jardín inglés y el jardín francés; el primero es enredado, es un lugar romántico, propicio para la ensoñación, mientras que el segundo es muy construido y estructurado, es un jardín cartesiano, erigido sobre el terreno de la racionalidad.  La cultura privilegia la idea de utilidad, de seguridad y de riqueza, contrariamente a la civilización, para la que lo espiritual y lo estéticos tienen mucho más valor.

¿Cómo nacen las civilizaciones?

Las civilizaciones son humanas; son pues los seres humanos o las instituciones las que favorecen su eclosión.  Pero se plantea la cuestión del lugar: ¿dónde nacen ellas?  Sin discusión, la ciudad es para mí el gran foco de la civilización.  En cuanto a las personas, se puede conectar el nacimiento de la civilización a la voluntad de potencia de los individuos; es el llamado y el constreñimiento que rodean las potencias que crean en torno a ellos ese deseo de realzar su prestigio y reforzar su dominación.  Es la voluntad de los faraones de sobrevivir a la muerte por medio del recuerdo que ha dado las pirámides.  Las religiones son las más grandes productoras de civilizaciones.  Piense en el papel de los templos en las diversas civilizaciones, entre los aztecas, los incas, los mayas, como en occidente, donde la iglesia –que bien pronto reemplazó el templo– ha sido un elemento esencial del paso de la civilización antigua a la civilización medieval, cristiana y moderna. 
 Es la ambición y la búsqueda de valores superiores que transforman una cultura en civilización.
« Nosotras civilizaciones, ahora sabemos que somos mortales. »  ¿Cómo se debe comprender esta frase de Paul Valéry, escrita en 1919 ?

Es ante todo una reacción al desastre y a las destrucciones de la guerra del 14-18.  Tras estas palabras está la idea de que los monumentos, las instituciones y las ciudades pueden sufrir destrucciones materiales que arrastren también con sus valores.  No son sino hipótesis pero es posible que algunas civilizaciones muy antiguas de la América pre-colombina, o del África, hayan podido desaparecer por las guerras.  Pero en un segundo momento, Paul Valéry identifica civilización y cuerpo humano, y por tanto la idea de muerte brutal y desastrosa es reemplazada por la de extinción, por la de muerte lenta.  Las civilizaciones podrían desaparecer porque ellas no logran ya mantener una natalidad capaz de prolongar la humanidad que lo mantiene, o de producir los bienes de consumo suficientes para perdurar.  En efecto, las civilizaciones viven en una tierra donde su existencia física no está completamente al abrigo de destrucciones.

¿ Diría Ud. como Marx que a cada técnica le corresponde una organización social, y que el molino, por ejemplo, simboliza la sociedad feudal ?

Hay algo de verdadero en esta frase de Marx, y se puede decir que el pensamiento moderno, incluso si está alejado de una aplicación sistemática y restringida del pensamiento de Marx, ha sido marcado por su concepción de la importancia de la economía y de la historia.  Sin embargo, yo pienso que una creación, una desaparición o una mutación de civilización exige tiempo.  Es necesario ligar la historia y el desarrollo de las civilizaciones con el desenvolvimiento del tiempo.  Una civilización toma tiempo en crearse, en evolucionar, en morir, en transformarse o en transmitir herencias.  En la historia y la reflexión sobre las civilizaciones, la idea de herencia es fundamental.  Una civilización está hecha con frecuencia de capas o de donaciones de valores, de tradiciones que se inscriben en el tiempo.  Los hombres son siempre herederos.

Hay una noción de la que se ha abusado mucho, es la de « revolución ».  En la historia de la humanidad, ellas son muy raras, y aparte de las revoluciones francesa y bolchevique, yo veo pocos cambios tan globales y brutales.  Y como François Furet, pienso que la revolución francesa duró todo el siglo XIX.  El encendido de ella data claramente de fines del siglo XVIII, pero todas las ondas que han destruido el pasado y hecho nacer una nueva sociedad se tomaron bastante tiempo para producir sus efectos.  Así mismo, no es de un día para otro que la revolución bolchevique modificó el espacio ruso y una parte de la Europa del Este, y del Asia.

¿ Existe una dinámica de las civilizaciones, como Fernand B Braudel (1902-1985) decía que existía una dinámica del capitalismo ?

