Por Redacción Judicial del Espectador.com
Verdades a medias del caso Meritage
15 y 16 Abr 2017

"Sencillo. Es la historia de un tranqueto, un narco que adquiere un lote en Envigado vía las Palmas. Luego viene a nuestro modo de ver un ajuste de cuentas de aquel y otros que vienen después, entre ellos una modelo, y finalmente un gringo inversionista que quiere construir lujosas casas de más de mil doscientos millones de pesos. Unas cuentas de compra del lote irregulares, una venta testaférrea de 450 millones, después 10 y 37 mil millones de valor de compra del terreno. Y hoy hablan de 457 mil millones de pesos del proyecto de construcción, casi medio billón, y afectación por la misma cantidad de predios en sus alrededores. Es una micro historia y paisaje de tenencia de tierra mal habida en la que entran en escena no ya el antiguo colonizador de hacha y machete, sino de mafioneta y fierro  con el que ajusta cuenta entre sus pares mafiosos. Es un  pedazo de micro historia de la Colombia cocalera, de la Colombia mafiosa de Pablo Escobar. Animamos su lectura para intentar develarnos ojalá en lo que no somos..." Colombia Krítica


Así afectó la mafia al proyecto Meritage

Esta es la primera parte de la historia de un proceso de extinción de dominio en el que participan agencias como el FBI, la DEA y la OFAC, y que tiene al borde de la quiebra a la propuesta inmobiliaria más ambiciosa de Medellín. En juego está un negocio de $470.000 millones.
El estadounidense Ángel Seda, gerente del proyecto Meritage Luxury Community. Nelson Sierra

Hace casi 10 años, en julio de 2007, después buscar negocios inmobiliarios en México, Cuba, Costa Rica, República Dominicana o Panamá, el ciudadano norteamericano Ángel Seda llegó a Colombia. Con licencia de constructor y título de la Universidad de California, encontró en Medellín el escenario para consolidar su empresa Royal Property Group. Después de algunos proyectos, terminó liderando el plan hotelero y de vivienda más ambicioso hoy en Antioquia: el Meritage Luxury Community. El mismo por el cual libra una dura confrontación judicial en la que la mafia es protagonista y que ya está ante jueces. (Lea aquí la segunda parte de este reportaje)

Ángel Seda no tuvo problemas para desarrollar el hotel Charlee en el Parque Lleras en 2008. Tampoco para promover un proyecto hotelero en Guatapé (Antioquia). En 2013, con apoyo económico de socios de su país y la fiduciaria Corficolombiana, concretó la compra de un terreno de 56 hectáreas, situado a escasos minutos del peaje de la vía Las Palmas que conduce al aeropuerto de Rionegro. El terreno fue comprado a la empresa La Palma Argentina y CIA. Ltda, que a su vez lo había adquirido en 2007 a la reconocida modelo paisa Tatiana Gil Muñoz y a su prima y hermana de crianza, Mónica Marcela Rendón.

A pesar de que el negocio se hacía con una reconocida top model colombiana, en su momento la sociedad La Palma Argentina pidió a la Fiscalía una certificación sobre la legitimidad del bien. El 30 de octubre de 2007, el ente investigador respondió que no encontró registro de que estuviera involucrado en investigaciones penales o en trámites de extinción de dominio. De todas formas, para curarse en salud antes de comprar el terreno, en 2013 Seda y Corficolombiana decidieron garantizar que no existieran problemas legales. Por eso optaron por contratar un estudio de títulos.

Lo hizo la firma Otero & Palacio, que consultó los nombres de los que figuraron como dueños del bien, y comprobó que ninguno aparecía en la Lista Clinton. Luego presentó un derecho de petición a la Fiscalía, que reiteró en septiembre de 2013 que no había antecedentes judiciales ni de las personas ni del inmueble en cuestión. Corficolombia aplicó controles antilavado de activos y tampoco halló anomalías. En consecuencia, en octubre de 2013 se suscribió el negocio de compraventa por $40.000 millones que dio vida al proyecto Meritage para construir 414 apartasuits, 36 locales y 116 casas.

Todo iba bien. El proyecto vendió el 97% de la primera fase y se había logrado el punto de equilibrio para el resto del negocio avaluado en $470.000 millones, hasta el 3 de agosto de 2016. Ese día, apareció en el predio una fiscal de la Dirección de Extinción de Dominio y lo embargó. La Fiscalía justificó la decisión como parte de un proceso de extinción de dominio iniciado en abril de ese año. Es decir, pasó lo que los socios del proyecto Meritage temían: que el bien estuviera vinculado con la mafia. Además, el caso se relacionó con los reclamos de un particular que argumentaba ser dueño de esas tierras, ubicadas en la vereda Perico de Envigado.

