Hstoriador
Colombiakrítica
Todo será aplanado, la planicie gana, la montaña, lo empinado será despreciado, descartado para las concentraciones e intercambios humanos, las islas oceánicas son las preferidas a las desérticas. Es un dato de los geógrafos. Pero esto tan sólo es verdad relativa en tanto los progresos técnicos resuelven problemas antes imposibles. Por ejemplo, en tiempos modernos, las interconexiones viales, aéreas y de internet acercan lo lejano. Lo próximo está a unos cuantos pasos, al alcance de la mano, de un clip, todo un desarrollo tecno económico para la vida, en suma, la ciudad es red de redes. Aunque la queja por los tumultos impersonales y ruidosos espantan hacia la periferia en busca de una cierta calma, un sosiego para un yo convulsionado. Ni la planicie ni la altura eximen de los truenos en plena tormenta. Son éstos tan sólo fragmentos, corto pensar de otros más extensos, en fin, más explayados. Suscribimos que los aforismos son fragmentos de propulsión que provien de una unidad, de un todo constitutivo. Pero por el momento dejemos este abrebocas.
Tan lejos tan cerca es muy relativo. Igual sucede con lo que se presenta ante nuestros ojos y lo que en apariencia no vemos, que se oculta. Lo más visto es lo más oculto, de tanto ver ya no vemos, la fórmula es bastante conocida, tantos años huyendo... y el enemigo estaba ahí, a mi lado. Sucede en nuestro tiempo con las amenazas que todos advierten, pero todo ya está acá delante ante nuestros ojos, el peligro está aquí y ahora, no allá, en el futuro, los extremismos están en nuestras narices que carcomen con la sutileza de la hormiga, las ultra derechas avanzan con las lógicas de la eficiencia, el sabio gobernante de Platón, arriba unos pocos deciden la suerte de los muchos de abajo. Nada está lejos, todo está en nuestras narices, todo está en el aquí y en ahora, el presente es la concreción de lo proyectado y vivido. Si algo hay que hacer es en este momento, en este presente que vivimos. Vale la referencia en este link en publicación de la Editorial Piedra Rosetta.
El hoy es mañana y es ayer, en el tiempo presente copulan pasado y futuro, todo se lo juega en el aquí y en el ahora, en este momento. Hacceidad, el tiempo que hace, que se hace, umwelt… En nuestros tiempos contemporáneos ronda la preocupación de los predicadores de muerte, si yo no estoy bien, entonces que todo perezca, la referencia es a los extremismos de izquierda o de derecha, cualquiera que sea él, no ofrecen más que un baño de sangre. Y una pregunta no se hace esperar ¿qué hay que hacer? Todo se juega en el aquí y en el ahora, el monstruo vestido con piel de oveja convive entre nosotros, mirar dentro de nosotros mismos para develar al fascista que hay en mí y en ti y que pasa de soslayo con la máscara del hombre más avanzado, piadoso.
La moda actual es el extremismo de derecha. Y la metáfora hermosa es la del termitero, las hormigas que se instalan y poco a poco corroen, destruyen a su hospedero. Es lo que está pasando con los actuales gobiernos de derecha que prometen todas las soluciones, en específico la referencia es al tecno poder, el gobierno de Troump y su sombra de los hombres del tecno poder que descreen de la democracia y apuestan por la tiranía del fascismo. Su credo a pie puntillas en la etnia blanca y adinerada, raza superior para ellos, abrazan el coeficiente intelectual como arma discriminatoria, los negros y los pobres son lo peor de quienes hay que cuidarse, si no existieran, pregonan, es lo mejor.
Es cierto, la planicie facilita la vida más que el fatigoso arriba de la montaña, pero tan sólo es un tema de bienes y servicios a la mano, a un paso, todo tan favorable a la vida, pero se ha de recordar que esta materialidad tan sólo es un complemento a la vida humana. No está demás recordar que ex-istencia quiere decir exterioridad, el yo que sale, que busca un afuera para materializarse, un adentro que sale pero que queda vacío, es una especie de balanceo entre el adentro y el afuera que nos constituye, en sí, es un vacío en este balanceo del adentro y del afuera, salimos pero a la vez nos replegamos. La ciudad tumulto de día, de noche bombillas de no contar, pero ninguna luz que alumbre el caminar. Busco un hombre, tan sólo uno de sensatez.
Todo el tiempo estamos buscando, creemos saltar a tierra firme pero caemos al vacío, respiramos por la herida insaciable de la vida, hay un algo que siempre falta, los temores rondan, nada está seguro, respiramos por la herida, es el hombre agrietado, indeterminado, inacabado el que nos ronda, nos constituye. Pero está bien que así sea, lo inacabado, lo inédito nos pone en perspectiva, en búsqueda, es, de nuevo y por fortuna, el ser, el hombre agrietado.
0 Response to " El Hombre Agrietado "