La dinámica de las civilizaciones tiene muchas fuentes.  Una de ellas es la necesidad natural.  La necesidad de alimentación puede engendrar una civilización en la que un alimento o una forma de cocina toma un valor extremadamente importante, como el arroz o el maíz.  Pero la dinámica de las civilizaciones reposa igualmente en la necesidad de comunicar.  Entre los instrumentos esenciales de las civilizaciones, se encuentran las vías terrestres y navales.  Por ejemplo, para la civilización portuguesa, la ruta marítima fue el pilar.

Por supuesto que las necesidades intelectuales y espirituales juegan un rol fundamental.  Por ejemplo, la escuela ha sido un instrumento considerable en la historia de las civilizaciones, al diseminar un saber que permitió el mantenimiento de una civilización viviente, y que transmite igualmente herencias y prepara las evoluciones.  El saber didáctico está en el primer rango de los dones civilizadores de la Grecia antigua; después la escuela del pedagogo del pueblo hasta la de Sócrates y de los grandes filósofos de Atenas.  Y en la actualidad, lo que se llama « la investigación » participa de este enriquecimiento de la civilización, de una civilización tecnológica y científica.

La civilización medieval mantuvo una relación ambigua con el cuerpo, cuerpo ora renegado, oculto o desvalorizado, ora glorificado como el de Cristo.  ¿Existen tensiones dinámicas en la Historia y en las civilizaciones?

Sí, pero ellas son de diversas naturalezas.  El pensamiento chino nutre una tensión entre dos polos, el ying y el yang, mientras que la civilización occidental reposa sobre una tensión fundamental entre el bien y el mal. 

 Para los occidentales, esto parece evidente, mientras que es una construcción de la Historia que pensó que todo el territorio del pensamiento y de la acción evolucionaba entre dos dominios opuestos, en lucha casi constante.

Personalmente, he tratado de tender hacia un terreno neutro, pero rápidamente me ha dado cuenta que no se permanece mucho tiempo en esa neutralidad.  Tendría ahora más tendencia a considerar que existe un cierto número de entre-dos que entran ora en el dominio del bien, ora en el del mal.  Y esta diversidad de posiciones me parece que está más próxima de la realidad y da más garantía de paz.  Hay en las civilizaciones un globalismo que permitiría hacer su retrato, y una diversidad que se expresaría en una película.

¿ Se puede hablar de « choque de civilizaciones », como lo ha hecho Samuel Phillips Huntington (1927-2008) ?

Ha habido en la Historia conflictos de civilizaciones, pero de acá a generalizarlos –como se lo hizo en una obra de la que se ha hablado enormemente– creo, como muchos, que es un error.  El período de la colonización (siglos XIX - XX) ha estado marcado por choques de civilizaciones, como en la antigüedad han existido enfrentamientos entre los griegos y los persas, y en la Edad Media durante las invasiones mongolas.

En desquite, contrariamente a lo que se piensa, los grandes descubrimientos no han jugado un papel civilizador esencial.  Ciertamente que han materializado una vía de comunicación hasta entonces desconocida, y marcado la posibilidad de innovaciones futuras en los países descubiertos como en los que los descubren, y en todas las regiones vecinas, pero ellos no han tenido el efecto a la vez inevitable, obligatorio y considerable que se les ha atribuido.  Algunos descubrimientos no han ido más allá de un encuentro; otros han tomado mucho tiempo para dar su más profundo resultado; tome el caso del descubrimiento de América; no se vuelve verdaderamente importante sino a fines del siglo XVIII, en el momento de la fundación de los EE. UU.  Suramérica vivió exactamente durante el siglo XVI como la Europa medieval; hubo que esperar a Bolívar para que el descubrimiento diera sus frutos.

Para mí, el período que corre de fines del siglo XV hasta mediados del XVIII es un sub-período de una larga Edad Media, un sub-período que conoció novedades debidas a migraciones alimenticias (el tomate, el maíz, etc.), como también a la expansión de los metales preciosos.

¿ Por qué dice Ud. que la ciudad es el crisol de las civilizaciones ?  ¿ No han existido civilizaciones rurales ?