El reclamante resultó ser Iván López Vanegas, extraditado a Estados Unidos en noviembre de 2003 y condenado a 282 meses de prisión en una Corte de Miami por tráfico de drogas. En 2007, el caso fue revocado porque López probó que la droga nunca llegó a Estados Unidos sino a Europa. Cuando eso sucedió, según relató en una tutela interpuesta a comienzos de 2016, ya se había enterado por su hijo Sebastián López que miembros de la tenebrosa Oficina de Envigado le habían quitado los predios donde hoy se realizan las obras del proyecto Meritage. Además, su hijo le contó que lo hicieron después de secuestrarlo en septiembre de 2004.

Durante el plagio, al parecer, a Sebastián López lo obligaron a firmar un papel en blanco y escrituras de los terrenos. Así, supuestamente, pudo la Oficina de Envigado concretar el traspaso del bien. Por eso López, una vez libre, empezó a reunir información para saber quién se había quedado con sus tierras. De esa forma llegó a Héctor

Restrepo Santamaría, alias Perraloca, un exparamilitar que operó en el suroeste antioqueño y se desmovilizó con el bloque Bananero en noviembre de 2004, pero que básicamente era narcotraficante. Por eso terminó extraditado y preso en Estados Unidos.

Iván López decidió buscarlo. Para llegar a él contactó a Guillermo Arango uribe, conocido como Guru, un negociante de tierras en Medellín y esposo de la modelo

Tatiana Gil, a quien conocía porque había sido novia de su hijo Sebastián López. En 2011, López viajó a Bogotá, se reunió con Guru en el hotel Marriot de la 95, y éste le consiguió la cita con Perraloca para la primera semana de diciembre de ese año. En compañía de Sebastián y de un abogado, la reunión se realizó en un centro comercial de Miami. En esta cita, Perraloca reconoció que él había participado en el negocio, pero que no quería tener problemas con el destino de esa propiedad.

López contó que incluso Perraloca le ofreció $10.000 millones y hasta una tierra en Cartagena para resolver el problema, pero que se quedó esperando casi tres años a que esa promesa se cumpliera. Luego Perraloca fue capturado. Entonces, en julio de 2014, López decidió acudir a la Fiscalía y denunció lo sucedido desde el secuestro de su hijo en 2004. Es decir, tardó casi 10 años en reportar a las autoridades los hechos y lo hizo un año después de iniciadas las obras del proyecto Meritage. Según él, se demoró porque estaba recopilando la documentación del caso.

Además del lío penal, López presentó la tutela para tratar de embargar el predio y detener la obra urbanística. En ambos escenarios quedó evidenciada la mano de la mafia. La historia de la tierra donde se construye el Meritage comenzó con Iván López Vanegas y su hermano medio, Jaime Orozco Vanegas, quienes la compraron en 1994, dividieron en proporciones del 75% y 25% respectivamente y parcelaron en dos lotes. Hasta que apareció un tal Luis José Varela Arboleda comprando toda la parte de Iván López en 2004. Varela Arboleda resultó ser un vendedor callejero de mangos y cuidador de carros en Medellín registrado en el Sisbén. Citado por la Fiscalía, Varela declaró que nunca ha tenido dinero para comprar nada y había extraviado su cédula.

Después de la compra a nombre del tal Varela, se dieron otras transacciones y apareció en escena el ingeniero José Ignacio Cardona Rodríguez comprando ese mismo 75% del terreno. El otro 25% siguió en manos de Jaime Orozco, hermano medio de Iván López. Cardona declaró ante la Fiscalía que en abril de 2005 lo contactó Jaime Orozco para hacer un trabajo de topografía en el predio de la vereda Perico y que luego éste le propuso que las escrituras quedaran a su nombre para facilitar la parcelación de los terrenos con miras a un futuro proyecto inmobiliario.

El ingeniero Cardona añadió que entre septiembre y octubre de 2006, por orden de Jaime Orozco Vanegas, traspasó las escrituras a su nombre así: el 16,1% a la firma inversiones Aler de Medellín, dedicada a la compraventa de tierras, y el 83,9% a la modelo Tatiana Gil y su prima Mónica Rendón. En otras palabras, junto al 25% de Jaime Orozco, los cuatro se convirtieron en los dueños del predio. A pesar de que Cardona aparece en todos los trámites, aseguró a la Fiscalía que nunca conoció al cuidador de carros ni a las dos mujeres ni a Iván López ni a su hijo Sebastián. Siempre obró por instrucciones de Jaime Orozco.