No veo muchas.  Debo confesar que desde que se habla de civilización, se encuentra la ciudad, incluso cuando se trata de civilizaciones antiguas.  El Egipto antiguo, los imperios y reinos del Cercano-Oriente, el Imperio romano, la cristiandad, la América pre-colombina, el Extremo Oriente y la India antigua, por todas partes las ciudades han jugado un papel esencial.  La Grecia antigua tenía a Atenas, Esparte, Corinto… e incluso las civilizaciones de Mesopotamia eran civilizaciones de la ciudad.  ¿Por qué?  Porque la ciudad ofrece dos cosas necesarias a la creación: el número y la proximidad.  Es por esto que entre los pilares de la civilización europea, yo he retenido la escala del barrio.  La ciudad es una asociación de vecinos.
Ella hace que nazca un comportamiento, una institución a la que no se le ha prestado la debida atención en la Historia: el artesanado.  Su importancia comienza desde la antigüedad.  Entre los antiguos griegos y los romanos, el faber, el herrero, es un personaje esencial.  Fabricaba el arado, necesario para la agricultura, las herradura y muchos otros utensilios esenciales para el desarrollo de la civilización.

En el siglo XI, en Francia, dos acontecimientos casi contemporáneos transformaron la Edad Media: el nacimiento del pueblo, con la reunión de los campesinos en aglomeraciones que respetaban la misma estructura, con la iglesia y el cementerio en el centro; y los primeros movimientos comunales que han marcado el encargase de su gobierno por parte de los habitantes, lo que se llama los burgueses.  La instalación en las ciudades de los hermanos dominicos y franciscanos, cuyo oficio consistía en predicar, reforzó la comunicación.  La ciudad se volvió más que nunca un centro de producción y acabó así poseyendo todos los medios importantes que le han permitido se un motor.

¿ Se puede decir que existen civilizaciones « calientes » y « frías »  ?

Se puede decir que existen regiones más animadas y creativas que otras, en el dominio económico, artístico o en el de la enseñanza.  Por ejemplo, Italia fue un país que siempre se distinguió en la Europa medieval y que era más calientes que la mayor parte de los otros de la cristiandad.

¿ Cuáles son los marcadores de las civilizaciones ?

Es necesario distinguir los marcadores existentes de los que han desparecido.  Los que han resucitado los historiadores, los antropólogos y los sociólogos son muy diversos.  Puede ser un alimento, en Irlanda existió toda una civilización de la papa, una gran parte de la actividad de la ciudad giraba en torno a los efectos de su cultivo.  La civilización es algo globalizador.

¿ Por qué habla Ud. de una mundialización en el tiempo y en el espacio ?

El problema es el del espacio, del área geográfica y de las relaciones que mantienen los espacios de las civilizaciones entre ellas.  Es preciso diferenciar tres estados esenciales: el contacto, el intercambio y la fusión.  El contacto es lo que ocurre durante los grandes descubrimientos, y su instrumento ha sido el barco.  El intercambio ha tenido lugar entre los países europeos y los descubiertos; se crearon intercambios comerciales tanto como intelectuales.  Y luego llegará un momento en que entre los dos países en contacto y en intercambio se operará una cuasi-uniformización.

Ninguna región ha conocido por el momento esta fase, contrariamente a lo que dicen algunos periodistas y políticos, especialmente con su concepto de norteamericanización del mundo.  Creo que ese fenómeno de fusión no existe todavía; todavía estamos en una fase de intercambios, pero de intercambios desiguales.

¿Se puede hablar todavía de civilizaciones, o ya finalmente no queda sino una sola, la del mundo globalizado?

Hemos entrado en un nuevo período de la Historia, cuyo instrumento principal es el computador.  Le ponemos la cara a un instrumento que aún no se ha difundido por todas partes y que no lo ha hecho en el mismo grado de saturación.  Creo que por primera vez –y de mejor manera que el teléfono o la televisión– una herramienta se volverá casi universal y podrá tener una civilización digital.  Apenas si estamos hoy en el estadio de contacto; hay que tener paciencia para saber si logrará nacer una nueva civilización.

http://www.lemonde.fr/disparitions/article/2014/04/01/l-historien-jacques-le-goff-est-mort_4393525_3382.html
Jacques Le Goff, muerte de un « ogro historiador »
Le Monde.fr | 01.04.2014 à 11h55 • Mis à jour le 01.04.2014 à 18h57 |

Par Nicolas Truong

El más grade medievalista francés, Jacques Le Goff, ha muerto este martes 1º de abril, a la edad de 90 años en el hospital Saint-Louis.  Había nacido el 1º de enero de 1924 en Toulon; había forjado una obra de renombre internacional de la que dan fe especialmente los Intelectuales en la Edad Media (Seuil, 1957), el Nacimiento del purgatorio (Gallimard, 1981) o su anti-biografía de San Luis, Saint-Louis (Gallimard, 1996), que fue un gran éxito de librería.