Un año después, en septiembre de 2007, la modelo Tatiana Gil y su prima le vendieron su porcentaje a la sociedad La Palma Argentina por $50 millones menos de lo que ellas habían comprado: $450 millones. La modelo fue citada por la Fiscalía y manifestó que durante 10 años fue la pareja de Guillermo Arango o Guru, y que él siempre trabajó en compraventa de propiedad raíz. Sobre el negocio de la vereda Perico, al que entró por invitación de Guru, sostuvo que se hizo a través de tres comisionistas, pero que el verdadero vendedor del lote era Héctor Restrepo, alias Perraloca, de quien dijo que no era amiga. Todos eran conocidos de su compañero Guru.

Si alias Perraloca no aparece en ninguna de las negociaciones de los lotes donde hoy se construye el proyecto Meritage, y el ingeniero Cardona sí sale en los documentos, pero asegura que apenas cumplía órdenes de Jaime Orozco Vanegas, ¿quién estaba realmente detrás de este negocio de compraventa? En el expediente todavía no está claro, pero al menos la modelo Tatiana Gil señaló que Guru fue quien se quedó con los $405 millones que les dieron por su porción del lote. Lo ratificó su prima Mónica Marcela Rendón, quien al ser consultada por la Fiscalía sobre por qué terminaron vendiendo por debajo del precio que compraron aclaró: porque necesitaban la plata.

Por esa misma época (2007) fue que Iván López recobró su libertad en Estados Unidos y, según él, cuando se enteró por su hijo Sebastián de lo que había pasado con su tierra en la vereda Perico. Cuatro años después, a través de Tatiana Gil contactó a Guru y así concretó la reunión en diciembre de 2011 en Miami con Perraloca para tratar de recuperar su propiedad. Lo que no quedó relacionado en su relato es que su hermano medio, Jaime Orozco Vanegas, el hombre que en realidad controlaba las tierras en cuestión, murió el 9 de agosto de 2011, es decir, cuatro meses antes de la supuesta reunión de López y Perraloca en Miami.

Sobre su hermano medio Jaime Orozco, López declaró que no se comportó como era de esperar cuando él estuvo preso en Estados Unidos y que las relaciones con su viuda, Lina Beatriz Echeverry, son distantes. López agregó que cuando empezó a recaudar la documentación sobre el lote y apareció en ella su hermano, quiso conocer sus explicaciones, pero nunca pudo dialogar con él. La viuda de Jaime Orozco también compareció ante la Fiscalía y afirmó que nunca supo nada del supuesto secuestro de Sebastián López en 2004, que tampoco conoció al ingeniero Cardona y que la relación entre los hermanos López y Orozco era muy distante.

El pasado 7 de abril la Fiscalía comunicó que el proceso de extinción de dominio de las tierras donde se construye el Meritage ya fue enviado a jueces. El ente investigador no duda de que se trata de un bien relacionado con la Oficina de Envigado, que pasó por las manos de terceros que no tenían capacidad económica para comprarlo y que el estadounidense Ángel Seda y sus socios debían saber del oscuro pasado de sus expropietarios. Seda insiste en que hizo todo lo posible para blindar el proyecto Meritage y que sobre este predio hay una versión no contada de presiones indebidas y personajes que le han dicho que si no les paga $50.000 millones lo llevarán a la quiebra.


Segunda Parte


Esta es la segunda parte de la historia de un proceso de extinción de dominio en el que participan agencias como el FBI, la DEA y la OFAC y que tiene al borde de la quiebra al proyecto inmobiliario más ambicioso de Medellín. En juego está un negocio de $470.000 millones.
Ángel Seda, gerente del proyecto Meritage Luxury Community. Nelson Sierra

En Medellín están paradas las obras de una de las apuestas inmobiliarias más ambiciosas del país, el Meritage Luxury Community, pues la Fiscalía considera que se trata de tierras que fueron adquiridas con plata de la Oficina de Envigado. El pasado 7 de abril la solicitud de extinción de dominio llegó a un juez, quien tendrá que analizar la información disponible: que el predio pasó por las manos de la modelo Tatiana Gil, de un vendedor de mangos, de gente posiblemente relacionada con la mafia; que en esta disputa hay una denuncia de secuestro de por medio; que los socios del Meritage se consideran compradores de buena fe. (Lea la primera entrega: "Así afectó la mafia al proyecto Meritage")

En esa revoltura de verdades a medias, la justicia conoció tarde lo que estaba pasando. La primera vez que Iván López presentó una denuncia por el tema de la tierra donde hoy se levanta el proyecto Meritage fue el 3 de julio de 2014. Ese día, en compañía de su hijo Sebastián López, visitó la Dirección contra el Crimen Organizado en el búnker de la Fiscalía en Bogotá, sostuvo que fue atendido por el entonces director de esa unidad, Álvaro Sarmiento —hoy investigado por un supuesto soborno—, y de ese encuentro salió designada para el caso la fiscal 24 especializada de Medellín, Marisabel Correa Torres.

Por esa misma época, Ángel Seda, el estadounidense que gerencia el proyecto Meritage, también se enteró de la existencia de Iván López Vanegas. “A comienzos de 2014 comencé a recibir extrañas llamadas de personas que se identificaron como emisarios suyos. Decían que López era el dueño de los terrenos donde se construía la obra y por eso quería reunirse conmigo”, comentó a El Espectador. Seda agregó que, luego de que un socio del proyecto revelara que Iván López había sido extraditado a Estados Unidos por temas de narcotráfico, él se negó a hacer cualquier acercamiento.

Casi de manera simultánea, el asunto perdió su sigilo y saltó a los medios de comunicación. En agosto de 2014, Ángel Seda salió al aire en W Radio, que lo llamó a preguntarle si sabía que las tierras donde se construía el proyecto Meritage supuestamente habían sido arrebatadas a Iván López a través del secuestro de su hijo Sebastián. El norteamericano sintetizó en pocas palabras sus argumentos: que se hicieron los estudios jurídicos de títulos antes de la compra, que la Fiscalía reportó que no existían antecedentes penales alrededor del predio y que básicamente fueron terceros compradores de buena fe exentos de culpa.

Año y medio después, hacia abril de 2016, el caso se reactivó en todos los escenarios. Sin más espera, Iván López acudió a la Sala Penal del Tribunal Superior de Bogotá y presentó una tutela contra la fiscal 44 especializada de Medellín Marisabel Correa, la sociedad La Palma Argentina, Corficolombiana y el proyecto Meritage. Sus pretensiones eran que se decretara de inmediato el embargo de la obra, que la curaduría que expidió la licencia de construcción la suspendiera y que la empresa Royal Property Group —propiedad de Ángel Seda— se abstuviera de persistir en el proyecto urbanístico Meritage, en la vereda Perico, en Envigado.

El 23 de mayo de 2016, una sala de tres magistrados del Tribunal Superior de Bogotá declaró improcedente la tutela respecto a la sociedad La Palma Argentina, Corficolombiana y el Proyecto Meritage. Sin embargo ordenó a la Fiscalía 24 Especializada de Crimen Organizado que, en un término no mayor a 15 días, tomara la decisión de abrir o cerrar un expediente por el secuestro de Sebastián López. Lo que trascendió después fue que el 8 de abril del mismo año, la fiscal 44 delegada de la Dirección de Extinción de Dominio, Alejandra Ardila Polo, ya había abierto una investigación que tenía que ver con la denuncia de Iván López y que indagaba por los traspasos irregulares del bien donde se construye el proyecto inmobiliario.

En efecto, a raíz del testimonio de Iván López, y con el propósito de establecer su patrimonio económico y el de Héctor Restrepo Santamaría, alias Perraloca, la Fiscalía detectó que este último tenía un alto número de propiedades en Medellín, por lo cual optó por abrir un proceso de extinción de dominio. Entre los bienes relacionados en el informe de Policía Judicial aportado al ente investigador apareció justamente el predio de la vereda Perico donde se construye el Meritage. Eso explica que antes del fallo de la tutela de López, la Fiscalía ya les seguía la pista a estas tierras.

Ángel Seda le dijo a este diario que en junio de 2016 entró en contacto con los abogados Víctor Mosquera y Gabriel Valderrama, quienes le sugirieron, a nombre de Iván López, una negociación cara a cara para resolver el conflicto. Seda se reunió primero con Víctor Mosquera en el restaurante Harry Sassón en Bogotá y hablaron de un posible acuerdo por $2.000 millones en favor de López. Luego, el 10 de junio, Seda viajó a Miami y en el hotel Marriott se encontró con Mosquera, quien llegó con Valderrama e Iván López. Según relató Seda, fue una reunión tensa que terminó abruptamente cuando él cuestionó a Iván López por su extradición y sus presuntos líos con el narcotráfico.