« Es el último de los grandes el que acaba de irse », afirma el historiador Pierre Nora, quien fue su amigo y uno de sus principales editores.  Pues Jacques Le Goff pertenece a ese linaje de historiadores que, como Marc Bloch & Lucien Febvre, Fernand Braudel & Georges Duby, cambió nuestra relación con la historia.  Con él, la Edad Media ya no fue la misma.  No siguió siendo la de las tinieblas, incluso si Jacques Le Goff nunca las escondió: del encierro de los leprosos a la represión de los heréticos.  A partir de sus trabajos científicos, como de sus libros pedagógicos que algunos fueron dirigidos incluso a los niños, la Edad Media aparece como la matriz de nuestra modernidad, del empuje de la ciudad a la creación de las universidades. 

 Una “larga Edad Media” también, que él hacia llegar al siglo Vº, es decir de la instalación del cristianismo en Europa, hasta el siglo XVIII, la revolución industrial.  Literatura, archivos, exempla, libros o estampas iluminadas, Jacques Le Goff le hizo a todo, todo lo abarcó.

DISCÍPULO PÓSTUMO DE MARC BLOCH

Un “ogro historiador”, era así como sus amigos denominaban a este intelectual movido por lo que él mismo llamaba “el apetito de la historia”.  Un medievalista con “curiosidad glotona” e insaciable que sabía, como lo escribía Marc Bloch del que era el heredero y del que se decía el “discípulo póstumo”, que “el buen historiador se parece al ogro de la leyenda.  Allí donde huele la carne humana, sabe que allí está su presa”.  Por esto una atención particular a los cuerpos, a los gestos, a las risas, a las lágrimas, a los sueños, a la materialidad de las cosas como al imaginario de las civilizaciones, a lo religioso tanto como a lo maravilloso. 
 “Lo que me encantaba en Jacques Le Goff es que amaba la vida, lo recuerda la antropóloga Françoise Héritier.  Era un inmenso historiador, y su amor por la buena comida, compartiendo el contento, permite comprender su relación con la historia como su manera de articular la cultura sabia y la cultura popular”.

UN FIEL DE LA « IZQUIERDA IDEAL »

Por lo demás  Jacques Le Goff permaneció toda su vida fiel a la « izquierda ideal », explica Pierre Nora, la « heredera del Frente popular », la del Partido socialista unificado (PSU) del que fue miembro de 1958 a 1962.  Bien tempranito vacunado contra el comunismo, pues le tocó presenciar en Checoeslovaquia el golpe soviético en Praga en 1948, permaneció un indefectible hombre de izquierda, mientras que tantos intelectuales de su época pasaron del comunismo estalinista de su juventud al conservatismo liberal o derechista de la madurez.  Recientemente, Jacques Le Goff había incluso firmado en Le Monde una tribuna contra los que, como las “boinas rojas”, atacaban con virulencia a François Hollande.  Leer: ¡No agobiéis al presidente!

“Nunca se guardaba su juicio, lleno de buen humor y de franqueza”, recuerda Françoise Héritier.  Amigo cercano, y actual director del Grupo de antropología histórica del Occidente medieval fundado por Jacques Le Goff en 1978, Jean-Claude Schmitt insiste también en la justeza de los juicios de este “hombre de principios” lleno de “virtudes cívicas”.  Medalla de oro del CNRS, presidente de la VIª sección de la Escuela práctica de altos estudios, que se volvió bajo su dirección en la Escuela de altos estudios en ciencias sociales en 1975, uno de los lugares más reconocidos en el mundo de la investigación en ciencias sociales; sus obras han sido traducidas por el mundo entero.  Pues “lejos de ser un simple especialista”, Jacques Le Goff  “dominó el campo de su disciplina –explica Jean-Claude Schmitt– al proponer análisis estructurales de los cuentos folclóricos o del bosque de Broiceliande, al interesarse en las risas, en los gestos de la Edad Media”.

« LA EDAD MEDIA ES LA ESPERANZA »

« Antropologizó la historia », resume Pierre Nora, que recuerda igualmente que « los últimos años le fueron difíciles ». Inconsolable luego de la muerte de su mujer, Hanka, la madre de sus dos hijos, Barbara et Thomas, el historiador recibía a pesar de todo con alegría y generosidad a sus visitantes en la oficina invadida de libros de su apartamento en la calle de Thionville, en el 19º distrito de Paris.  También escribía mucho.  «¿Cómo seguir viviendo sin Hanka?» se preguntaba al final de una obra penosa que le consagró.  Rodeándose de su familia y de sus amigos, ciertamente. También trabajando sin descanso.  Sobre « la larga Edad Media », como lo hizo hasta aún recientemente con A la recherche du temps sacré, Jacques de Voragine et la Légende dorée (Perrin, 2011) y Pourquoi découper l'histoire en tranches ? (Seuil, 2014).  En razón de esa pasión que, desde que leyó las novelas de Walter Scott y de Ivanhoé en particular, ya nunca lo abandonó. Porque, decía, « la Edad Media es la esperanza ».
fechas importantes en la vida de Jacques Le Goff

1924, 1º de enero : nacimiento en Toulon
1964 : La Civilisation de l'Occident médiéval (Arthaud)
1972-1977 : presidente de la VIª sección de l'Ecole pratique des Hautes Etudes, que se volvió en 1975 la EHESS
1981 : La Naissance du purgatoire (Gallimard)
1991 : medalla de oro del CNRS
1996 : Saint Louis (Gallimard)
1999 : Dictionnaire raisonné de l'Occident médiéval, dirigido con Jean-Claude Schmitt (Fayard)
2014, 1º de abril : muere en Paris.

tr. Luis Alfonso Paláu, Medellín en la noche del 1º de abril 2014.

http://www.franceculture.fr/2014-04-01-disparition-de-jacques-le-goff  
France Culture
Desaparición de Jacques Le Goff
01.04.2014

« La Historia no puede ser objetiva, es una actividad casi involuntaria de racionalización »
El historiador medievalista francés, co-productor de la emission "Les Lundis de l'histoire" desde 1968, ha muerto este martes 1º de abril en París.  Tenía 90 años.  Co-editor de la revista  "Annales, Histoire et Sciences sociales", su trabajo fue recompensada numerosas veces.  Gran Premio nacional de Historia en 1987, medalla de oro del CNRS en 1991, fue promovido al grado de Comendador de la orden de las Artes y de las Letras en 1997.

Nacido el 1º de enero de 1924, este normalista brillante, escalafonado en historia en 1950 (cuarto ex-aequo con Alain Touraine), se da cuenta que él no quiere enseñar y prefiere la investigación colectiva.
Para continuar su formación, estudia en Oxford durante un año, pero no le gustó.  Luego de esto, trabajo un año en el CNRS, pero tampoco allí el universo le convino.  En 1962, se vuelve profesor asistente en la sección VIª de la École pratique des hautes études (que se volvió en 1975 la Ecole des hautes études en sciences sociales), y descubre la libertad de investigación y la posibilidad de intercambiar con numerosos intelectuales.  En 1972, sucede a Fernand Braudel.

Sus trabajos sobre el occidente medieval son de referencia para los historiadores y sus obras han sido leídas por generaciones de estudiantes.  En la tradición de los grandes historiadores franceses, este medievalista no duda sin embargo en abandonar su período de predilección para abordar la actualidad.
Ecoutez l’hommage rendu par Olivier Poivre d’Arvor, directeur de France Culture, dans le journal de 12h30 d'Antoine Mercier :

Fuente:
http://www.lemonde.fr/livres/article/2014/01/21/jacques-le-goff-la-beaute-la-justice-l-ordre-voila-sur-quoi-sont-baties-les-civilisations_4352034_3260.html

Traducción de Luis Alfonso Paláu, Medellín, abril 1º de 2014


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