Seda aseguró que en ese momento Iván López buscó en su teléfono celular y le mostró una foto de sus propios hijos. Él lo entendió como una amenaza directa contra su familia y terminó la reunión. Horas después, Gabriel Valderrama le escribió un mensaje por Whatsapp para que se calmara y retomaran la negociación. Seda no quiso contestar. El 25 de julio de 2016, ante una nueva invitación de Valderrama para conversar, Seda dejó en claro que no le interesaba hacerlo y que el Ejército y la Policía se iban a enterar de todo. La respuesta de Valderrama fue lacónica: “Ángel, cordial saludo, entendido. Se cierra el capítulo de negociación”.

Según Seda, durante sus encuentros con los abogados Mosquera y Valderrama, estos le insistieron en que tenían cómo mover el caso en la Fiscalía para afectar la obra. Por eso el mensaje del lunes 25 de julio lo entendió como un ultimátum. Lo que Seda no sabía, y de lo cual se vino a enterar una semana después, el miércoles 3 de agosto, cuando la Fiscalía llegó al predio, fue que el viernes 22 de julio, es decir, tres días antes del último mensaje de Valderrama, la fiscal 44 de extinción de dominio había ordenado las medidas cautelares que dieron lugar al embargo de los terrenos en los que se construye el proyecto Meritage.

A petición de la Fiduciaria Corficolombiana, Ángel Seda contrató al abogado Francisco José Sintura para que apelara la decisión de la Fiscalía. En septiembre de 2016, Sintura presentó un alegato en el que expresó que “las medidas cautelares contra el proyecto Meritage estaban privilegiando las afirmaciones de una persona sometida a juicio en Estados Unidos (Iván López) y liberada por simples tecnicismos”, en contravía de los derechos patrimoniales de sus clientes, “que tuvieron las debidas precauciones al momento de adquirir”. En otras palabras, que fueron terceros adquirientes de buena fe exentos de culpa, argumento que la Fiscalía no cree.

Mientras se resolvía la apelación presentada por el abogado Sintura, a finales de octubre de 2016 Seda volvió a entrar en contacto con el abogado Víctor Mosquera, pero, según él, recibió un portazo como respuesta: la cifra para negociar había subido a $56.000 millones. En medio de su desespero, Seda acudió a la Embajada de Estados Unidos en Bogotá, a denunciar que lo estaban extorsionando y sugerir que podían existir relaciones non sanctas entre fiscales y abogados inmersos en la pelea por el proyecto Meritage. En la Embajada le recomendaron que contratara a un buen abogado y que iban a estar pendientes del proceso.

El pasado 21 de febrero, la Sala de Extinción de Dominio del Tribunal Superior de Bogotá ratificó la decisión de la Fiscalía de embargar y puntualizó que sólo en la etapa de juicio se pueden ventilar los argumentos del abogado Sintura. En cuanto al ente investigador, la fiscal 44 especializada Alejandra Ardila fue removida del caso y el expediente ahora está en manos del fiscal 55 especializado de esa misma dirección, José Iván Caro, quien hace una semana decidió que el proceso fuera ante un juez.

La obra ya completa nueve meses paralizada y Ángel Seda asegura que las pérdidas son de $150 millones diarios, sin contar los empleos que se dejaron de proveer. Además sostiene que si fracasa el proyecto Meritage, su quiebra es inminente. De todos modos, insiste, ya está afectada la financiación de otros proyectos urbanísticos en la región, que suman $400.000 millones por el ruido mediático que ha provocado este caso. Al margen de si la construcción continúa o se detiene definitivamente por orden de la Fiscalía, quedan varios interrogantes sueltos que la justicia debería aclarar.

¿Por qué la Fiscalía certificó en 2013 que ni los antiguos propietarios ni el predio estaban vinculados a procesos penales? ¿Cuál es la verdadera historia de los hermanos Iván López Vanegas y Jaime Orozco Vanegas? ¿Quién es realmente Guillermo Arango, alias Guru, uno de los personajes que manejaron tras bambalinas este negocio a través de la modelo Tatiana Gil? ¿Participó de algún modo Héctor Restrepo, alias Perraloca? ¿Qué tan relacionada está la Oficina de Envigado con el caso Meritage? Comenzando por escuchar a Perraloca, quien fue deportado recientemente a Colombia y está preso por sus vínculos con el paramilitarismo, la Fiscalía tiene una oportunidad para desentrañar más nexos de la mafia con la compra de tierras en Antioquia.
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